Chau privilegios

Cuando hace unos meses me ofrecieron la posibilidad de encabezar la lista nacional del frente Cambiemos a parlamentarios del Mercosur en las elecciones del año pasado, acepté sabiendo que el desafío que tenía por delante era enorme, que el Parlasur era un órgano sumamente desprestigiado —y con razón— ante los ojos de los argentinos y que la pelea que teníamos por delante era todo menos fácil.

En el Protocolo Constitutivo del Parlasur, se había establecido que habría dos etapas de transición hasta que el órgano estuviera integrado y funcionando como lo estipulaba su carta orgánica. La primera etapa sería entre los años 2006 y 2010, y la segunda etapa, entre los años 2011 y 2014. Llegado el último año de la segunda etapa, el Parlasur debía estar integrado plenamente por parlamentarios electos por el voto directo de la gente y no por enviados de los gobiernos de turno. De más está decir que este cronograma nunca fue cumplido. Por esta razón es que se decidió prorrogar la etapa de transición hasta el año 2020, momento en que finalmente el Parlasur quedaría integrado como lo indica su carta orgánica. Al día de la fecha, sólo Paraguay y Argentina se han adelantado al cronograma final y han realizado elecciones directas para seleccionar a sus parlamentarios. En consecuencia, la integración actual del Parlasur (y hasta el año 2020) no responde a lo establecido por el Protocolo Constitutivo, por el Acuerdo Político para la Consolidación del Mercosur y por el propio reglamento interno del organismo. Continuar leyendo

Un magnicidio

El 18 de enero nuestra memoria evocará un momento aciago para la sociedad argentina. El magnicidio del fiscal Alberto Nisman. No un homicidio ni un suicidio. Un magnicidio como lo define nuestra Real Academia. La “muerte violenta dada a una persona muy importante por su cargo o poder”.

Nadie duda de que no fue su propia voluntad la que ejerció la violencia y la que causó su muerte, salvo las marañas procesales que ocultan en un fárrago de pruebas, pericias, declaraciones, y autos judiciales, la verdad real y hasta la verdad formal.

¿Por qué era Nisman una persona muy importante por su cargo o poder? Porque el Presidente Kirchner lo había nombrado Fiscal a cargo de la Unidad Especial AMIA y Embajada de Israel. Porque había dictaminado la responsabilidad internacional de Irán en esos atentados, en virtud de lo cual se los considera crímenes de lesa humanidad. Porque la mayor parte de la comunidad judía argentina, de la que formaba parte, confiaba en él. Porque era un profesional respetado y capacitado para el ejercicio de sus funciones y la noticia de su muerte se expandió hacia la opinión pública y las organizaciones internacionales. Y porque el gobierno kirchnerista hasta 2012 defendía sus argumentos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

¿Cuáles fueron los móviles de ese asesinato? Todo es aún muy oscuro. Se mezclan en un aquelarre ominoso, los servicios secretos, las fuerzas de seguridad, fiscalías y juzgados, largas y tenebrosas manos de gobiernos extranjeros, sicarios y sus cómplices bien pagados, peritos, funcionarios responsables de la investigación criminal. Surgen hipótesis innumerables, de las más afiebradas e interesadas hasta muchas creíbles y aterradoras. La literatura, las redes sociales y los medios de comunicación multiplican sus versiones. La justicia no ha hablado y la fiscalía ha hablado en demasía sin esclarecer nada.

¿Quién se ha beneficiado con su muerte y su silencio? ¿A quién no le convenía la denuncia judicial que hizo y la audiencia frustrada ante la Cámara de Diputados de la Nación al día siguiente de su muerte? ¿Quién ha utilizado su indefensión absoluta para denigrarlo como persona y como fiscal, para inmiscuirse en su vida privada y en su patrimonio sin pruebas ni razones suficientes, pero sí con objetivos políticos indignos? ¿Quién se perjudicaba con su denuncia acerca de los motivos y de la celebración del tratado argentino-iraní, declarado inconstitucional por la justicia argentina?

En última instancia, las respuestas las dará el lector, porque tiene infinidad de información, a la que recurrir para ayudarlo a pensar. Si  una imagen vale más que mil palabras podemos quedarnos con esa silenciosa marcha de miles de paraguas bajo la lluvia torrencial del 18 de febrero y  con la presencia de sus dos hijas adolescentes que no comprendían tan enorme pérdida. Esa manifestación conmovedora se transformaba en un desgarrador llanto colectivo al que no solamente le dolía la muerte del fiscal sino la muerte de la credibilidad en la justicia y el Estado de derecho en nuestro país. Y si las palabras a veces tienen un peso definitorio más allá de las imágenes, son válidas las que escribió Nisman, en un último whatsapp a sus amigos: “…Me juego mucho en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones. Y hoy no va a ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé que no va a ser fácil, todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfa. Y me tengo mucha confianza. Haré todo lo que esté a mi alcance, y más también, sin importar a quién tenga enfrente. Gracias a todos. Será justicia.”

