La entendible continuidad del cristinismo

Cada vez está peor pero amaga con ganar de nuevo

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Cuesta admitir que el ciclo negativo del cristinismo apueste aún por su continuidad.
En doce años de imposturas, construyó un régimen sostenido por los desposeídos que sacan, y por los épicos que plantean la Revolución Imaginaria. Pero abiertamente enfrentado con los poseídos que no ponen. Con los idiotas que les pagan los impuestos y los obstinados que conservan un “canutito”.
Extraño modelo de inclusión social que excluye a los que invierten.
Un cachivache que nada tiene que ver, siquiera, con el peronismo.

Catálogo de catástrofes escogidas

La economía encepada (que se niega). El descenso del default (que se niega también). La nación desacatada.
Con la inflación tolerable por hábito histórico. Acostumbramiento cultural. Con la recesión tergiversada.
El vicepresidente no puede ser mostrado ni en fotografías. La señora presidente salpicada por el infantilismo lavador de la hotelería menos responsable.
La ofensiva brutal sobre el Poder Judicial marca que mantienen problemas severos con el delito. Por la corrupción estructural de los primeros siete años de recaudación centralizada.
Para garantizarle impunidad al delito, no vacilan en cultivar la viejofobia más cruel.
Para concluir la sinopsis queda el balance de la sospecha internacional. La responsabilidad por el crimen ensuciado, oscurecido. Consecuencia de “los cambios”, mientras se ensaya el antiimperialismo inconvincente y preventivo. Cambios geopolíticos a través de acuerdos que se desconocen. Como si estuvieran seguros que ningún sucesor podrá jamás revisar la historia reciente.

Pese al breve catálogo de catástrofes escogidas, con una audacia infinita el cristinismo instala la idea de quedarse. Porque vuelve, en octubre, a ganar.
En los últimos 45 días pasaron de la resignación cultural de irse, al triunfalismo jactancioso de la actualidad. Dejaban la “bomba para el sucesor”, al decir de Méndez. Aunque amagan ahora con sucederse a sí mismos. Con el objetivo de resolver la elección, incluso, en la primera vuelta.
Al cierre del despacho nadie se atreve a asegurar tampoco que, de existir la segunda vuelta, la pierdan.
La continuidad del cristinismo es entonces entendible. Casi admisible. No presenta ningún misterio. Las razones para la permanencia son absolutamente terrenales.
La explicación elemental alude a la intrascendencia de la contestación opositora. Induce a evaluar que el cristinismo no tiene enfrente nada serio que, en el fondo, lo inquiete.
Sólo la gran prensa, que se equivoca con énfasis y también pierde. Y algún sector de la Justicia, que marca limites, como puede.

