Polarizadores y polarizado

Mauricio, Sergio y Daniel (penúltima época): Impone PRO la Ortodoxia Amarilla para desairar a la Franja de Massa.

Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

“Durán Barba nunca se equivoca”, confirma la Garganta. “Cuando te parece que comete un error, es cuando más acierta”.

El etnocentrismo de Buenos Aires, La Inviable, aporta tensión narrativa a la lucha por el poder. El territorio donde se decide, en gran parte, si va a registrarse una transferencia en diciembre. O si habrá un mero recambio de figuritas. Con Daniel Scioli como ganador (si supera el Efecto Randazzo. Ampliaremos). Continuar leyendo

Macri y el límite a Massa

Sobre el Club Swinger de la política nacional.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, solía representar la obstrucción del límite. Difusa luz de interdicción.
“Mi límite es Macri”, sostenía la señora Carrió, La Empresaria en Demoliciones (Dama pudorosa que hoy es su aliada).
Entonces Macri era la frontera ideológicamente emblemática. La barrera que imponía un peaje ético.
Más allá de Macri se situaba el territorio horrendo de la derecha. El neo liberalismo conservador.
Más acá de Macri, en cambio, imperaba el costado progresista. El sendero bucólico que siempre iba a atravesar Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. O la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Honorable. Hasta Alfonsín, El Alfonsinito, quien recurrió en algún momento a la cuestión del “límite a Macri”. Pero pronto se arrepintió.

Parábola del Poder

En el fondo, la conquista del poder se reduce a la simpleza de una parábola.
Es el trayecto que se extiende desde la condición de limitado, hasta la condición de limitador. O de marginado a marginador.
De arriesgarse a recibir el regalo indeseable de una bolilla negra, a la arbitrariedad de colocarla en el bolillero.

Como en el ascenso hacia el poder Macri tuvo cierto éxito, es ahora el mismo Macri, el ex limitado, quien fija arbitrariamente los límites a los otros.
Como si dijera: “Mi límite es Massa”. Ahora sorprende: “Con Massa nada tengo que ver, es un problema de la interna peronista”.

Massa, El Renovador de la Permanencia, para Macri representa un emblema derivado del peronismo. Es parte de “lo viejo”. Antigualla que el propio Macri se dispone a superar. Para discriminar, en cierto modo, a cualquier funcionario que en los “últimos 25 años” haya manejado algún resorte de poder. Años que registraron, en su balance, un saldo colectivamente negativo. Tipos que, en definitiva, fracasaron. Tuvieron su oportunidad. Fueron. Son “lo viejo”.
La circunstancia del fracaso es abiertamente pecaminosa para el PRO. Aunque en el país abunde la frustración. Todo -pero todo- lo hicieron mal.
Entonces persisten los desdichados que se esfuerzan en pasarle a la sociedad talonarios enteros de facturas.
La humanidad está en deuda con el ciudadano que “se merece vivir en un país mejor”. De acuerdo.

Puede que el antiperonismo literal le resulte útil a Macri para desplegar las imposturas inofensivas de la campaña. Entre globitos y saltos eufóricos del danzarín apuesto de 56 años.
Resulta llamativo pero Macri salta mucho más que Sergio Massa, que tiene 42. Y que Martín Lousteau, El Wing Izquierdo de River, flamante adversario de 44.
Pero nadie le advierte a Macri que destratar tanto al peronismo puede transformarse en un suicidio institucional anticipado. Sobre todo si prosigue con su ascenso irresistible. Y llega, incluso, a gobernar.
El peronismo suele ser dúctil. Es flexible y hasta reversible. Es vulnerable, inagotable y pragmático. Pero los peronistas no suelen olvidar con facilidad las afrentas ni la discriminación. Al contrario, son los elementos que generan la indispensable épica de resistencia. Combinan a la perfección con el riesgo natural de la revancha.

En el club Swinger

Sin embargo Macri y Massa ya estuvieron juntitos. Y fueron felices. En octubre de 2013 vencieron al kirchnerismo. No hace tanto.
Aunque los sujetos no representan a la misma generación, la sociedad Macri-Massa emergía como algo bastante razonable.
Eran “dos a quererse”. Macri junta “misericordias” en la provincia (inviable) de Buenos Aires. Y Massa “recopila compasiones” en el Artificio Autónomo de la Capital.
Pero la relación no funcionó. Falló “El factor humano”. Título de la novela de Graham Greene.

Pero también al kirchnerismo lo vencieron juntos Macri y Francisco De Narváez, El Caudillo Popular. Fueron felices en 2009. Junto a Felipe Solá, El Cuadro del Felipismo.
Cuando Massa junto con Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, era otro kirchnerista testimonial.
Curiosamente aquel Narváez fue vencido también por Massa, cuatro años después, en 2013.
Ahora, en el Club Swinger, Narváez es massista. Como Solá.

Mientras tanto Carrió, la que le ponía los límites a Macri, en el Club Swinger también cambió. Hoy está en pleno romance platónico con Macri, aunque cada vez más atraida por “los rulos” del wing izquierdo. Lousteau, El Personaje de Wilde.
Y ahora Carrió, junto con Macri, le pone límites a Massa. Para algarabía de Scioli y de La Doctora.
Para Carrió, hoy Massa pasa a ser el nuevo Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Cuando Duhalde era el enemigo número uno de los Kirchner, se evoca que Carrió lo catalogaba al pobre Duhalde de narco. Jefe de la “mafia del PJ”.
Y cuando para La Doctora (y para Macri) el enemigo pasa a ser Massa, el narco de repente -para Carrió- es Massa.
En el Delta, según la interpretación, se lava más blanco.

