Veranear en tiempos de estanflación

Martín Simonetta

Se acerca el verano y aparecen las preguntas sobre cómo será la temporada en Argentina para el sector turístico y adónde irán de vacaciones los residentes de nuestro país. Asimismo, qué proporción de personas podrán hacerlo. Las cíclicas idas y venidas de la economía argentina resultan determinantes para comprender cómo el momentum actual afecta nuestras decisiones y los planes de nuestras familias al respecto.

Comparando la situación presente respecto de escenarios previos, observamos que la temporada 2014-2015 nos encuentra en el contexto de una situación de alta inflación (cercana al 40%) y una caída del nivel de actividad que atentaría contra las posibilidades de los argentinos de tomarse un tiempo para la recuperación de energías.

Por otra parte, observamos el encarecimiento del turismo de los argentinos en el exterior como consecuencia del incremento del llamado “dólar blue” (cercano a los 15 pesos) y “dólar tarjeta” (oficial más 35%), y las restricciones a la compra del dólar oficial (8,50 pesos), que no es otra cosa que la pérdida de valor del peso respecto de las monedas extranjeras. Solemos decir que “sube el dólar” pero en realidad el que pierde valor no es otro que el golpeado peso, respecto de otras monedas. En consecuencia, se ha encarecido la opción de vacacionar en el exterior en comparación con hacerlo en Argentina (aunque hay quienes apuestan a “pesificar” al menos el costo del pasaje en las cuotas fijas en pesos de las líneas aéreas nacionales).

 

Del “deme dos” a “vivir con lo puesto”

Toda esta compleja situación refuerza una tendencia en favor del veraneo en Argentina, al “encarecerse” (al menos para quienes tenemos ingresos en pesos) el turismo en el exterior. Un estudio de la consultora Maxus analiza con precisión el perfil del turista argentino y señala que aproximadamente ocho de de cada diez argentinos salen de vacaciones y 7 de cada 10 veranean dentro del país, tomándose cada uno de ellos un promedio de 11 días de vacaciones y eligiendo un 50% los meses de enero y febrero para hacerlo. Entre los turistas argentinos, uno de cada tres elige las playas bonaerenses, pero esta relación es aún más fuerte entre los porteños: uno de cada dos.

En las próximas semanas se irá definiendo si en esta pulseada –en un sector que representa alrededor del 7% de la mano de obra del país y genera cerca del 6,5% del PBI del país- pesa más la situación de inflación recesiva que vive nuestra economía o si el encarecimiento de veranear en el exterior “subsidia” al golpeado mercado turístico local.

Como hemos comenzado señalando, la instancia del momento del ciclo económico argentino nos lleva –en un vuelo sin escalas- del “deme dos” en el exterior a volver a veranear pesificadamente en el país, los que tengan la suerte de poder hacerlo.