El nuevo Tiranosaurio Rex

El drama de los refugiados sirios que está de rabiosa actualidad estos días en Europa, que de por sí constituye un motivo de preocupación, me sumió además en una triste observación.

La tragedia que traen de sus tierras de origen los exiliados se ve agravada cuando pasan por las manos de los criminales serbios, búlgaros y húngaros, que no dudan ante la posibilidad de ganar unos beneficios con el tráfico ilegal de personas.

Pero lo peor les espera al cabo de las mafias, los Gobiernos y la sensibilidad general de la población de estos países ex satélites de la URSS. En relación con la “solidaridad”, los derechos humanos, casi inexistentes, en tanto Austria muestra una sensibilidad y sobre todo una forma de actuar ejemplar.

La historia de la primera mitad del siglo XX nos demostró claramente que no es que los austríacos sean intrínsecamente bondadosos y que en cambio los húngaros, serbios o búlgaros sean cucos demoníacos por naturaleza.

Este es el resultado del perverso experimento muy inapropiadamente llamado “comunista”, ya que no cumplía siquiera con los basamentos que tal ideología propugnaba por entonces y que en el continente europeo tuvo lugar en los países de detrás del muro de Berlín, donde menor desarrollo capitalista existía. Continuar leyendo

Los ex dictadores del proletariado que abren la puerta al capitalismo

La izquierda cuenta con una ventaja y un problema fundacional: es la vía idónea para gestionar un conjunto de valores morales, éticos, de solidaridad, de fraternidad, equidad, justicia social y que son de aplicación y expresión individuales y de masas, lo cual parece conferirle a quien se reconoce de dicha sensibilidad, un aura de superioridad moral frente a quien declara una mayor inclinación hacia la consecución de los beneficios económicos, del enriquecimiento material en detrimento del espiritual o del ansia de justicia social.

Y a su vez lo coloca en una situación contradictoria de cara a las sempiternas aspiraciones de poder, ya que en el mismo instante que la izquierda tomase el poder pasaría a ser la derecha más extrema de su propia propuesta, de las causas y los elementos fundacionales de su propia génesis.

La sensibilidad llamada de “izquierdas” a lo largo de Historia y desde la Revolución Francesa, y que ha tenido distintos sustentos ideológicos más o menos estructurados, parece incompatible con las aspiraciones a formar parte de más altas esferas del Poder. Continuar leyendo