La cría involuntaria

Daniel Scioli es la cría involuntaria del proceso kirchnerista.
Caso más tratable desde el esoterismo que desde la ciencia política.
Un hombre sensato, apreciablemente elemental, con la sobreestimación personal que arrastra la ideología positiva del vitalismo. Nada tiene en común con lo más detestable del resignado Frente para la Victoria que lo enarbola como candidato. Siempre que supere el obstáculo de Florencio Randazzo. O sea, en definitiva, el obstáculo permanente de La Doctora.
Si Scioli está hoy poco más fuerte que Mauricio Macri, y bastante más que Sergio Massa, es por la pertenencia al extinguido Partido Justicialista. El sello vegetal está disminuido, pero conserva vigencia como instrumento electoral. Un gran partido en estado de misericordia, pero es el único que subsiste. El resto es un conglomerado de cartas de intención. Algunos son muy auspiciosos, como el PRO, expresión institucional del macricaputismo. Y aún persiste otro gran partido, un esqueleto en conservación. El despedazado radicalismo que aporta, en su fragmentación, “radicales para todos”. Hasta para el Frente de la Victoria.
Aunque el PJ y el Frente carecen de fuerza consistente en los grandes centros urbanos (Córdoba, Rosario, Artificio Autónomo de la Capital) se sostiene sobre todo en la Inviable Buenos Aires. Marca la diferencia en el territorio donde se suele castigar al oficialismo en las legislativas. Pero se lo respalda en las presidenciales.
Macri y Massa, los dos principales desafiantes, al carecer de estructuras territoriales propias, debieron apoyarse en el esqueleto sin gran musculatura de los radicales.
La batalla (por los radicales) la ganó Macri. Para generar una asociación sostenida en su figura, aún más allá del Artificio Autónomo.
Cuenta con una base atendible en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Pero resulta insuficiente en la Buenos Aires Inviable donde ya supo triunfar dos veces. Asociado a Francisco De Narváez, en 2009, y a Massa en 2013.
Desligado hoy de ambos, Macri confía en su carisma de producto providencial para arrastrar, desde la candidatura a presidente, a quien disponga como gobernador. Repetición argumental del fenómeno Alfonsín de 1983, cuando logró imponer como gobernador al frágil Armendáriz.
Pese al entusiasmo del pensador Durán Barba, hoy resulta casi ingenuo apostar por la pureza ideológica del PRO. Con aspirantes que enarbolen el certificado de “lo nuevo”. Modernos. Danzarines novedosos.
Al perder su batalla por los radicales, Massa opta, en cambio, por asegurarse una parte considerable del electorado peronista, pero desconforme con la pertenencia al frepasismo tardío del Frente para la Victoria.
Hoy Massa padece los operativos exitosos para depilarlo. Son pequeños caudillos suburbanos que lo abandonan por desencantos juveniles. Y del único territorio donde El Depilado está más sólido. Buenos Aires.
Mientras tanto, para contener recíprocamente la adversidad, Massa ensaya la aventura del entendimiento con De la Sota, el peronista cultural que hoy nos sorprende como Demócrata Cristiano.
Desde los espacios de la racionalidad emergen los esclarecidos que tienen una firme vocación por perder el tiempo. Pugnan aún por el acercamiento imposible entre Macri y Massa.
Pero para algarabía de Scioli y La Doctora, la grieta, entre ellos, se profundiza con intensidad.

Otra vez con las recuperaciones

La tesis clásica del Portal remite a interpretar el cristinismo a través de las caídas. Las que generan las recuperaciones.
El último descenso en el infierno alude al Crimen de Nisman, que mantiene el destino clavado de misterio irresoluble.
El cristinismo envolvente sirve para entender sobre todo al opositor envuelto. El que crece, en exclusiva, solo a partir de los errores del adversario.
La proyección del opositor envuelto nunca es consecuencia de los propios atributos para plantear la superioridad.
Si no comete más equivocaciones, con Scioli -la cría involuntaria- el cristinismo siente el regalito de cuatro años más en el poder.
Salvo que los opositores envueltos modifiquen la estrategia de la fragmentación, que les deja el obsequio de la permanencia garantizada a los envolventes.
Esta oposición envuelta, vacilante y colmada de egolatrías y competencias pasionales, consigue que ninguna crisis del cristinismo sea suficientemente grave. Como para evitar la ceremonia de la recuperación.
Ocurre que esta oposición sólo se conforma con oponerse. Indignarse con declaraciones a los medios. Pero siempre sin sustituir.
Larga vida (regalada) para el cristinismo.

Alivio espiritual en el macriputismo

Abunda el alivio espiritual en el macricaputismo.
Mauricio, El Niño Cincuentón, zafó de la interna sustancial. Incomodidad que lo mantenía estancado. Emerge fortalecido.
“Con un sexo político de cuatro metros” explicita la Garganta Pro.
La “decisión estratégica” de apoyar frontalmente a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático, tuvo su final favorable.
Es de esperar que muchos votos independientes, que fueron hacia Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no se vayan, en julio, imantados hacia Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
En adelante, Mauricio puede estar seguro que va a polarizar nomás con Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol.
Posiblemente ambos. Mauricio y Daniel- tuvieron éxito en la tarea compartida de marginarlo a Sergio, el Titular de la Franja de Massa.
Hoy se lo percibe a Sergio algo alejado de Mauricio y de Daniel. Se les escapan. Pero este juego es el tradicional “sube y baja” del parque de la memoria.
Si por ejemplo el viernes Sergio colma el estadio de Vélez, y consolida aparte su alianza con De la Sota, El Cuarto Hombre, y acaso también con Adolfo Rodríguez Saá, El Alma de la Puntanidad, podrá blindarse otra vez su candidatura. Para que vuelva a ser una disputa de tres. Aunque, al cierre del despacho, parece tratarse de una disputa de dos. Sólo entre Mauricio y Daniel. Si es que Daniel consigue librarse definitivamente de la competencia virtual de Florencio, El Loco. Es el que siempre está pendiente, aunque no produzca ninguna información que estimule una idea de campaña. Para colmo, la esperanza del dedazo se diluyó en Moscú. Para algarabía de Daniel, La Doctora expresó que “no tiene favoritos”.

