Alivio espiritual en el macriputismo

Abunda el alivio espiritual en el macricaputismo.
Mauricio, El Niño Cincuentón, zafó de la interna sustancial. Incomodidad que lo mantenía estancado. Emerge fortalecido.
“Con un sexo político de cuatro metros” explicita la Garganta Pro.
La “decisión estratégica” de apoyar frontalmente a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático, tuvo su final favorable.
Es de esperar que muchos votos independientes, que fueron hacia Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no se vayan, en julio, imantados hacia Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
En adelante, Mauricio puede estar seguro que va a polarizar nomás con Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol.
Posiblemente ambos. Mauricio y Daniel- tuvieron éxito en la tarea compartida de marginarlo a Sergio, el Titular de la Franja de Massa.
Hoy se lo percibe a Sergio algo alejado de Mauricio y de Daniel. Se les escapan. Pero este juego es el tradicional “sube y baja” del parque de la memoria.
Si por ejemplo el viernes Sergio colma el estadio de Vélez, y consolida aparte su alianza con De la Sota, El Cuarto Hombre, y acaso también con Adolfo Rodríguez Saá, El Alma de la Puntanidad, podrá blindarse otra vez su candidatura. Para que vuelva a ser una disputa de tres. Aunque, al cierre del despacho, parece tratarse de una disputa de dos. Sólo entre Mauricio y Daniel. Si es que Daniel consigue librarse definitivamente de la competencia virtual de Florencio, El Loco. Es el que siempre está pendiente, aunque no produzca ninguna información que estimule una idea de campaña. Para colmo, la esperanza del dedazo se diluyó en Moscú. Para algarabía de Daniel, La Doctora expresó que “no tiene favoritos”.

Parábola geopolítica del país en banda

Pese a haberse agotado el aquí anunciado como “último mes de centralidad”, La Doctora aún conserva la iniciativa. Actúa como si no fuera a irse nunca. Al menos, en materia internacional, donde hace y deshace en soledad, sin siquiera brindar la explicación que tampoco nadie le pide. Ni Mauricio ni Sergio. Por supuesto que tampoco Daniel va a pedirle a La Doctora que le rinda alguna cuenta.
Aunque los tres se postulen para sucederla, no tienen la menor idea de los compromisos que se asumieron.“¿Y qué hacemos si a Daniel, en la presidencia, se le ocurre vendernos de nuevo a los yanquis? –confirma otra Garganta, que trafica el cuento de la Revolución Imaginaria.
De manera unilateral, porque se le antoja, con licencia de corsaria, y en virtud del pragmatismo a la bartola, La Doctora traslada el país a la deriva hacia el inquietante eje China-Rusia. Que por supuesto incluye a Irán. O sea a Siria. Y a través de Venezuela, nuestro máximo aliado en el subcontinente.
Sin siquiera pestañear, La Doctora pasa, sin inconvenientes ni reclamos, de las intenciones fracasadas de reconciliarse con el mercado de capitales –o sea con Occidente-, emprendidas desde el comienzo de 2014 (rendición ante Repsol y rodilla ante el Club de París), para conciliar después de Griessa posiciones favorables con China, primero, y Rusia después.
Parábola geopolítica del país en banda. Un viraje que se dio en menos de quince meses. Queda el balance de un crimen.
Ni Mauricio ni Sergio, en lo personal, ni sus equipos económicos, ni sus asesores en política exterior, tienen la más remota idea, según nuestras fuentes, acerca de qué demonios La Doctora, Timerman y De Vido comprometieron con Rusia y con China.
Si alguno de los dos aspirantes a la sucesión estimula la ilusión de reestructurar las relaciones con Estados Unidos, o con la Unión Europea, debería, al menos, interesarse en la magnitud de los compromisos firmados. Existe la continuidad jurídica del Estado. Aunque los audaces irredimibles del cristinismo suponen que tienen asegurada la continuidad. Para siempre. Con lo que tienen enfrente, crece el derecho de creerlo.

La Doctora, la gran campeona de la defensa de los derechos humanos que humilló, para espanto del ministro De Vido, al pobre “negrito” Obiang -Presidente de Guinea Ecuatorial-, porque no los respetaba, por el repentino pragmatismo a la bartola hoy prefiere callar (o sea convalidar) ante la prisión de los dirigentes opositores al asociado Nicolás Maduro.
Es –Maduro- quien no vacila en degradar, incluso, a las autoridades de España, por la osadía de reclamar por los presos políticos en Venezuela. Y en defenestrar, por si no bastara, a Felipe González, por ofrecerse como abogado de los presos. Y en esta etapa pragmática mejor ni tratar, en materia de derechos humanos, el caso de Putin. Silencio.

Derivaciones humanas del relato

Pero es el tiempo de los posicionamientos, entre los tres postulantes presidenciales que se manejan con consultores que sostienen que no es momento de anunciar cambios bruscos ni rupturas. Debe confiarse entonces en que los tres ya saben cómo plantar el país. Adónde. O dejarlo así, como está. Para cualquier postura. A la bartola.
Tiempo de dramas electorales.
-”Cómo les pedimos a los que cantan “Cristina corazón aquí tenés los pibes para la Liberación” que ahora griten “¡Daniel, Daniel!”-
Es otra severa introspección de la Garganta Popular.
Lo que opine la señora de Bonafini, según nuestras fuentes, ya casi nada preocupa en materia electoral. Las Madres le dieron al cristinismo todo lo que tenían para dar. Hasta su prestigio. Y en la retribución, pasaron a convertirse en una constructora fraudulenta y quebrantada.
Menos aún interesan las reticencias que puedan presentar los intelectuales buscapinas del colectivo Carta Abierta.
“No mueven quince votos, y no se les entiende un c…”.
Importan, sí, los jóvenes que saltan. Que son los que ponen el aderezo de la épica. Los muchachos que adquirieron auténticamente el cuento de la Revolución Imaginaria.

El dilema reside en las derivaciones humanas del relato.
Apoyar a Daniel, aunque siempre estuvo, implica dejar de lado la consigna “Patria sí Colonia no”. Que algunos hasta se tomaron en serio. Cuesta cambiarla por “con fe y esperanza, siempre para adelante con el Aire y el Sol”. A través de la ideología del vitalismo positivista que representa Daniel. Con la confianza en sí mismo que lo habilita para asegurar que, a partir de su presidencia, se viene “una Argentina que ni te imaginás”. Con la explosión del optimismo que lo instiga a confirmar que “a la Argentina va a venir dinero desde todos los países del mundo”.

Por su superioridad natural, por la visión desproporcionada de sus atributos, Daniel no tiene ningún inconveniente en que “le pongan todos los diputados”. O que le pongan el vice que quieran. Ya que con Scioli, en definitiva, todo va a cambiar.
“Pero que no se le ocurra entregarnos de nuevo a los yanquis” insiste la Garganta.

Recaudación y cuentapropismo

La cuestión que pasaron doce años de Kirchner-cristinismo. Contradictorio, complejo, invertebrado. Siete años, entre 2003 y 2010, fueron de recaudación centralizada. Y debe aceptarse que los últimos cinco sin recaudación. “Sin bolsos en los vuelos de los viernes”. Colmados de altibajos, delirios y bolsones de cuentapropismo. (Ampliaremos en próximo informe).

Lo que El Furia no pudo lograr con el trunco Compromiso K, La Doctora lo logró con La Cámpora.
Un conjunto incondicional de muchachos que atraviesan la treintena. Los que planifican, en los próximos diez años, quedarse con el control total del país. Arrasan con dos generaciones. Las jubilan.
En una década oscilarán los 45 años. A punto. Con experiencia en manejo del poder.
Saben, en la práctica, que Daniel es quien está mejor posicionado para garantizarles la continuidad de lo conquistado.
Sólo tienen que abstenerse, en adelante, de cometer errores. Los que pueden ser aprovechados por Sergio y Mauricio, al acecho. Siempre.

La fragmentación facilita la utopía de permanecer

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Con las derivaciones transitoriamente aplacadas del crimen de Nisman, el cristinismo asume el riesgo de pensar en sucederse a sí mismo.
Constatan que pueden quedarse. El final de ciclo es un mito que se extiende. Se dilata.
La bomba económica, que vaticinaba Héctor Méndez, estaba plantada para que le estallara al sucesor. Ahora amenaza con explotar en pleno rostro de Scioli. Acaso de Randazzo. Dos máscaras, en definitiva, de La Doctora.

Mientras tanto Macri, el sucesor preferido, se complica sin necesidad. La confrontación interna entre Rodríguez Larreta y la señora Michetti pone en cuestionamiento su razón de ser. Y de funcionar. Al extremo de imponerse la consigna más extraña: “Horacio o Muerte”. Ampliaremos.

El tercero en la discordia, Sergio Massa, a Daniel y a Mauricio los corre ahora desde atrás. Sin la responsabilidad de cargar con el mote del “favorito”.
Como dejó de ser el aventajado en las encuestas, Massa es consciente de la especulación de los que pugnan para que se baje. En beneficio de alguno de los otros dos. Aunque aún, según nuestras fuentes, aspira a estampillarlos con una derrota.

