Donald Trump: irreverente e imparable

El viernes asistí en Charleston, Carolina del Sur, a los cierres de campaña de los candidatos que lideran la nominación republicana: Donald Trump, Ted Cruz y Marco Rubio. Volví convencida que el magnate arrasaría, y así sucedió, en una de las primarias más esperadas. Históricamente, salvo escasas excepciones, quien gana este Estado ultra conservador es quien termina ganando la nominación republicana.

Trump, con su irreverente discurso, atacando a quien se interpone en su camino -así sea el mismísimo Papa Francisco- , y con un tono políticamente incorrecto, cargado de sarcasmo, avanza sin que nadie lo pueda parar. Su sola presencia genera pasión y locura entre la multitud. Contra todos los pronósticos, estoy empezando a creer que no solo va a ganar la nominación republicana sino que se puede convertir  en el próximo presidente de los Estados Unidos.En un estado donde Ted Cruz, uno de los más fieles representantes del Tea Party, debió ganar con relativa facilidad por sus credenciales ultra conservadoras. Con un Marco Rubio que recibió el apoyo de la popular gobernadora local, Nikki Haley, y del senador con mayores niveles de aprobación, Tim Scott.

Sin embargo, nada de esto alcanzó para frenar a un Trump desenfrenado que no dejó frente sin atacar. Su primer blanco fue lógicamente Ted Cruz, quien ganara la primera elección en el estado de Iowa. Haciendo uso de la llamada campaña sucia, acusó en spots publicitarios al senador de Texas de ser un gran mentiroso y recibir fondos de Wall Street para su campaña. Después le llegó el turno al Papa Francisco, a quien respondió irreverentemente luego de que el Papa lo acusara de ser poco cristiano por querer construir un muro en la frontera con México. También acusó al ex presidente George W. Bush de haber conspirado contra los Estados Unidos en la guerra que llevó a cabo contra Irak, y de haber mentido sobre las armas de destrucción masiva. Su fin fue exasperar a su hermano Jeb, dado que el ex presidente  y su madre Barbara se encontraban en el Estado apoyándolo en su campaña. Los habitantes de Carolina del Sur tienen un gran respeto y aprecio por la familia Bush. Pero nada de todo esto hizo cambiar de idea al 32.5% de los casi 700.000 ciudadanos del Estado que acudieron a las urnas este sábado y votaron a Trump, otorgándole una amplia diferencia de dos dígitos con los reñidos segundo y tercer puesto donde quedaran ubicados Rubio 22.5% y Cruz 22.3%.

La astucia de Trump radica en dominar a los medios y ser el vocero de lo que la gente piensa y no se anima a decir.  Conoce muy bien el juego mediático. Escandaliza con sus dichos y el rating paga, lo tiene muy claro y lo usa a su favor. Se ha convertido en un showman de la política y el candidato que todos los medios quieren tener y cubrir. Goza de dos atributos venerados por el pueblo americano: la fortuna y la fama. Su éxito televisivo, El Aprendiz, le dio inmensa popularidad, consolidándolo como una celebrity. Sabe captar muy bien el enojo de los norteamericanos hacia Washington DC y el establishment. Es un outsider de la política que no le debe nada a nadie ya que financia su propia campaña, algo que alegra a una gran mayoría de los votantes. Como dijo el viernes al cierre de su acto: ” No necesito su dinero, necesito su voto. Juntos vamos a hacer a América grande, más grande  que nunca. Los amo”, mientras una gran multitud de pie aplaudía y gritaba: “Trump presidente, te amamos”.

Trump conecta con la gente de una manera increíble, está atento a todo. Usa el humor y el sarcasmo permanentemente. Dice lo que la gente piensa, sin filtros. Se vende como es, cuando en el mundo de la política abunda la hipocresía, y la gente valora esto, aunque muchas veces lo que diga resulte atroz. Con un discurso acotado y sin profundizar en ideas sigue sumando seguidores. Se muestra duro, seguro y firme, cualidades que hoy los americanos buscan en su futuro presidente. Hasta arremetió contra Apple e instó a hacerle un boicot a la empresa no comprando sus productos hasta que la misma colabore con la investigación por el atentado en San Bernardino, California. Va por todo.