Manotazo de ahogado

En una maniobra sorpresiva y de evidente ilegalidad, en la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación del 4 de noviembre de 2015, el Frente para la Victoria (FPV) nombró como nuevos auditores generales de la Auditoría General de la Nación (AGN) a dos fieles representantes de La Cámpora, por un mandato de ocho años, al ex presidente del Banco de la Nación Argentina, Juan Ignacio Forlón y al secretario de Justicia, Julián Álvarez, aún en funciones en el Poder Ejecutivo, en reemplazo de los auditores Oscar Lamberto y Vicente Brusca, nombrados por el mismo FPV. Entendieron, erróneamente, que el mandato de ocho años de los reemplazados terminaba el 5 de septiembre, en lugar del 10 de diciembre, como lo indica el dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado.

Evidentemente, este cambio debía ser realizado por el Congreso renovado el 10 de diciembre de 2015, en su nueva integración. Pero no, el kirchnerismo se adelantó. El procedimiento de designación de los nuevos auditores fue inconstitucional y estuvo teñido de irregularidades graves. Fueron aprobados por la mayoría automática del oficialismo antirreglamentariamente, en una sesión especial, sin estar incluida en el orden del día y sin ser votada su incorporación posterior por una mayoría de las tres cuartas partes de los votos, que el oficialismo no reunía, jurando sin el quórum requerido.

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Chau fueros para el Parlasur

El día jueves de la semana pasada, la Cámara Nacional Electoral dictó la nulidad de la inmunidad de arresto para los parlamentarios del Mercosur. La decisión de la Cámara no es sino un avance para todos aquellos que estamos convencidos de que la Argentina que viene es un país en el que todos, independientemente de nuestra filiación partidaria, ocupación, estatus social o religión, somos iguales ante la ley.

Cuando el kirchnerismo adelantó las elecciones para parlamentarios del Mercosur, un órgano que recién quedará íntegramente formado, como su Carta Orgánica lo indica, en el año 2020, era evidente que el objetivo que perseguían era buscar protección para algunos de sus dirigentes. No es casualidad que la lista de parlamentarios del Frente para la Victoria la integren personajes como Milagro Sala, la dirigente de la agrupación que responsabilizan de la muerte del joven que repartía boletas de Cambiemos en Jujuy, dirigente que ahora debe ir a juicio oral y público por amenazar y escrachar a dirigentes de la oposición. O personajes como Oscar Parrilli, actual secretario de Inteligencia de una agencia estatal cuyo único objetivo pareciera ser el de espiar opositores, fabricar operaciones y apretar a quienes tengan el tupé de esbozar una opinión distinta de la que emana de la Casa Rosada. Tampoco es casualidad que sancionaran una ley que extendía los fueros que el propio Parlasur había dictado para sus miembros de manera que no pudieran ser arrestados. Continuar leyendo

Parlasur para la gente

Luego de 12 años de kirchnerismo, nos encontramos atravesados por hechos de suma gravedad política, institucional y social. La violencia, las irregularidades en actos electorales como en Tucumán, la politización y la cooptación de la Justicia, la impunidad, los delitos sin investigación ni justicia, los ataques a la libertad de expresión, la inflación y las inundaciones son solo algunos ejemplos de esta realidad con la que tenemos que convivir la mayoría de los argentinos.

Sería un error creer que estas cuestiones no están relacionadas. Lo que se esconde atrás de todas estas cosas es una concepción del Estado que, en vez de priorizar los intereses de los argentinos, prioriza los intereses de la clase política y de los corruptos. Es esa lógica la que los lleva a querer apropiarse de toda la estructura del Estado: los ministerios, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, los entes autárquicos, los organismos de control, las empresas estatales y, ahora también, el Parlasur. Sin embargo, los argentinos tenemos una oportunidad para elegir qué país y qué Estado queremos. Continuar leyendo

La muerte en tiempos del kirchnerismo

Ariel Velásquez tenía 21 años y vivía en  Jujuy, hijo de una familia humilde como tantas otras en la provincia. Ariel decidió participar en política como militante de la UCR porque no se conformaba con su realidad y tenía claro que tenía que hacer algo para cambiarla.

Ariel fue asesinado de un balazo por la espalda cuando regresaba a su casa luego de militar en los barrios, en un confuso hecho que aun no está esclarecido. Su muerte se da en el medio de una provincia que sufre el autoritarismo y la violencia constante de la Tupac Amaru, organización que lidera Milagro Sala y es amparada política y económicamente por la Presidente de la Nación.

