La canalización del hartazgo

Mauricio, Daniel y Sergio (Últimos capítulos de la Miniserie): Macri, Scioli y la dependencia del sustancial peronista crítico.

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

Mayo/2012. En “la sociedad harta que espera” se dijo: “Lo que Mauricio no puede capitalizar es el creciente hartazgo de la sociedad agobiada, que carece de representación política”.

Tres años y medio después, se confirma que Mauricio, el Ángel Exterminador, representa la canalización del hartazgo de la sociedad. Agobiada por 12 años de kirchnerismo.

El adversario real de Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, además de Macri, es precisamente ese hartazgo. La sociedad que oposita. Y que mantiene una agenda más radicalizada que la del propio Macri. Es quien debe esmerarse en contenerla.

Se trata de la sociedad sensible de decepción fácil, que reclama imperiosamente ser gobernada. Sin tomar demasiado en serio sus tendencias, que son siempre transitorias.

Hoy insulta a los kirchneristas, como en su momento insultaba a los menemistas (el litigio es siempre con el peronismo).

Nuestro Director, de los primeros críticos del kirchnerismo, cuenta que, en una presentación de su libro “La marroquinería política” (2006) se le acercó un sexagenario emocionado, para decirle: “Soy uno de los que lo escracharon en un bar. Hoy estoy de acuerdo con usted, lo admiro”.

Nuestro Director -soberbio, diría Majulito- respondió: “Lamento que me admire porque lo prefiero de enemigo. Dentro de un año puede volver a escracharme”.

Viento de cola de la algarabía

Hasta antes del 25/O, con Daniel, el peronismo agotado -vegetal, sin jefes ni ideas siquiera malas- vencía a Mauricio y Sergio. O la oposición torpemente dividida.

Hoy, a través de un guión insustancial, se canaliza el hartazgo y el 22/N, de continuar así, se cargan al peronismo. Con un revólver de juguete.

Por la atmósfera cultural, por el viento de cola de la algarabía, ya casi puede asegurarse que el 22/N gana Macri. Sin embargo, entre la euforia de Cambiemos, persiste el temor ataviado de prudencia.

Porque por cuestiones matemáticamente técnicas, el ganador puede ser Scioli. Siempre y cuando Scioli y La Doctora, y sus infantiles fragmentarios, tomen pronto una dosis doble de Avivol y se decidan profesionalmente a ganar.

El analfabetismo funcional no tiene en cuenta un punto de partida para destacar: para presidente, en La Buenos Aires Inviable, Scioli ganó 37 a 32. Cinco puntos de ventaja son bastante considerables.

Pero la provincia está perdida porque la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Girondo, notable macricaputista de Cambiemos, le ganó 40 a 35 a Aníbal, El Neo Corach.

En adelante, para el ballotage, Scioli podría emprender la campaña más liviano. Sin el peso del candidato condenado por la mediología. Pero condenado al fin.

Un funcionario solvente y eficaz -Aníbal- transformado en un mal candidato. Se asociaba su imagen a la idea de lo peor. Al extremo de simbolizarse una lucha desigual. Descompensada. Entre la transparencia de Heidi y la concepción del Mal.

Los fighters (peleadores) suelen ser básicos, necesarios, fundamentales para cualquier esquema. Pero por la específica condición de peleadores, de los que “la bancan todas”, por lo general no sirven como candidatos presentables. Sin embargo La Doctora, obstinada, lo sostuvo. Rescatable para la ética de la lealtad, pero reprochable cuando se trata de ganar elecciones. El mecanismo para conquistar, o mantener, lo esencial de la actividad política. El poder.

Varas selectivas

La mediología signa la magnitud del cansancio que registra el peronismo. Movimiento paralizado que reserva un agotamiento para cada generación.

El periodismo militante de los grandes medios, en alza, se empecina ahora en destruirlo. Mientras esta versión patológica -el cristinismo- responde con periodistas militantes oficiales, que tienen, en general, menos alcance. Ni gran poder de fuego ni envergadura.

