Inseguridad: conclusiones de un informe para reflexionar

El Proyecto Hamilton elabora desde el año 2006 informes y documentos con el propósito de contribuir al desarrollo y crecimiento de los Estados Unidos de América. Es parte del Brookings Institution, uno de los think tank norteamericanos más prestigiosos, internacionalmente reconocido.

Diez hechos económicos acerca de la delincuencia y encarcelamiento en Estados Unidos es un documento de 28 páginas que explica como han bajado los índices de delincuencia, los altos índices de encarcelamiento y como incide todo esto en la economía del país. Este documento presenta datos interesantes que pueden aplicarse, con pequeñas modificaciones, en Argentina. Es para ser leído y estudiado por nuestros políticos. En nuestra Argentina de hoy, la inseguridad, más que una sensación, es una triste y cruda realidad que padecemos día a día.

Un primer paso fundamental es reconocer el problema, ya que si lo desconocemos o ignoramos, lejos de desaparecer,  se agravará con el tiempo.

A continuación los 10 hechos económicos acerca de la delincuencia y encarcelamiento en los Estados Unidos y comparaciones con nuestro país .

1. Los índices de delincuencia han declinado sostenidamente durante los últimos 25 años.

Este declive se produce como consecuencia de una mayor presencia policial en las calles, un aumento en los índices de encarcelamiento, y una lucha sostenida contra la droga.

Durante la década de los 80′ y 90′, los índices de criminalidad habían crecido como consecuencia de la epidemia del crack en los Estados Unidos. La proliferación de la droga en una sociedad no hace más que acrecentar la delincuencia. Esto se ve claramente en este período de la historia norteamericana, durante el cual en prácticamente todos los estados se consumía crack en grandes cantidades, droga que provenía de Nicaragua y otros países. Aunque hoy Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor de droga en el mundo, se tomaron medidas al respecto. El estado reaccionó aplicando penas más duras, aumentando así considerablemente su población carcelaria, pero bajando los índices de criminalidad. El que delinque va a la cárcel, se aplica la ley en defensa del ciudadano. El que las hace las paga, y más aún si está actuando bajo los efectos de la droga.  Estas políticas de sentencias más estrictas actuaron de forma disuasiva por un lado, y por incapacidad, por el otro, ya que el delincuente que está en la cárcel no tiene la posibilidad de reincidir.

2. Las personas de bajos ingresos suelen estar más expuestas a actos de delincuencia que aquellas de altos ingresos.

Los actos de delincuencia son más comunes en las zonas desfavorecidas de más bajos ingresos. Es por eso que debe reforzarse la presencia policial en los barrios más pobres. La delincuencia también esta ligada a la falta de educación. Aquellos que dejan los estudios secundarios tenderán a delinquir como consecuencia de la desesperanza y falta de oportunidad para trabajar en cualquier actividad lícita . Es por eso que corresponde al Estado la tarea de educar a aquellos que no cuenten con suficientes recursos, para así crear igualdad de oportunidades y una mayor movilidad social.

3. La mayoría de los delincuentes son menores de 30 años.

Esto se debe mayormente al deterioro en la capacidad de toma de decisiones del cerebro de un adolescente sumado a todas las presiones que ejercen sus mismos pares en un determinado ambiente, y a su propio anhelo de independizarse. En general tienen malos ejemplos y en muchos casos han sido hasta abusados  por familiares . En cuanto al género del delincuente predomina el masculino por sobre el femenino.

4. Los jóvenes desfavorecidos tienen comportamientos delictivos más riesgosos.

Los menores pertenecientes a familias de muy bajos recursos, ya sea por su estructura básica, potenciada si hay consumo de droga, son los más dispuestos a arriesgar sin medir consecuencias. No tienen casi ninguna perspectiva de poder conseguir trabajo con lo que se ven más tentados a dedicarse a comercializar y consumir droga lo que finalmente los lleva a delinquir. Se debe trabajar desde el Estado con estos jóvenes para modificar su estructura de pensamiento y hacerles comprender que se puede aspirar a un futuro mejor.

5. Las políticas  federales y provinciales han incrementado las tasas de encarcelamientos en los últimos 30 años.

Este punto es importante porque si bien el informe lo marca como algo negativo, ya que está causando demasiado gasto a la sociedad, vemos que a medida que subieron las tasas de encarcelamiento bajaron las tasas de delincuencia. Educar es una medida de largo plazo, pero la inseguridad debe solucionarse en el corto plazo, siendo la cárcel la mejor opción para quien delinque. Actúa como ejemplicadora para toda la sociedad.

