Creciente desasosiego en el sur

Contar plata delante de los pobres es siempre algo obsceno. Ni hablar si esa plata proviene del lavado, el enjuague o el blanqueo de los fregaderos de la corrupción. Así corre este otoño despiadado, mostrando dinero que supo ser de todos pero ahora es de unos pocos. Redistribución de la riqueza, si las hubo. Plata “contante y sonante” o reconvertida en bienes muebles e inmuebles, registrables y registrados, o simplemente pasados de mano en boletos de compraventa cruzados por contradocumentos y sobrefacturación.

Silvina Martínez, la abogada de Margarita Stolbizer, sumará elementos en las próximas horas a la ruta del dinero K. Aportará a la causa datos para que se investiguen al menos dos propiedades en Tierra del Fuego. Con un boleto de compraventa a nombre de Alfredo Benjamín Zárate, un hombre sin recursos propios, y un contradocumento en el que se explicita que Zárate compró como apoderado de Badial S. A., una empresa del grupo Báez, o sea, él deviene el verdadero dueño de la Estancia La Violeta. Una operación que se realizó en 2012 por 800 mil dólares y no por 1.200.000, como figura en el acuerdo complementario que atribuye su titularidad a la empresa del santacruceño.

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Viuda e hijos de las offshore

La semana corre intensa. El rock and roll arrancó cuando menos se lo esperaba. Las revelaciones en la media tarde del domingo de los Panama Papers irrumpieron como un tornado arrasando todo a su paso. Las filtraciones monitoreadas por 370 periodistas de todo el mundo que se publicaron a nivel planetario pesan más que dos wikileaks, y su efecto deletéreo sobre la credibilidad y la confianza en las dirigencias tardará mucho tiempo en reabsorberse.

En la escaldada piel social de los argentinos las revelaciones generaron escozor. El nombre propio del recién estrenado presidente en la nómina de una offshore parida en la megausina de Mossack Fonseca no pegó bien.

En el país de las “casualidades permanentes”, Carlos Menem dixit, que la familia Macri haya recurrido al mismo bufete que los principales actores de la denominada “ruta del dinero k” para activar empresas offshore suena cuanto menos poco elegante.

Si es Macri padre quien “ocasionalmente” puso a su primogénito en tan incómoda situación, a llorar al psicoanalista. En el plano institucional, la estampida no se hizo esperar. Continuar leyendo