Conste que Carrió resultó fundamental para que los radicales, en Gualeguaychú, le tendieran el cordón sanitario a Massa. Y se enrolaran en la liga mayor. Con Macri.

Tragicomedia

De todos modos, como Macri y Massa estuvieron juntitos, y fueron felices hasta hace poco más de un año, en el Club Swinger prospera otra interpretación.
Las reservas morales y políticas de Macri no son, de ningún modo, contra Massa.
Son, en realidad, contra el tercero en la discordia. Francisco De Narváez.
Porque ahora, en el combo de Massa, para colmo entra también Narváez.
El Supermercadista Colombiano que tiene un techo: ser el gobernador de Buenos Aires. Desde la Franja de Massa. Donde manda el limitado que se dispone a jugar, por su parte, en una liga menor. Una suerte de Nacional B. Con José De la Sota, El Cuarto Hombre, y Adolfo Rodríguez Saa, el Padre de la Puntanidad.
Asociado a Macri, en 2009, El Caudillo Popular (Narváez) lo venció al testimonial Massa (por entonces junto a Kirchner y Scioli).

En cambio Massa, asociado a Macri, lo venció luego a Narváez, en 2013.
Y justo cuando Macri creía tenerlo en la lona, Narváez de pronto se recompone. Quiere más. Y reaparece en el combo de Massa.
No olvidar nunca que Narváez es el antihéroe con quien Macri supo protagonizar una celebrada tragicomedia
En su momento, juntos motivaron (Macri y Narváez) una inspiración de gloria en el “portal del periodismo artesanal”.

El juego del poder es para vivos y perversos

La unión de Macri, Massa y Sanz para contener a La Doctora y Scioli.

Sobre informe de Consultora Oximoron, por Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

Salvo que quieran que triunfe Daniel, Mauricio y Sergio deben ponerse de acuerdo. Arreglar. Para dejar de ser funcionales a La Doctora. O sea a Daniel.

Ocurre que Mauricio tiene misericordias en Buenos Aires. Y Sergio recopila compasiones en el Artificio Autónomo de la Capital.

Para que Mauricio eventualmente lo acepte, de mala gana, significa que Sergio debería “bajarse”. Resignar la ambición presidencial y conformarse con el premio consuelo de la gobernación. Tarea que, en la provincia inviable, es mucho más difícil que ocupar la presidencia.

“¿Y por qué no hacemos a la inversa?” -consigna la Garganta de la Franja de Massa- “Si la provincia aporta muchos millones más de votantes”, insiste.

Con razonamiento similar reacciona De la Sota, El Cuarto Hombre, de valorada experiencia pero que viene más retrasado. Cuando le dicen que Massa pretende llevarlo en la fórmula presidencial como su vice, según nuestras fuentes, dice: “Mirá vos, en cambio yo lo quiero a Massa para que sea mi gobernador en Buenos Aires”.

 

Resignada convivencia

Entre Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, y La Doctora, hoy persiste una concordia transitoria, pero que deja al borde de la banquina a Randazzo, El Loco. En condiciones de ser rebajado, como cualquier Precios Cuidados, para destacarse en adelante como un partenaire, casi un sparring ideal, intrascendente como Urribarri, El Padre del Marcador, o Rossi, El Chivo, al que nadie toma en serio ni en El Cairo, bar emblema de Rosario.

La nueva relación Líder-Doctora fortalece, en el interior del cristinismo, el sentimiento de permanencia. Más arraigado que el sentimiento de pertenencia. Entonces los “camporistas” deben asumir que Scioli -quién iba a decirlo- les pertenece. Y sentir que en cada uno de ellos habita un Mariotto dormido, en potencia.

“Todo camporista guarda un Mariotto en un rincón del corazón”.

Entonces creen que van a quedarse. “Partir, qué triste alternativa”, canta Chico Novarro. Aún pueden asegurarse la continuidad.

“Porque en octubre los vamos a embocar de nuevo”, confirma la Garganta. Y agrega: “LTA”. Es el fatídico maradoniano: “la tenés adentro”.

Manera perversa de explicitar el fracaso de Clarín. Después de siete años de confrontación con el enemigo predilecto, los cristinistas están agrandados. Se proponen acabar con la elección en la primera vuelta de octubre.

Trasciende que la resignada convivencia entre Daniel y La Doctora se consolidó cuando el Líder de la Línea Aire y Sol resultó fundamental para doblar el voto de cierto camarista gravitante. Acción que colocó el Caso Nisman en la antesala del archivo. Apenas un crimen de verano que amenazó con cargarse a La Doctora. Gracias a camaristas puntuales jueces señalados, los efectos inicialmente devastadores del crimen de verano se diluyeron en el otoño. Hasta transformarse a la fuerza en un suicidio.

El gravitante alivió llegó. En asombrosa coincidencia con el estancamiento de los dos principales candidatos opositores. Sergio, primero, y Mauricio después.