Por último, emerge la señora Margarita Stolbizer. Desde la superstición saludablemente progresista.
Es la máxima beneficiaria del acuerdo entre el “radicalismo centenario” de Sanz con la estrella ascendente de Macri. Entendimiento que Stolbizer, con astucia, prefiere interpretarlo como una rendición incondicional.
Lejos de acompañar, los radicales que perdieron en la Convención de Gualeguaychú, democráticamente se rajan. Para recalar directamente en Macri, o seguir la vocación testimonial con Stolbizer.

Clarín, jefe de campaña de Máximo

Apenas un logro del Kirchner-cristinismo es relevante. Haber signado la intrascendencia de Clarín.
Con la pólvora empapada, hoy Clarín catapulta al que se propone destruir.
Ocurrió con Máximo Kirchner. Excesos básicos del antikirchnerismo pasional. Por la falta de criterio al creer que Néstor Kirchner, en 2005, podía dejar 40 millones de dólares en la cuenta de su hijo Máximo.
Los ilusos compraron el salmón nauseabundo y promovieron la réplica más inesperada. Para algarabía de los camporistas que suponen contar con un conductor, Clarín consolidó a Máximo.

Al tensar tanto la cuerda de la confrontación, Clarín instala el galimatías que más le conviene al cristinismo. Indica que se está con el gobierno o con Clarín. Segundos afuera. Cuando lo recomendable consiste en ser crítico del cristinismo, pero sin someterse a las imposturas estratégicas y comerciales del Grupo Clarín. Con una frontal agresividad que desdibuja -y sobre todo debilita- a los profesionales que ejercen el rol de opositores. Como Massa o Macri. Sin recitar el catecismo en exámenes bilaterales con Magnetto, para disponer, como contrapartida, del favorable tratamiento informativo.
El anticristinismo bobo que impulsa Clarín legitima que La Doctora -con Scioli- pueda volver a vacunarlo. En primera vuelta.

Horacio o Muerte

“Es Horacio o muerte”, confirma la Garganta.
Debe celebrarse que finalmente el PRO produzca información y algo de intriga entre sus tensiones internas. Que penetre, incluso, la perversidad, entre “el encanto de lo light” (cliquear). Hasta fondear sobre la verdadera identidad de la agrupación.
Hasta aquí, el macricaputismo se agota en el manejo de la estructura atractiva de negocios que bien administrados deben perdurar. Los mecanismos que se ponen en riesgo a través de la interna sucesoria.
Por su enternecedora vocación por la transparencia, Gabriela Michetti puede convertirse en un blando bifecito de lomo en la jaula de los leones. O transformarse en una suerte de King Kong, soltada en una cristalería ya pacientemente preparada.
El mantenimiento de la estructura justifica que Macri apueste por Horacio Rodríguez Larreta, para preservar los réditos políticos derivados del control de la ciudad. Pero con una sobreactuación inicial que parece haber menguado. Aunque aún resulte insuficiente para calmar el sentimiento de desaire de Gabriela.

Jaque Mate

“La jugada de Jaque Mate se reserva para el final y sin avisar”.
Lo dijo Sergio Massa, mientras comía un sándwich tardío en su oficina de Rodríguez Peña.
“Si Macri y Massa no llegan a un acuerdo, Cristina con Daniel los emboca”, confirma la Garganta.
Lo que está en juego es simplemente el poder, que es lo más apasionante de la lucha política. Corresponde dejar al costado las egolatrías que obstaculizan las jugadas sorpresivas de impacto.
Sergio y Mauricio dividen conscientemente el voto opositor. Disputan el mismo electorado. Juntos vencieron, en 2013, al cristinismo. Pero en la práctica son irreconciliables para 2015.

Cierto estratega del cristinismo odia a Massa casi tanto como La Doctora. Pero confiesa, bastante más pragmático, que está en condiciones de sacrificarse para que Massa no pierda consistencia. Al contrario, quisiera que Massa recupere lo que perdió. Lo suficiente como para equipararse con Macri. Cuestión que ninguno de los dos supere los 25 puntos.
Significa confirmar que para el estratega, Scioli con La Doctora está más cerca de llegar al 40 que Macri o Massa de alcanzar -separados- el 30.
Téngase en cuenta que el cristinismo sospecha que ahora puede quedarse de verdad. Que el fin de ciclo es un mito. Sus máximos exponentes saben que luchan ya no sólo por la permanencia. También por la libertad.
Con La Doctora que se pone la campaña en la cartera. Con el PJ Vegetal que adorna con su presencia en todos los distritos. Con dinero a discreción. Con el manejo de la totalidad de los resortes del estado. Para explotar la fragmentación servida del opositor funcional.

La superstición progresista

Para colmo, la verdad cruel de la política atenta contra la contabilidad ilusoria de quienes sumaban los votos radicales y del PRO. Los que ya se veían con la segunda vuelta garantizada. Una goleada de Macri a Scioli. Sin embargo, los que perdieron en Gualeguaychú no terminan de resignarse culturalmente a sufragar por Macri. Aunque se trate de indisciplina partidaria hoy contemplan seducidos a Margarita Stolbizer. Para remendar los estragos de aquel UNEN, con Los 5 Latinos que se diluyeron.
La superstición del progresismo resiste la idea de fundirse con el charlatanerismo de izquierda que La Doctora intenta inyectar en su fuerza. Pero también la superstición se resiste aún más a fundirse con lo que consideran el paradigma de lo conservador. Un neo liberal. Macri.
“Así salgamos cuartos cómodos”, sentencia un binnerista, que ingresa en el combo con Margarita. Sin que le importe un pepino ser funcional al cristinismo, que se beneficia hasta el entusiasmo con la conveniente fragmentación cultural.

La invención del Partido Judicial

Por robar con apasionamiento y cargarse a un fiscal.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Con astucia La Doctora plantea la invención del Partido Judicial.
Tergiversa la gravedad de la causa para condenar el efecto. Y le sirve para minimizar a la oposición real. Desplazarla del escenario.
Repite, con la creación del flamante PJ, el mecanismo suicida de confrontación con el Grupo Clarín. Opositores abstenerse.
Tanto Massa como Macri, Cobos, Sanz, Carrió o Binner, debieran preocuparse por un ejercicio del ninguneo tan original.
Es la mejor manera de degradarlos. Convertirlos en complementos, figurines o extras.

Etapa lazarista

El inventado PJ es, en todo caso, el efecto. La consecuencia.
La causa remite a aceptar que, durante la década kirchner-cristinista, se robó con encomiable apasionamiento y tenacidad.
Puede percibirse durante el esplendor de la presente etapa lazarista del cristinismo. Con los regalitos envenenados del extinto.
La Doctora padece el rigor adverso de la etapa lazarista. Con la conjunción de escatologías recaudatorias que se llevan puesto su gobierno. Por corrupto. Y no por “revolucionario”.
La pobre aún no encuentra la manera de enfrentar esta etapa. No se atreve, acaso “por los chicos”, a matar al muerto. Ni siquiera para salir del paso. Sin embargo, mientras “lo homenajea con palabras, lo descalifica con los hechos”. El caso emblemático lo representa el atentado a la Amia, con el respectivo cambio geopolítico. Donde lo hace quedar, al extinto, como un estadista satelital. Un equivocado que asimilaba, a los gritos, el alimento enlatado que le preparaba la CIA y el Mossad.
Para colmo, para consolidar la gravedad de la causa, a la sistematización del robo apasionado se le debe agregar la sospecha consensuada del asesinato. Por haberse cargado al fiscal Nisman. Al que no paran de descalificar, como si no se dieran cuenta que el asesinado ya mantiene la pureza de Ceferino Namuncurá. “Nada mejor que la muerte para mejorar una vida”, escribió Borges.
Pero les cuesta históricamente hacerse cargo del muerto que se cargaron.
Sin reparos, en los diarios principales ya se alude al “comando venezolano-iraní”, con “cierta logística doméstica”. En realidad, lo que preocupa es la “logística doméstica”, más que la fantasía literaria del sicario. Sea persa el sicario, de nuestro suburbio o bolivariano.
Esta logística que consagra el miedo letal de los empresarios, de los profesionales, o de cualquier señora sensible y normal que haya marchado con uno de los tantos “paraguas del hartazgo”. La creencia tétrica de que en la Argentina se atravesó la frontera del delirio. Y arriba -otra vez- la “instancia de las boletas”.

“Temporada en el infierno”. Rimbaud

Con la causa tergiversada, La Doctora prefiere maldecir el efecto. El Partido Judicial. Son los expedientes gravitantes que se amontonan como consecuencia del ejercicio delictivo, que se silenció durante los primeros años del flagelo devastador. Entre 2003 y 2008, mientras se imponía el modelo de inclusión, que incluía la rutina de valijas que signa la actual etapa lazarista. Hasta que El Furia, irresponsablemente, se peleó con quien más colaboró para que los delitos recaudatorios pasaran inadvertidos durante el primer lustro.
En adelante la sonoridad por los escándalos fue superior. Desde Antonini Wilson hasta aquí. Con éxtasis temáticos, como los deparados por Boudou, El Descuidista. En la materia, el cristinismo pasa su “temporada en el infierno”. Como el poeta Rimbaud.

Hoy La Doctora combate el efecto sin reconocer la causa que tergiversa.
En su imaginario, el Partido Judicial se alía conspirativamente con la “prensa concentrada”. O sea Clarín, y en menor medida La Nación. Y exhibe a la sociedad el rostro de los dos verdaderos enemigos. A los que combate, desde el atril, “almidonada y compuesta”, y desde el facebook. Clarín y La Justicia, en ese orden. “Corporaciones” que cometen el estrago de arrinconarla.