Parábola geopolítica del país en banda

Pese a haberse agotado el aquí anunciado como “último mes de centralidad”, La Doctora aún conserva la iniciativa. Actúa como si no fuera a irse nunca. Al menos, en materia internacional, donde hace y deshace en soledad, sin siquiera brindar la explicación que tampoco nadie le pide. Ni Mauricio ni Sergio. Por supuesto que tampoco Daniel va a pedirle a La Doctora que le rinda alguna cuenta.
Aunque los tres se postulen para sucederla, no tienen la menor idea de los compromisos que se asumieron.“¿Y qué hacemos si a Daniel, en la presidencia, se le ocurre vendernos de nuevo a los yanquis? –confirma otra Garganta, que trafica el cuento de la Revolución Imaginaria.
De manera unilateral, porque se le antoja, con licencia de corsaria, y en virtud del pragmatismo a la bartola, La Doctora traslada el país a la deriva hacia el inquietante eje China-Rusia. Que por supuesto incluye a Irán. O sea a Siria. Y a través de Venezuela, nuestro máximo aliado en el subcontinente.
Sin siquiera pestañear, La Doctora pasa, sin inconvenientes ni reclamos, de las intenciones fracasadas de reconciliarse con el mercado de capitales –o sea con Occidente-, emprendidas desde el comienzo de 2014 (rendición ante Repsol y rodilla ante el Club de París), para conciliar después de Griessa posiciones favorables con China, primero, y Rusia después.
Parábola geopolítica del país en banda. Un viraje que se dio en menos de quince meses. Queda el balance de un crimen.
Ni Mauricio ni Sergio, en lo personal, ni sus equipos económicos, ni sus asesores en política exterior, tienen la más remota idea, según nuestras fuentes, acerca de qué demonios La Doctora, Timerman y De Vido comprometieron con Rusia y con China.
Si alguno de los dos aspirantes a la sucesión estimula la ilusión de reestructurar las relaciones con Estados Unidos, o con la Unión Europea, debería, al menos, interesarse en la magnitud de los compromisos firmados. Existe la continuidad jurídica del Estado. Aunque los audaces irredimibles del cristinismo suponen que tienen asegurada la continuidad. Para siempre. Con lo que tienen enfrente, crece el derecho de creerlo.

La Doctora, la gran campeona de la defensa de los derechos humanos que humilló, para espanto del ministro De Vido, al pobre “negrito” Obiang -Presidente de Guinea Ecuatorial-, porque no los respetaba, por el repentino pragmatismo a la bartola hoy prefiere callar (o sea convalidar) ante la prisión de los dirigentes opositores al asociado Nicolás Maduro.
Es –Maduro- quien no vacila en degradar, incluso, a las autoridades de España, por la osadía de reclamar por los presos políticos en Venezuela. Y en defenestrar, por si no bastara, a Felipe González, por ofrecerse como abogado de los presos. Y en esta etapa pragmática mejor ni tratar, en materia de derechos humanos, el caso de Putin. Silencio.

Derivaciones humanas del relato

Pero es el tiempo de los posicionamientos, entre los tres postulantes presidenciales que se manejan con consultores que sostienen que no es momento de anunciar cambios bruscos ni rupturas. Debe confiarse entonces en que los tres ya saben cómo plantar el país. Adónde. O dejarlo así, como está. Para cualquier postura. A la bartola.
Tiempo de dramas electorales.
-”Cómo les pedimos a los que cantan “Cristina corazón aquí tenés los pibes para la Liberación” que ahora griten “¡Daniel, Daniel!”-
Es otra severa introspección de la Garganta Popular.
Lo que opine la señora de Bonafini, según nuestras fuentes, ya casi nada preocupa en materia electoral. Las Madres le dieron al cristinismo todo lo que tenían para dar. Hasta su prestigio. Y en la retribución, pasaron a convertirse en una constructora fraudulenta y quebrantada.
Menos aún interesan las reticencias que puedan presentar los intelectuales buscapinas del colectivo Carta Abierta.
“No mueven quince votos, y no se les entiende un c…”.
Importan, sí, los jóvenes que saltan. Que son los que ponen el aderezo de la épica. Los muchachos que adquirieron auténticamente el cuento de la Revolución Imaginaria.

