Planificando para la construcción

Micaela Zapata

El día miércoles de esta semana la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no sólo se presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas marcando con su discurso, entre otras cosas, el enérgico respaldo a la búsqueda de la paz y la importancia de la adopción de posiciones consecuentes por parte de los países miembro, sino que horas más tarde regresó a la Argentina para encabezar el anuncio del lanzamiento de una nueva etapa del Plan PRO.CRE.AR.

Ambas noticias son de enorme importancia. Estas líneas pondrán el eje en la segunda de ellas para destacar que el programa PRO.CRE.AR BICENTENARIO, que lleva más de un año de implementación, suma ahora dos nuevas opciones de crédito: la primera de ellas para las compras del terreno y posterior construcción de la vivienda; y la segunda para compras de casas o departamentos a estrenar en el próximo año. Ambas líneas de crédito, a tasas que parten del 2 y el 2,5% respectivamente.

Esta segunda opción crediticia, destinada a la compra de viviendas a estrenar en el próximo año, implica una novedad en relación a la aplicación del Plan, ya que permite incluir en el proyecto a desarrolladores privados para un 15,4% del grupo de créditos a sortear en octubre.

Para las personas con ingresos de hasta $6000 netos, los créditos son a tasa fija durante toda la vigencia del préstamo. Las facilidades en los requerimientos reflejan la direccionalidad de la política hacia sectores de bajos ingresos, que implican líneas de financiamiento del 100% del terreno y la construcción de la vivienda, período durante el cual no se abona cuota. Estos sectores obtienen también un mayor plazo para la devolución del crédito que el otorgado a los sectores de mayores ingresos.

Estos datos no son menores. Al comparar las condiciones de las diferentes líneas del Plan con las existentes en la banca privada se observan las enormes diferencias en la tasa de interés que oscilan entre el 15 y el 27% para los primeros tramos, las condiciones de ingresos para los solicitantes, y el capital previo necesario (ya que casi no se registran coberturas del 100%). El Banco Ciudad posee una línea con mejores posibilidades que la banca privada, pero también parte de tasas mayores y financia hasta un 85% del valor de la propiedad por lo que también requiere que los solicitantes cuenten con un importante capital inicial.

El sorteo a través de Lotería Nacional evita la exposición a la discrecionalidad de las intermediaciones para la adjudicación de los créditos. El próximo 22 de octubre se sortearán en forma conjunta 50.000 créditos destinados a las líneas de construcción, ampliación y terminación de viviendas; 60.000 a la compra de terrenos y construcciones de viviendas; y finalmente 20.000  créditos serán destinados a la compra de viviendas a estrenar. Esto suma un total de 130.000 créditos hipotecarios.

Tal como se expresó durante el anuncio, al cumplirse dos años de la implementación del plan nacional, se alcanzará la adjudicación de 200.000 créditos para brindar soluciones habitacionales definitivas a aproximadamente 800.000. Esto significa el alcance del 50% del objetivo inicial propuesto para ésta política de viviendas. Teniendo en cuenta, además, que todos ellos son créditos adjudicados bajo la condición de que se trate de primeras viviendas únicas y de ocupación permanente por parte de sus habitantes.

PRO.CRE.AR no es solamente una política crediticia, la orientación principal de los fondos hacia la actividad de la construcción total de nuevas viviendas y para la ampliación, refacción y terminación de viviendas preexistentes tiene por objeto el brindar a la economía un efecto dinamizador impulsando la propia actividad de la construcción y todas las ramas ligadas a ella. Es decir, implica que se ha efectuado el traslado de fondos financieros (aproximadamente 10.000 millones de pesos) hacia la economía real, con impacto en todas las regiones del país.

Por otro lado, la posibilidad de obtener un crédito hipotecario y la posibilidad de participar en el proceso de construcción de la propia casa es notable y cualitativamente diferente a las políticas habitacionales que implican, por ejemplo, la relocalización de las personas a viviendas prefabricadas, sin elección posible del sitio a donde se las traslada, ni participación ni elección de ningún tipo en la construcción de la vivienda en la que se ubica muchas veces a las familias, tratándolas como objetos y nunca como sujetos.

Si 44.000 familias que contaban con un terreno se encuentran en proceso de construcción y otras 34.000 familias pudieron obtener un terreno e iniciar la construcción de su vivienda, entonces no se están expresando números vacíos de contenido. Están llenos de historias, de derechos que empiezan a ejercerse, de nuevas ópticas en las políticas públicas que están pensadas y direccionadas hacia el verdadero objeto de su naturaleza, un destino social.