La Doctora plantea la ofensiva, contra el Partido Judicial, consciente que la réplica estará en los expedientes. Entre citaciones e indagatorias. En procesamientos que instalan a la institucionalidad en el plano de la vergüenza.
Para presentarse como víctima del golpe blando. Un golpe no militar, diferenciado de los melancólicos golpes anteriores que no pueden provocarse más. Constituye, después de todo, un avance.

Rutina de recuperaciones

“La Marcha del Silencio se agota en la impresionante realización”.
Sin continuidad, sin canalización política, sólo resta aguardar la reacción del cristinismo.
Entonces La Doctora huye hacia adelante. Se dispone a pasar por arriba las dificultades. Apuesta, otra vez, por la rutina de la recuperación.
Para aproximarse a otra tesis permanente del Portal. Indica que el cristinismo debe entenderse a través de sus recuperaciones. De sus caídas. Las que fueron tan memorables como sus levantadas.
Aunque el cristinismo, en el ocaso, se encuentre severamente averiado. Internamente aislado, encerrado en la patología de los incondicionales. Y con el tiempo reducido.
Se obstina La Doctora en concentrar la iniciativa y sin dejarle nada de aire artificial al que está mejor posicionado para intentar sucederla. Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol. No alcanza a despegar porque La Doctora decide convertirse en el peor obstáculo. Lo maltrata y desacredita. Su obstinación y sus gestos tampoco lo favorecen a Florencio Randazzo, El Loco.
Por lo tanto cuesta evitar que prospere la evaluación que implica también otro malentendido. Indica que La Doctora, en el fondo, es funcional a Mauricio Macri. Peor aún, lo prefiere como sucesor. Es su indirecta jefa de campaña.

Debacle del PJ real

El PJ, la invención del Partido Judicial, contiene la carga emotiva que le falta al ya inofensivo PJ, el Partido Justicialista Vegetal, que La Doctora arrastra atado al pie de la humillación. Con sus dirigentes envueltos y desprestigiados que ni tienen fuerzas para reaccionar. Ni siquiera pueden reconocer que es tarde para ensayar alguna toma de distancia digna. Se encuentran entrampados, ensimismados en la estrategia frontal del fracaso. Al extremo de solidarizarse con el próximo intento de recuperación. Aunque se encuentran peleados con muchas más corporaciones de las necesarias. Tampoco se atreven a puntualizar que el peronismo, en su versión peor, nunca fue algo parecido al presente descalabro.
“El peronismo es un instrumento para tender puentes económicos y sociales”, confirma la Garganta. “De ningún modo para dinamitarlos”. Por carencia de arrojo e ineptitud.
Apenas José De la Sota, y en menor medida Adolfo Rodríguez Saa, o Romero, Verna o Puerta, y algunos más, se libran de la responsabilidad compartida. Por la debacle del peronismo que se arrastra, aferrado a La Doctora, hacia su sepultura. Y acaso sea, en definitiva, para bien.

Cataluña y la puntanidad

Relevamiento Federal, San Luis (Estado Libre Asociado): El gobernador delegado Claudio Poggi aguanta las críticas de Alberto Rodríguez Saa.

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

“El gabinete de Poggi es muy poco puntano”, confirma la Garganta. Le falta puntanidad, la cultura del lugar.
“Se aflojan los controles, se tiende a la dispersión”. Y crece -lo peor- el kirchnerismo.

Gobernador delegado del Estado Libre Asociado de San Luis, Claudio Poggi, cordobés, confirma que quiere ser reelecto. Es probable, incluso, que lo sea. Siempre y cuando el gran actor, notable pintor, competente conductor radial y ex gobernador, don Alberto Rodríguez Saa, Brad Pitt o El Chapa, lo permita. Y no insista en distraer sus reconocidas aptitudes estéticas para corregir las desviaciones del delegado gobernador. De la línea que le marcaron sus sabios antecesores. O sea el multifacético Alberto.
Es quien ejerce la titularidad, el turno del Alberto, mientras Adolfo Rodríguez Saa, Lo más Alto, el hermano corso que lo admira, lo deja hacer y deshacer.
Entonces, desde su programa radial que alude a los contactos metafísicos con el Planeta Xilium, Alberto lanza andanadas de críticas constructivas hacia el gobernador. O las escribe, en una magnífica muestra de pluralidad, en el diario de la familia.

La cuestión de la “puntanidad”

“Adolfo está más allá, más arriba, para los puntanos es como Dios, fue presidente, está en la escena nacional e internacional. Es el padre de la puntanidad”, continúa otra Garganta.
En cambio Alberto conduce aquí, en la tierra. Es el vigía y estratega del Estado Libre Asociado, una excepción que se destaca por su prosperidad y “poco tiene que ver con el resto de la Argentina”. San Luis ofrece conexión a internet hasta en los árboles. Es comparativamente superior a cualquier provincia, de las sometidas al estado central. Por las carreteras iluminadas, que cualquier forastero exalta, hasta por los avance sociales que muestran un mundo menos desdichado, casi feliz. Como lo soñaba el novelista inglés, Aldous Huxley.
“Aquí no tiene trabajo sólo aquel que no quiera trabajar”, prosigue la Garganta.
Los puntanos se jactan de construir más viviendas de las necesarias. Incluso Alberto instruye a los funcionarios para que estén atentos a las derivaciones del crecimiento demográfico. Para que se impida la gestación de villas. Como las villas que ofenden la sensibilidad más elemental en el conurbano bonaerense, o en la misma capital federal, en los alrededores de Gran Córdoba o de la Circunvalación de Rosario.
“La identidad villera aquí nada tiene que celebrar”.

Veinte años atrás, la puntanidad del Estado Libre Asociado ya sorprendía a los viajeros. Por ejemplo, con el ritual de una orquesta sinfónica integrada por niños. O con la extraña escuela de ballet clásico que dirigía un ruso real, especialmente importado (por Alberto) desde el Bolshoi de Moscú, un joven refinado, encantador y perfectamente homosexual.
Consta que en la actualidad, esta Cataluña argentina, no vería mal emanciparse del estado nacional que sólo les brinda disgustos.
O por lo menos estos puntanos de Alberto y de Adolfo aspiran a adquirir mayor autonomía. Se jactan de la tendencia ideológica de impartir felicidad. Pero también se ufanan del desarrollo turístico, ya no sólo en Merlo o en Potrero de Funes.

Después de 28 años de reinado de los Rodríguez Saa, en 2011 Alberto prefirió los escenarios, interpretar más a Gregorio de Laferrere, actuar en Villa Mercedes, irse de gira a Villa Carlos Paz, a Buenos Aires. Y Adolfo decidió recluirse en el senado, donde hoy mantiene el destino de Planta Permanente, como Reutemann, mientras amaga con ser candidato presidencial.
Consigna Oximoron que hoy Adolfo está anexado, como otro “renovador” más, a La Franja de Massa, la que orienta Sergio, el Renovador de la Permanencia, que les ofrece la alternativa de renovarse gratis.
Por propio peso, trasciende que Adolfo quisiera proyectarse como el más idóneo vicepresidenciable de Massa, que emerge como un experto distribuidor de rivotriles que carga en sus bolsillos. Cuentan que, a la menor distracción, les coloca a los interlocutores un rivotril en el agua mineral. Los duerme.
Aparte de participar como actor en Las de Barranco, de Laferrere, Allberto lució en “El acompañamiento”, vigoroso drama en un acto de Carlos Gorostiza, estrenado por los memorables Carlos Carella y Ulyses Dumont. Participó también de otras propuestas, con suerte bastante relativa, y ahora, los muchos que no lo quieren, ni lo toman demasiado en serio, confirman que se cansó de ser actor, de ser conductor radial, bailarín, cantante, equilibrista, artista de variedades y quiere volver a ser, por lo menos, gobernador.
Por lo tanto acusan que Alberto comenzó una perversa tarea de serrucho y esmerilamiento sobre Poggi. Al que se le prestó el poder, como si fuera el traje negro para asistir a una fiesta de casamiento. Tiene que devolverlo.
Pero Alberto también intentó dos veces ser presidente. En 2007, acompañado del ingenioso Héctor Maya, apodado El Veintidos. Y en 2011 fue con el “acompañamiento” del filósofo positivista José María Vernet, El Tati, autor de los opus más formidables del pensamiento peronista.
La última experiencia tuvo que ver con el piadoso bochorno del Peronismo Federal. Fue cuando con Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), Felipe Solá, El Máximo Cuadro del Felipismo, y Mario Das Neves, El Tenor Portugués, abandonaron la cancha grande del peronismo para hacer un picadito de potrero entre ellos. Fueron picaditos electorales en diversos distritos. Quedaron Alberto-Vernet contra Duhalde-Das Neves. Hasta que se estrellaron en Tucumán, cuando el gobernador Alperovich le advirtió a su amigo Duhalde. “Tenemos orden de Buenos Aires de votar contra usted”. Entonces cada fórmula fue por su cuenta y La Doctora los taponó con votos a las dos. La experiencia explica mejor el hartazgo sólido de Alberto y decidir refugiarse en la libertad del teatro, en el lienzo, y hasta en “el éter” como decían las abuelas.

