La deuda con nuestros adultos mayores

Mirta Tundis

La sociedad está volviendo de las vacaciones y se encuentra con un clima caliente en la ciudad. El inevitable aumento en la facturas de luz y, con eso, una inflación estancada, con pérdida del poder de compra de los salarios y un gran incremento en el desempleo. Pasaron 63 días del nuevo Gobierno de Mauricio Macri, la carrera recién empieza, pero los jubilados siempre están a la espera de una mejora en su calidad de vida. ¿Qué debemos hacer por nuestros adultos mayores, que esperan poder disfrutar de un retiro digno y merecido después de haber aportado durante más de treinta años?

Un primer paso sería otorgarles la reiterada e incumplida promesa del 82% móvil, así como también plantear en el próximo proyecto sobre impuesto a las ganancias que los jubilados estén exentos de tal pago. Ambas propuestas fueron impulsadas por el Frente Renovador y presentadas por su líder político, Sergio Massa; el actual Presidente se comprometió en varias ocasiones a cumplir con ello durante el año electoral.

Un segundo paso es la normalización del funcionamiento del PAMI. Durante los ocho años de Gobierno de Cristina Kirchner, fueron abundantes las denuncias que se efectuaron en la Justicia de cómo los funcionarios nacionales tomaron fondos de este organismo público.

Con la llegada del nuevo director ejecutivo, quedó demostrado con varias auditorías que el anterior titular dejó deudas millonarias con proveedores, en su mayoría instituciones públicas, además de haber instalado una conducción en el que sólo importaba su deseo; dejó de lado lo primordial, que es la atención de los adultos mayores. En consecuencia, esta institución padece hoy de unos doscientos millones de pesos en el déficit operativo y unos cinco millones de pesos en la deuda.

Es necesario, de una vez por todas y para siempre, el funcionamiento apropiado de este organismo. Desde hace años los afiliados esperan meses para ser atendidos por un médico; la mayoría se pasa de hospital en hospital buscando una solución a sus problemas de salud. La falta de medicamentos, la entrega tardía de prótesis demuestran que el PAMI dejó de ser funcional para la medicina preventiva.

Con la llegada de la nueva gestión, el PAMI se enfrenta a varios desafíos, además de demostrar qué es lo que se hizo con el dinero que el Estado bajaba para el organismo y que la Justicia se encargue de juzgar a los responsables. Carlos Regazzoni va a tener que implementar varias políticas que mejoren radicalmente el funcionamiento de la institución.

El tercer punto es la violencia en adultos mayores, que fue aumentando en los últimos años de manera exponencial. Claramente, las estrategias preventivas orientadas a reducir el maltrato en personas de tercera edad no están funcionando de manera eficaz y dejan una gran cantidad de muertes en el camino.

Se necesita un ejercicio más eficiente y eficaz de los recursos públicos, que sólo requiere voluntad política de los legisladores y de quienes ocupan cargos en los sectores públicos de tercera edad. Políticas de protección y apoyo, programas educativos y censos que describan la calidad de vida de los adultos mayores tienen que tomar protagonismo de manera urgente en la agenda legislativa.

La perspectiva social actual de Argentina muestra una deuda enorme con los adultos mayores. Con la llegada del nuevo Gobierno, nace la oportunidad de plantear una renovación institucional de largo plazo que busque mejorar la calidad de vida y la prevención de los más vulnerables.