El freno motivó el impulso bastante tardío de De la Sota. El Cuarto Hombre decidió cubrir costosamente la totalidad del paño, con el pretexto de su vocación literaria y con declaraciones múltiples. Para aplicar la estrategia de “ver qué pasa”. Hasta dónde se llega. Si alcanza al menos los irrisorios 10 puntos. Para pactar con Adolfo, El Alma de la Puntanidad, y sobre todo con Sergio, que lo reclama, tal vez para embocarlo. O para conciliar las hondas diferencias con el cristinismo, por razones exclusivamente pragmáticas.

Ocurre que los 12 o 15 puntos que se le reservan para el kirchnerista Accastello, pueden resultar fatales, en Córdoba, para el anunciado “regreso de Juan”. O sea, Juan Schiaretti.

Sin acuerdo con Accastello, el “delasotismo” está más cerca de perder la provincia. En Córdoba avanza el acuerdo que algunos interesados quisieran trasladar hacia el plano nacional. Entre los radicales de Aguad, El Milico, para gobernador, y Mestre, El Alcalde, para repetir, y con Juez (para la Planta Permanente del Senado). Y con Baldassi, El Soplapitos, para la vice. Es del PRO, expresión institucional del macricaputismo.

El entendimiento de Córdoba permite vaticinar, con optimismo superior, un acuerdo para antes de las PASO. Contempla la presentación de la fórmula que sigilosamente vuelve a tratarse. Macri-Sanz.

Para desazón intelectual de Jaime Durán Barba, Accastello,  El Librepensador del Horacio, defensor fundamentalista de la máxima pureza del PRO, sin contaminaciones de la acabada “política vieja”.

 

Los mangados

La etapa es atractiva. Está en juego lo más apasionante de la actividad política. La lucha por el poder. Un juego, el del poder, para vivos, perversos e inteligentes.

Consiste en unificar la fuerza propia y fragmentar las fuerzas contrarias.

Desborda la simpleza: hay que buscar la unión o evitarla.

Debe aceptarse que el ejercicio del gobierno facilita los movimientos. El afán de quedarse parece ser mucho más intenso que el afán de desalojar al adversario.

Es curioso, tiene más hambre de poder el que quiere quedarse que aquel que se propone echarlo.

Sobre todo porque, el que se queda, contiene mayor solidez espiritual en sus argumentos. En cambio, aquel que debe desalojar, plantado como opositor, se encuentra naturalmente obstaculizado por un conjunto de contradicciones. Egolatrías infinitas que desembocan en rencores personales.

Y los que mejor se mueven, en la actualidad, para enrolarse entre los vivos que quieren desalojar, son, según nuestras fuentes, los “mangados”.

Los aportadores frecuentes de los fondos sacros. Distan de caracterizarse por el romanticismo. Ganaron mucho dinero con el kirchner-cristinismo, cobraron juntos, la contaron. Sobre todo durante el primer tramo de la década. Los Mangados tienen un efectivo interés en acabar con la insoportable inmanencia del cristinismo.

Se habla, por ejemplo, de un fuerte petrolero. Un Dragón acosado por el inversor del comisario que pretende infatigablemente llevárselo puesto.

Pero también se alude a otros industriales institucionalmente poderosos, cañonero sin costura, adoradores de Sanz, y de algunos banqueros frecuentadores de la Franja de Massa. Incluso, se barajan hasta los destacados conductores de algunos grupos mediáticos que brindan el escenario sustancial.

Planifican, Los Mangados, la osadía de acercar a las tres fuerzas fundamentales que, si se unifican, pueden resultar posiblemente imbatibles. Ni siquiera resisten la chicana menor de ser comparadas con la reencarnación de la Alianza. Aparte, prácticamente no existen diferencias de fondo entre ellos.

Mauricio, El Niño Cincuentón; Sergio Massa, El Renovador de la Permanencia; Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca.

 

Idea utópica de perdurar

Pero rescatar el probable entendimiento entre Mauricio y Sergio hoy es una indigna manera de perder el tiempo. Así cualquiera de los dos, para ir por la provincia, decida “bajarse”.

Ocurre que el mero acercamiento de Sergio con Mauricio produciría un colapso por el vendaval indeseable de la señora Carrió, La Empresaria de la Demolición (hoy comprometida con Mauricio).

Otro comprometido, pero con Sergio, es Francisco De Narváez, El Caudillo Popular. Un clavado candidato para la provincia, al que Macri detesta por razones ya detalladas en La Tragicomedia de Mauricio y el Francisco. Texto del Portal.

Sin embargo Narváez es mucho más razonable que Carrió. Y ya le advirtió, según nuestras fuentes, a Sergio.

“Si decidís bajar a la provincia lo voy a entender. Sólo te pido que me lo avises antes”. 

El pragmatismo de los profesionales del poder suele ser siempre más importante que la sedimentación de los egos. Conceder es, en definitiva, un acto de inteligencia personal y colectiva.

Y si Sergio y Mauricio alcanzan un acuerdo electoral con Sanz casi pueden asegurarse la gobernabilidad. Una indeterminada cantidad de legisladores, para cuerpear la transición. Lo menos que se aseguran es el paso hacia la segunda vuelta, algo letal para el cristinismo y la idea utópica de perdurar.