Para colmo, la guerra equivocada, absurdamente plantada contra el Grupo Clarín, está perdida. Y culmina el ciclo espantoso con un Clarín soberbiamente fortalecido, golpeado, liderado por septuagenarios gastados, pero victorioso (ver “Deseos de invadir Polonia”). En condiciones de bajar línea y cobrar en las próximas ventanillas. Mientras tanto, el prestigio del peronismo se encuentra rigurosamente desmoronado.

Las varas hoy son tendenciosamente selectivas. Por ejemplo la señora Carrió, La Demoledora, le dijo en público a Miguel Del Sel, El Midachi, que fue candidato en Santa Fe: “A usted le robaron la elección”.

En todo caso -de ser cierto- los fraudulentos eran los socialistas. Y eso nunca, no cerraba. ¿Cómo se va a acusar de fraude a la izquierda mormónica?

En cambio, en Tucumán, por las irregularidades folklóricas, la mediología armó un escandalete extraordinario. Se trataba de la gran idea fuerza: pulverizar al peronismo. Entonces cerraba. Debía demonizarse el norte, bastión principal. La prédica armonizada con un minucioso diseño, y fue aceptablemente exitosa.

Al peronismo le comieron un viejo alfil. Jujuy.

Las cartas están en la mesa, las reglas del juego son claras.

Si gana Macri, con su onda irresistible y su viento favorable, es el triunfo de la democracia. La prueba de que “se puede cambiar”.

Si el peronismo en cambio toma el Avivol, suelda sus fragmentaciones, se recupera y gana Scioli, es el triunfo del fraude.

La continuidad del fracaso. La vigencia de lo horrible. La permanencia de los “feos, sucios y malos”. “Peronchos” chorros.

Y aquel que impugne semejante dialéctica, o al menos la describa, está condenado.

Es el eterno melancólico que entabla una batalla sólidamente perdida contra la modernidad líquida.

La derrota purificadora

Para ganar, Macri necesita los votos de los peronistas críticos del kirchnerismo. Los que votaron por Massa, El Renovador de la Permanencia, y De la Sota, El Cuarto Hombre.

Cabe consignar que peronista crítico del kirchnerismo en ningún momento puede identificarse con el antiperonismo. Con el neo-gorilismo que promueven los antikirchneristas pasionales. Los que utilizan a Macri como escudo.

Los hartos que canalizan el hartazgo en Macri. Emblema de la “esperanza”. “Se puede cambiar/ se puede”.

La segunda vuelta se decide entre este 21%. El electorado de Massa.

La Banelco de Macri debe conseguir que Massa y De la Sota no sean captados, tan sólo, para la vaguedad del “cambio”.

Ambos deben persuadir a los peronistas críticos que para salvar al peronismo, en la patológica versión kirchnerista, debe ser derrotado.

Como si la derrota fuera, más que el fuego, el elemento purificador.

Quien votó a Scioli o Macri, el 25/O, va a votarlos de nuevo el 22/N.

Si los puntitos de Stolbizer, La Vecina Adorable, van hacia Macri, y el puntito de Rodríguez Saa, El Alma de la Puntanidad, hacia Scioli, se marcha al tiempo suplementario en un empate.

El decisivo 21% de Massa y De la Sota es el que desempata.

Los peronistas críticos que deben escoger entre La Purificación de la Derrota -el cambio que propone Macri-, o ser fieles a los preceptos, insistir con las botas puestas y desde el Peronismo Vegetal marcarle límites al neo-gorilismo. Si es que Scioli, La Doctora, Aníbal y los fragmentarios toman inmediatamente Avivol -en ayunas, efecto prolongado- y se dejan de clavarle al adversario las acusaciones más elementales, estéticamente sucias, abominables.

Feria de vulnerabilidades

Mauricio, Sergio y Daniel (Miniserie perpetua): ¿Con qué o quién es preferible terminar? ¿Con Macri o con el kirchnerismo?

Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especialpara JorgeAsísDigital

“De esta, Sergio puede salir de dos maneras”, confirma la Garganta, y agrega: “Sale presidente o sale rico”.

En el periodo transicional, la consagrada miniserie –“Mauricio, Sergio y Daniel”, cliquear– se vuelve conjeturalmente apasionante. La novedad consiste en la carencia de novedades. Abundan los amagues.

Lo cierto es que Mauricio, El Ángel Exterminador, y Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol, están estancados.

