El cielo no es verde

- Qué lindo y celeste está el cielo.

- ¿Si? ¿Seguro? ¿Estás seguro que está lindo y celeste?

- Lo veo, sí.

- A mí me parece que es verde. A vos te quisieron enseñar desde chico qué es lindo, te implantaron un chip en donde prefijaron tus gustos, a través de la publicidad, la educación y tus relaciones sociales. También vino alguien un día y te dijo que el cielo era celeste y vos lo repetís sin pensarlo.

- Pero si me acuerdo que hace un tiempo vos también decías que te gustaban los días lindos, cuando el cielo estaba totalmente despejado, celeste, ¿qué te pasó?

Esta conversación podríamos estirarla 20 páginas sin que los dos se pusieran de acuerdo. Desde hace rato, la discusión política en Argentina se parece a esto, argumentos racionales frente a afirmaciones ilógicas sostenidas con vehemencia. 

¿Es posible discutir en estos términos? Si, pero es poco práctico.

Se publicó una encuesta de Management and Fit, en donde se sostiene que del electorado afín al kirchnerismo, un 20% estaría dispuesto a votar a quien fuera que Cristina Fernández de Kirchner elija: sea Scioli, Randazzo, Massa o Macri. Es decir, un voto no es ideológico, ni político, ni moral: un voto fanático. 

En 1951, en el contexto de la posguerra de la segunda guerra mundial, Eric Hoffer publicó un libro “El verdadero creyente”, en donde explica cómo los movimientos de fanáticos surgen y se desarrollan. Primero con “personas de palabras” y luego con “personas de hechos”, que se potencian con la energía creativa de estos fanáticos y que esta energía puede derivar en canales positivos o canales negativos. Explica que la muerte de los movimientos fanáticos ocurre cuando desaparecen las personas de acción y solo quedan las personas de palabras. Es decir, cuando solo se habla y se deja de hacer.

El Guasón del Caballero de la noche le dice a Batman al borde de un abismo “Es como la locura, solo se necesita un pequeño empujón”. Si alguien dice que el cielo es verde es muy tentador sentarse a explicarle a la otra persona por qué es celeste, pero es una pérdida de tiempo.

Tener que explicar, en el contexto de un país con aspiraciones democráticas, porqué estar en desacuerdo con las políticas de un gobierno no es de golpista es exactamente lo mismo. Muy tentador, pero una pérdida de tiempo.

Cacerolazos: los límites de la indignación

En el año 2011 en España surgió el Movimiento 15-M, más conocido como “Los indignados”, inspirado en el panfleto de Stephanne Hessel “Indignaos”. Llenaron calles, generaron comités, explotaron las plazas con proclamas en contra del sistema, el capitalismo y el desempleo. El resultado de eso fue que el Partido Popular de España -conservador- ganara las elecciones.

En Egipto surgió lo que luego se denominó “Primavera árabe”, en la que la novedad fue el uso de las redes sociales para convocar masivamente a los jóvenes para derrocar al dictador Hosni Mubarak. El resultado de este derrocamiento fue que asumió un gobierno de transición que hoy, según ONG’s es mucho más represivo y antipopular que el de Mubarak. Continuar leyendo

Hay 95 planes sociales pero ni uno solo de seguridad

La carnicería de lo inmediato hace que estemos afilando el cuchillo cada día esperando a carnear a la víctima de la semana. Ivo Kutzarida se abraza al motochorro. El motochorro, que para unos es una víctima del sistema y para otros hay que crucificarlo ya se perfila como participante del próximo Bailando por un sueño. El Padre Juan Carlos Molina, titular de la SeDroNar, opina que hay que despenalizar todas las drogas. El Padre Pepe le achaca que desconoce la realidad de los barrios y que el Papa no estaría de acuerdo con esto; el Padre Molina dice que sí estaría. Continuar leyendo

El Gobierno Nacional es su propia Alianza

El Gobierno Nacional, a catorce meses y luego de 11 años en el ejercicio del poder, dejó de funcionar. Quizás sea mérito de la crisis del 2001 y la mala experiencia con la inestabilidad institucional, las cuales hayan compuesto un cóctel explosivo que convierte en una insuperable expectativa el llano sentimiento porque la Presidente finalice en tiempo y forma su mandato. Nadie espera nada más.

El kirchnerismo se las ingenió muy bien para poner a prueba la solidez republicana de la que estamos hechos. En sus intentos por controlar el Congreso y el Poder Judicial, se encontró con una posibilidad que en los papeles parecía remota: se fortalecieron los otros dos poderes. Durante mucho tiempo les rindió el método de discutir con enemigos invisibles, acaso para evitar la discusión con otras fuerzas políticas, pero el mediano plazo los esperó con que de tanto intentar quedar solos en el ring se les cumpliera el deseo y ya nadie se suba a ese ring, sino que les tiran piedras desde abajo -y desde arriba.