El dilema reside en las derivaciones humanas del relato.
Apoyar a Daniel, aunque siempre estuvo, implica dejar de lado la consigna “Patria sí Colonia no”. Que algunos hasta se tomaron en serio. Cuesta cambiarla por “con fe y esperanza, siempre para adelante con el Aire y el Sol”. A través de la ideología del vitalismo positivista que representa Daniel. Con la confianza en sí mismo que lo habilita para asegurar que, a partir de su presidencia, se viene “una Argentina que ni te imaginás”. Con la explosión del optimismo que lo instiga a confirmar que “a la Argentina va a venir dinero desde todos los países del mundo”.

Por su superioridad natural, por la visión desproporcionada de sus atributos, Daniel no tiene ningún inconveniente en que “le pongan todos los diputados”. O que le pongan el vice que quieran. Ya que con Scioli, en definitiva, todo va a cambiar.
“Pero que no se le ocurra entregarnos de nuevo a los yanquis” insiste la Garganta.

Recaudación y cuentapropismo

La cuestión que pasaron doce años de Kirchner-cristinismo. Contradictorio, complejo, invertebrado. Siete años, entre 2003 y 2010, fueron de recaudación centralizada. Y debe aceptarse que los últimos cinco sin recaudación. “Sin bolsos en los vuelos de los viernes”. Colmados de altibajos, delirios y bolsones de cuentapropismo. (Ampliaremos en próximo informe).

Lo que El Furia no pudo lograr con el trunco Compromiso K, La Doctora lo logró con La Cámpora.
Un conjunto incondicional de muchachos que atraviesan la treintena. Los que planifican, en los próximos diez años, quedarse con el control total del país. Arrasan con dos generaciones. Las jubilan.
En una década oscilarán los 45 años. A punto. Con experiencia en manejo del poder.
Saben, en la práctica, que Daniel es quien está mejor posicionado para garantizarles la continuidad de lo conquistado.
Sólo tienen que abstenerse, en adelante, de cometer errores. Los que pueden ser aprovechados por Sergio y Mauricio, al acecho. Siempre.

Gabriela vs Mauricio (y Horacio)

Se quiebra el “encanto light” del PRO

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Estructura aceitada

Cuando se le pregunta al diputado de PRO si está con Horacio o con Gabriela responde con calculada firmeza.
“Con Mauricio. Estoy con Mauricio”.
Porque está con Mauricio, por consiguiente, lo apoya a Horacio.
Cuesta asumir que el competidor de la señora senadora Gabriela Michetti dista de ser Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gabinete del Artificio Autónomo.
Confronta con Mauricio Macri y la estructura aceitada del macricaputismo.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Decisión estratégica

Con usual precipitación, se le computa a Mauricio la cruda actualidad del PRO, como si se tratara de un error táctico.
El de victimizar en exceso a Gabriela. Una dama querible, inteligente e impedida, vulnerable sólo de apariencia.
Para la evaluación de Oximoron se trató de una decisión estratégica. Consistió en apoyar frontalmente a Horacio.
Un funcionario laborioso y competente. Con proyecto propio y ambiciones inagotables. Aunque bastante cuestionado como candidato. Por la carencia de atributos vinculados al misterio del carisma. Que es precisamente el misterio que porta Gabriela. La capitaliza.
Es preferible entonces mostrarlo a Horacio siempre fortalecido. Bien acompañado en las caminatas, en las producciones informativas “de gestión”. Si por noble elegancia el acompañante ya no puede ser Mauricio, que lo acompañe Durán Barba, sobre todo después de leer encuestas. O el cada vez más confiable Santilli. O con la señora Bullrich. La inquietante señora Alonso.

“Cuando el 26 a la noche nos enteremos que Horacio le ganó a Gabriela por 6 puntos, Mauricio va a tener el doble de poder”, confirma la Garganta.
“Estará más fortalecido para arrancar la epopeya con María Eugenia, en la provincia de Buenos Aires, y conquistar la presidencia”, prosigue.