Como confirma el poema del chileno Nicanor Parra: “Todo está como era entonces”. Apenas con un leve retroceso de ambos polarizadores, que se topan con la resistencia del polarizado, que no quiere serlo (ver “Polarizadores y polarizado”, cliquear).

Ocurre que se asiste a un cierto repunte de Sergio, El Renovador de la Permanencia, merced al festival de vulnerabilidades que ofrecen los dos que polarizan.

Claro que Sergio está sostenido por el pulmotor de De la Sota, El Cordobés Profesional. Continuar leyendo

Tres centristas felices

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO (Instancia PASO): Llega la hora de hacer política en el bipartidismo fragmentado.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Conmueven. Los tres quedan conformes, contentos, felices. Eufóricos se abrazan, se besan, impera la auto-justificación entre los cánticos. En Costa Salguero, en el Luna Park, o en el Tigre.
En efecto, la pedantería electoral de las PASO transcurre, para la persistente miniserie, sin novedades significativas.
Primero Daniel, Líder de la Línea Aire y Sol, que no llega al 40. Araña los 38. Segundo Mauricio, El Ángel Exterminador, que pasa los 30 y se acerca al objetivo del ballotage. Tercero Sergio, El Renovador de la Permanencia, que supera los 20, y emerge, en la distancia, como la fuerza sustancial.
La potencialidad de Sergio puede inclinar la balanza a favor o en contra de Daniel o Mauricio.
Los polarizadores -Daniel y Mauricio- dependen, en cierto modo, del polarizado.
De los sufragios que deben pescar en el muelle de Sergio. Es el polarizado que más resistió la compulsiva polarización.

Absorciones y abducciones

Al costado del camino queda Ernesto Sanz, Eterna Esperanza Blanca, el radical absorbido. Y la coalicionista absorbida, la señora Elisa Carrió. La Demoledora.
Ambos -Ernesto y Elisa- para constar en actas le plantaron inútil competencia a Mauricio. Es quien los absorbe.
Aunque en realidad, con suerte relativa, ambos confrontaban con la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Amable, la única que resistió la abducción.

“Para las PASO votamos a Sanz”, confiesa el militante de la Franja Morada, expresión universitaria del radicalismo. “Pero para las presidenciales vamos todos con Margarita”, agrega. Por Stolbizer. Como si hubiera prendido la fórmula Lousteau, El Personaje de Wilde.
Para Mauricio resulta fundamental contener, en adelante, esos 4 o 5 puntos esquivos de los radicales que les duele, y no terminan de dejarse absorber.

Para consolidarse en su función de árbitro, Sergio debe enfrentar una problemática similar. Le ganó la elección de potrero a José Manuel De la Sota, El Cuarto Hombre, que sorprende al mantener sus 8 puntos y consolidar su vigencia en Córdoba. Sin embargo le queda ahora a Sergio el desafío de retener los votos de De la Sota. Para que Daniel no se los absorba.
Conste que son sufragios de los peronistas críticos del kirchnerismo, que perfectamente pueden desembocar en Scioli.
Ya que el kirchnerismo, en adelante, es un complemento que no controla siquiera Santa Cruz.

Bipartidismo fragmentado

En la Argentina, en el fondo, aun existe el bipartidismo, aunque fragmentado. Como si se votara peronista o radical.
Aunque el radicalismo institucional haya sido abducido por el ascendente partido vecinal PRO. Para conformar, con concesiva diplomacia, el colectivo Cambiemos.
Otra propuesta que se suma a los frondosos escenarios de centro. Ya que resiste una izquierda esclarecida y minoritaria, pero aquí, en la práctica, no existe la derecha. Es un territorio libre de derecha. Nadie habla de la antigualla de la economía abierta, de las fenecidas privatizaciones, o de la ficción del libre mercado. Temas efectivamente maldecidos que se unifican con el concepto más nocivo, el neo-liberalismo. Pese a los fracasados intentos de La Doctora por transformarlo, a Mauricio, en el representante de la derecha que tanto necesita. Para fundamentar que ella está situada a la izquierda de algo, vaya a saberse de qué.