6. Los índices de encarcelamiento de los Estados Unidos son 6 veces más altos que los de las naciones pertenecientes a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos  (OCDE).

En Argentina, en cambio, los juicios se eternizan en el tiempo dando lugar a la conmutación del dos por uno, con lo cual se termina favoreciendo al delincuente que es liberado antes de tiempo. Y, en muchos casos, cuando finalmente una cámara dicta la pena máxima para quien cometió un homicidio, esto pasa a Casación, una nueva instancia donde generalmente terminan rebajándole la pena al homicida como premio.

7. Hay un 70 % de probabilidades de que un hombre afroamericano que no tenga un diploma de escuela secundaria vaya a la cárcel antes de llegar a sus 35 años.

En Argentina lo podemos llevar a los habitantes de las villas o quienes tengan muy bajos ingresos.  En general, se trata de personas que carecen de estudios y por ende de oportunidades de trabajo.

8. Los gastos per capita en cárceles se han triplicado en los últimos 30 años.

Sin duda los gastos producto de mantener tantos presos en los Estados Unidos representan un problema, pero es preferible esto a tener un alto índice de delincuencia y criminalidad como el que tenemos en nuestro país.

9. Los chicos afroamericanos cuyos padres no tengan diploma de la escuela secundaria, verán en la cárcel a sus progenitores antes de cumplir los 14 años.

Esto vuelve a suceder en nuestro país con los habitantes de muy bajos recursos. Sus padres van a la cárcel y ellos padecen todo tipo de problemas como consecuencia de ello. El Estado debe hacerse cargo y brindar e estos menores una posibilidad educándolos y brindándoles apoyo psicológico para que puedan romper con el patrón y elegir una vida diferente a la de sus padres.

10. El encarcelamiento de menores tendrá impacto duradero en el futuro de esos jóvenes.

Aquellos menores que sean detenidos inevitablemente reincidirán. Quedan marcados y la sociedad los rechaza. Es por esto que debe buscarse la manera de que estos menores estudien mientras están detenidos y se les enseñé oficios para que al salir puedan reinsertarse y la sociedad los incorpore. Los institutos de menores deben ser verdaderos centros de rehabilitación.

Podemos concluir que para resolver el tema de la inseguridad debe existir , en primer lugar, voluntad política ; y en segundo, un accionar conjunto y coordinado entre quienes elaboran las leyes ( Congreso) , quienes las aplican ( jueces) y quienes velan por la seguridad interna de sus habitantes( las fuerzas policiales) .
Corresponde al Estado , como medida de largo plazo , proveer de educación  a todo aquel que no tenga recursos  y llevar adelante una contundente lucha contra el narcotráfico , fuente de delincuencia y de violencia.

Democracia: con votar solamente no alcanza

En un año durante el cual el 42% de la población mundial irá a las urnas a  renovar sus líderes políticos  a través de elecciones democráticas, tanto legislativas como presidenciales, cabe preguntarse si el mero hecho de votar basta en sí mismo para que un sistema se considere una verdadera democracia, o si es tan sólo un primer paso elemental y fundamental, pero que por sí sólo no alcanza.

Costa Rica, El Salvador, Macedonia, Eslovaquia,  Afganistán, Algeria, Panamá, Hungría, Lituania ,Malawi, Colombia, Indonesia, Turquía, India, Bosnia, Kosovo, Brasil, Uruguay, Bolivia, Moldávia,  Sudáfrica, Líbano, Namibia, Tonga,  Rumania, Mozambique, Unión Europea, Estados Unidos,  entre otros tantos países renovaron o renovarán sus autoridades a través del voto popular, de enero a noviembre del 2014.

Nada mejor que conversar con los taxistas de cualquier parte del mundo, y en especial con los de determinadas ciudades cosmopolitas de los Estados Unidos donde todos  son originarios de diferentes confines del mundo. Estos trabajadores diurnos y nocturnos ofician tanto de psicólogos como de escuchas de sus pasajeros de distintos géneros, edades y nacionalidades. Obtienen y procesan información en forma directa de gente común. Lo que sienten y piensan acerca del mundo en que nos toca vivir. En Nueva York los taxistas suelen ser de Pakistán, India e Indonesia. En Miami , haitianos y africanos. En Washington, en su mayoría provienen de países africanos, predominantemente de Etiopía y otros como Mauritania.