Insidias del Balcarce

Pese al desborde de la felicidad, lo que se extiende también aquí es el cristinismo. A fuerza de ideología, de recorte generacional, y mucha moneda.
Enrique Ponce, intendente de San Luis capital, es el opositor que responde a Kolina. Son los buscapinas que conduce Alicia, La Fotocopia.
Los grupos se extienden tanto que hasta tienen la propia interna K. Con el senador Pérsico, el citado Ponce, y la señora Nora Videla, que saltó desde el albertismo hacia la oposición.

En el bar Balcarce, en plena Rivadavia, abundan los que quieren renovar, de una vez por todas, a los flamantes renovadores que se imaginan eternos.
“Pero no se deje engañar con tanto mundo feliz, los Rodríguez Saa aquí tienen el boleto picado”, confirma otra Garganta. Si se arrima al kolinismo es sólo para tomar distancia de los Rodríguez Saa.
“Si no es en 2015 capotan en 2019. Fijesé que están rodeados de septuagenarios”. Son Sub 70 que aspiran a mandar para siempre en esta Cataluña Nacional.
Aceptan, en el Balcarce, que Poggi, Poder Prestado, es el mejor discípulo de Adolfo. Y que nada le cuesta “aguantar los palos de Alberto, que se cree conductor”.

En tres años de préstamo, Poggi supo entenderse con los peronistas y los normales de cuarenta. Con los Sub 50 que quieren cobrar, y sobre todo dar órdenes. Con elaborado criterio consideran que se llega más rápido si se sitúan en las proximidades del cristinismo. Así tengan que “fumarse” a Scioli, “que es amigo, no hay problema”.

La ruptura tan temida

Opositores envueltos con el cuento de la moderación.
escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Con la iniciativa capturada, La Doctora se trasladó hacia la Clínica de Otamendi y Miroli. Hoy ocupa la centralidad inquietante desde una suite. Para algarabía hegemónica del doctor Nelson Castro, son innumerables los colegas que rastrean datos sobre la misteriosa “sigmoiditis”. Alojada en el colon. Habitualidad familiar.

Los dilemas de la salud presidencial desvían los efectos de la última operación política. Consistió en apuntarle a Barack Obama, El Keniano, justo durante la plenitud de su vulnerabilidad.
A través de la sobreactuación epistolar, La Doctora completó la vanguardia aluvional. Coronó la imposición de leyes, de planteos de códigos fundamentales, con los que avasalló a la oposición. Hasta el acoso.
Entre los arrebatos, sostenida por la incondicional mayoría parlamentaria, La Doctora juega al solitario con la política. Domina la quietud del escenario, aplica las ceremonias de kirchnerismo explícito. Y se permite, incluso, hasta el lujo sentimental de enfermarse.
La certeza del final de ciclo, pasa a convertirse, en la apariencia, en una inofensiva expresión de deseos. Aquí se actúa como si no existiera ningún descenso de default. Ni se asistiera a la pertenencia triste de un país desacatado. Estancado. Reducido a una cuadratura deplorable, aferrado a las ensoñaciones providenciales de una Vaca Muerta, fragilizado por las lluvias y atemorizado por las calenturas del diciembre invariable que se viene.

Obama para consumo interno

Pero antes de la sigmoiditis, con frontal insolencia, La Doctora decidió cuestionarlo a Obama. Ponerlo contra las cuerdas locales a aquel que, en sus instancias de bonanza, nunca accedió a concederle una miserable “visita de Estado”. De las que ningún americano poderoso suele negarle a nadie. Pero hoy Obama atraviesa la penosa instancia de la devaluación del prestigio. Entonces, con sigilosa perversidad, La Doctora aprovecha para impugnarlo, como si continuara aquella lamentable sesión del Consejo de Seguridad.
Ahora lo desafía a Obama en las vísperas de la cumbre del G-20. Es el Grupo de países ponderables que Argentina integra solo por haber oportunamente impulsado las políticas económicas que justamente La Doctora denigra.
Transgresora, bartolera y nada diplomática, la carta a Obama es pensada, según nuestra evaluación, para las glorias del consumo interno. El único que, en definitiva, interesa.
De todos modos, La Doctora le incorpora un poco de tensión a su presencia -si la sigmoiditis lo permite- en la reunión de Brisbane, Australia.
Dibuja las expectativas previas para fotografiarse, otra vez, con Vladimir Putin. De ser posible también con Xi Jinping, los dos exponentes del extraño desplazamiento geopolítico. Y hasta con la vecina distante Dilma. Pasadas ya las elecciones, Dilma no tendrá mayores inconvenientes en fotografiarse con la vecina que no soporta.
Mientras tanto, el pobre Obama llega escorado a la cumbre de Brisbane. Transformado, apenas, en un morenito perdedor, ideal para ser enfrentado. O evitado. Como lo evitan, en la actualidad, hasta los aspirantes a la representación del Partido Demócrata. Los que pretenden salir relativamente de pie en las fatales elecciones de “medio término”. Las que le aseguran a Obama, según nuestros datos, el ingreso definitivo a la pendiente de la brusca declinación.
Entonces La Doctora, en situación de desacato, en lugar de brindar explicaciones, por no obedecer el dictado de la sentencia adversa, se siente en condiciones de reclamarlas. Explicaciones por la presencia, en el gobierno de Obama, de Nancy Soderberg, la funcionaria que pugna justamente por aplicarla (la sentencia).
Con habilidad, La Doctora aprovecha la figuración de la señora Soderberg para cambiar la pelota de arco. Y quedar, para la esfera local, como la acosadora. Nunca como la acosada.
Al cambiar el juego del arco, La Doctora supone que eclipsa, o por lo menos que atenúa, la virulencia de los datos adversos que proceden precisamente desde los Estados Unidos. Aluden a la admirable inmoralidad que arrastra su gobierno, desde los primeros años. De cuando regenteaba El Furia, el extinto que portaba la insaciable tendencia hacia pasión recaudatoria aquí muy tratada.

Cuento circular

Mientras el país se encuentra pendiente de las oscilaciones que marca el termómetro, y de los resultados de las tomografías que tal vez en persona le alcanza la señora Mariú, el cristinismo informado disfruta las claves de otra exitosa operación. Es de política-electoral.
La jugada contiene fuertes dosis de Valiums 40, destinada a tranquilizar a la oposición envuelta.
Es la instalación del cuento casi circular, como aquellos de Edgar Allan Poe. Orienta el camino más conveniente para los intereses obvios del oficialismo.
“La sociedad actual no admite oposiciones frontales”.
En el desarrollo del cuento, “la gente”, tratada en abstracto, toma a mal que el candidato opositor se oponga, con categórica firmeza, a los avances supuestos producidos por el oficialismo.
Este cuento de Poe carece de desperdicios. Llamativamente, los precandidatos a presidente recitan los atributos inspirados en teorías semejantes. Son excelentes opositores envueltos que vuelven a envolverse solos. Se empaquetan. Hasta quedar apretaditos, casi inofensivos, sin aire ni espacio.

La sospechada moderación

“En las encuestas aparece que, lo que quiere la sociedad, es que se corrija lo que se hace mal, y que se imite, o se mejore, aquello que se hace bien”, confirma la Garganta.
Significa aceptar que aquí se estimula la idea del cambio que no cambia nada. Un pepino. Siempre dentro de la sensata moderación. La que impone una amable continuidad. Sin rupturas. Las tan temidas rupturas.
“Ocurre que la sociedad no acepta una oposición total y frontal”, sugiere otra Garganta.
Sostenida, en otro relato, por los consejos precipitadamente equivocados de los consultores caros, en general extranjeros. Con su amabilidad democrática, les provocan a los precandidatos a la sucesión un perjuicio superior al que producen los otros inocentes extranjeros. Los que irritan primariamente a Sergio Berni, El Licenciado Serial. Hasta desbordarlo.

Si los postulantes a la sucesión se ponen como gansos, para que se les transmita una trivialidad semejante, el cristinismo merecería quedarse. Recaudar hasta la eternidad, llevárselos puestos como a una media. Ya que los opositores envueltos entran en su juego y deciden no encarar la oposición categórica y frontal. Creen que la sociedad no lo digiere.
Es decir, se supone que la sociedad no acepta, en apariencia, aquello que en el fondo no existe.
La suavidad opositora legitima, precisamente, que el lugar de la oposición real lo ocupen los medios de comunicación. Los que el gobierno declara, preferiblemente, como sus enemigos.
Legitima también que la agenda política del periodismo, anclado en el lugar del adversario, se encuentre infinitamente más radicalizada que la agenda del opositor amablemente envuelto. El que ampara la docilidad conceptual en la inconveniencia del enfrentamiento. Lo recomiendan los consultores que cultivan el negocio redituable de la moderación y la sensatez.

Sin embargo, en nuestra evaluación, son cada vez más gravitantes los sectores de la sociedad que reclaman mayor consistencia argumental para la confrontación. Coinciden con la agenda que marcan los medios, que están para la crítica y no para la pelea electoral.
Pero por la tibieza elemental de los opositores se consolida la tranquilidad de un gobierno que ejecuta el poder y pasa a la ofensiva. Con lo que tiene, que no es poco.

La cinta de Lázaro

“De la cinta de Lázaro, por ejemplo, o de la cinta de los negocios, puede tirar Clarín, Nación, o acaso el AsísDigital. Por distintos motivos, de esa cinta no pueden tirar los adversarios principales”.