La trama trágica de la efedrina

Aporte de María Servini a la epidemia de transparencia iniciada por Ariel Lijo.

Escribe Oberdán Rocamora - Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

Esta magistrada no estaría en condiciones técnicas de establecer si la diferencia entre 0,75 o 1 kg es razonable o no lo es, pero la desproporción entre 4 y 738 kg no deja mucho lugar a debate…”

María Romilda Servini

Prefacio

Un cuadro frondicista del MID

A través de la “epidemia de transparencia”, de la nociva “peste de moralidad” que invariablemente se viene, hoy puede asegurarse que la literatura más consistente procede de Comodoro Py.

A las celebradas 335 fojas del juez Ariel Lijo, que despliega la desventura más notoria de La Banda de Descuidistas, deben agregarse ahora las 163 fojas de la jueza María Romilda Servini. Donde desmenuza alarmantes “distracciones” de funcionarios que hacían lo que podían. Buracos del Estado que facilitaron el tráfico de cuarenta mil kilos de efedrina hacia México.

Los protagonistas que desfilan, en la trama trágica de la efedrina, admiten ensayar una historia lateral del kirchner-cristinismo. Digna de tratarse en otra miniserie.

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Más acá de la veda

Alivio para la sociedad. Final de la campaña.

escribe Oberdán Rocamora

Alivio. Culmina la campaña más insosteniblemente larga e insufriblemente monótona de la historia.
Se registra el cansancio moral de la sociedad por el desfile televisivo de los candidatos previsibles.
Salvo determinadas excepciones para concejales, la mayoría de los postulantes son demasiado conocidos. Al extremo de no sorprender.
De imposibilitar la espera de algo nuevo. Original. Lo que menos necesitan es tener un competente jefe de prensa.

Resta saber, en la provincia inviable, Buenos Aires, por cuánto ganará Sergio Massa, Aire y Sol II, a Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Por quien se juega -en defensa propia- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
El resultado remite a una cuestión meramente académica.
Oxímoron insiste. Con que Massa triunfe por un sólo punto, se trata de un resultado extraordinario. Pero van a ser -para Oxímoron- entre 8 y 10.

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Cobos y Scioli, almas gemelas

El vice de La Doctora y el vice de El Furia.

escribe Serenella Cottani

“Al final, vamos a quedar los dos” –dijo uno de los dos, Cobos o Scioli.
Fue en la cena secreta de diciembre de 2012, en Villa La Ñata, que tanto enojó a los cristinistas salvajes.

Julio Cobos, El No Positivo, y Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I, mantienen un pasado llamativamente común. Los unifica.
Ex vicepresidentes que padecieron las condenas respectivas de los dos presidentes que les correspondieron.
Scioli lo tuvo que aguantar a Kirchner, El Furia. Mal, aceptémoslo, no le fue.
Cobos debió soportar a Cristina, La Doctora. Y al salvajismo. Fue un calvario.

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Los que ponen votos y los que ponen versos

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO II: El conflicto que desangra al cristinismo en retirada.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si adentro hay nada más que 60 mil, es fácil, te ponés 30 en un bolsillo y 30 en el otro y te vas. ¿Para qué vas a llevarte la caja?”.
La Doctora, según nuestras fuentes, ilustraba a los testigos perplejos. Todos “titulares”. Aludía, con indiscreta confidencialidad, al extraño robo filmado en la residencia de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
El robo a Massa es casi tan inexplicable como el misterio del crimen de El Lauchón. Ampliaremos.

El episodio tratado de la caja transcurrió en la reunión “cerrada” del Hotel Patagonia, en Río Gallegos, ex Tierra Santa. Después que la santidad territorial se desplazara, oportunamente, hacia el Tigre.
Alude a la idea de la presunta abundancia. Reflejo de la prosperidad, en materia de expectativas.
Calibra la actualidad política en la provincia (inviable). Buenos Aires.

Los Sin Techo

Basta con confirmar que determinado empresario, de relativo primer nivel, buscaba, sin suerte, durante la semana anterior, una manera directa de llegar a Sergio. Mantenía el saludable propósito de acudir en auxilio solidario del vencedor.
“Mirá que no quiero pedirle nada”, advirtió el empresario, según nuestras fuentes, al canal confiable que podía intermediar.
Al contrario, “es para ponerle”.

El muchacho, en semejante aspecto, “está muy dulce”. Le sobra. Como para no preocuparse, en exceso, por el contenido de la caja extrañamente robada. De manera tan visible. Como estaba visible la “carta robada” del cuento de Edgar Allan Poe.
Trasciende que, a esta altura, por la demanda, cuesta obtener cinco minutos con Sergio.
Significa confirmar que Aire y Sol II, el actual propietario de la centralidad, casi no tiene espacio para recibir a la totalidad de los garrocheros que sobrevuelan a su alrededor. Y procuran aterrizar en Tigre, Tierra Santa.
Con la metafórica garrocha en la mano, los abnegados también hacen antesala, durante horas, en la puerta del edificio de Cerrito y Juncal. Es donde se habilitó un piso entero, “para el armado político”.
Llegan los audaces para postularse como referentes del “massismo”. Desde los puntos más alucinantes del país.
Aunque el muchacho -Sergio- deba prepararse, apenas, para las iniciales legislativas de octubre.
Proliferan los “sin techo” que llegan con la medialuna enarbolada. Pretenden, ansiosamente, los medialuneros, “cerrar algo”. Asegurarse un techo, estar “adentro”. Ahora, ya. Los profesionales no quieren llegar tarde. Ni “quedarse afuera”.