Jeb Bush abandonó ayer la carrera presidencial luego de obtener el cuarto puesto con tan solo el 8% de los votos.  El gobernador de Ohio, John Kasich, y el neurocirujano Ben Carson continúan en la carrera, pero ya no representan desafío alguno. Si la interna terminara limitándose a Trump -Rubio, quien hoy es el candidato del establishment, todo indicaría que los votos de Ted Cruz (por ser anti-establishment) irían a parar a Trump, junto con los de Ben Carson, que es un outsider, con lo cual Trump se coronaría como el candidato republicano. Podría repetir la hazaña de Reagan, quien ganó la presidencia en los años 80. Lo peligroso de Trump es su ego y su discurso autoritario por momentos casi fascista. Se unge como salvador con una soberbia poco común y esto tiene sus riesgos. Que sea un gran empresario no necesariamente indica que vaya a ser un gran presidente.

El Estado Islámico declara su guerra al mundo

Mientras la ciudad luz se ensombrece y sus calles se bañan en sangre y dolor por los terribles hechos ocurridos horas atrás en uno de los barrios más populares de París, los yihadistas suníes del Estado Islámico (ISIS) festejan su nuevo triunfo sembrando el terror y alzando sus banderas negras, desafiando así a todo país que decida enfrentarlos. El Califato, asentado en parte de Irak y de Siria, mostró una vez más al mundo que está dispuesto a todo y que cuenta con los medios para hacerlo, tanto logísticos como financieros. Para no dejar dudas de esto, puso en marcha una serie inédita de atentados en cadena que comenzaron una semana atrás con la explosión de un avión comercial ruso sobre el Sinaí, Egipto, donde murieron 200 personas, continuando este jueves con el atentado en un barrio chiita de Beirut, Líbano, contra targets de Hezbollah, grupo terrorista aliado de Irán, donde hubo más de 40 víctimas fatales y cerrando la semana el viernes 13 por la noche con los trágicos atentados en París que dejaron como resultado 127 muertos y más de 300 heridos de los cuales 80 se encuentran en grave estado.

Todo salió como estaba planeado. Una guerra que hasta el viernes seguía contenida y limitada a Medio Oriente pero que a partir de hoy se ha extendido hacia Europa con todos los riesgos que ello significa. El Estado Islámico, criatura engendrada por las guerras de Irak y Siria muestra al mundo lo que más temíamos, una guerra no convencional basada en actos terroristas con bases y simpatizantes a lo largo y ancho del mundo. Su lucha ya no conoce límites ni fronteras. Continuar leyendo

Cuba y un embargo insensato

Con el título ” Tiempo de acabar el embargo de Cuba” , el prestigioso diario norteamericano The New York Times publicó este domingo, tanto en inglés como, por primera vez, en español, un fuerte editorial instando al presidente Obama a dar un giro y terminar de una vez por todas con el insensato embargo a Cuba, que ha demostrado ser un fracaso total. Dice que por primera vez están dadas las circunstancias para que esto suceda, no sólo porque ha habido un cambio en la opinión pública estadounidense , sino por todas las reformas llevadas a cabo en años recientes por el régimen de los Castro, que indicarían que Cuba se va preparando para una nueva etapa donde reanudar relaciones bilaterales sería viable. “Obama debe aprovechar la oportunidad para darle fin a una larga era de enemistad, y ayudar a un pueblo que ha sufrido enormemente desde que Washington cortó relaciones diplomáticas en 1961, dos años después de que Fidel Castro llegó al poder”, afirma el editorial.

Se enumeran una serie de importantes reformas, como el de haber permitido que sus ciudadanos se empleen en el sector privado y que vendan propiedades como automóviles y casas. La sanción en el mes de marzo de una novedosa ley con el fin de atraer inversión extranjera , abriendo las puertas a capital brasileño destinado a la construcción de un importante puerto marítimo. La iniciación en abril de conversaciones entre diplomáticos cubanos y la Unión Europea para negociar los términos de un tratado de cooperación que esperan firmar muy pronto. La liberación de la mayoría de los presos políticos . El año pasado se flexibilizaron las restricciones de viaje para los cubanos, lo cual permitió que disidentes prominentes viajaran al exterior. Todo esto sumado a un ambiente de mayor tolerancia para aquellos que critican a sus líderes en la isla.