En este bipartidismo fragmentado Mauricio produjo un cambio inadvertido pero astuto. Abandonó la ilusión de ser el candidato cautivador de los peronistas, para inclinarse por las bondades del bando radical. Donde, por la suma de desertificaciones, es mucho más útil. Acertó.
Mauricio les sacó los votantes que los radicales creían mantener conservados en la heladera. Entonces, para acercarse al tradicional electorado perdido, para reconquistarlo, los dirigentes radicales no tuvieron otra alternativa que rendirse. Y proseguir la conducción estratégica de la señora Carrió. Al demoler el colectivo de Los 5 Latinos de UNEN, con los mormones del socialismo incluidos, para construir el Colectivo Cambiemos. Es decir, abandonar el progresismo presentable de centro izquierda, para instalarse, con comodidad, en el centro, así los radicales en Cambiemos sean complementarios.

El bipartidismo fragmentado se pone también interesante para la persistencia cultural del peronismo.
Junto a una conjunción de sellos buscapinas, el PJ Vegetal es la fuerza principal del Frente para la Victoria, que hoy roza los 38 puntos.
Pero los fragmentos peronistas se encuentran diseminados entre los 20 puntos de la improvisación UNA. Es la estructura artificial de Sergio y De la Sota.
Pero también se encuentra en el alucinante partidito de Adolfo Rodríguez Saa, El Alma de la Puntanidad.
Son los peronistas críticos distanciados del kirchnerismo. En aquel tramo donde se podía ser, a la vez, peronista y -en simultáneo- antikirchnerista.
Complejidad que cuesta explicar, en el país donde el que explica pierde. Pero que conserva los 22 o 24 puntos que Daniel, si no quiere arriesgarse a sucumbir en el ballotage, debe esforzarse en recuperar.
Aquí debe resaltarse que el antikirchnerismo salvaje se transformó, en su tontería, directamente en antiperonismo. Carece de sutilezas. Y en apariencia los pone, a los peronistas críticos del kirchnerismo, en una situación incómoda. Porque distan de coincidir con el antiperonismo más ciego de quienes los identifican, sin miramientos, con los kirchneristas. Sin matices diferenciadores. Porque, lo que agota, es el peronismo (leer Fernando Iglesias o Silvia Mercado).
El fenómeno no deja de ser curioso. Ni llamativo. Es el creciente antiperonismo de los radicalizados lo que más puede acercar, a Daniel, a los peronistas críticos del kirchnerismo.

Efecto Aníbal

Al cierre del despacho aún no se conocen resultados definitivos en La Provincia Inviable. Buenos Aires. Los números disponibles permiten registrar una formidable elección de la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Girondo. Baluarte oxigenante de Cambiemos. Y muestra también la recuperación de Sergio, a través de Felipe Solá, La Cigarra.
Pero marcan también una ajustada victoria de Aníbal, El Neo Corach, sobre Domínguez, El Lindo Julián.
La circunstancia, de confirmarse, incentiva el debate sobre la influencia excesiva que se le atribuye a los medios de comunicación.
La violenta denuncia contra Aníbal sirvió para consolidar, en definitiva, el voto más duro a su favor. Y para cumplir con la voluntad explícita de Cambiemos. Indica que lo prefieren de adversario a Aníbal, y no a Julián.
Pero Aníbal, hasta aquí, se impone no sólo sobre Julián. En especial se impone sobre el periodismo que lo demonizó, hasta convertirlo en otro “cajón de Herminio”. Incluido el Portal, que le recomendó dar un paso al costado.
Aníbal es en adelante un problema, tal vez el mayor, para Daniel. Ya que el Anibalicidio” es el tema vigente, el más explotable, hasta el 25 de octubre.

Anibalicidio

Sobre informe de Consultora Oximoron.