Vaticinan la victoria de Horacio por seis puntos, con más voluntarismo que certeza.
De darse el vaticinio, Mauricio podrá recuperar, acaso, los tres puntos que explicablemente perdió en el último mes. En beneficio, para colmo, de Scioli, el adversario recíprocamente preferido para polarizar.
Mientras tanto ambos -Scioli y Macri-, como si se hubieran puesto de acuerdo, pugnan para dejarlo fuera del escenario a Massa.
El objetivo, según nuestras fuentes, es reducirlo a Massa, pero no en exceso.
Ya que Scioli con La Doctora necesitan mantenerlo vivo a Massa, en principio para la pedantería obstaculizadora de las PASO. Y sobre todo para la primera vuelta de la elección real.
Con la desesperada esperanza -en el caso de Scioli- que la de octubre sea la única elección. Que se liquide el pleito electoral en la primera vuelta, como si se tratara de un trámite administrativo.
Porque, si hay una segunda vuelta, Scioli es boleta. Pierde. Y entonces Macri podrá festejar con el bailecito y la voz complementaria de Gilda.
Sin embargo el esquema diseñado en los papeles contiene el riesgo de ser desmoronado en el territorio, en poco más de dos semanas. Si es Gabriela la que le gana a Mauricio, hoy representado aquí por Horacio. Así sea por medio punto.
Plantear la alternativa del triunfo de Gabriela se asemeja a una provocativa transgresión. Pero es la martingala a la que se aferran los especuladores que estimulan la atractiva idea de propinarle a Mauricio un tropezón. Una especie de porrazo que voltearía el cuento de la “decisión estratégica”.

Four Seasons

En enero -pocos días antes que mataran a Nisman- en el restaurant del Four Seasons, Gabriela abandonó la concepción casi pastoril de ser “hermanita” de Mauricio. Para elevarse como una par. Discutir las acciones y convertirse directamente en adversaria.
Fue cuando se registró el último intento de Mauricio por convencer a Gabriela para que fuera su compañera de fórmula en el ámbito presidencial.
Estuvo acompañado por los dos exponentes fundamentales de la “mesa chica” del macricaputismo. Nicolás Caputo, Nicky, el amigo y el socio de la vida, que alterna entre Buenos Aires y Miami. Y Marquitos Peña, calificado como El Pibe de Oro. Es el instrumentador del “voluntariado nacional”. Militantes de internet que desde cientos de ciudades ya aportan decenas de miles de fiscales. Un generador del fenómeno que se conoce como “nueva política”, aunque fue estimulado por un “viejo político”.
Por su parte Gabriela asistió acompañada del amable Federico Pinedo, su cordial jefe de campaña, Planta Permanente en la legión de Diputados. Y por el enigmático Juan Tonelli. Es El Novio.
Por supuesto que a Tonelli se le atribuye una ascendente influencia en la estepa afectiva del michettismo.
Al Novio lo culpaban, en principio, de la persistente obstinación de Gabriela en postularse para la jefatura del Artificio Autónomo. Pero era una manera prejuiciosa de devaluarla.
Debieron darse cuenta antes que la firmeza de Gabriela no se la proporcionaba El Novio. Era otra “decisión estratégica”. Y vital. De Ella.
Mauricio pretendía, en la histórica cena del Four Seasons, que Gabriela no trabara el camino de la sucesión natural. Era para Horacio Rodríguez Larreta.

– Te lo repito por última vez, Mauricio. No tengo vocación para ser tu vice -según las fuentes dijo Gabriela-. Voy por la jefatura de gobierno o por nada. O me vuelvo a mi casa.

La “hermanita” desobedecía. Otra vez. Se negaba, como en 2013. Cuando se le resistió a la propuesta de trasladarse hacia la provincia (inviable) de Buenos Aires. Aquel rechazo facilitó, justamente, el triunfo de Sergio Massa. Y aquella noche de verano en el Four Seasons Mauricio se fastidió con “la hermanita”. Basta. Era una adversaria.