Pide que la Casa Blanca retire a Cuba de la lista que mantiene el Departamento de Estado para penalizar países que respaldan grupos terroristas, en la cual también están incluidos Sudán , Irán y Siria, por no tener más vigencia. Cuba fue incluida en 1982 por su apoyo a movimientos rebeldes en América Latina que hoy han dejado de existir, por lo cual no hay razón para que siga formando parte de esta lista.

En lo que refiere  a la opinión pública, señala como la misma ha ido variando con los años hasta llegar a una encuesta reciente donde  el 52% de norteamericanos de origen cubano en Miami piensan que se debe terminar con el embargo. También son muchos los legisladores y senadores norteamericanos, no sólo demócratas sino también republicanos, que han ido cambiado su postura y hoy están a favor de reanudar las relaciones bilaterales.

Si bien en el 2009 la administración Obama tomó una serie de pasos importantes para flexibilizar el embargo, facilitando el envío de remesas a la isla y autorizando a un mayor número de cubanos radicados en Estados Unidos a viajar a la isla, y también creó planes que permitirían ampliar el acceso a telefonía celular e internet en la isla, considera que aún se puede hacer mucho más. Previene que, de no hacerlo, estaría cediéndole espacio a sus rivales China y Rusia , cuyos presidentes ya viajaron a Cuba en julio pasado, con miras a ampliar vínculos y llenar el espacio que los Estados Unidos esta dejando vacío. Esto sería un terrible error y se estaría perdiendo una oportunidad histórica.

Afirma que para reanudar  relaciones diplomáticas, la Casa Blanca no necesita en principio para dar el primer paso, respaldo del Congreso. Estados Unidos podría ampliar así áreas de cooperación en las cuales las dos naciones ya trabajan conjuntamente como flujos migratorios, operaciones marítimas e iniciativas de seguridad de infraestructura petrolera en el Caribe.

El editorial señala que varios  líderes del hemisferio se reunirán en abril en Ciudad de Panamá con motivo de la séptima Cumbre de las Américas, donde Cuba ha sido invitado a participar por varios gobiernos de América Latina , rompiendo así con la tradición de excluir a la isla por exigencia de Washington. Insta a Obama quien aún no ha confirmado su asistencia a que lo haga ya que resulta primordial. “Un acercamiento con la isla más poblada del Caribe que incentive el desbloqueo del potencial de los ciudadanos de una de las sociedades más educadas del hemisferio, podría representar un importante legado para la administración. También ayudaría a mejorar las relaciones de Estados Unidos con varios países de América Latina y a impulsar iniciativas regionales que han sufrido como consecuencia del antagonismo entre Washington y La Habana.”

Adhiero por completo a todo lo escrito en el editorial del New York Times. Estados Unidos no puede ni debe perder esta oportunidad histórica de acercamiento a Cuba, que también redundará en un acercamiento a aquella parte de Latinoamérica que como consecuencia de este embargo y decirse pro castrista se aferra en llevar adelante un discurso antiimperialista y “antiyanki”. La crisis económica que atraviesa Venezuela y que se ahonda día a día hace que su aliado natural Cuba esté más abierto a negociar por necesidad. Por otro lado, los deseos de cambio de buena parte  de la población  de países latinoamericanos que enfrentan elecciones, y que  ya están cansados de gobiernos populistas eternizados en el poder que ya poco hacen de bueno, debido a que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, hacen que Aécio Neves en Brasil y Lacalle Pou en Uruguay comiencen a soñar con la banda presidencial, dando un giro sustancial a sus países y abriendo el camino a un acercamiento con los Estados Unidos. En el 2015 será el turno de nuestro país, el que seguramente también votará por el cambio. En historia todo es cíclico y en política todo es posible.