Abundan infinitas cintas de los distintos Lázaros que los opositores oficializados no se atreven a explotar. Como si la sociedad se hubiera resignado a convivir con la rutina del despojo. Y la peste de moralidad, la epidemia de transparencia que se anuncia, se limite a ser apenas una ocurrencia ingeniosa del portal. Ampliaremos.

De manera que las variables de la continuidad aseguran que aquí nadie va a encarar la ruptura tan temida.

Se explica entonces que, ante tanta cordialidad ambiental, aparezca Scioli, de pronto, sobreviviente de cien tragedias e inundaciones, como el precandidato más aventajado. Aunque La Doctora lo deteste, y aún nadie tenga la certeza que lo vaya a apoyar.

A través de la ideología optimista del vitalismo, con el positivismo inagotable del aire y del sol, y con la actitud de “ir siempre para adelante con fe y esperanzas”, El Milagro-Scioli aparece hoy -pese a los deseos de La Doctora- como la carátula instrumental más eficaz. Anticipo de la caravana de réprobos que se disponen, afanosamente, a quedarse. A entregarse a la utopía insólita de permanecer. Con la sospecha que, con semejantes valores en pugna, sus desastres seriales tienen destino de olvido. Así que perfectamente pueden ilusionarse con ganar en la primera vuelta. Para ir, en adelante, por todo.

Por los restos del país que dilata su interminable ciclo descendente.

El medio como enemigo

Una estrategia riesgosa para devaluar al pobre opositor real.

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

“La Presidenta no es socia de Lázaro Báez”
Ricardo Echegaray. 2014
“Desmentir, en periodismo, es informar dos veces”
Maestro Cottumacci, 1977

Al instalar que los medios representan la verdadera oposición política, Cristina, La Doctora, copia, con mucha más suerte, un argumento de Carlos Menem, El Sheik.
El objetivo encierra una perversidad oculta, aunque en el fondo sea bastante perceptible. Consiste en menoscabar a la oposición partidaria. Para ningunearla, apartarla del escenario, inutilizarla entre el desconcierto.
No hace falta recurrir al filósofo canadiense Marshall Mc Luhan para sostener que, “cuando la oposición es el medio”, el mensaje es que el opositor político real no sirve para nada.
Queda el pobre sólo de relleno. Jamón del medio para constar en actas.
A los efectos de existir, para tener alguna visibilidad entre la cultura de la imagen, el acotado opositor necesita aparecer para ser. En los medios, que emergen como distribuidores de legitimidad. Lo sugiere cualquier prensero competente (no Mc Luhan).
Entonces se facilita la reflexión más previsible. El nuevo mensaje complementario. Significa confirmar que el medio maneja al opositor. Para ser depende del medio.
Son claves obvias para interpretar la operación exitosa. Reduce al adversario real, hasta la piedad.

Pero el dilema suele agravarse cuando el director o dueño del medio entra en el juego y se agiganta. Al extremo de jactarse de ser el opositor de verdad. Emblema del poder que baja línea. Que se permite, incluso, aconsejarle al político qué es lo que debe hacer. Y qué no. Porque se siente cómodo en la pragmática condición de núcleo. Ya que convoca a los opositores, y hasta divulga secretamente la convocatoria.
De la extraña patología descripta suele apoderarse, también, el periodista asalariado. El profesional, un instrumento que puede fusionarse, identificarse o no con el medio en conflicto que lo contrata. Y se compromete con sus causas fundamentales. Abunda la casuística. Ampliaremos (sólo si es necesario).

Bonelli, Olivera, Alconada, Wiñaski

En la Argentina actual, la agenda de los medios de comunicación (en litigio) confronta con cierta virulencia con el cristinismo dominante. Contiene una intensa frontalidad que contrasta con la agenda tranquila, insustancial y casi monótona, del opositor asumido como real. El que prepara profesionalmente sus planteles para suceder al gobierno que oposita.

En palabras más directas, un texto de viernes de Marcelo Bonelli, “panorama empresario”, perdido entre el fuego a discreción de Clarín. O un texto de Francisco Olivera, de los domingos en La Nación, suele ser más devastador, para el cristinismo, que el informe medular, con fundamentaciones críticas, publicado por cualquier colega economista vinculado a los candidatos de la primera línea. O que alguna intervención de los mismos colegas, lanzada entre las innumerables emisiones televisivas del cable.
Sea Peirano, Lavagna junior o Redrado, por La Franja de Massa.
Sea Melconián, Frigerio o Sturzenegger, por el macri-caputismo del PRO.
Sea Monteverde, Cachanosky o Esper, por los independientes de la medialuna enarbolada, lista para la recepción de consultas.

El equívoco complejo entre la prensa “concentrada” y el gobierno cristinista tiende a agravarse cuando Alconada Mon, en La Nación, o Nico Wiñaski, en Clarín, exhiben la dureza minuciosamente informativa sobre los reiterados descalabros de Amado Boudou, El Descuidista. Ellos representan la vanguardia ofensiva que concluye complementada con el rostro inerte de los senadores venerables, los que exhiben por ejemplo un cartelito triste, en que le solicitan al vicepresidente Descuidista que se tome licencia.
Aquí también el opositor actúa detrás de la información que suministra el periodista. Permite el fortalecimiento reiterado de la reflexión despiadada del oficialista, que los califica de “empleados de Magnetto”. O, para el caso, de Los Saguier, otros titanes de la “prensa concentrada” y de tantas chafalonías que se curten desde la Televisión Pública. O desde CN23, C5N, o en Tiempo Argentino y las franquicias infinitas.
Sería redundante analizar el mismo escenario cuando se toma el ejemplo dominical de Lanata y su arrasadora rutina sobre la “ruta del dinero K”.
En densidad opositora, en capacidad de perjuicio para la vulnerabilidad del gobierno, con su equipo y el respaldo del Grupo Clarín, Lanata se muestra más eficaz y dañino que la sumatoria de los opositores concentrados. Pero concentrados, casi rendidos, ante las evidencias del televisor.

El Sheik y El Furia

En 1995, cuando Menem fue reelecto, aliviado y casi vengativo, El Sheik expresó la sentencia que meticulosamente había calculado.
“Triunfamos sobre los medios de comunicación”.
Una manera pedante de pasarle factura a Clarín, a La Nación, pero también al entonces influyente Página 12. Contenía a un Verbitsky en pose informativa de combate, que obstaculizó como pudo al régimen del Sheik, con denuncias permanentes que lo identificaban con la corrupción.
Pero también, al transparentar su triunfo “sobre los medios”, Menem utilizaba la fórmula perversa para rebajar el precio de los ocasionales adversarios. Octavio Bordón y Chacho Álvarez, y también al radical Horacio Massaccesi. Tres políticos sexagenarios que sobreviven hoy en un segundo plano. Como en cierto modo también sobrevive Menem.
De los cuatro, el único que tiene proyectos viables de regreso, según nuestras fuentes, es Massaccesi.
Pero Clarín y La Nación, los destinatarios empresariales de las facturas, siguen casi intactos. Tan fuertes y sospechosos como siempre culpables. Mientras tanto, Página 12 resigna el sesgo caudalosamente crítico para convertirse en una virtual Secretaría de Estado. Es una de las tantas franquicias que cultiva el periodismo militante que fortalece, paradójicamente, la identidad independiente -digamos- de Clarín y La Nación.

En 2003, Kirchner, El Furia, accede al gobierno con el exclusivo mérito de ser un desconocido. Elegido por el dedo equivocado de Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Aquí El Furia resuelve rápidamente el litigio latente con la “gran prensa”. Capta, en inteligente defensa propia, al Grupo Clarín. Se asiste al romance desastroso de cuatro o cinco años de información complaciente, que le facilita a Kirchner la conquista de la hegemonía. Pero el romance concluye lo suficientemente mal. Como para que Clarín pronto vuelva a ser sindicado, por definitiva vez, como el principal opositor ya no sólo a vencer. También para destruir. Con la violencia estatal, en el trato cotidiano, que no se registró nunca. Cuando se le reconocía a El Furia haberse movilizado con una consigna letal. “A mí estos hijos de p… no me van a hacer lo que le hicieron a Videla o a Menem”.

La política detrás del medio

A partir de 2008, El Furia y La Doctora se menemizan juntos y tratan a Clarín como la máxima oposición. Mientras tanto, ponen en práctica las épicas metodológicamente envolventes. Sirven para envolver a los opositores envueltos, en conjunto con los atribulados dirigentes peronistas. Los que quedan cautivos en su impactante devaluación. Con la estrategia congelada.
Los peronistas envueltos permanecen pendientes, y sobre todo dependientes, de las ensoñaciones anímicas de La Doctora, que mantiene en su descenso la centralidad. Obnubilada con la sabiduría, aún no fundamentada, de Kicillof, El Gótico.