En mi último viaje en taxi en Washington, el conductor de Mauritania no hizo más que corroborar una vez más el pensamiento generalizado, ya no en científicos o intelectuales sino en gente común que trabaja diariamente y no tiene ningún tipo de privilegios más que el de votar. Este hombre, frente a mis preguntas, respondió que si bien hoy en África  en la mayoría de los países se vota, la democracia allí sigue brillando por su ausencia. Son democracias en cuanto al voto, esto es, en la forma pero  no en el fondo, ya que ninguno de los otros elementos inherentes a una verdadera democracia se cumple. Los gobernantes son votados en elecciones poco transparentes y rápidamente devienen en dictadores. La riqueza natural de estos países en muchos casos es  grande, pero la corrupción lo es aún más. Los gobiernos se apropian de estos recursos en nombre de lograr una mayor igualdad y redistribución, pero en la realidad esto nunca termina sucediendo ya que sus verdaderos y encubiertos fines distan mucho de esto.  Estos gobiernos terminan con todos los sueños de su población de lograr una vida mejor. No existe una real división de poderes, por el contrario, estos se concentran todos en uno, su líder. El Ejecutivo es el que toma los recursos y los hace propios transformándolos en una caja, mediante cuyo manejo soborna al Poder Legislativo y subordina al Judicial nombrando mandatarios fieles a su amo que jamás lo juzgarán. Se eternizan con los fueros sin poder ser destituidos ni juzgados. Cualquier pensamiento distinto al de ellos es suprimido ya que es visto como una amenaza.  Con esto como objetivo se persigue y  reprime a la oposición o a quien piense distinto. Se monta un aparato propagandístico, a través de la apropiación de los medios de comunicación, también obtenidos con la caja. Se desprestigia y tilda  de fascista, terrorista, golpista u oligarca a todo aquel con otra opinión. Se subordina a las masas a una obediencia debida, o bien por temor o bien por reparto de dádivas que nunca mejorarán sus vidas, pero dada la pobreza de la que vienen, las recibirán  como una bendición. Así utilizarán a los pobres en las sucesivas elecciones para sus propios fines: eternizarse en el poder para enriquecerse, lo que a su vez les brindará más poder aún. Un círculo vicioso que lejos está de favorecer a nadie más que a ellos mismos. La población se conformará con que se empareje hacia abajo: “si yo no puedo acceder a vivir mejor entonces que vivan todos como yo”. Habrá una transferencia de riquezas de los particulares a sus gobernantes y de estos a sus amigos y cómplices. Hoy Nigeria superó en PIB a Sudáfrica y se erigió como la mayor economía africana pero la corrupción allí no conoce límites; ahora, eso si, se vota.

Esta no es sólo la realidad de la mayoría de los países de África que poco parecen importarle al mundo hoy, sino la de muchos más que van a elecciones, se llaman a sí mismos democracias,  pero de democracias tienen poco y nada.

Votar solamente no sirve para nada. Termina siendo como un espejismo: elijo para que después con impunidad total y sin freno alguno hagan lo que se les antoje en desmedro generalmente del pueblo.  Es un primer paso importante pero necesariamente debe ser seguido por muchos otros, como ser el respeto por las instituciones, que se traduce en la clara división e independencia de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para que de esta manera no existan excesos ni atropellos y verdaderamente se gobierne a favor del pueblo y para el pueblo. El Ejecutivo debe gobernar para sus ciudadanos, el Legislativo trabajar y promover leyes que favorezcan al ciudadano común y no a pequeños grupos de poder y el Judicial juzgar sea quien sea el que cometa el delito. Los funcionarios deberían ser los primeros en dar el ejemplo de honestidad y los primeros en pagar las consecuencias en caso de abuso de poder y de corrupción. El ejemplo debe darse de arriba hacia abajo. Una sociedad con un gobierno corrupto necesariamente se volverá corrupta. Invertir en educación es fundamental para que la gente no sólo vote mejor sino conozca y ejerza sus derechos cívicos. El problema radica en que a una buena cantidad de líderes políticos esto no les conviene ya que de educar a su población como es debido, jamás volverían al poder, ni aún reciclándose.