Persecución a los cristianos: no seamos socios en el silencio

James Foley, periodista fotográfico de tan sólo 40 años fue ejecutado esta semana, de la manera más cruel, en tierras sirias, a manos de unos salvajes, como los denominara el New York Post en su portada, ya que no cabe otro adjetivo. Yihadistas islámicos pertenecientesal EIIS ( Ejército Islámico de Irak y Siria) lo decapitaron. Pero no les fue suficiente con semejante acto vandálico. Lo filmaron y subieron el cruento video del asesinato a la red titulándolo “Mensaje a América”, difundiendo así su cobarde hazaña con el fin de dominar por el terror.

Los pecados de Foley: ser cristiano católico y norteamericano. De rodillas, vestido con una túnica naranja y esposado con sus manos en la espalda, murió como un grande, un héroe, un mártir, mostrando dignidad y coraje hasta el final. Le mostró al mundo entero, tanto con su vida como con su muerte, las atrocidades que están llevándose a cabo en una de las partes más violentas del mundo donde reinan la intolerancia, la barbarie y la tiranía.

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La deuda de los Estados Unidos con Irak

En el año 2003 los Estados Unidos, bajo la administración Bush decide invadir Irak y derrocar a su dictador Saddam Hussein, con la excusa de que el país poseía armas de destrucción masiva, las que finalmente nunca fueron halladas. Luego de años de lucha e intervención norteamericana, sin un plan posterior para encaminar en la democracia a un país que poco conocía de ella,  todo aquel esfuerzo resultó en vano. Se logró poco y se perdió mucho. La opinión pública norteamericana, al igual que como sucediera en la guerra de Vietnam, desalentada por los pocos resultados obtenidos y los muchos soldados muertos en tierras lejanas, que no hacen a los intereses norteamericanos, presionó para que el Presidente Obama finalmente retirara las tropas de Irak a finales de 2011. Casi tres años más tarde Irak se encuentra en una situación de caos total, con una sociedad presa del odio y las divisiones y un gobierno corrupto y tiránico que se dedicó a perseguir, torturar y encarcelar, sin ningún aval de la justicia, a toda minoría que no fuera chiíta, haciendo especial foco en los sunitas. El Ejército Islámico (EI), una de las facciones yihadistas más sanguinarias, avanza sobre su territorio queriendo formar un Califato Islámico, decapitando y aniquilando mujeres, niños y ancianos que no profesen su fe.

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Una guerra sin fin

Podríamos decir que Israel y Palestina viven en estado de guerra permanente con periodos de paz de tanto en tanto. El odio por parte de Hamas y muchos palestinos está tan enraizado que no los deja razonar ni ver con claridad cómo forjar un futuro mejor. El instinto de supervivencia del pueblo judío, junto con el fantasma del pasado que no pueden superar, hacen que el gobierno israelí reaccione de la peor manera, queriendo exterminar a quienes cree son sus nuevos verdugos. Convengamos que ciertas declaraciones de algunos líderes árabes extremistas no ayudan. La pobreza en Gaza es tan grande que sus habitantes tienen poco que perder. Jóvenes y niños sin futuro, cuyo único sueño es llegar lo antes posible al paraíso, y así poder escapar del infierno terrenal en el que viven. Inmolándose tienen mucho por ganar. El paraíso es lo que promete Alá a cambio de sus vidas. ¿Quién puede resistirse a ello cuando ha crecido con esta enseñanza y la tiene como verdad única? No sólo eso, sino que por cada hijo inmolado en un ataque suicida, su familia cobrará una indemnización de por vida. Dinero a cambio de un hijo, consuelo frente a la situación desesperada en la que viven. El hijo morirá pero pasara a ser un mártir, un héroe. ¿Qué mayor honor para la familia? Toda una educación basada en la muerte, en destruir en lugar de construir.