Lo difícil de explicar

Para colmo, la escuadra de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, el vencedor de 2009, pasa a convertirse en un aeropuerto que registra exclusivamente las partidas. Sin ningún arribo.
A esta altura, y con suerte, sólo le quedan votos para reservar una banca.

Con semejante perspectiva, el cristinismo se desdibuja. Solo. Se cuece en la tinta de sus contradicciones.

“El kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”, dijo La Doctora, al estimable periodista de la casa. Propia tropa.
Dolorosamente altiva ante la derrota, La Doctora no puede explicar la admirable construcción del poder kirchnerista.
Menos puede interpretar, entonces, la abrupta declinación del cristinismo.
Del 54% al 29 actual, en menos de dos años.

Con el tiempo, cuando pasen las turbulencias y los divisorios rencores, podrá estudiarse -en seminarios privados como los del portal- tanto la construcción kirchnerista como el desmoronamiento cristinista.
Partes del mismo fenómeno “difícil” -para La Doctora- de “explicar”.

Votos y versos

Aquí tratamos, en exceso, el apoyo de las otras dos patas fundamentales de “El Trípode”.
De Hugo Moyano, El Charol, y de Héctor Magnetto, El Beto. Es el poder real que se intentó superar.
Hoy se asiste al desvanecimiento de la alianza tácita entre lo que queda. Los peronistas que ponen los votos y los progresistas que aportan los versos.
Es el resultado de la insuficiencia catastrófica del frepasismo tardío.
Lo supo diseñar Carlos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado (Podrido). Es el antiperonista que alcanzó la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista.
Al fin y al cabo, para La Doctora, los “buscapinas” de Unidos y Organizados resultaron aún menos útiles que los ambiciosos cobradores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

En el intermedio de las derrotas, el conflicto hoy se da entre los que ponen los votos, que sienten peligrar el control de sus feudos, y los que ponen los versos. Los que perciben su anulación porque espantan, con sus brillantes ideas, justamente a los votos.

Las diferencias estallan, para colmo, en la delicada problemática de la inseguridad, que de pronto adquiere existencia.
Y no se trata, apenas, de recurrir a los servicios abusivos de la “Gendarmería para la Victoria”. De los miles de gendarmes que dejan las fronteras libradas a la suerte, para evitar los crímenes multiplicados del conurbano bonaerense.
Los que aportan el verso progresista ya no se conforman con la dignidad de los juicios, ni de los presos.
Se les esfuma, de repente, también la hegemonía argumental.
Hoy los verseros tienen que soportar la jura, como Ministro de Seguridad, del mini-gobernador de Ezeiza, Alejandro Granados, El Mangrullo.
Es el aportador de votos que supo alardear, incluso, hasta por su penosa “mala puntería”, que le impidió cargarse dos o tres delincuentes desesperados.
A quienes, según los que aportan los versos -a cambio de ejemplar humanismo y presos sin importancia-, debe tratarse con mayor consideración. Con firmes garantías básicas. Sin gatillos explicablemente temperamentales.

“Tanto pedir por la cabeza de Casal y ahora tienen que bancarse alguien que es mucho peor que Casal. Más duro aún, como Granados”, confirma la Garganta.
Es -Granados- el peronista clásico de colección. Readaptable al distinto tenor de las jefaturas que desfilaron, mientras consolidaba el dominio en su feudo. Ezeiza.

Desplazamiento de la responsabilidad

Pero ánimo, no todo está perdido. El retroceso del progresismo inspira una idea casi genial, apenas positiva para constar en actas.
Significa el desplazamiento de la responsabilidad por la próxima derrota.
La victoria abrumadora de Sergio, Aire y Sol II, que se aguarda para octubre, pasa a ser, en adelante, la exclusiva responsabilidad de Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol I.
En defensa propia, Scioli se pone al frente de la causa perdida. Una campaña compuesta por hombres especialmente seleccionados para la tarea de aislarlo. Cuando La Doctora ya carecía de brújula, estrategia. Sobre todo de buena información. Y la surtían de pescado que olía muy mal. Podrido.

La última alquimia consiste en transferir la responsabilidad de la derrota a Daniel.  A los efectos de atenuar los calamitosos errores de la dupla, de La Doctora y Zannini, que amparan a los aportadores de versos, y que hoy se encuentran en retroceso y en banda.
Son los máximos responsables del descalabro institucional que se viene. Y que permite aludir a la necesaria indulgencia de los vencedores. Como de los oportunistas que quieren sangre. O producir caídas dramáticas, situaciones límites. Imaginan renunciamientos. Ampliaremos.

Al cierre del capítulo de la flamante miniserie se registra, según Consultora Oximoron, en la Buenos Aires inviable, una diferencia de 14 puntos. En favor de Sergio. Sobre el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Para Oximoron, la próxima derrota de octubre produce un inapelable desplazamiento institucional del poder.
La alarmante fragilidad del Ejecutivo determina la próxima centralidad en el Legislativo, que a partir de diciembre tendrá no menos de cinco candidatos presidenciales.
Tres en la cámara mayorista, o sea Diputados.
Massa, Julio Cobos, El No Positivo, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y dos, hasta hoy, en la pasiva selectividad del Senado.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, el Reutemann de los radicales. Y Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Siempre y cuando, después del último papelón, El Hermano Alberto dé un paso atrás, como en el tango. Para dedicarse a la pintura, que lo reclama, como el teatro. O a los placeres del ocio, la gratificación del amor.