Con El Furia extinto, La Doctora hoy padece los lineamientos de su política mediática. Y debe asumir el riesgo, las consecuencias de haber designado, como adversario principal, a “la prensa concentrada”. En desmedro del inofensivo opositor democrático.
Su obsesión hoy está sujeta a los datos inquietantes que emite la “prensa concentrada”. Un arsenal informativo que preocupa infinitamente más que los planteos lógicos, comparativamente irrisorios, de la oposición política. La que debe situarse, para persistir y ser, detrás del medio.
Sólo la señora Carrió, La Demoledora, emite conceptos en el vacío, similares a los que se ventilan inicialmente en Clarín y La Nación. Pero está instalado que un vaso de agua y un agravio de Carrió (o una demanda de Monner Sans) no se le niegan a nadie. Aunque sea la dirigente de primer plano que más se detiene para describir el tormento de la corrupción de estado. Un concepto que, por elegante piedad, el portal prefiere suplir con el título “pasión recaudatoria”.
Son derivaciones de la pasión recaudatoria las que hoy marcan la agenda de la política nacional. Y lo peor: la internacional.
La pasada pasión recaudatoria muestra el oximoron de La Doctora que ataca a la defensiva. La pobre procura asegurar, con su férrea conducción, la capacidad ambulatoria, en el futuro inmediato. A través de la obediencia febril de los colaboracionistas, y de la adquisición de posiciones en el próximo parlamento. Pero sobre todo en la justicia.
“Si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”, como grita la militancia convencida de participar en un gobierno transformador, de inclusión, que registró adelantos casi revolucionarios.
Por otra parte nadie atenúa la radicalización de los medios. Los que ofrecen -se reitera-, una agenda más grave de la planteada por el opositor partidario, envuelto y normal.
Después de todo, cualquier fenómeno político contiene implicancias delictivas. Sin excepciones. En el PRI, en el socialismo cubano, en el coloradismo paraguayo, en las variables antagónicas del peronismo.
Pero la agenda de los medios, tomados erróneamente como enemigos, suele dar vuelta como un guante la ecuación. Para presentar al kirchner-cristinismo, por su pasada pasión recaudatoria, como un fenómeno delictivo, con implicancias políticas, sociales, culturales.

La batalla por los radicales

MAURICIO; SERGIO Y DANIEL (3ra.Época): Mientras Sergio y Mauricio se baten por Sanz se le despeja el camino a Daniel.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
En “Solo tres en la pantalla” se aludió a la competencia abierta entre Mauricio y Sergio.
“Por los radicales que se disputan a cuchillo”.

En Jujuy, Sergio lo madrugó a Mauricio. Al exhibirse con fondo de montañas, aferrado a la sonrisa del senador radical Gerardo Morales, El Milagritos.
Por su parte, en Córdoba, Mauricio amaga con el diputado Oscar Aguad, El Radical Pro. Mientras recibe gastadas loas de la señora Carrió, La Demoledora. Una radical originaria, que desarma las coaliciones siempre transitorias que arma.
Ambos -Sergio y Mauricio- se lucen en la pasarela junto a sus radicales presentables.
Resta, en la competencia, sobreactuar el modelaje con Ernesto Sanz, la Eterna Esperanza Blanca.
Desde hace alrededor de un año, por los favores de Sanz trajina Emilio Monzó, El Diseñador del macricaputismo.
Mientras, desde hace un par de meses, El Consultor Misterioso trajina para acercarlo (a Sanz) hacia la Franja de Massa.

Pero Sanz, transformado en la perla de la corona radical, lanza su propia candidatura presidencial. Como si tratara de subir la desmesurada cotización.
Eleva Sanz el precio del doble atributo que lo caracteriza. Disponer de autoridad formal en el partido centenario (que se tajea). Y “medir” poco. Virtud que encierra la máxima tentación para quienes quieren alucinan con convertirlo en el vicepresidente ideal.
Por su parte, La Eterna Esperanza Blanca se deja cortejar. Incluso seducir. Plantea la provocativa disipación de “no poner límites”. Va “por las ideas”, no “por las personas”.
En otro doble juego de acercamiento y distancia con que Sanz confunde a los seductores. Ante el desconcierto y estupor de los otros protagonistas del devaluado Frente Unen. Con los emblemas corales de Los Cinco Latinos, presidenciables brotados del inmóvil eje socialista-radical.
Socialistas mormones de Santa Fe, representados por Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. Junto a los izquierdistas desorientados, de medialuna enarbolada, que responden a Fernando Solanas, El Dirigente Universitario.La batalla por los radicales Y con los radicales breves que se referencian en Cobos, El Malvinero Sentimental, fortalecido por el inquietante Grupo Santa Romana.
Radicales recostados, en la práctica, casi dispuestos para ser divididos en tres, cuatro, innumerables porciones.

El negacionismo

Daniel, tercer protagonista de la miniserie, se manifiesta neutral en La Batalla por los Radicales.
Parece disponer, en adelante, del camino (relativamente) despejado. Sin que nadie se arriesgue, hasta hoy, a enunciarlo en voz alta.
La apertura de caminos es el producto imaginario del acuerdo improbable entre La Doctora y Francisco, San Borocotó.
O por lo menos se trata de una decisión pragmática de La Doctora, que se resigna a “fumárselo a Daniel”. Al sacrificio de bancarlo.
Milagro Scioli dista de ser el modelo del kirchnerista perfecto. Pero no cuentan con otro mejor. “Aparte -se confortan- Daniel estuvo siempre”.

En principio, los esmeriladores del cristinismo dejaron de esmerilarlo. Kicillof, El Gótico, se puso hasta el casco para acompañarlo en la fotografía.
Por lo tanto Daniel cumple, evita las expresiones diferenciadoras, compra el cristinismo en pie como si fuera cualquier Urribarri. Respalda hasta el último barbarismo conceptual de La Doctora.
En otro momento de repliegue, para juntar fuerzas, recuperarse y avasallar otra vez, La Doctora recurre a la identidad peronista. Así sea a través del explícito retrato de Evita y El General, que completa la escenografía.
Como los restantes gobernadores del Peronismo Vegetal (con la excepción de De la Sota, El Cordobés Profesional), Daniel se somete a la supuesta conducción de La Doctora. Y marchan juntos, solidarios y falsos, por el sendero de la patología, como si no se percataran del hundimiento en el ridículo.
Sumados todos, los peronistas vegetales, a la ficción del negacionismo.
Consiste en negar la gravedad del default. En negar el grotesco del desacato. En negar el descalabro de la economía y la carencia absoluta de credibilidad.
Son silenciosos colaboracionistas que llevan al peronismo hacia la sepultura. Mientras participan en la construcción del sobreactuado anti-imperialismo bipolar, cliquear también.

Retrocesos

Al despejársele el camino a Daniel, se clausuran automáticamente los caminos de franela presidencial de otros audaces que buscan posicionarse.
Retrocede, en primer lugar, Urribarri, El Padre del Marcador. Aunque podría anotarse, a lo sumo, como número dos, si quien concentra el poder -La Doctora- lo dispone.
Como retrocede también la gestualidad del Chivo Rossi, El Soldadito de Milani. Al que nadie -hasta el cierre del despacho- toma en serio como candidato. Ni en el ejército ni en Santa Fe.

Otro que propaga el deseo de ser presidente es Domínguez, El Lindo Julián. Para ajustarse, en adelante, acaso al rol más dificultoso de ser eventual gobernador de Buenos Aires, La Provincia Inviable. En un paquete posible con Diego Bossio, el próximo muñeco que Kicillof se dispone a voltear. La Doctora dejó de protegerlo a Bossio, y la caja es significativa.
El posible desplazamiento de El Lindo Julián hacia La Inviable, o hacia el clavel irrisorio de la devaluada Jefatura de Gabinete, atenúa también las ambiciones protagónicas de Patricio, El Mussi Chico.
No se conforma -El Mussi Chico- con el legado familiar de la mini-gobernación de Berazategui. Por la amistad de Máximo, En El Nombre del Hijo, y por dos apariciones en 678, creyó encontrarse en carrera para la gobernación. Como si fuera Espinoza, el mini-gobernador de La Matanza. O El Montoya de Scioli. Es Santiago Montoya, el cordobés que se anima -aún sin suerte- a la paquetería de pretender gobernar a los bonaerenses.
O como si fuera Martín Insaurralde, El Ex Barrilete de Plomo. Es, de la legión de aspirantes, “el que mide más”. Insaurralde concentra con su casamiento más atención que todos los postulantes juntos.
Insaurralde cuenta, por la atracción de Jésica Cirio, con el favor de la esfera mediática, que es, en la actualidad, más gravitante que la propia acción política (que aparte escasea).
De todos modos, El Mussi Chico va a hacer lo que decida Máximo, que es el único que tiene cierta Licencia de Corso. Para anotarse en la carrera que a La Doctora le plazca.
Tanto Máximo como La Doctora hoy son protagonistas de las más dispares maquinaciones. Es inútil registrarlas. Martingalas conjeturales que el portal aún no considera.

Final con Randazzo

Pero por más que se le despeje el camino, Daniel, Milagro Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, tendrá que sortear otro obstáculo.
Es Florencio Randazzo, El Loco de la Florería. Islote independiente del archipiélago cristinista.
“Al Loco no lo conforma la idea de ser gobernador”, confirma la Garganta.
La Doctora no lo quiere tener cerca. Pero Florencio, aunque no tenga lugar en la mesa chica, se mantiene. Hace equilibrio entre los vagones. Sella pasaportes. Driblea acusaciones.
El “Loco” Randazzo es el peronista desopilante que estalla hasta desarmarse cuando le comunican alguna verdad que lo ofende y le molesta. Por ejemplo que hay “solo tres en la pantalla”. Mauricio, Sergio y Daniel. No se distingue ningún otro en la fotografía. Aunque se esmeren con morisquetas, entrevistas y cartelones.
“Se compran la agenda de los medios que están comprados”, confirma la Garganta que sostiene Randazzo. Convencido que El Loco va a vencerlo, en cualquier interna, a Daniel.
“Así lo apoye Cristina, La Cámpora o el Papa”.