Por otro lado, quienes hoy forman el Estado de Israel son sobrevivientes de un pasado oscuro. Sobrevivieron a aquella atrocidad pertrechada por un loco maníaco alemán que, por algún motivo que escapa a la razón misma, encontró eco y convenció a muchos de que había que exterminar a los judíos. Un pueblo que sufrió, huyó perdiéndolo todo, murió y, sin embargo, resucitó y salió adelante más fortalecido que nunca. Dicen que quien se salva por mucho o por poco de la muerte se vuelve más fuerte, y hasta con una soberbia especial que viene de creerse invencible. Esta es la fuerza con la que cuenta hoy el Estado de Israel y sus habitantes. El recuerdo del holocausto y las 6 millones de vidas inocentes que se llevó está presente  y no permitirá que algo semejante vuelva a ocurrir. Es un pueblo que tuvo que morir para volver a vivir. Coraje le sobra. Inteligencia y dinero también. Su servicio de inteligencia hoy es uno de los mejores del mundo. Es mucho lo que ha invertido en defensa en estos últimos años. El sistema de Iron Dome, que capta y destruye misiles que tienen como blanco sus ciudades, ha sido un éxito. Diariamente, son cientos de misiles los que son interceptados en el aire provenientes de Gaza. Seguramente de no contar con este sistema serían miles los muertos israelíes, y la comunidad internacional se conmovería frente a ello como lo hace frente a los muertos palestinos. Si no mueren más israelíes es gracias a su sistema defensivo, no a la compasión de Hamas.

Mi abuelo Yamil, ya fallecido, era sirio y llegó a la Argentina en barco cuando tenía tan sólo 8 años con unos pocos familiares que sobrevivieron a las persecuciones y matanzas de los cristianos en Siria. Tengo 50% de sangre árabe y no reniego de ella. Rescato muchísimas cosas buenas ya que nos han dado tanto, sobre todo en los albores de nuestra civilización con sus diferentes inventos. Hubo una Edad de Oro del islam y el mundo árabe entre los siglos VIII y XIII. Durante este período, ingenieros, académicos y comerciantes del mundo islámico contribuyeron enormemente en aspectos como las artes, agricultura, economía, industria, literatura, navegación, filosofía, ciencias y tecnología, preservando y mejorando el legado clásico y añadiendo nuevas invenciones e innovaciones. No debemos olvidarnos de esto.

Lo que no avalo es ni matar ni morir, y mucho menos en nombre de Dios. Cada uno puede creer en el Dios que quiera -para mí es uno sólo-, y aunque le pongamos distintos nombres, no podemos cargarlo con muertes. Pensar que todos los árabes o todos los palestinos son terroristas, fundamentalistas y asesinos sería hacer una generalización completamente errada. Cada uno es víctima de sus circunstancias pero dueño de su destino. Egipto y Jordania demostraron que se puede convivir pacíficamente con Israel, al igual que otros países árabes. El pueblo palestino también lo puede lograr si está dispuesto a ceder y dejar la violencia a un lado. Pero Israel también tendrá que ceder. Si bien es cierto que Hamas es un grupo terrorista que no actúa de buena fe exponiendo a sus ciudadanos a la muerte, también es cierto que son los palestinos quienes se encontraba habitando esas tierras al momento de la creación del Estado de Israel. Ellos se sienten usurpados de sus tierras y su reclamo territorial es tan legítimo como el de querer ser reconocidos como un Estado. Es por eso que digo que Israel también tendrá que ceder si algún día quiere lograr la paz.

La única salida, que hoy parece ser utópica, es que moderados de ambos lados, frente a tanta sangre y vidas perdidas, tanto por presión de sus propios habitantes como de la comunidad internacional, se sienten a dialogar y negociar, esta vez entendiendo que en una negociación siempre hay que dar algo a cambio. Mientras ambos lados crean que la guerra sigue siendo la mejor opción, nada cambiará.

Un mundo globalizado plagado de guerras y muertes

¿Cómo iban a imaginar aquellas 298 almas inocentes mientras esperaban en el aeropuerto de Ámsterdam, despidiéndose de familiares y amigos, que embarcarían el vuelo MH17 con destino a  la muerte? A tan sólo meses de la trágica y misteriosa desaparición de otro vuelo de Malaysian Airlines en el Océano Índico, la ley de probabilidades indicaba que era casi imposible que otro avión perteneciente a esa misma línea aérea sufriera una nueva tragedia . Tripulantes y pasajeros  de once nacionalidades diferentes, ninguno ruso ni ucraniano, y hasta quizás con poco o nulo conocimiento acerca del conflicto que acechaba la zona que sobrevolaba , pasaron desde hace unos días a engrosar las listas de muertos en una de las tantas guerras que parece no tener fin.