Oberdán Rocamora
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Coppertone para todos

El cristinismo se evapora entre pases recíprocos de facturas veladas.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

Con el tiempo -cuando cese el apasionamiento precario- va a estudiarse la admirable construcción de poder del kirchnerismo, entre 2003 y 2005.
Como se va a estudiar también la evaporación del poder cristinista, entre 2011 y 2013.

La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
Su presencia comprime, sus palabras alejan. Pero nadie se atreve, entre los suyos, a insinuarlo.
Pese a la declinación que alarma, al descenso paulatino del respeto colectivo, aún -según nuestras fuentes- se le teme.
Al extremo de asegurar que algunos viceministros decisivos, a través del correo electrónico, lo consultan a Máximo. Como si el vástago fuera de verdad un conductor solvente. Con el básico objetivo de mostrar, entre la incertidumbre, un poco de aprobación.

“La hipótesis del helicóptero, con La Doctora, no corre, olvídese”, confirma la Garganta.
Un peronista, electo con legitimidad, sólo abandona el poder como consecuencia de un golpe militar. Como en 1955. O 1976.
“O porque le pegan un tiro en la cabeza”, continúa. Por cuestiones más pasionales que políticas. Como al Gringo.

Cuando se es portador del ADN peronista, no debe consignarse ninguna hipótesis de renuncia.
“El helicóptero es una solución reservada para los radicales, que se toman más en serio y suelen ser más dramáticos”.
En la cultura de referencia, son los propios peronistas los que jamás van a admitir abdicaciones.

Entonces el cristinismo se debate en el pase recíproco de las facturas veladas.
Se impone la indulgencia interpretativa. Se recomienda evitar el ensañamiento innecesario contra los derrotados.
La catarata de adversidades acentúa el rigor de la mala praxis.
Son demasiado crueles consigo mismos, y se registran enfrentamientos en cada ministerio. Secretaría de Estado. Dependencia.
Las descalificaciones y los odios impregnan el “pálido final” (Tango).

La bronca con Zannini

“Así que nosotros somos los corruptos y Zannini un impoluto, mirá vos” -nos confirma el cercano a Julio De Vido, el Ex Superministro.
“¿Y Electroingeniería? Es Joda. ¿Romanticismo de celda? Si todo salió para el demonio es porque se hizo lo que decidió Zannini, el Jefe de La Cámpora”.
Crece, en el sigiloso peronismo, la bronca contra Zannini.
Cuentan que Zannini los arrastró con el cuento de la Democratización de la Justicia.
Por el progresismo efectista de designar, por votación popular, a los miembros manipuladores del Consejo de la Magistratura.
Es la línea de interpretación que respaldan los peronistas que absuelven a De Vido. A quien quisieron responsabilizar por la derrota. Por encargarse de repartir las espiritualidades entre los municipios. Muy tarde, muy mal.

“El responsable fue Zannini. Quiso ser el candidato nacional en el distrito único y saltar, desde la plataforma de la Magistratura, hacia la candidatura presidencial”, insiste la Garganta.

De manera que, cuando La Doctora y Zannini utilizaban a los gobernadores infelices, enrolados en el Grupo GESTAR, no era sólo con el propósito de aislar a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
Ni porque contaban con la información distorsionada sobre las andanzas de Sergio Massa, la Rata Del Tigre que los embocó, Aire y Sol II.
Era porque se preparaba, en baño María, al sucesor preferido. Carlitos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Frepasismo tardío para todos. A los efectos de acelerar la superación del peronismo anacrónico, representado paradójicamente por los gobernadores peronistas aferrados al“Vestidito negro”.
Ellos iban a recibir, también, con alguna excepción, la lección de la derrota de agosto. O del empate.
Son los que conversan, ahora, como tías en el velatorio. Y tratan, con relativa elegancia, de descolgarse. Para caerse del Vestidito.

La Justicia, otra vez, iba a clausurar definitoriamente el sueño.
Bastó, apenas, con declarar la inconstitucionalidad del zafarrancho legislativo de la Democratización. Volteado por la Justicia que precisamente buscaban “democratizar”.
Los aferrados al Vestidito Negro, instrumentados todos por Zannini y La Doctora, para colmo sin saberlo, iban a terminar, todos, en El Mangruyo de Granados. A los aplausos en Ezeiza, con aclamaciones favorables hacia Aire y Sol I. Como si Scioli fuera la reencarnación de Sandro.

Coppertone para Todos

En “El vuelo de los garrocheros”, se anticipó la moda previsible del invierno.
Saltar hacia el “Tigre, Tierra Santa”, también.

Se instala la creencia que 2015 contiene la atmósfera de la utopía.

Emerge octubre de 2013 como la próxima frontera. La elección legislativa aguarda con la derrota más severa en la provincia que les importa. Buenos Aires, La Inviable. Por más de 10 puntos de diferencia.