Redacción final Carolina Mantegari, especial para JorgeAsísDigital

Al ritmo de Lanata

El periodismo sustituye -otra vez- a la política.
La condiciona, la diseña. La despoja de la amabilidad ficcional que suele caracterizar a los candidatos guionados.
Y le aporta tensión. Con la espectacularidad de Alfredo Leuco con el papa o La Doctora. Con la virulencia envolvente de Luis Majul. Con las irreverencias ingeniosas de Horacio Verbitsky.
Y con -por qué no- las reflexiones emotivamente racionales de la señora Mirtha Legrand.
Hoy la realidad vuelve a girar alrededor de la emisión televisiva de Jorge Lanata.
Se debe bailar al ritmo que impone su música.
Llega al extremo de marcar una frontera abierta, entre el antes y el después de cualquiera de sus coberturas. Sea con Amado Boudou, El Descuidista, o con “la ruta del dinero K” (por la marroquinería política).
O sobre la última entrega. El anibalicidio.
Con los testimonios cuestionables y frágiles que lo señalan a Aníbal como el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez (que en realidad aconteció en Quilmes). Por la muerte de aquellos tres muchachos obsesionados por los atributos del dinero rápido.
Exclusiva -y única- salvación espiritual en esta época nefasta.

Osiris Alonso D’Amomio

Director Consultora Oximoron

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Zannini y Sabbatella: dos tobilleras electrónicas

Polarización de perdedores
El regodeo se traslada desde Massa a Macri.

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

De la Sota y Massa suelen enojarse, con ciertos fundamentos, cuando se habla de la polarización entre Scioli y Macri. Los deja afuera. Polarizados.
Cuesta entender que se trata de una polarización de ganadores que pierden, con frecuencia, elecciones distritales. Polarización de perdedores.
Scioli perdió en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Río Negro, el Artificio Autónomo de la Capital. Hasta aquí, sólo celebró en Salta, La Rioja y Tierra del Fuego.
En cambio Macri, de acompañante, sólo ganó en Mendoza. Y ayer, de manera casi agónica, en su distrito, la Capital. Pero fue donde terminó de recibirse -según la evaluación- como verdadero político.
Consta que Macri perdió en 9 comunas de 15. Que un gran sector de la clase media le mostró la tarjeta amarilla. Sin embargo se comprobó que se encuentra en condiciones de construir la propia realidad. Para entregarse a la simulación de la alegría. Con la piel de cuero, como corresponde. Para modificar, en adelante, el discurso. Y empezar saludablemente a hablar de algo. Del cambio, por ejemplo, pero con alguna idea. Aunque sepa que hoy es el protagonista principal del regodeo. El flamante señalado por los oportunistas que explotan el error ajeno.
Tanto hablar de cambio, en abstracto, para que irrumpa, de pronto, Lousteau, en representación del cambio, en concreto. Y le brinde la lección que el macricaputismo, en el fondo, necesitaba.
Polarización de perdedoresEn adelante, para no sucumbir, Macri tiene que entregarse a la acción política, para la que está preparado. Sin confiar, apenas, en los slogans efectivos, que derrochan insuficiencia.
Cuesta entender que, pese a la proliferación de las derrotas, sean igual Macri y Scioli los que polaricen. Para indignación de los polarizados que no se resignan.
En el portal se escribió que la victoria aquí no está para el que acierte más. Está para quien se equivoque menos (ver “El error como motor de la historia”).
Del mismo modo, el que pierda menos es quien va a convertirse en el ganador final.
Es el sentido estricto de la polarización de perdedores. En una política signada por la derrota, en el país (derrotado) que debe “reconstruir su credibilidad”, al decir de Luis Gregorich.
Como los encuestadores, que hoy también son señalados como los graves vencidos.
Pero el tema -es una hipótesis- no es meramente contable. Es analítico. La falla no está en el número. Está en el error de la interpretación.

La obsesión por la pureza

Resuelto, angustiosamente, el litigio electoral del Artificio Autónomo, a favor piadoso de Macri, la atención -y sobre todo la tensión- se traslada ahora hacia Buenos Aires. La sustancial Provincia Inviable.
En simultáneo, se traslada el regodeo, desde Massa hacia Macri.
Justamente en el territorio único donde Massa aún conserva cierta fortaleza. Y donde Massa necesita recuperarse de la humillación de no haber sido aceptado, como aliado, por Macri. Para vencer al cristinismo hoy sciolizado. Como lo vencieron juntos, Massa y Macri, en 2013. En una victoria que sólo fue facturada por Massa, y que lo catapultó, ilusoriamente, hacia la presidencia. Hoy una ambición -por qué no decirlo- lejana.
Para algarabía de Scioli y de La Doctora, el entendimiento entre Macri y Massa no pudo recomponerse en 2015.
Polarización de perdedoresEn el regodeo, a Macri se le reprocha la reconocida obsesión “por la pureza”.