Lo que no pudo fortalecer el kirchnerismo es la calidad democrática. Allí sí triunfaron. Dinamitaron los canales institucionales de trabajo y diálogo con los partidos políticos, y los reemplazaron por la colocación de empresas e “intereses transnacionales” como interlocutores. Esto trajo como consecuencia la constitución de amontonamientos políticos que, en contextos de normalidad, nunca se hubieran dado.

El Gobierno Nacional generó condiciones democráticas basadas en el principio de mala fe, en la idea de que el otro siempre busca el perjuicio propio. Todo por miedo a perder el escritorio y el teléfono de gobierno. Y se nota. Es una crisis tan honda que hasta será un dilema en cuanto a expectativas sociales de cara al 2015, y si se representa lo que la Alianza en el 99 o Néstor en el 2003: esperanza con escepticismo o desconfianza con esperanza.

Es un deplorable final de ciclo que repite la patología menemista y aliancista. No estuvieron dispuestos a hacer los cambios necesarios en los momentos adecuados. Si en 2007 era reelecto Néstor Kirchner y en 2011 resultaba electo un presidente de otra fuerza que mantuviera el modelo económico, también le habría explotado la crisis en sus manos a medio mandato -tal como sucedió con De la Rúa en 2001- y como sucede con Cristina Kirchner hoy. De esta manera, se produjo un combo letal entre perpetuidad en el poder y resistencia al cambio, y entre lo peor del menemismo con lo peor de la Alianza.

El dilema opositor de cara al año que viene será tal como se presenta hoy: entre la continuidad con cambios o el cambio en sí mismo. La experiencia que tenemos con haber mantenido la misma receta en contextos tan diversos ha dado sobradas muestras de cómo podríamos abordar dicho dilema.

El uruguayo Daniel Viglietti cantaba con tono de folklore: “Me matan si no trabajo y si trabajo me matan”. En ese mismo dilema parece encontrarse cualquier tipo de posicionamiento político nacional, que va desde la oposición hasta el oficialismo, el cual se tensa sobre la base de dos ideas que siguen intereses diferentes: por un lado, el deber de advertir con responsabilidad sobre la calamitosa gestión del Gobierno Nacional de los últimos meses y, por el otro, la necesidad de presentar una alternativa de cambio o de “continuidad con cambios” a la sociedad.

 

No hay héroes cubanos negros

“Lo peor que te puede suceder en Cuba es ser mujer y negra” me dice Leonardo Calvo Cárdenas, líder del Arco Progresista cubano. Me contesta eso luego de que le pregunto por qué no hay héroes negros en la construcción icónica que se desarrolla a lo largo y ancho de Cuba, en donde abundan imágenes del Che, Camilo Cienfuegos y Fidel, pero ni una sola imagen que recuerde a algún héroe negro. Esto no significa que no hayan existido, significa que están negados por la construcción política y propagandística de los Castro, quienes dirigen un gobierno de piel blanca. Y sí, en Cuba hay discriminación racial, no es lo mismo nacer blanco que negro. No es lo mismo nacer mujer que hombre, ni qué hablar de alguno que no quisiera ser heterosexual.

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El lobby camporista

En las últimas semanas adquirió estado parlamentario un proyecto presentado por el diputado camporista José Ottavis, junto a Lucía Portos, Gabriel Godoy y Marisol Merquel, que solicita que la Provincia de Buenos Aires condone una deuda que se estima, oscila entre los 490 y 800 millones de pesos, a la empresa Aerolíneas Argentinas.

Vale aclarar que un gran porcentaje de esta deuda se originó entre 2002 y 2008, previo a la estatización de la compañía, no obstante lo cual, cuando se estatiza se lo hace con deudas y beneficios, que en este caso es como reza aquel axioma, “se privatizan los beneficios y se estatiza la deuda”. Evidentemente, en su configuración cerebral se han convencido de que privado es malo y estatal es bueno, y en este caso puntual, lo malo hecho por el privado, al pasar a ser estatal, se debería volver bueno, y por eso no debería cumplir con sus obligaciones.

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“Las corpos” y Pirate Bay

En el día de ayer, por orden judicial, la Comisión Nacional de comunicaciones resolvió ordenar a las empresas prestadoras de internet el bloqueo de una serie de direcciones IP y web vinculadas al sitio The Pirate Bay, de modo tal que los usuarios argentinos no puedan acceder al portal en cuestión. The Pirate bay es un sitio desde el cual se puede descargar casi todo tipo de material, películas, música, juegos, etc.

El pedido fue interpuesto por Capif -Cámara Argentina de productores de fonogramas- mediante una medida precautoria ante el Juez Polo Olivera, en donde se le pedía que ordene a las prestadoras de servicios de internet el bloqueo de las IP y distintas direcciones Web del sitio The Pirate bay, así como también se pedía facultar a Capif para determinar diariamente qué IP’s y páginas web bloquear. Un delirio. 

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La propaganda del Gobierno en las pausas del Mundial

Una camilla recorre un edificio moderno. A medida que la camilla avanza se observa que se trata de un hospital, rápidamente se advierte que se trata de una propaganda más del gobierno nacional en los bloques de la transmisión del mundial, en donde se intenta construir que todos los hospitales de Argentina son como el que aparece filmado.

