Un hábeas corpus para el sentido común

Los próximos tres ejemplos de reclamos judiciales son perfectamente posibles en la Argentina de hoy.

1) El abogado defensor de un interno alojado en una cárcel argentina reclama al juez de ejecución competente que se le garantice a su asistido la provisión de telefonía celular, para “afianzar los lazos familiares”. El magistrado resuelve favorablemente el pedido, pero -por las condiciones edilicias del establecimiento carcelario, donde abundan el hormigón armado y las estructuras metálicas- la señal celular es defectuosa o directamente nula.

El defensor exige que el Estado instale una antena de radio-base en el techo de la unidad penitenciaria, para evitar la discriminación de los individuos en contexto de encierro. El juez hace lugar y agrega, sin petición de parte, que la compañía prestataria de telefonía celular, incorpore banda ancha full, internet sin límites y descarga gratuita de aplicaciones en el equipo del interno, ya que tuvo dificultades para utilizar la plataforma Skype al comunicarse con su hermano, detenido en otra unidad carcelaria. Ante esta situación, el abogado del hermano, basándose en la novísima jurisprudencia, solicitó lo mismo para su asistido… Continuar leyendo

Dos abogados, dos posturas

Abel y Adrián son abogados. Tienen entre 45 y 50 años cada uno. Fueron compañeros de la Facultad. Ambos son penalistas. Se encontraron en la puerta de los Tribunales porteños. A continuación, fragmentos de su diálogo.

Adrián: ¡Hola Abel!

Abel: Hola Adrián, ¿cómo va?

Adrián: ¡Estoy impactado! ¿Te enteraste del fallo de la Sala II de Casación Penal, respecto de la tenencia de drogas en la cárcel? Los jueces dijeron que no es delito poseer estupefacientes en un establecimiento carcelario para consumo personal, que eso está protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional… ¡Qué locura!!!

Abel: No sé por qué estás impactado. ¡El fallo me parece brillante! Al fin nuestros jueces se han puesto los pantalones largos frente al neopunitivismo deslegitimante…

Adrián: ¿Neo… qué? Continuar leyendo