El sectarismo virtual de Macri lo instiga a cultivar la política de circuito cerrado. A proponer sólo fuerza propia, con incondicionales.
Pureza legitimada, según nuestras fuentes, por la desconfianza. Sobre todo por el temor a la traición.
En efecto, por la clásica desconfianza fue que Macri no llevó, en el primer plano de su fórmula, a un radical. Así se tratara del más confiable Sanz, que presentaba el atributo de no aportar votos decisorios.
Fue por temor a que, en la primera de cambio, los radicales pudieran plantearle la rosca de la diferencia.
Una reticencia profunda sirvió también para no acordar con Massa, al margen de las cuestiones personales, que (tal vez) no vienen al caso.
Por la sospecha que, ante la primera diferencia, Massa pudiera entenderse directamente con los peronistas y dejarlo a Macri mal parado. Colgado. O en el piso.

Pujas domésticas

Como si fuera el sabot del “punto y banca”, la dificultad pasa ahora desde Macri hacia Scioli.
Hasta hoy, Macri demoraba el desembarco final en la Provincia Inviable. Por la puja doméstica del Engendro Cambiemos. Entre el estático Rodríguez Larreta, que creyó tener la suerte atada, y el dinamismo de Lousteau, que llega con hambre lícito de poder.
Ahora es Scioli el que se encuentra atravesado por otra puja doméstica. La del Frente para la Victoria. Es entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez.
Polarización de perdedoresDos que confrontan, entre sí, para beneficio temporario de la señora María Eugenia Vidal, la candidata de máxima pureza del PRO. Y de Felipe Solá. Es el eterno sobreviviente que surfea entre la ola del repunte que lo favorece a Massa. En el distrito clave y exclusivo donde Massa aún conserva legitimidad y protagonismo. En todos los restantes, aunque se enoje, solo participa.

Téngase en cuenta que La Doctora quería presentar una sola lista para presidente. Y otra para gobernador.
Para la fórmula presidencial, tuvo suerte. La Doctora decidió colocarle a Scioli la tobillera electrónica de Zannini, como vice. Y para gobernador quería ponerlo a Randazzo. Precisamente al instrumento descartable que Zannini utilizaba para ablandarlo a Scioli.
Significa confirmar que Randazzo, por el error de tomarse en serio, por adherir a la utopía superada de la coherencia, “absolutamente enfermo de importancia personal” (Jauretche), con la negativa, iba a provocarle, a La Doctora, un severo daño estratégico.
Entonces La Doctora debió tragarse el batracio de la desobediencia. Y armar las pesadas parejitas que hoy tanto le preocupan. Y con razón. Porque una pugna interna, elegantemente metropolitana, entre Rodríguez Larreta y Lousteau, nunca puede compararse con una interna en la provincia inviable. Entre Quilmes-Morón, o sea Aníbal-Sabbatella, y Chacabuco-La Matanza, o sea Domínguez-Espinoza.

“El peronismo pudo haberse amariconado un poco”, confirma la Garganta. “Pero algunas escenas de pugilato tiene que haber”.
Razonamiento simple. Si no se registran peleas, es porque el peronismo perdió su histórica virilidad. Si se registran sirven como imágenes potenciadoras. Útiles, como los “cajones de Herminio”, para espantar a la sensible clase media de “todo el país”.

En PRO lo prefieren a Aníbal

Polarización de perdedoresEn el PRO, según nuestras fuentes, lo prefieren a Aníbal. Es decir, que la señora Vidal, después de las PASO, compita por la gobernación con Aníbal, el famoso de lengua temible. Y no con Domínguez, menos conocido pero bastante más presentable. Porque trafica -sin confesarlo- el misterioso apoyo del Papa más “girado” de la historia del Vaticano.

