Echale la culpa a Massa

Martín Pittón

“Lo que le pasó a Massa no es grave, es un hecho de inseguridad. Lo que es grave es cómo manipuló la información”, declaró Sergio Berni y acusó al intendente de Tigre de utilizar el robo a su domicilio con fines electorales. Además, responsabilizó a la Justicia por no haber difundido la denuncia.

El explicación de Berni es por lo menos extraña y al igual que Horacio Verbitsky, quien reveló el episodio, busca responsabilizar a Massa. A medida que pasan las horas la polémica crece. Todavía el gobierno no se ha animado a decirlo explícitamente, pero da a entender que el robo en la casa del intendente de Tigre fue armado por él mismo como una acción de campaña. En cambio, los medios que responden a la Casa Rosada han ido más allá y prácticamente acusan a Sergio Massa de ser el autor intelectual del robo a su casa y su posterior ocultamiento para revelarlo en la veda electoral y conseguir atención mediática cuando el resto de los candidatos estaría obligado a permanecer callado.

El argumento es por lo menos rebuscado, porque si se sigue el razonamiento Massa debió convencer al prefecto Alcides Díaz Gorgonio de montar un show mediático para sus propias cámaras de seguridad, a riesgo que el oficial de la Prefectura termine preso, como está en estos momentos. Sergio Berni, en el programa 6 7 8 dijo que Massa debió decir que Díaz Gorgonio era su empleado, lo acusó de querer vender cámaras de seguridad y aclaró que se trataba de un hecho de inseguridad más. En línea con el gobierno, el senador Aníbal Fernández aportó lo suyo revelando que en 2007 fue el propio Massa quien le pidió que el prefecto, hoy detenido, fuera designado para hacer adicionales en el barrio cerrado donde vive y que la mujer del oficial trabajaba como empleada doméstica en la casa del candidato. Sin embargo, el secretario de Seguridad de Tigre, Diego Santillán, dijo que María Martínez, no la mujer del prefecto, desde hace quince años trabaja en la casa de los Massa como empleada doméstica. “Andan carpeteando y poniendo datos de la inscripción de una persona que trabaja hace 15 años como doméstica en la casa de Sergio y la quieren mezclar con esta persona y no tienen nada que ver”, le retrucó Santillán a Fernández.

Es muy llamativo que al secretario Berni, en rigor de verdad el verdadero responsable del Ministerio de Seguridad, no le parezca grave el episodio y crea que sólo se trata de un hecho de inseguridad más. En primer término el detenido no se trata de un delincuente común. Es un oficial de la Prefectura Naval Argentina, que integraba un organismo de enlace con otras fuerzas; esta sola circunstancia hace que no sea un hecho de inseguridad más. Por las dudas si Berni no lo sabe, es importante recordar que la Prefectura depende del Ministerio de Seguridad, que casualmente es la cartera donde él es el segundo. Entonces, ya no sólo es grave que el único detenido se trate de un oficial de una fuerza de seguridad, lo más preocupante es que a Berni le parezca que la cuestión no sea grave cuando se supone que mínimamente el Estado debería al menos controlar el personal que debe cuidar a la población. La suegra de Sergio Massa, Marcela Durrieu, declaró en FM Identidad que Díaz Gorgonio era un oficial de inteligencia. Si este dato se confirma, sería otra cuestión complicada.

Es raro que a Berni no le llamara la atención que el oficial de Prefectura portara un arma con silenciador y mucho menos que entre las cosas que se llevó del domicilio se contaran tres CD y dos pendrives. Díaz Gorgonio también sustrajo $ 65.000 y U$S 1.200; además de lapiceras, relojes, gemelos, aros y hasta una imagen con la figura de la Virgen. Decididamente un botín magro. Ni siquiera una computadora o un plasma, ni un mero electrodoméstico, todos artículos que fácilmente podía cargar porque había ido con su auto. Nada de todo esto es importante para Sergio Berni.

La principal preocupación para el secretario de Seguridad parece ser que Sergio Massa no haya denunciado el robo en los medios. Probablemente, si lo hubiera hecho el propio Berni habría dicho que trataba de victimizarse en el final de la campaña. Claro que esto se trata de una conjetura. Sergio Massa explicó que no hizo público el hecho porque se lo había pedido el fiscal hasta que terminara la investigación, algo que no parece demasiado extraño especialmente si quien está detenido es un oficial de una fuerza de seguridad en el contexto de una campaña electoral. Por su parte Durrieu afirma que Massa se comunicó el mismo día con Berni para explicarle lo sucedido y que el secretario estuvo de acuerdo con el fiscal en mantener en reserva la difusión del episodio. El mismo Berni admitió que estaba en conocimiento de los hechos desde antes que Página 12 los revelara el domingo pasado. Si es cierto lo que cuenta la suegra de Massa, sería importante saber por qué Sergio Berni cambió de opinión. Algo que todavía es un misterio.

Suponiendo que Sergio Massa fuera el “autor intelectual” del robo, que para ello hubiera convencido a Díaz Gorgonio y que todo se tratara de una acción campaña; no se entiende por qué iba a montar la escena con dos semanas de antelación. Perfectamente podría armar el “show mediático” del que ahora hablan los voceros del oficialismo esta misma semana y tener toda la atención de los medios. No cierra.

Pero aún cuando hubiese sido así, Berni seguiría siendo el responsable político que un efectivo de una fuerza de seguridad se prestara a semejante montaje. Es probable que por lo menos la Prefectura necesite cambiar su responsable de recursos humanos.

Si Massa esperaba el momento justo para utilizar políticamente el robo de su casa, habrá que convenir que la jugada le salió muy mal porque hasta ahora parece que el oficialismo es el único beneficiario. No cabe ninguna duda que toda esta trama, que por el momento genera más dudas que certezas, le ha servido al kirchnerismo para disparar todo tipo de críticas sobre su principal adversario electoral en el distrito más importante del país e involucrarlo en una suerte de conspiración propia de Dan Brown, el autor del Código Da Vinci.

Es preocupante que para el principal responsable en materia de seguridad como es Sergio Berni, el robo a la casa de Sergio Massa no sea grave y sólo se trate de un hecho de inseguridad más. El primer problema es que todo hecho de inseguridad es grave aunque Berni no lo crea. El segundo es que el único detenido se trata de un efectivo de la Prefectura, que con total impunidad irrumpió en la casa de un candidato y disparó hacia una cámara de seguridad una pistola con silenciador. Pero nada de todo esto es grave. ¿No habrá llegado el momento de preguntarse qué sería un hecho de inseguridad grave?

Malena Massa se preguntó “quién puede ser el hijo de puta que puede creer que esto nos benefició”. Es muy probable que ella misma tenga la respuesta.