Ampliación presupuestaria 2013: la caja de Pandora del PRO

María José Lubertino

Como se viene repitiendo año tras año, el PRO reconoció la subestimación de recursos en el presupuesto sancionado 2013 del Gobierno de la Ciudad y presentó un nuevo proyecto de ampliación presupuestaria, el más abultado de todos estos años, sorpresivamente aprobado en tiempo récord y sin demasiado control ni análisis.

Con un estudio riguroso de las partidas a las cuales van a ir destinados los montos adicionales de la ampliación, se evidencia que existen datos generales y vagos sin especificar claramente el programa así como una desigual distribución de los recursos. Esta ampliación además de exponer la ineficacia y la imprecisión con la que se realiza el presupuesto también demuestra la estrategia de la gestión PRO de esquivar los procesos habituales de análisis y aprobación del presupuesto presentado para el ejercicio, sin mencionar el abandonado mandato constitucional incumplido del presupuesto participativo. La presentación es poco detallada, brindando sólo información del ministerio y del inciso de destino de las partidas y muchas veces con nombres amplios como “obras varias” o “transferencias”.

Habiendo hecho reiterados aumentos de impuestos que afectaron a todos/as los/as porteños/as, pero especialmente a la clase media y a los/as que menos tienen, la gestión del PRO va a recaudar más de lo que imaginaron y estimaron originalmente en el presupuesto 2013. Es así que la ampliación prevé incorporar en recaudación tributaria unos $5.645 millones donde la mayor recaudación esta explicada por el impuesto a los Ingresos Brutos que representa un aumento en $4.272 millones.

Otro impuesto que afecta a los/as dueños/as de vehículos de la Ciudad, se estimó que va a tener una recaudación adicional de $137 millones. En cuanto a los/as inquilinos/as y los propietarios/as de viviendas de Buenos Aires que sufrieron los sistemáticos aumentos de ABL, se estima que van a aportar más de lo que se aprobó en el presupuesto 2013, con una ampliación presupuestaria de $592 millones. En el proyecto se explica que esta ampliación presupuestaria en los ingresos tributarios como los impuestos a los vehículos, inmuebles y sellos se debe a un mayor dinamismo del mercado automotor, productivo e inmobiliario en cuanto a precios y volumen de ventas. Estas justificaciones revelan que el gobierno nacional es el generador del crecimiento económico que beneficia directamente a la recaudación porteña contradiciendo sus propios presagios y estimaciones agoreras.

Distribución desigual de los recursos

La distribución de los recursos de la ampliación presupuestaria deja entrever a los verdaderos beneficiados/as de las medidas del PRO. Se destaca el “incremento salarial” donde los mayores montos son absorbidos por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ($ 102.000.000), el Ministerio Público ($101.081.860), el Consejo de la Magistratura ($145.504.570) y sobre todo las Obligaciones a cargo del Tesoro ($2.769.804.644). Esta ampliación del crédito vigente en “gastos en personal” en un 17% es justificado por el PRO a partir de las paritarias impulsadas por las agrupaciones gremiales. Sin embargo, en el proyecto presentado por el PRO no hay aumentos salariales en el Ministerio de Salud, el Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Cultura ni el Ministerio de Educación a pesar de la extensa explicación del PRO de los aumentos salariales al personal médico y docente.

En cuanto a “bienes de consumo y gastos no personales”, justifican la ampliación presupuestaria por los mayores costos por culpa de la inflación y el aumento sostenido de precios (delegándole la responsabilidad al Estado Nacional), sin reconocer el error de cálculo y estimación del presupuesto en que incurrieron. Aun cuando en declaraciones mediáticas cuestionaban los índices oficiales de inflación, utilizaron estos mismos para sus estimaciones, demostrando una falta de coherencia entre sus declaraciones mediáticas y sus previsiones económicas. El Gobierno Nacional se encargó de reactivar la actividad y reimpulsar el crecimiento económico a partir de la aplicación de medidas expansivas contracícliclas. El reconocimiento a esta nueva realidad se refleja en el mismo proyecto de ley que destaca el mayor dinamismo en el volumen de ventas del rubro automotriz, uno de los elementos de tracción de todo el aparato industrial argentino. Adicionalmente reconoce que los ingresos por coparticipación serán mayores a los estimados por una mejor performance de la recaudación nacional. Nuevamente el PRO se ve beneficiado por las políticas de crecimiento con inclusión social encaradas por el Gobierno Nacional que impulsan su recaudación e impacta directamente en mayores recursos para las arcas subnacionales.