Cancha inclinada

Al cierre del informe, para Oximoron se registra el “empate técnico”. Y el panorama puede nublarse más si Gabriela avanza en los temas puntuales que sensibilizan al macricaputismo. Aluden a intereses. Mangos.
Con la cancha inclinada a favor de Horacio-Mauricio, sobre todo en el interior del PRO. Pero con un incipiente gabrielismo que, por variados motivos, se percibe en el votante que sufraga últimamente por Macri. Sin pertenecer a la organización. Ni al “voluntariado”.
Es hacia la construcción del electorado flexible e independiente, donde más apuntan los identificados que tuercen a favor de los atributos naturales de Gabriela. Como por ejemplo los tres ministros, que comienzan, según nuestras fuentes, a ser mirados, en el macricaputismo, con cierto desdén. Una desconfianza que puede tener derivaciones políticas.
Sobre todo se le apunta a Hernán Lombardi, un traficante de cultura, curtido en la picaresca de raigambre radical. Es el expansivo que no vacila en fotografiarse mientras juega a la rayuela en París, con la señora Marta Minujín. O se le apunta al ex Juez Guillermo Montenegro, un dandy rejuvenecido, con su cuidado aspecto de rugbier eterno, aunque aún lo llamen “El Gordo”. Y el sobrio paisano Daniel Chaín.
Son los tres puntales que tratan -junto a Pinedo y El Novio- de remontar con fuerza a Gabriela, desde la desventaja de la “cancha inclinada”.
Los tres se esmeran por demostrar que también son leales a Mauricio. Que después todo volverá a ser como antes. Como si no se hubiera quebrado aquel dulce encanto light.
Con la osadía de creer que Gabriela, al fin y al cabo, representa lo mismo que Horacio. Una ilusión.
(Para culminar, Oximoron consigna una llamativa casualidad astrológica.
Ambos, Gabriela y Horacio, son de 1965. Diferentes Serpientes de Madera que cumplen 50 años en 2015.
Se impone entonces comprometer el informe respectivo de Medea Lobotrico-Powell, colaboradora invalorable que reside en Antibes).

La fragmentación facilita la utopía de permanecer

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Con las derivaciones transitoriamente aplacadas del crimen de Nisman, el cristinismo asume el riesgo de pensar en sucederse a sí mismo.
Constatan que pueden quedarse. El final de ciclo es un mito que se extiende. Se dilata.
La bomba económica, que vaticinaba Héctor Méndez, estaba plantada para que le estallara al sucesor. Ahora amenaza con explotar en pleno rostro de Scioli. Acaso de Randazzo. Dos máscaras, en definitiva, de La Doctora.

Mientras tanto Macri, el sucesor preferido, se complica sin necesidad. La confrontación interna entre Rodríguez Larreta y la señora Michetti pone en cuestionamiento su razón de ser. Y de funcionar. Al extremo de imponerse la consigna más extraña: “Horacio o Muerte”. Ampliaremos.

El tercero en la discordia, Sergio Massa, a Daniel y a Mauricio los corre ahora desde atrás. Sin la responsabilidad de cargar con el mote del “favorito”.
Como dejó de ser el aventajado en las encuestas, Massa es consciente de la especulación de los que pugnan para que se baje. En beneficio de alguno de los otros dos. Aunque aún, según nuestras fuentes, aspira a estampillarlos con una derrota.

Por último, emerge la señora Margarita Stolbizer. Desde la superstición saludablemente progresista.
Es la máxima beneficiaria del acuerdo entre el “radicalismo centenario” de Sanz con la estrella ascendente de Macri. Entendimiento que Stolbizer, con astucia, prefiere interpretarlo como una rendición incondicional.
Lejos de acompañar, los radicales que perdieron en la Convención de Gualeguaychú, democráticamente se rajan. Para recalar directamente en Macri, o seguir la vocación testimonial con Stolbizer.

Clarín, jefe de campaña de Máximo

Apenas un logro del Kirchner-cristinismo es relevante. Haber signado la intrascendencia de Clarín.
Con la pólvora empapada, hoy Clarín catapulta al que se propone destruir.
Ocurrió con Máximo Kirchner. Excesos básicos del antikirchnerismo pasional. Por la falta de criterio al creer que Néstor Kirchner, en 2005, podía dejar 40 millones de dólares en la cuenta de su hijo Máximo.
Los ilusos compraron el salmón nauseabundo y promovieron la réplica más inesperada. Para algarabía de los camporistas que suponen contar con un conductor, Clarín consolidó a Máximo.