Ya no importa si el misil que derribó al avión  fue lanzado por ucranianos o rebeldes pro rusos de Donetsk o Lugansk. O la delirante teoría de que el misil iba dirigido al avión en que se trasladaba de regreso de su viaje por Latinoamérica el presidente ruso, Vladimir Putin. Con seguridad ese avión no arriesgaría sobrevolar por semejante zona, sería suicida. Como si fuera  tan fácil derribar aviones presidenciales que extreman su seguridad. La única verdad es que nada ni nadie le devolverá la vida a estas personas , y sus familias nunca olvidarán, la herida sangrará por siempre.  Lo que cabe preguntarse es cuántos más tendrán que morir.

En un año donde se cumple el centenario de la Primera Guerra Mundial, una buena parte de la civilización coquetea con un peligroso grado de violencia.  Primero llegó la gran crisis económica del 2008/2009, con epicentro en los Estados Unidos, pero que rápidamente y cual efecto domino se propagó por todo el mundo. A pesar de haber salido lentamente de ella de manera dispar, la violencia empezó a aflorar en distintas partes del mundo como hacia tiempo no sucedía.

En febrero comenzaron las protestas en Venezuela contra el gobierno de Maduro con miles de muertos y presos políticos. Hoy persisten, y esa nación continúa atrapada en su propio laberinto, creado por el chavismo, y sus dirigentes parecieran no poder encontrar salida. Mientras tanto, su economía sigue barranca abajo y desmoronándose a pesar del alto precio del petróleo, algo incomprensible para cualquier buen entendedor ya que son uno de los grandes productores y exportadores del oro negro. Del otro lado del mundo, allá por febrero también, las calles de Kiev, en Ucrania, se transformaron en ríos de sangre. Protestas callejeras violentas y revolucionarias, luego de sangrientos enfrentamientos con las fuerzas policiales y militares que respondían al gobierno, derrocaron finalmente al presidente Yanukovich, quien contaba con el apoyo de Rusia. Inmediatamente después comenzaron los disturbios en Crimea, península  perteneciente a Ucrania, que finalmente fue anexada a Rusia, referéndum mediante.  Pero todo no termina aquí, sino por el contrario, esto ha dado comienzo a más batallas al este de Ucrania, en Donetsk y Lugansk, con gran número de población rusa comenzando su propia lucha y confiar sus destinos a Moscú. Lógicamente, Putin respalda todos estos movimientos para cumplir su sueño de reconstruir la desmembrada Unión Soviética, y recuperar el poder y protagonismo perdido por Rusia.

En Medio Oriente cesan abruptamente las negociaciones de paz entre Israel y Palestina para ser reemplazadas una vez más por tanques y misiles en una guerra que se llevara la vida de algunos israelíes y muchos palestinos. En Siria continúa la guerra civil que no da tregua y ya lleva tres años y más de 170 mil muertos. Los refugiados que perdieron todo se cuentan por los millones. Irak, cuya incipiente democracia pende de un hilo, comenzó su propia guerra. Extremistas Islámicos sunitas del EIIS , Estado Islámico de Irak y Siria, quieren reformular los mapas y crear un gran Califato Islámico. Ya han avanzado sobre varias ciudades y puntos estratégicos iraquíes como Mosul, donde se han saqueado grandes sumas de dinero y armamentos que los vuelve aún más temerarios. Maliki, el primer ministro iraquí chiíta, esta haciendo poco para lograr una tregua y negociar.  Irán, por su parte, logró extender por más meses el plazo de negociación ganando tiempo para seguir enriqueciendo uranio con fines nucleares.

Asia no parece tampoco estar trabajando por la paz. Corea del Norte amenaza a su vecino del sur con reiniciar la guerra y, en un acto de provocación, realiza ejercicios militares con misiles de corto mediano y largo alcance en sus fronteras  y espionaje con drones. China avanza sobre islas en sus mares por cuestiones estratégicas enfrentándose diplomáticamente a Vietnam, Malasia y Japón. Por su lado, Japón frente a la amenaza de China y Rusia, quiere reformular su Constitución para así poder tener mayor influencia militar en la zona asiática lo que traería aún más tensión.