Nuevamente la gestión PRO beneficia a contratistas amigas

El punto referido a “transferencias y subsidios”. El PRO resalta los subsidios sociales, la asistencia a villas, a ex combatientes de Malvinas y a las víctimas de Cromagnon, Hospital Garrahan y damnificados de los temporales de 1 y 2 de abril del 2013. Sin embargo, estos ítems representan un monto reducido en comparación a otras transferencias como las destinadas a SBASE para obras y subsidios. Macri justificará esta ampliación en la imposibilidad de ejecutar su política fallida del incremento tarifario. De tal manera el PRO evade esta práctica de buena administración, y lo que no pudo realizarlo por un ajuste en los pasajes, lo hace mediante una transferencia del Estado porteño.

Con la excusa del “retraso en las tarifas” se amplían las transferencias directas. Estos supuestos incrementos de costos no fueron verificados ya que todavía no se hizo la auditoría a Metrovias ordenada en diciembre ni tampoco se ha enviado a la Comisión de Presupuesto la estructura de costos del mantenimiento del subte. Además a pesar de que Metrovías muestra déficit en sus balances, desvía ganancias en sus subcontratadas. El destino de los $220 millones para obras (según información enviada por el Ejecutivo) serán $104 millones para aires acondicionados en la líneas D y B y $116 millones serán destinados a “inversiones de emergencia y mejoras de red” mostrando la falta de claridad en el destino de los fondos.

Para considerar algunas cifras, las “Inversiones Transportes Subterráneos” tiene una ampliación presupuestaria de $220.000.000 y los subsidios Transportes Subterráneos asciende a $ 429.000.000. Por otro lado, los Subsidios Malvinas y Cromagnon tiene una ampliación de solo $15.000.000, la ampliación de la Ley 4505 con subsidios por inundaciones es de $80.000.000, y las transferencias al Hospital Garrahan aumenta en $74.000.000.

Otro aspecto relevante es la ampliación presupuestaria al Ministerio de Ambiente y Espacio Público para la recolección de residuos que asciende a la cifra de $302.000.000, sabiendo que el servicio de recolección de residuos se encuentra en situación irregular y requiere en las comunas donde los prestan empresas privadas el doble que el Ente de Higiene Urbana para realizar la misma tarea.

Falta de transparencia y claridad

Es llamativa la falta de transparencia en la ampliación del presupuesto para “Bienes de Capital”. Muchas obras e inversiones en cuestión están nominadas como “obras varias” sin el más mínimo detalle de si los recursos adicionales van a ser para obras nuevas o debido a la redeterminación de precios de obras en curso. Algunos ejemplos son las obras electoralistas y de “maquillaje” del Ministerio de Ambiente y Espacio Público donde figura una ampliación para “Obras Varias” de $490.000.000 y la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana con un incremento presupuestario para “Obras varias en Comunas” de $145.000.000 sin definición ni conocimiento ni participación de las Juntas comunales. Seremos sorprendidos con canteros innnecesarios, juegos de agua o rejas no solicitadas, arreglos y pavimentaciones que se hacen mal y varias veces… en detrimento de obras de infraestructura de envergadura como subtes o inversión en vivienda.

¿Y el Presupuesto Participativo?

Es necesario remarcar que esta ampliación presupuestaria prosigue consolidando la tendencia PRO a la violación sistemática del mandato constitucional que exige la participación popular en la decisión del destino de los fondos públicos. Esta herramienta política exige transparencia e información oportuna a la población que decide y controla. El PRO ha desaparecido esta práctica porque la mejor forma de poder hacer lo que se les da la gana es hacer caja rápida y con destino confuso. ¿Qué sorpresas nos deparará la caja de Pándora? Seguramente más buenos negocios para algunos, más cotillón electoral para otros/as y más deuda para los/as de siempre.