Al tensar tanto la cuerda de la confrontación, Clarín instala el galimatías que más le conviene al cristinismo. Indica que se está con el gobierno o con Clarín. Segundos afuera. Cuando lo recomendable consiste en ser crítico del cristinismo, pero sin someterse a las imposturas estratégicas y comerciales del Grupo Clarín. Con una frontal agresividad que desdibuja -y sobre todo debilita- a los profesionales que ejercen el rol de opositores. Como Massa o Macri. Sin recitar el catecismo en exámenes bilaterales con Magnetto, para disponer, como contrapartida, del favorable tratamiento informativo.
El anticristinismo bobo que impulsa Clarín legitima que La Doctora -con Scioli- pueda volver a vacunarlo. En primera vuelta.

Horacio o Muerte

“Es Horacio o muerte”, confirma la Garganta.
Debe celebrarse que finalmente el PRO produzca información y algo de intriga entre sus tensiones internas. Que penetre, incluso, la perversidad, entre “el encanto de lo light” (cliquear). Hasta fondear sobre la verdadera identidad de la agrupación.
Hasta aquí, el macricaputismo se agota en el manejo de la estructura atractiva de negocios que bien administrados deben perdurar. Los mecanismos que se ponen en riesgo a través de la interna sucesoria.
Por su enternecedora vocación por la transparencia, Gabriela Michetti puede convertirse en un blando bifecito de lomo en la jaula de los leones. O transformarse en una suerte de King Kong, soltada en una cristalería ya pacientemente preparada.
El mantenimiento de la estructura justifica que Macri apueste por Horacio Rodríguez Larreta, para preservar los réditos políticos derivados del control de la ciudad. Pero con una sobreactuación inicial que parece haber menguado. Aunque aún resulte insuficiente para calmar el sentimiento de desaire de Gabriela.

Jaque Mate

“La jugada de Jaque Mate se reserva para el final y sin avisar”.
Lo dijo Sergio Massa, mientras comía un sándwich tardío en su oficina de Rodríguez Peña.
“Si Macri y Massa no llegan a un acuerdo, Cristina con Daniel los emboca”, confirma la Garganta.
Lo que está en juego es simplemente el poder, que es lo más apasionante de la lucha política. Corresponde dejar al costado las egolatrías que obstaculizan las jugadas sorpresivas de impacto.
Sergio y Mauricio dividen conscientemente el voto opositor. Disputan el mismo electorado. Juntos vencieron, en 2013, al cristinismo. Pero en la práctica son irreconciliables para 2015.

Cierto estratega del cristinismo odia a Massa casi tanto como La Doctora. Pero confiesa, bastante más pragmático, que está en condiciones de sacrificarse para que Massa no pierda consistencia. Al contrario, quisiera que Massa recupere lo que perdió. Lo suficiente como para equipararse con Macri. Cuestión que ninguno de los dos supere los 25 puntos.
Significa confirmar que para el estratega, Scioli con La Doctora está más cerca de llegar al 40 que Macri o Massa de alcanzar -separados- el 30.
Téngase en cuenta que el cristinismo sospecha que ahora puede quedarse de verdad. Que el fin de ciclo es un mito. Sus máximos exponentes saben que luchan ya no sólo por la permanencia. También por la libertad.
Con La Doctora que se pone la campaña en la cartera. Con el PJ Vegetal que adorna con su presencia en todos los distritos. Con dinero a discreción. Con el manejo de la totalidad de los resortes del estado. Para explotar la fragmentación servida del opositor funcional.

La superstición progresista

Para colmo, la verdad cruel de la política atenta contra la contabilidad ilusoria de quienes sumaban los votos radicales y del PRO. Los que ya se veían con la segunda vuelta garantizada. Una goleada de Macri a Scioli. Sin embargo, los que perdieron en Gualeguaychú no terminan de resignarse culturalmente a sufragar por Macri. Aunque se trate de indisciplina partidaria hoy contemplan seducidos a Margarita Stolbizer. Para remendar los estragos de aquel UNEN, con Los 5 Latinos que se diluyeron.
La superstición del progresismo resiste la idea de fundirse con el charlatanerismo de izquierda que La Doctora intenta inyectar en su fuerza. Pero también la superstición se resiste aún más a fundirse con lo que consideran el paradigma de lo conservador. Un neo liberal. Macri.
“Así salgamos cuartos cómodos”, sentencia un binnerista, que ingresa en el combo con Margarita. Sin que le importe un pepino ser funcional al cristinismo, que se beneficia hasta el entusiasmo con la conveniente fragmentación cultural.