En África tampoco las cosas están mejor. Sudán del Sur disputa su propia guerra. Somalia acecha con sus actos de piratería. Nigeria y el secuestro de las más de 200 niñas por Boko Haram, grupo extremista que ayer ha izado nuevamente su bandera blanca y negra al noreste de la capital nigeriana perpetrando un feroz ataque causando 100 muertes.

Un mundo plagado de violencia que parece estar fuera de control y donde cada uno esta concentrado en ganar poder o territorios.

Frente a todo este escenario, Naciones Unidas hace poco. Estados Unidos y Europa siguen sancionando a Rusia con muy pocos resultados. Mientras tanto, Vladimir Putin y su par chino, Xi Jinping, se dedican a buscar materias primas y aliados en América Latina, no por afinidad sino por mera conveniencia. Pareciera estamos atravesando un período de caos que, si no lo frenamos a tiempo, puede terminar en algo peor. Las alarmas están encendidas, habrá que ver quien las escucha.

Un año después, Medio Oriente sigue en llamas

Hace poco menos de un año, al regresar de un intenso viaje por Israel y Palestina, escribí que veía imposible el que ambos países pudieran llegar a un acuerdo de paz. Y desgraciadamente no me equivoqué. En aquel momento, recién se iniciaban las negociaciones encausadas por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien parecía ser el único que podía lograr semejante hazaña debido a su buena relación personal tanto con el premier israelí, Benjamín Netanyahu, como con Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

Se fijó un período de nueve meses para negociar, que llegó a su fin de la peor manera. Israel no cumplió en liberar en tiempo y forma a presos palestinos como habían acordado; Abbas, en represalia, decidió como primera medida adherirse a convenios internacionales, transgrediendo así una prohibición que tenía, al menos durante el tiempo que duraran las negociaciones. Pocos días después fue aun más allá, desafiando todo lo imaginable y sellando un acuerdo de unificación con Hamas, grupo que gobierna la Franja de Gaza y que es considerado un grupo terrorista enemigo acérrimo de Israel. Más tarde llegó el secuestro de los tres jóvenes israelíes con su trágico y brutal final en manos palestinas de Hamas. Esto fue el principio del final de tiempos de relativa calma para los habitantes de ambos lares. Inmediatamente llegaría la venganza, con la muerte de otro joven inocente, esta vez palestino, en manos de israelíes.

Aquel agosto del 2013, estando en Jerusalén, escuché a un ex alto mando de los servicios secretos israelíes decir que todas las conversaciones de paz pendían de un hilo, ya que bastaría con que Hamas tirara un misil  para que las mismas concluyeran precipitadamente. Y lo temido sucedió, aunque no fue un misil. En tanto el odio, la sinrazón y violencia de quienes lideran Gaza no cese  y sean finalmente dominados por los moderados de Fatah, que sí quieren la paz junto con los miles de civiles palestinos que están cansados de morir inútilmente, esto será un camino sin fin. Palestina necesita paz para poder empezar a crecer económicamente, recibir ayuda y sacar así a su pueblo de la miseria en la que se encuentra inmersa. Israel, por el contrario, es un vergel, con una economía pujante y un poderoso ejército. Pero aún así, una guerra no favorece a nadie, sólo trae muertes y destrucción.

Es increíble pensar que tanto odio rodea a Tierra Santa, un lugar tan sagrado y venerado por las distintas religiones como habitantes del mundo. Si en Jerusalén  conviven pacíficamente musulmanes, judíos , cristianos y ortodoxos, ¿por qué fuera de sus muros tiene que correr tanta sangre? Seguramente muchos de los llantos que se escuchan al acercarse al Muro de los Lamentos y que conmueven hasta lo más profundo del alma tengan que ver con esto, con pérdidas de seres queridos de la forma más inútil.