Al contrario, ciertos mini-gobernadores del conurbano, como los significativos Curto y Othacehe, lo prefieren a Domínguez. Aunque se encuentre por debajo en las encuestas (que ya no tienen credibilidad). Con una diferencia -según los “anibalistas”- irremontable.
Ocurre que los mini-gobernadores no toleran la presencia de Sabbatella. Es la tobillera electrónica que padece Aníbal, por decisión de La Doctora, que es perversa y también lo prefiere a Domínguez. Como Scioli.
Los mini-gobernadores culpan a Sabbatella de la totalidad de paludismos y viruelas que asolaron la provincia. Por haberlos enfrentado y hacerles la gestión imposible. Desde los concejos. Con colectoras y comisiones investigadoras.
En PRO lo prefieren como rival a Aníbal pero no por cargar con la tobillera electrónica. Confían en la imagen negativa que Aníbal arrastra en las encuestas que ya nadie, en el fondo, toma con seriedad.

Sin embargo, digitar la preferencia del adversario suele presentar sorpresas desagradables. Le pasó a Alfonsín, en 1988. Cuando Alfonsín creyó que para el radicalismo era más fácil confrontar con Menem que con Cafiero. Polarización de perdedoresAl final Menem lo embocó primero al peronista Cafiero y después lo embocó al radical Angeloz. El riesgo es que Aníbal, el preferible, sin misericordia, pese a la alta negatividad, los emboque.

Bernardo Maldonado-Kohen

Depilación a la cera negra

Como el personaje de Hemingway, Sergio se alejó demasiado de la playa

Escribe Carolina Mantegari, Editora del AsísCultural, especial para JorgeAsísDigital

“Sergio no tiene una buena historia”, confirma el filósofo promisorio del arrabal. Cuentan que se lo dijo. “Interesa más la historia de Mauricio. Primero porque es rico. Porque estuvo secuestrado. Fue presidente de Boca, tuvo mujeres soñadas y, por si no bastara, es el hijo de Franco”.

A su criterio, en la fantasía colectiva y popular, Franco funciona como un Padrino, aunque no lo sea en absoluto. “En la cultura Argentina esa creencia funciona como atributo”, prosigue, y arriesga: “No olvidar que aquí, en el fondo, se venera a don Julio Grondona”. Continuar leyendo

Polarizadores y polarizado

Mauricio, Sergio y Daniel (penúltima época): Impone PRO la Ortodoxia Amarilla para desairar a la Franja de Massa.

Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

“Durán Barba nunca se equivoca”, confirma la Garganta. “Cuando te parece que comete un error, es cuando más acierta”.

El etnocentrismo de Buenos Aires, La Inviable, aporta tensión narrativa a la lucha por el poder. El territorio donde se decide, en gran parte, si va a registrarse una transferencia en diciembre. O si habrá un mero recambio de figuritas. Con Daniel Scioli como ganador (si supera el Efecto Randazzo. Ampliaremos). Continuar leyendo

Año de la esquizofrenia activa

Plena etapa lazarista del cristinismo. Matar al muerto. Cargarse a Lorenzetti.

Sobre informe de Consultora Oximoron

escribe Bernardo Maldonado-Kohen, especial para JorgeAsísDigital

La Doctora culmina con aire artificial el año de la esquizofrenia activa.

Sin el dramatismo de un miserable saqueo. Debe admitirse que Sergio Berni, El Licenciado Serial, trabajó bien. Merece estar nominado para la gobernación de Buenos Aires, o la Jefatura del Artificio Autónomo.

Puede Berni ser el punto de unión, incluso, entre La Doctora y Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol.

Berni trabajó en sintonía con la acción psicológica previa que diseñó su adversario interno. El camarada general Milani, Seductor de Sexagenarias. Continuar leyendo

Cobos y Scioli, almas gemelas

El vice de La Doctora y el vice de El Furia.

escribe Serenella Cottani

“Al final, vamos a quedar los dos” –dijo uno de los dos, Cobos o Scioli.
Fue en la cena secreta de diciembre de 2012, en Villa La Ñata, que tanto enojó a los cristinistas salvajes.

Julio Cobos, El No Positivo, y Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I, mantienen un pasado llamativamente común. Los unifica.
Ex vicepresidentes que padecieron las condenas respectivas de los dos presidentes que les correspondieron.
Scioli lo tuvo que aguantar a Kirchner, El Furia. Mal, aceptémoslo, no le fue.
Cobos debió soportar a Cristina, La Doctora. Y al salvajismo. Fue un calvario.

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