Máximo y su circunstancia

Informe de Consultora Oxímoron

Carolina Mantegari para JorgeAsisDigital.com

 

Demostración de fuerzas de La Cámpora

 

Introducción

Kirchnerismo y cristinismo

 

Aunque no se puedan analizar separadamente, el kirchnerismo tiene alguna diferencia proverbial con el cristinismo.

Kirchner, El Furia, conquistó la hegemonía y gobernó -reiteramos- con el apoyo sustancial de Hugo Moyano, El Charol, y la complacencia de Héctor Magnetto, El Beto. Y con la bendición del “viento de cola”. La soja.

Poco después de la muerte (irresponsable) de El Furia, ya La Doctora no contaba con ninguno de los dos apoyos primordiales. Sólo con la persistencia de la soja.

Fue El Furia quien encaró la guerra perdida que La Doctora supo empeorar después. Moyano, en cambio, dilató la mala relación un tiempo más.

Sin los pilares fundamentales, La Doctora prefirió gobernar con conjunción de incondicionales que la sostuvieron. Continuar leyendo

Masones se distancian de Scioli

“Illuminatis” de la logia más calificada discuten alternativas estratégicas.

escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial

“Sociedad filantrópica, filosófica, laica y progresista. Objetivos: exaltación y perfeccionamiento de las elevadas virtudes humanas”.
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“Frates, tenemos que tomar distancia de Scioli”.

Los Illuminatis argentinos -masones que entre ellos se llaman “frates”- mantienen reuniones “más discretas que secretas”.
La última transcurrió hace doce días. Un prolegómeno “elevado” de dos horas, antes del almuerzo elemental de San Isidro.
Por discreción profesional se omite aquí la identificación de los participantes. Son influyentes como destacados y reconocidos.
Cuando trasciendan los efectos de la crónica, algunos frates podrán inquietarse. Desequilibrarse un poco, sentirse descubiertos.
Pero calma, frates. Nunca será para tanto.

Animó, en gran parte, un frate empresario de amplio espectro. Poli-rubro. Un respetado sexagenario de excelsa conservación, portador de elegancia clásica, sin ostentaciones. Tiene “vivos”, según nuestras fuentes, nunca menos de 500 millones de dólares. Sin embargo se encuentra saludablemente preocupado, como todos los frates, “por el destino de la república”. Por la falta alarmante de “vocación por disponer de una estrategia clara para el país”. Por la cultura nefasta de la “vigente improvisación”. Por el “expreso voluntarismo” que caracteriza a quienes se preparan, con “cierta ligereza”, para suceder al gobierno “agotado” que aún “acapara la iniciativa”.

En algún momento, según nuestras fuentes, por la emoción, el disertante se quebró. Cuando ensayó la conclusión sobre Scioli (para el Portal el Líder de la Línea Aire y Sol).
“Tomemos distancia, frates, aunque Scioli sea amigo de muchos de nosotros. Y sobre todo un buen amigo mío”.

Illuminatis

Trátase de una de las logias masónicas más calificadas entre las cien que funcionan en Buenos Aires.
Desde la mitificación infantil de aquellos patriotas de la Logia Lautaro, de principios del Diecinueve, o tal vez desde el GOU -Grupo de Oficiales Unidos-, de mediados del Veinte, se extiende la secreta tentación generacional de participar de una logia. Aunque derive, en el fondo, en la fugacidad de un mero grupo de presión. O en una banda de vulgar lobbing. O por lo menos en el afán de los albañiles modernos, sin la obsesión por construir catedrales, como los masones originarios. Estos Illuminatis son albañiles ideales para construir poder, participar de los réditos del mismo, y ser solidarios, en definitiva, con la logia (o la banda) conformada.
Nuestros Illuminatis, eventuales comensales de San Isidro, suelen frecuentar también las ceremonias solemnes del centro de Cangallo, donde talla el Gran Maestre.
Estructuran la logia más representativa por la ubicación que ya supieron conquistar sus iniciados. O que socialmente heredaron. Ya que algunos frates son “ricos desde el Moisés”.
O son consagrados autodidactas de los diversos campos. Desde la industria, el agro, el pensamiento o la comunicación.
Hijos virtuales de inmigrantes que se esmeraron exitosamente en el ascenso económico-social.
Lo que menos se propone la crónica es explorar la historia, ni siquiera el universo interno de la masonería. Emilio Corbiere ya escribió excelentes libros al respecto.
Aquí resta aclarar que los Illuminatis domésticos distan de ser espantosamente anticlericales. Pero se faltaría a la verdad si no se especifica que, entre los frates, reluce la presencia de un rabino erudito.

El boleto picado al peronismo

A través de los cristales desfilaba el verde contundente de San Isidro. En la sala se bebía apenas agua mineral, alguna gaseosa light. Mientras tanto, el empresario poderoso mantenía el equilibrio de la palabra.
Sostenía que Scioli “perdió la oportunidad de romper con el gobierno que paradójicamente lo excluye”.
Con rigurosa unanimidad -cabe consignarlo- Los Illuminatis le tienen picado el boleto al cristinismo.
Aceptan, eso sí, que Scioli es distinto. Que es atacado por los categóricos precisamente por sus diferencias.
Los frates no conciben un gobierno eventual de Scioli, por estar vinculado con “esta versión nociva, autoritaria, del peronismo”.
El “Frate” pregona la necesidad de “tomar distancia del peronismo en su totalidad”. Lo confirma, consciente que puede equivocarse otra vez.
Porque después de los fracasos, siempre se vuelve, con resignación, al peronismo.
El secreto de la hora consiste en comprometerse, para que un gobierno no peronista pueda tener, al menos, alguna “garantía de consolidación”.
Consta que un “frate”, otro empresario igualmente influyente en el norte, de apellido sonoro, o el frate impetuoso, el hilandero de aspecto juvenil y de cultura oriental, inicialmente hicieron negocios extraordinarios con “el régimen agotado”. Como la gran parte de Los Illuminatis. Compartieron, incluso, actos cordiales de inauguraciones, cortes de cintas. Acercamientos casi afectuosos con el matrimonio presidencial. Con el extinto y la dama (para el Portal El Furia y La Doctora).
Otro Iluminati, de origen alemán noble, expresó también su acuerdo con el agotamiento del ciclo peronista. Como el frate diputado, mandato en cumplimiento.

Exploraciones

Para desplazar al peronismo, en las próximas elecciones, se impone, por lo tanto, estimular los acuerdos “que se encuentran en curso”.
En palabras del Portal, entre el PRO -expresión institucional del macricaputismo-, y Los Cinco Latinos del Frente UNEN.
Sin embargo retomó la palabra el orador que se quebraba por su afecto hacia Scioli. Ahora para plantear que en el entendimiento debía incluirse a Sergio Massa. El de la Franja de Massa. Aunque Sergio fuera relativamente peronista.
Se destacó -en Sergio- el atributo inusual del coraje. Por haberse convenientemente enfrentado a los que hoy deben desplazarse.
El alemán del apellido distinguido asentía, como el frate rabino, y como el frate impetuoso de las hilanderías. Sólo se registró la disidencia personal planteada por un activo dirigente que representa a las asociaciones. A las cámaras. Institucionalmente no podía decir “Scioli sí o Scioli no”, o “peronismo sí o no”. Pero le parecía sensato que los frates exploraran el acercamiento entre el PRO y el UNEN. Aunque se producirían, a su juicios, nuevas divisiones invariables.
Aquí coincidió el frate diputado, el del mandato en cumplimiento.
“A Carrió y a Sanz puedo imaginarlos asociados a Macri”, puntualizó. “Pero no lo veo a Cobos con Macri”.
Acaso porque la unión de Macri con Sanz y Carrió le despeja inmediatamente el camino a Cobos. Porque se le agregarán los radicales desencantados.
Asimismo -prosiguió el diputado- consideró que es imposible encontrarlos juntos, de entrada, a Binner con Macri.
“Tampoco imagino a Carrió con Massa, por los misiles que Carrió le tira por televisión”, retomó el sexagenario, ya compuesto. “Pero sí lo imagino a Massa asociado con Sanz. O Con Cobos. Sabemos todos, frates, que abundan las reuniones” (son los acercamientos que el Portal trata en “La política swinger”).

Con los medios que dispongan, Los Illuminatis se comprometieron a colaborar para la estructuración de la fuerza más abarcadora, que no sea presentada sólo como un “rejunte”. Aunque al frate tan sensible le duela, “en lo profundo”, bajarle el pulgar a su amigo Scioli. Y todo por no haber reaccionado a tiempo.
Al pasar al comedor, los frates se permitieron brindarle algo más de color al día, a través del vino tinto, un malbec aportado por un frate que también tiene bodegas. Para transformarse, en adelante, en el grupo elemental de amigos reunidos para reconfirmar el afecto y compartir un simpático menú a la carta. Y para intercambiar diálogos amablemente inofensivos, bromas casi banales, ante el fondo verde más espectacular de San Isidro.

Mientras sube Kicillof cae Boudou

Dos no peronistas responsables del colapso de un gobierno estampillado como peronista.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redación final Carolina Mantegari

Introducción
El no ser peronista como atributo

El ascenso de Axel Kicillof, El Gótico, debe interpretarse a partir del descenso de Amado Boudou, El Descuidista.
Ambos protagonizan la misma pendiente. Boudou y Kicillof se unifican a través de la no pertenencia al peronismo.
Emergen -para Consultora Oximoron- como los responsables primordiales del colapso de un gobierno estampillado, sin rigor, como peronista.