Se sabe como comenzó, no cuándo ni cómo acabará. Algunos temen que se produzca una tercera Intifada, lo cual sería no sólo una tragedia por las muertes que traería, sino también porque mostraría al mundo entero la incapacidad de los organismos internacionales -que fueron creados después de dos grandes guerras con esta finalidad- para evitar conflictos de esta escala. Evidentemente, hay algo -o mucho- que las Naciones Unidas no está haciendo bien. Sería bueno revisar su estructura, modernizarla y adecuarla a los nuevos tiempos y desafíos. Ya es hora de hacerlo y corregir su mal funcionamiento.

Mientras tanto, en Siria, la guerra continúa. Ya lleva tres años y un saldo de 170 mil vidas. Esto es el equivalente a 155 muertes por día de manera constante. Como premio, y en unas elecciones poco transparentes, Bashar al-Assad nuevamente ganó y va por más. Entregó las armas químicas -según lo acordado en Ginebra- y las mismas están siendo destruidas en alta mar por rusos y norteamericanos. La pregunta del millón es si las habrá entregado todas o tendrá más escondidas. ¿Quién monitorea eso? ¿Serán los mismos que dijeron que en Irak había armas de destrucción masiva? Assad tuvo el tiempo suficiente para esconder parte de ellas -o hasta quizás pasárselas a su aliado Irán para que las tenga en custodia.

El  EIIS, Estado Islámico de Irak y Siria, quienes comenzaron peleando contra Al Assad junto a los rebeldes y Al Qaeda, hoy han tomado fuerza propia y pelean su propia guerra en Irak. Se proponen avanzar y recomponer lo que alguna vez fuera el Imperio Otomano y convertirlo en un Califato Islámico, locura sin fin de un grupo armado hasta los dientes que no conoce límites y actúa con total brutalidad, como si vivieran en tiempos medievales. Ya no se trata de sunitas y chiítas sino de un grupo de fundamentalistas islámicos que hacen avergonzar al propio islamismo y que interpretan el Corán según les plazca.

Misiles vuelan de un lado a otro a modo de fuegos artificiales y poblaciones tienen que someterse y acostumbrarse a ello, viendo morir a sus jóvenes por culpa de un grupo de enajenados y algunos líderes que no están a la altura de las circunstancias. Irán, frente a todo este desborde regional, pasó a un segundo plano. Rohani seguramente sacará provecho de la situación, y seguirá jugando con su buena voluntad y diplomacia mientras el enriquecimiento de uranio sigue su curso.

Una región que vive en el pasado y el odio, guerrera por naturaleza, donde pareciera ser que el conflicto y la violencia no pueden ser reemplazados por la cordura y el sentido de la vida. Habrá que esperar muchos años más para que las nuevas generaciones, por haber nacido y sufrido las guerras, finalmente anhelen tanto la paz que trabajen incansablemente para obtenerla.

Paraguay: Boom económico que no llega a los pobres

Paraguay, con tan sólo 6.6 millones de habitantes, es un pequeño país de Latinoamérica lindado por dos de las economías más grandes de la región, Brasil y Argentina. Es uno de los países de la zona que ha tenido mayor crecimiento del PBI en los últimos años, alcanzando un récord histórico en el año 2013 de 13,6% . Sin embargo la macroeconomía parece ir por un camino diferente al de la microeconomía y sigue sin reflejarse en la vida cotidiana de sus ciudadanos.  El 96% de la riqueza sigue concentrada en un 6% de la población. Es uno de los países más corruptos de la región según Transparency International, sólo superado por Venezuela. Sus territorios se encuentran minados por el llamado Ejército del Pueblo Paraguayo ( EPP), grupo guerrillero que tiene atemorizados no sólo a sus pobladores sino a aquellos brasileños que han invertido en haciendas para explotación agropecuaria. Los diferentes gobiernos han hecho poco y nada por erradicar o bajar los índices de pobreza; no ha existido voluntad política para ello. Las crecidas del río Paraguay, como consecuencia de las incesantes lluvias totalmente inesperadas para esta época del año, no han hecho más que contribuir a ahondar los problemas que le toca enfrentar a su nuevo presidente, que ya lleva más de un año en el gobierno, el magnate tabacalero, Horacio Cartes.

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