La economía de la improvisación

Maximiliano Bauk

El país enfrenta una situación adversa en materia económica desde hace ya bastante tiempo. Con una inflación que se estima que llegará al 40% anual para diciembre, un dólar blue que se acerca cada vez más a los 15 pesos aumentando así la brecha con el dólar ficticio -o también llamado oficial- y con cada vez más trabajadores en la calle, el gobierno parece no saber qué hacer para solucionar los problemas.

Es tan llamativo como deprimente y vergonzoso el afán que tiene el oficialismo por “emparchar” toda situación adversa como si de esa manera se llegara a una solución.

Quizás en donde primero se hizo notar la situación fue en los alimentos por lo cual se comenzó con la merluza y las milanesas para todos, luego las consecuencias también se vieron en que la gente ya no podía renovar su ropa, allí se comenzó con los jeans, medias y remeras para todos. Más avanzado el problema, se comenzó con los precios cuidados interviniendo el gobierno ahora en los precios de una amplia gama de productos, cosa insostenible y que lleva a una inevitable faltante por lo que los alimentos comienzan a ser racionalizados  por lo cual se ven en las góndolas de los supermercados esos avisos de “máximo 2 unidades por grupo familiar” al lado del orgulloso y colorido cartel de “precios cuidados”.

En el caso de los holdouts, el gobierno realizó una fuerte campaña de descalificación en contra de quienes ellos llaman “fondos buitres”, pero, como dijo el economista José Luis Espert recientemente en un programa de televisión: sin exceso de gasto público no hay déficit, sin déficit no hay deuda y sin deuda no hay fondos buitre, entonces en lugar de atacar al último eslabón de la cadena ¿por qué no arrancar el problema de raíz y comenzar a disminuir el gasto público lo cual terminaría con la inflación, ya que esta se da como consecuencia de la emisión monetaria desmedida por parte del gobierno puesto que no hay dinero que alcance para cubrir tan elevado gasto estatal, ya su vez, sin inflación no serían necesarios planes “para todos” ni precios cuidados y por supuesto que de esta manera no tendríamos que enojarnos con Griesa ni descalificar a nadie por nuestra propia impericia debido a que la deuda no sería necesaria?

Cada vez que aparece un problema el gobierno actúa sobre la marcha y lo emparcha de manera tal que de un inconveniente luego surgen otros tres o cuatro y así sucesivamente, formándose una enorme bola de nieve que caerá sobre nosotros con todo su peso.

La confianza que genera este gobierno es casi nula, por lo cual hagan lo que hagan ya no podrán generar inversión genuina debido al constante ataque contra la propiedad privada durante su mandato, lo único que se les puede pedir a estas alturas es que no sigan atacando las instituciones para que el país por lo menos no empeore mucho más, y que de esta manera el próximo gobierno electo en 2015 tenga la oportunidad de cambiar nuestro rumbo demostrando respeto en donde antes había autoritarismo y permitiendo así renacer la seguridad en donde antes no había más que incertidumbre.