Osiris Alonso D’Amomio
Director/ Consultora Oximoron

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Siglas

El Descuidista arrastra la picaresca bonaerense desde los inicios de Mar del Plata. Y durante los manejos presupuestarios entre los balnearios del Tuyú.
La sustancia del yuppie rockero es complementada por diversas siglas. CEMA, por la Universidad que le aportó la cuota académica de liberalismo. Consecuencia del paso estudiantil por UPAU. Cantera de la UCD. El partido en extinción de la familia Alsogaray, que catapultara a don Jorge Pereira de Olazábal, referente del olazabalismo.
El Gótico, en cambio, encarna la picaresca ideológica de la metrópoli. Con arrebatos de marxismo universitario de bajas calorías.
Sustancia de la formación del intelectual de la economía, que compuso un extenso ensayo sobre Keynes.
En una inquietante cursilería antidemocrática, El Gótico tuvo la osadía de desplazarse, durante alguna jornada electoral, a 500 kilómetros del domicilio de avenida Las Heras.
La abstención del sufragio, aquí, se entiende como otro atributo. Transgresión pero no tanto. Irreverencia cubierta legalmente por la distancia.
La chiquilinada se plasmó a partir de la consigna “que se vayan todos”. Es la épica de la agrupación “Tontos pero no Tanto”.

“Cuidado, porque el Axelito abarca mucho pero aprieta mucho más” -sostenía una de sus tías. Apostaba por su gloria.
Como corresponde a la tipología del pícaro, ya estudiada en la literatura del siglo de oro español, estos dos muchachos, Amado y Axel, ideológicamente antagónicos, se las ingeniaron para escalar en el palo envenenado. A partir de la proximidad del poderoso, al que de antemano se proponían superar.
Después de las peripecias en el Mar del Tuyú, y con la complicidad inalterable de José Nuñez, El Descuidista utilizó para ascender a Benigno Vélez, El Maligno. Fue para acceder al PAMI.
Pronto, en PAMI, Boudou se le hizo indispensable a Massa, La Rata del Tigre, el interventor. Al que iba a suceder, en cuanto Massa fuera promovido hacia la jefatura de gabinete.
Es aquí cuando Boudou utiliza a Massa para llegar a La Doctora y El Furia. Se postula con audacia, de la mano de Massa, para resolverles los problemas de financiamiento. Con la idea providencial de manotear los fondos de pensión. Las AFJP. Siempre con siglas.
Conste que la característica eficaz del pícaro consiste en la capacidad de identificar los problemas del superior. Para resolverlos.
El ministerio de Economía estaba ahí nomás. Mera escala técnica hacia la vicepresidencia.

Abarcar y apretar

Para abarcar y apretar, a Kicillof le bastó con arrimarse a Recalde chico. Un baluarte de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Como subgerente, logró transformarse en su colaborador principal.
Recalde chico suplantaba a Julio Alak en la “recuperada” Aerolíneas Argentinas. Es el dinero-ducto por donde se derraman cotidianos millones de dólares, a canilla libre.
Para un ascendente vocacional como Kicillof, pasarlo por arriba a Recalde chico, fue una simple cuestión de meses.
Bastó con acercarse a Máximo, En el Nombre del Hijo. Justamente cuando Máximo ya detestaba a El Descuidista. Por filtrar intimidades indiscretas, para colmo falsas.
Bastó además que La Doctora lo escuchara. Siempre estaba a punto de enternecerse con la juventud inquieta. Axel abarcaba. Era brillante.
Aparte del no peronismo, que los fortalecía, Boudou y Kicillof compartieron también un puente. Fue un vaso comunicante. Hernán Lorenzino. Un encantador ministro de Economía que se reportaba a Boudou. Y al que Kicillof, como su segundo, debía consolidar.
Pero Lorenzino, para Kicillof, fue aún mucho más pichi que Recalde chico.
Se lo despachó -a Lorenzino- como embajador. Hoy apenas le llega a Bruselas, junto con el sueldo y el olvido, algún cable.

Significa confirmar que aquella tía, o acaso su madre, tenía razón. Axelito no sólo abarcaba. Sabía apretar.
Puede testimoniarlo Julio de Vido, el Ex Superministro. Le duró pocos rounds de pié. Hoy está casi fuera de combate. Sostenido por los glóbulos rojos que tiene contados. En condiciones de entregarse a sus pajaritos, con fondo de tangos.
O Milton Capitanich, El Premier, al que se le cuentan los días. Como Massa a La Doctora.

Milton cuenta los días para exiliarse en el Chaco. Mientras es El Gótico el que decide si quiere sucederlo. Y dejarle el ministerio, en todo caso, a Álvarez Agis, El Culata, que ya se lanza hasta a hablar.
Pronto Zannini, El Cenador, también podrá testimoniarlo. El que logró desembarazarse de De Vido y cree ser el gran estratega. El que suele anotarse, a su favor, cualquier alternativa. Menos, claro, la de la derrota. Como ocurrió con el disparate del default (“que no es ningún default, si Argentina paga”).
Pero Kicillof, según nuestras fuentes, se arregló con La Doctora para dejar desairado también a Zannini.
El Cenador pone el adecuado rostro del perro al que le hacen violentamente el amor, y no clarifica, ante nadie, para qué demonios envió a Nueva York al “empresario” Gustavo Cinosi, el Competente Vendedor de Humo.
Cinosi se desplazó a los efectos de mediar, en nombre de Zannini (o sea La Doctora) entre los banqueros que, por invitación de Fábrega (y a pedido de La Doctora), se mandaban también hacia Nueva York para salvar a la Argentina de los trapos del ridículo. Y no “por la patria” desinteresadamente.
Para salvarla del default (que no es ningún default, llamémoslo Pirucho).
Cuentan que fue memorable cuando Cinosi, mientras desplegaba su mercadería de humareda, pretendió erigirse, en representación de Zannini, como el intermediario entre los banqueros y los buitres.
Entonces Sebastián Palla, el enviado de Jorge Brito, lo corrió a Cinosi, con amable celeridad. Como si le dijera “la tuya está, quedate en la reunión, pero ni abras la boca, el que negocia soy yo”. Ampliaremos en algún próximo despacho.

Pelucas, bigotes, anteojos oscuros

Por su apasionamiento por las monedas, El Descuidista sirvió, en principio, para profundizar el fenómeno delictivo del kirchnerismo.
Induce a ilegitimar la reacción higiénica que, como consecuencia de tanto despojo, se reserva la sociedad.
Es la anunciada epidemia de transparencia. La peste de decencia, con sus terribles bacilos de moralidad.
La Justicia, necesitada de purificación, se sitúa a la vanguardia del flagelo de pureza que invade. Al amparo de la espiritualidad que llega desde Roma.
En cambio Boudou sirve, en la coyuntura, para exhibir una figura convenientemente atacable.
El objetivo es que los medios se entretengan con el caramelo de madera de Boudou y no busquen otro muñeco. De los tantos muñecos que aguardan.
Sin ir más lejos, el pobre Lázaro, El Resucitado, enriquecido y casi abandonado. Decir Lázaro es como decir Máximo. O La Doctora.

La idea de ser el sucesor de La Doctora quedó en el sueño dificultoso de El Descuidista.
Como la perspectiva de irse, al menos, con la chapa de gobernador. Como desde la vicepresidencia saltaron otros héroes como Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), Ruckauf, El Sonriente Arrugador, o Scioli, el líder de la Línea Aire y Sol.
Hoy Boudou traga explicables flemas de resentimiento. Cuentan que, para salir a la calle, según nuestras fuentes, a veces suele disfrazarse. Producirse.
¿Será verdad que El Descuidista se calza alguna peluca? Que se pega bigotes, que se pone anteojos oscuros. Y que tal vez así, con aspecto fantasmal, puede tocar el timbre. Sorprender a algunos amigos. Pocos. Decirles “Soy Amado, abrime, no digas nada”.
Trasciende aparte que aquel José Núñez, el de la dupla de su novela picaresca, al cobrar los primeros pesos considerables se agregó el social Carmona.
Dicen que hoy Núñez Carmona mantiene algunos deseos de embestir contra La Doctora. Para llevarla puesta. Sobre todo si se dispone a entregarlo a Amado.

Para concluir, consta que a una alta fuente policial no termina de convencerle para nada el extraño asalto que padeció la bella Agustina.
El robo de dos computadoras. El cristal roto de su Audi estacionado en una cuadra elegante de Belgrano.
Nadie precisamente sospecha, según nuestras fuentes, de Agustina. Pero ronda la paranoia del robo sigilosamente preparado.
Entonces nadie podrá sorprenderse si de pronto comienza a soltarse alguna información inquietante. Derivación de las penetraciones informáticas a alguna pecé robada.
Aunque, en realidad -dicho sea para consolar a la fuente, y a la dama robada- ya casi no queda ninguna tropelía del kirchner-cristinismo que no se sepa. Abundan las agencias y embajadas recargadas de más datos de los necesarios.
Pero para Oximoron, siempre existe, como en el tango, “un pecado nuevo para estrenar contigo”.
El tango, como el medio, también es el mensaje.