Luego hay una interrupción: es Franco Vitali, el influyente funcionario de La Cámpora en el Ministerio de Cultura de la Nación, quien describe el programa -por llamarlo de algún modo- “Puntos de encuentro” como una oportunidad para el encuentro “de todo el pueblo”. Se le pregunta dónde van a estar distribuidos y uno espera que diga “en todo el país”, pero la respuesta es que los primeros cuatro puntos van a ser Santa Cruz, Córdoba, Misiones y Tucumán, y que a medida que avancen los partidos se va a ir cambiando con un criterio “completamente federal a lo largo y ancho de nuestro país”. 

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Juan Carlos “Boudou”

En España, luego de 39 años, abdicó el Rey Juan Carlos I. Entre sus logros se cuentan el impulso por tener una constitución española y el vuelco democrático que tuvo a Adolfo Suarez como primer Presidente luego de la prolongada dictadura franquista.

En Argentina, Amado Boudou, luego de su paso como Ministro de economía y devenido Vicepresidente de la Nación, enfrenta una denuncia que lo acusa de haber querido apropiarse mediante terceros de la Calcográfica Ciccone, encargada de imprimir los billetes del tesoro nacional.

Mientras en Argentina algunos piensan sobre cómo puede ser que en Europa subsistan las monarquías, algún otro en Europa podría pensar sobre cómo puede ser que en Argentina “los Boudou” ocupen tantos espacios y con tanto poder. Esto no significa que solo en Argentina existen los corruptos, pero sí que tenemos muchos, demasiados.

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Acerca de la Conadep de la Corrupción

Un amigo me contó, medio en secreto, que hace poco envió un e-mail al despacho del senador Carlos Menem para ver la posibilidad de reunirse con él. El manual de corrección política indica que si esta hipótesis se plantea en público hay que permanecer indiferente o bien desmarcarse del asunto ya que Menem es una figura pública tan desgastada como desprestigiada. Menem, quien tenía el teléfono directo del Presidente de Estados Unidos, un hombre sobre el que Madonna dijo “su magia funcionó sobre mí”, que fue electo dos veces en su cargo, hoy es utilizado como una chicana política. Tampoco es menor el detalle que por decir esto pueda parecer que uno es menemista.

La historia que sigue al regreso de la democracia no encuentra tantos presidentes -sin contar, claro “la semana de los 5 Presidentes”-, ni gobernadores. Por un lado porque hubo muchos que fueron reelectos, cuando no perpetuados, y por el otro porque 30 años es muy poco tiempo aún. Ha sido muy corta la vida de nuestra democracia y quizás por eso no se pudo construir algunos espacios vitales dentro de nuestra vida democrática, uno de esos espacios es el lugar del prestigio y otro también el del respeto a quien ocupó por voto democrático la silla de Presidente.

Hace unas semanas el espacio UNEN planteó la necesidad de crear una Conadep de la corrupción. Un anuncio audaz pero que sugiere rápidamente dos cosas:

1- Que ellos son buenos y los otros son corruptos/malos y 2- Que en lugar de apelar al correcto funcionamiento de la justicia se deba crear una comisión que se dedique a investigar funcionarios de la gestión anterior con todo lo que ello implica, televisación, campañas de desprestigio y agresiones, ¿o acaso imaginamos el funcionamiento de esta Conadep como una merienda de señoras inglesas?

Así y todo, el principal problema de esta receta mágica, que pareciera ser lo único que mantiene la cohesión en UNEN, es que insiste en la lógica de la destrucción del otro, de la venganza, de la revancha, de la persecución, ¿o no existe la posibilidad de que se persiga a inocentes?, por otro lado, es extrapolar el funcionamiento de una comisión que por su peso específico fue pensada y llevada adelante por las especificidades del contexto histórico de la década del 80.

La vida democrática tiene una fórmula sensacional para combatir la corrupción, que es no siendo corrupto, y no invadiendo a la justicia para que si debe investigar pueda hacerlo.

No quiero imaginar un show mediático montado al servicio de perseguir a la presidente Cristina Fernández de Kirchner y sus funcionarios. Me parece que seguiría alimentando la cultura de la exageración, de que todo lo que hacemos tiene que ser grande, gigante, ampuloso. Me gustaría una cultura democrática que se dedique un poco más a exaltar a los que hacen las cosas bien, que escuche a sus mayores, más me gustaría que en 2016, sea quien sea presidente, esa persona tome el timón de la paz y diseñe fórmulas para nuestra generación, pensadas para nuestro tiempo y en base a nuestros problemas.

No me gustaría que en 10 años un amigo me cuente, medio en secreto, que le mandó un mail a la senadora Cristina Fernández para juntarse a charlar con ella y le cuente cómo fue ser Presidente de Argentina tanto tiempo, por qué tomó las decisiones que tomó y por qué no tomó las que no tomó. Con más ganas de escucharla que de juzgarla.