Cárceles o escuelas, ¿ésa es la cuestión?

Muchas veces la política plantea esta cuestión en términos excluyentes. ¿Gastar en educación o gastar en cárceles?

Lo que debe comprenderse es que tanto las escuelas como las cárceles son necesarias en cualquier sociedad. Y funcionan en diferentes etapas del sistema criminal.

La relación entre entrada al delito y educación está probada por múltiples estudios, es decir cuanta más educación, menos entra la gente al delito, y ello por varias razones muy bien sintetizadas en The Effect of Education on Crime: Evidence from Prison Inmates, Arrests, and Self-Reports, por Lance Lochner y Enrico Morett. Continuar leyendo

Seguridad urbana, una experiencia argentina

Transcribo aquí algunos criterios a tener en cuenta por el gobernante, en base a modelos de otros países y a una experiencia propia, en una provincia argentina.

La Política Criminal del Estado debe prever metas a mediano y largo plazo para evitar la entrada de actores al sistema penal, por ejemplo, elaborando planes de rescate y cuidado de menores en riesgo, de fortalecimiento de la familia evitando la violencia doméstica, y sobre todo poniendo especial énfasis en los programas educativos antidroga en las escuelas desde los primeros grados (está probado que los alumnos “tratados” con estos programas son menos proclives a experimentar drogas y caer en el delito).

Por el contrario, el Plan de Seguridad, debe contener medidas para la solución rápida del problema de la delincuencia urbana, es decir apuntado a prevenir hechos delictivos y  a separar del seno social a quien agrede a sus integrantes. La gente necesita soluciones ya, no a 10 o 20 años. Los Planes que esporádicamente se muestran en Argentina como exitosos, no lo son. Un plan eficiente debe mostrar al menos una baja sostenida en la tasa de criminalidad del 20% anual.

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