Ariel es una víctima del estado actual de las cosas: un joven humilde que osó participar en política y la respuesta fue que le arrebataron su vida.

¿Qué​ nos está​ pasando? ¿Cómo es posible que las frases que se repitan con resignación sean “Nadie va preso en este País”, “No se va a saber que​ pasó con Nisman”, “Nunca va a haber justicia”?

¿Cuál es el mensaje? E​l mensaje es que la vida no tiene valor sino precio? 

El mensaje es que si sos pobre, y tenés sueños, que si te involucrás y enfrentás al poder, ​¿​pod​é​s perder la vida?, ¿Vamos a decirle entonces a las nuevas generaciones que la política mata?

Hanna Arendt hablaba de “la banalización del mal” y aquí toma cada vez más sentido. Si seguimos banalizando y naturalizando los crímenes, vamos a llegar a un punto de no retorno. 

Podemos enumerar miles de víctimas de este sistema de Gobierno que banaliza los crímenes, de este sistema que de repente pareciera que no es responsable de la seguridad del pueblo, y el pueblo, somos todos. El pueblo somos los muertos de AMIA, los muertos por el desastre ferroviario de Once y Castelar, los muertos por los saqueos, el pueblo también es Nisman, los muertos y damnificados por las inundaciones, las víctimas del paco y el narcotráfico en general, todos silenciados desde el poder y podemos seguir enumerando una lista de desidia dolor sin fin.

Si no podes dar las condolencias, si no sentís el dolor del otro, si no sentís el hambre del otro, si no sentís cuando el otro pierde todo, entonces estas inhabilitado moral y emocionalmente para dedicarte a la política. 

¿Cómo es posible que frente al homicidio de un joven, se utilice el poder del Estado para intentar ensuciarlo post mortem? ¿Cuándo dejó de ser el estado el responsable de haberle garantizado la vida? ¿Cuándo dejó de ser el responsable de protegerlo?

Cristina Fernández de Kirchner parece no entender que es la presidente de todos los Argentinos, y también fue la presidente de Ariel, y lo es de su mamá y su familia y amigos. Ariel merece respeto; su familia, justicia y verdad. Es espeluznante que la vida de un ser humano se resuma a su filiación política. 

Los argentinos queremos escuchar por cadena nacional que la vida vale, no que somos una ficha de filiación a un partido o de una organización violenta paraestatal.  

Cristina Fernández de Kirchner pone en riesgo la vida y la paz de muchos jóvenes como Ariel al dar su apoyo a Milagro Sala, quien tiene 30 procesos judiciales y está a punto de ser llamada a juicio oral. Milagro Sala goza de una impunidad alarmante. La violencia de esta mujer puede verla cualquiera en los registros de video en las redes sociales, y aun así la Presidente y Daniel Scioli la apoyan y dan poder. 

Entré en política cuando el entonces funcionario santacruceño Daniel Varizat atropelló a 20 docentes en pleno centro de la “Capital K” mientras se celebraba un acto con Néstor Kirchner en el Boxing Club de Rio Gallegos atestado de militantes traídos en docenas de colectivos. Nunca existieron palabras de apoyo a las víctimas del atropello. Varizat quedó libre, hoy tiene carnet de conducir y la respuesta fue premiar a los jueces que le dieron libertad a Varizat ascendiéndolos. Las víctimas de ese hecho hoy sufren las secuelas no solo físicas, sino psicológicas y morales.

Si perdemos la capacidad de indignación, si naturalizamos el crimen, estamos condenados a la barbarie.

Si no nos duele el otro, no somos merecedores de conducir ningún Estado, ni representar al ciudadano.

El NUNCA MÁS es para todos

Las decisiones las toman los que se presentan

El Parlasur se creó en el año 2006 para reemplazar a la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur, que era hasta ese momento el órgano deliberativo del Mercosur. Se creó como un órgano pensado para promover el proceso de integración que había comenzado allá por el año 1991. Su objetivo era construir lazos y procesos a través de los cuales los países miembros del Mercosur pudiéramos transitar ese camino que comenzó con la vuelta de la democracia.

Sin embargo, ni el Mercosur ni el Parlasur, como órgano deliberativo del primero, vienen cumpliendo con la tarea para la que se crearon. Lo que se pensó originalmente como un proceso de integración para enfrentar los cambios que se habían producido como resultado de la globalización, de manera que los países miembros pudiéramos contar con una fuerza relativa que no teníamos unilateralmente para negociar con los distintos actores de la escena mundial, hoy se encuentra truncado.

Luego de más de veinte años, el Mercosur no solo no cumple con las funciones más básicas para las que fue creado –ser un mercado integrado entre los países miembro-, sino que además nos encuentra en una situación en la cual tenemos innumerables conflictos entre los miembros, tanto de índole comercial como de índole política. Continuar leyendo