De poco le sirve, a esta altura, a La Doctora, asumir tardíamente el estallido del relato.
Aceptar la existencia de la inseguridad, de la inflación, subir el mínimo no imponible, para taparle la boca a Massa o a Moyano, El Charol.
Tampoco le sirve ocultar, en lo posible, los símbolos más cuestionados. Como si, de repente, Amado Boudou, El Descuidista, máximo error de la estadista hormonal, no existiera.
Hoy El Descuidista participa de onerosas excursiones, tan lejanas como extravagantes. Útiles para quitarlo transitoriamente del escenario.
Y carece de sentido desactivar totalmente a Guillermo Moreno, el Antonio Das Mortes, El Cumplidor de Instrucciones.
Ningún otro Das Mortes se encuentra en condiciones de apretar a los cambistas. Cueveros que se divierten con el ascenso del Blue.

Pero ánimo, no todo está perdido.
Probablemente la salvación provenga de El Consultor Providencial. Con su receta posiblemente mágica.
El Consultor Providencial fue llevado hacia La Doctora, según nuestras fuentes, por el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.

Para colmo Insaurralde sospecha, en el fondo, que efectivamente podrá ser el candidato a gobernador de La Provincia Inviable. Pero impulsado, llamativamente, por el adversario actual. Su buen amigo y colega Massa, Aire y Sol II.
Insaurralde podrá disputar, acaso, la Provincia Inviable, con el devaluado Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, que hoy enarbola el discurso de Heidi. Aunque impulsado -secreto de multitudes- por Scioli.
Pasan cosas lindas en la familia del peronismo.
Marche más Crespi Seco.
El Aire y el Sol, en definitiva, se imponen.
“Coppertone para Todos”. Como instiga, con saludable desenfado, un airesolista del primer tipo, que se siente en la antesala del poder, y reparte embajadas como si fueran estampitas de Francisco.

Oberdán Rocamora

El vuelo de los garrocheros

escribe Serenella Cottani
Interior-Provincias

“Esto es el peronismo, no es ningún Club de Solas y Solos”, confirma la Garganta.
“Aquí se te puede perdonar cualquier pecado, menos el de la derrota”.

Inmolarse por los mohines ensayados de La Doctora adquiere un sentido discutible. Por no decir nulo.
Es como dar la vida por los ganadores de sueldos de La Cámpora.
O por los colaboradores rentados del frepasismo tardío.

“¿A cambio de qué, Serenella?”. ¿Acaso de considerables mangos, que llegan en cuentagotas y mal? ¿O por promesas de más obras? De terminar las iniciadas.

Encerrona teórica que los peronistas suelen explicar, en la práctica, con palabras procaces, indignas del presente despacho.
Porque si pierden, los tratan de culpables o traidores.
Como le pasó, sin ir más lejos, a Sergio Massa, Aire y Sol II, con Néstor Kirchner, El Furia. En la derrota “testimonial” de 2009.
Pero si ganan, los castigarán peor. La Doctora les impondrá los concejales arbitrariamente a dedo. Para entregarlos.

Les consta que a Martín Insaurralde -pobre- lo quemaron. Un buen muchacho que aprendió bastante con Hugo Toledo, uno de los tres titanes de Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Los otros dos fueron Mércuri y Pierri.
Pero Insaurralde se diplomó merced a la confianza que “siempre le dispensó” Rossi. Canal ante Federico Achával, socio de Cristobalito.
Ahora tiene -Insaurralde- escasas posibilidades de remontar. Los cristinistas lo transformaron en un barrilete de plomo.

Los mini-gobernadores -apodados intendentes- que sin gran convicción jugaron con el cristinismo, se encuentran en la plenitud del conflicto existencial. No pueden arriesgar la mayoría en el Concejo Deliberante. Manera suicida de arrimarse a otra pérdida fatal. La libertad.
Saben que Sergio, el que está enfrente, al menos por ahora, no es ningún enemigo.
Es el Quijote que se atrevió, en cuarenta días y con veinte Sanchos, a perforarle, a La Doctora, la provincia inviable.

“Nos vacunaron”, confirma la Garganta. “Pero Scioli, acaso para conformarnos, y darnos un poco de ánimo, dice que no tenemos que dramatizar”.
Es la línea que se baja, desde arriba. Como si nada hubiera pasado. Ningún “masaso” electoral.
Para avanzar con “fe, esperanza y entusiasmo”. Hacia el paredón.
Más grave que un pecado, la derrota, en el peronismo, es un error.
Entonces la lealtad es un aspecto relativamente superfluo. Que se ofrenda a quien, en definitiva, la merece.
No es precisamente el caso de La Doctora. Ni de los frepasistas tardíos que se reportan a Zannini, el Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Fotografías

Se aguarda la multiplicación de los garrocheros voladores. Llegan con la medialuna metafóricamente enarbolada. Para mojarla en las tazas de café con leche de “Tigre, Tierra Santa”.
El encargado de recibirlos, aunque parezca mentira, es Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Oportunamente puso el pie en Tigre para negociar componendas en nombre del sciolismo.
Pero, ya que estaba en Tigre, se quedó.

