La re-colonización de Cuba

Martín Guevara

Las nuevas tecnologías nos pueden dejar postrados con una lumbalgia de órdago a causa de horas interminables frente a uno o más tipos de pantallas, computadoras de sobremesa, iPad, smartphones, televisores que conectan a internet como casi seguro dentro de poco harán los porteros automáticos, los microondas y más de una marca de batidoras.

O bien puede que si son utilizadas a favor del conocimiento sean una herramienta increíblemente útil, como cuando ayer puede ver desde la península ibérica en el programa de María Elvira en la CNN para los hispanoparlantes de EEUU, una serie de denuncias a modo de noticias desopilantes, que paradójicamente seguro son menos creíbles para todo tipo de opositores, disidentes o simples descreídos de las virtudes de la Revolución, que para los protagonistas de ese truculento engaño de tamaño mastodóntico.

El programa muestra una publicidad de un complejo turístico de alto standing para disfrute y usufructo de multimillonarios cerca de la península de Guanahacabibes, en la Occidental provincia de Pinar del Río, cuna de bellezas naturales ocultas y anónimas de la isla. Punta Colorada Golf & Marina. Con más de treinta kilómetros de playa de arena blanca tan exclusiva y excluyente, extendiéndose por cuatro mil hectáreas, equivalente a ocho mil campos de fútbol, con nueve kilómetros de puertos deportivos especializados en amarres de megayates, marinas secas para su reparación e instalación de astilleros, campos de golf por doquier, hípicas, viviendas de lujo, instalaciones de ocio de altura de deportes y relax de elite, restaurantes, cabarets, hoteles de un lujo ni siquiera concebido en varios de los países capitalistas de los alrededores. Y además pude ver un documental publicitario también sobre la ya construida Marina Gaviota en la punta de la península de Varadero, en Matanzas, popularmente conocida como Punta Francés

¡Golf, ron y chuchis baratas para industriales, banqueros y truhanes internacionalistas amigos de la Revolución!

En medio del coloquio televisivo uno de los entrevistados mencionó el Hotel Habana Libre como antiguo refugio de familiares de revolucionarios, sin darse cuenta hasta qué punto dio en el clavo con su intención de establecer un contraste, ya que además de servir de refugio para varios parientes del guerrillero heroico, y de numerosas familias de insignes revolucionarios del mundo, fue allí precisamente donde abrió la primera tienda piloto en dólares para uso exclusivo de extranjeros, en 1976.

Estas inmensas marinas para el disfrute de los multimillonarios son los “biznietos” de aquella pequeña y pionera tienda segregacionista del Hotel Habana Libre. 

Que esto pase mientras aún está vivo Fidel, quien encarceló, exilió, expulsó de la normalidad, convirtió a la demencia, a todo aquel que manifestase el deseo de disfrute del mundo material del capitalismo, es tan cruel y perverso que me impide bautizarlo con las palabras apropiadas, o tal vez me persuade de no declarar los inmediatos deseos crecidos desde las entrañas.

Siempre se pudo advertir que entre todos ellos unidos no llegaban a juntar ni una sola virtud, y que al final todos se encontrarían en el lodazal forcejeando por un trozo de poder, pero ni la más fecunda imaginación llegaba a imaginar esta claudicación de todo valor iniciático.

Es menester denunciar las conductas de estos represores, ahora reconvertidos en cazadores del dinero capitalista obtenido por cualquier medio, porque ¿nos imaginamos de quiénes podrán ser los megayates que atraquen allí? ¿Serán de comunistas luchadores por el internacionalismo proletario? ¿Serán de trabajadores vanguardia? ¿O serán quizás, acorde con el lenguaje de estos protorevolucionarios de papel cartón, de los explotadores de los pueblos mejicanos, hondureños, costarricense, brasileño, argentinos, uruguayos, españoles, franceses y de buena parte de los peores criminales de estos países?

Me pregunto: ¿qué puede pasar por la mente de un Huber Matos, que luchó codo a codo con los más aguerridos revolucionarios para el restablecimiento de la democracia en Cuba, para la profundización de la Justicia social, de la libertad y la dignidad del pueblo de Cuba, y fue apresado veinte años por no plegarse a la súbita decisión fidelista de alinearse con la Unión Soviética? ¿Qué pueden pensar aquellos a quienes se les expropiaron sus bienes por pertenecer a la pérfida burguesía nacional? Ciertamente mucho menos acaudalada que los destinatarios de este proyecto “internacionalista”.

Quizás les ocurra lo inverso a lo esperado, y sientan un íntimo alivio, cierto placer al constatar la sospechada catadura ética de los otrora tótems de la superioridad moral.

Siento no poder afirmar que estoy en condiciones de analizar este hecho con la objetividad sociológica, literaria o periodística necesaria. Otros estudiarán el característico fenómeno “tsunami” que se produce en las Revoluciones, dado el cual el retorno al capitalismo se ve acompañado por una voracidad inédita en el deseo colectivo e individual de consumo, de posesión de propiedades, de ostentación de dinero, y en una desaparición de todo pudor o prurito, de toda pauta moral que pudiese oficiar de rémora o freno en la manifestación de tal desmesurada avidez.

Y de intermediarios entre los dueños del pastel capitalista y los indigentes milicianos del pueblo, veremos a los de la guayabera, como en la antigua URSS los dirigentes del Partido posicionándose, para partir con ventaja en la vertiginosa maratón de acumulación de capital que ya los lleva al trote.

Aunque no cabe esperar que pierdan sus viejas costumbres y hagan partícipe al pueblo de estos novedosos filones, no sorprendería en absoluto si a alguno de los megahoteles o megarestaurantes para traficantes de capital y de padecimiento proletario decidiesen bautizarlo como “El Hombre Nuevo“.

Aunque no haciendo mención por esta vez, a los valores socialistas que pregonasen en un inicio sino más bien, en honor a los ya presentes y futuros conductores de esta segunda parte dotada de mayor pragmatismo de la saga: “Revolución Be bop”.