En el Comité de Recepción a los Garrocheros está habilitado también Eduardo Amadeo, El Conde Consorte.
Se anota -El Conde- para iniciar otra epopeya junto al visionario Felipe Solá, El Máximo Cuadro del Felipismo.
Hoy se encuentran, con el Vasco De Mendiguren, en condiciones de repartir los números, para “tener diez minutos con Sergio”. A los efectos de enrolarse en la cantera inagotable de Massa.
Como Roberto Lavagna, La Esfinge, que también pudo aterrizar. Para encontrarse con Sarghini, La Oveja, y Tito Lusiardo, alias Juanjo.
Son dos viejos protagonistas de la fotografía utilitaria, tomada en El General, restaurante temático, como el que abrió El Canca Gullo en Palermo.
Lástima que el cuarto de aquella foto, Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, aún no haya aterrizado.
A través de la derrota, Narváez se transforma. Pasa a tener mayor gravitación. Como si hubiera triunfado.

A quien se aguarda, con relativo entusiasmo, en el garrochódromo, es a Hugo Moyano, El Charol.
Pero Moyano no tiene el estado físico de La Esfinge. A esta altura está bastante grande y pesado para clavar la garrocha en Azopardo, y elevarse hacia Tierra Santa. Aparte, no le hace falta.
Le sobran los canales para llegar a Tigre. Los intermediarios. Celestinos vocacionales que se postulan, según nuestras fuentes, como dadores voluntarios de solidaridad.
Todo para precipitar el acercamiento entre Moyano y Massa.
El Charol lo tiene a su hijo Facundo, que es pre-massista. Significa confirmar que Facundo está con Massa desde antes que Massa comenzara a dar las exitosas vueltas en la Rotonda.
Instalado en esa versión del Cruce Etcheverry que supo atormentar al cristinismo primario, cuando La Doctora estaba en banda informativa y desconocía qué camino Massa iba a tomar.
O si iba a conformarse con las vueltas. Sin decidirse.

Gente que busca gente

Para colmo, Moyano mantiene, según nuestras fuentes, los códigos superados del evangelista frontal.
De ningún modo va a hacerle un feo a Narváez, que lo arrastró hacia la lona. Aunque desde hace dos semanas Moyano estaba particularmente incómodo con su posición de falsa escuadra. Aferrado al error de la derrota que se le avecinaba. Por haberse dejado arrastrar por las carísimas derivaciones de aquella otra fotografía, la de Córdoba.
Cuando El Charol apareció sonriente junto al Caudillo Popular, y con José De la Sota, El Cordobés Profesional. Y como es habitual con Lavagna, La Esfinge.
La fotografía de Córdoba resultó letal para la asociación que se tramitaba entre Lavagna con el gran ausente. Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Pero Macri, curiosamente, por intermedio de Jorge, El Primo Pobre, vuelve a encontrarse con Lavagna en un recodo del eterno camino.
Ilustración efectiva de “Gente que busca Gente”, como diría Pagni, el pensador positivista.

Como componentes de la cantera de Massa, El Niño Cincuentón y La Esfinge se reencuentran en Tigre, Tierra Santa.
Junto al Poeta Impopular, que felizmente encontró a quien dedicarle sus sonetos desesperados. Y con El Conde Consorte. O El Máximo Cuadro del felipismo. O Tito Lusiardo. Junto al “Chupete” Manzano, el Gran Productor de Humo, parte de la cantera del peronismo que se recicla hasta el infinito. En la Franja de Massa, que hasta hace tres meses era una “maza sin cantera”.

Se asiste a la epidemia de los balances. Cualquier locutor se pregunta -perplejo- qué va a pasar ahora.
Si La Doctora asimilará con sensatez “La calle cerrada de la derrota”. O si va, alucinantemente, a radicalizarse.
“Ni un paso atrás”, confirma Filmus, El Psicobolche, siempre listo para el admirable oficio de perder.
Sin percatarse que, si insisten con La Doctora en dar otro paso adelante caen, invariablemente, al precipicio.
Con todos aquellos frepasistas que, sin otra alternativa que inmolarse, se cuelgan del“Vestidito negro”.

Al cierre del despacho, trasciende que Daniel Peralta, El Campera, clavó la garrocha en la Avenida Kirchner, en la intersección con la confitería Mónaco. Para elevarse con destreza y volar, majestuosamente, hacia “Tigre, Tierra Santa”. Y anotarse en la cantera de Massa.

Serenella Cottani

Gana Massa, benefactor de Scioli

Eclipse triste del cristinismo, sin estrategia ni información.

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redactora Final Carolina Mantegari

1. Fondo de olla

La diferencia a favor de Sergio Massa, La Rata del Tigre, o Aire y Sol II, a esta altura es literalmente irremontable.

Para Oximoron, la contienda está terminada. Sólo falta el detalle técnico de la votación. Massa pasa por la ventanilla. Cobra.
Significa confirmar que se carga, acaso a su pesar, a La Secta reducida del cristinismo, que supo apoderarse de la Argentina, ante la culposa complacencia de la sociedad.
La Secta enfrenta su eclipse triste. Culturalmente aislada. Sin estrategia y sin información. Asiste a la pérdida letal de la iniciativa. Va al pie, en el último tramo, de las circunstancias. Con la insuficiencia escogida de Martín Insaurralde, un elemento rescatable, candidato que puso La Doctora para equipararlo a Massa. Para mostrar, en su banda, que va al pie de Massa.

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