El encanto de lo light

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO (4ta.época): Ahora las garrochas vuelan hacia el Artificio Autónomo de la Capital.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

“Horacio le va a ganar a Gabriela por diez puntos”, confirma la Garganta.
“No hay que decirlo, pero estamos cuatro puntos arriba”.

La valoración optimista contrasta severamente con la aportada por otro funcionario enrolado en la banda de Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.

En esta versión es Michetti quien supera a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Flores Sur. Por cinco puntos.
Como si la fiesta le quedara chica, asegura que a mediados de abril, cuando se difunda mucho más la estampita de Gaby, van a estar mucho más arriba.
Sería un problema para Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, hoy el favorito para las presidenciales. Porque, en plena elevación, se le quiere provocar una caída.
Una derrota significativa en su propia escuadra. En el PRO, la expresión institucional del macricaputismo.
Ocurre que Mauricio, en su momento, manifestó la estructural inclinación por El Carismático. Con fundamentos, para colmo, se sospecha que detrás de Michetti se mueven operadores clandestinos de Sergio Massa, Titular de la Franja de Massa. Con el objetivo de hacerlo hocicar a Mauricio.
“Hasta hoy, los massistas se ocupan más en que pierda Horacio, en la ciudad, a que gane Nielsen, su candidato”.

En el entorno de Gabriela gana una envidiable influencia, según nuestras fuentes, el tonellismo. Se reproduce el alineamiento detrás de Juan Tonelli, El Novio, que merece ser más iluminado por los medios, y adquirir así su propia reputación.
“Los novios y maridos de las estrellas del PRO suelen presentarle problemas a Mauricio. Pasó también con Ma…” -y la Garganta se interrumpe.

Las escenas contables transcurren en la velada consagratoriamente recaudatoria.
Cena en La Rural. 2.500 comensales, a 50 mil pesos el cubierto. 500 mil pesos por cada mesa de diez, que los empresarios abonaron, por lo que sabemos, con relativo entusiasmo. Estimulados por el rescatable espíritu de solidaridad con aquel que va primero, y que amenaza con erigirse en el sucesor de La Doctora.
De todos modos, la holgada cotización del cubierto contrasta con la austeridad franciscana del catering. Para la sustancial ceremonia del coctel no se incluye ni una miserable copa de champagne. Apenas distribuyen copas de vino tinto o blanco. Gaseosas y naranjita. Mientras se reconocen los empresarios, o los enviados por los empresarios en su representación. Los banqueros, los financistas, los cueveros y los infaltables buscapinas de colección.

Visión simple

La organización PRO atraviesa por un momento político reluciente. Mantiene el encanto ideológico de lo light.
Se extiende y prospera por la simpleza positiva de las soluciones concretas. Crece por efecto comparativo con el cristinismo, que agota con sus pulsiones sociales. Con las cuerdas tendidas por la caravana de situaciones límite.
Persiste un énfasis formidable a favor del cambio. Para vagamente vivir mejor. Para involucrarse en la Argentina que se viene. En “un partido moderno, abierto, participativo”.
Si hay que rastrear un pensador para fundamentar la legitimidad del PRO, no se lo encuentra con facilidad en Jaime Durán Barbas. Ni en el promisorio Iván Petrella. O en el filósofo Alejandro Rozitchner.
Es Gilles Lipovetsky. Autor de “La era del vacío”.
Es la instancia del vaciamiento ideológico que PRO se propone a ocupar. A través de su visión primaria, para nada tonta.

Protagonistas de la miniserie

La fiesta recaudatoria es mucho más ilustrativa que las propias encuestas que lo posicionan a Mauricio como el postulante aventajado. Seguido por Daniel, y algo más atrás, por el esquilmado Sergio.
Tres protagonistas de la consagrada miniserie del Portal. Ahora es Mauricio el que se corta solo. Se desprende. Quiebra aquel final anunciado de “bandera verde”.
La ventaja se consolida después del triunfo macricaputista de Gualeguaychú. Donde la Convención Radical, liderada por Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, decidió enlazar la estrategia del partido centenario junto al PRO. Y atarse también al destino de la Coalición Cívica. Es la penúltima invención que sobrevive de la señora Elisa Carrió, La Demoledora.
Hoy también Carrió se muestra lícitamente triunfante. Con la misión cumplida. Por haber evitado la anexión de Sergio, con la potencia agraviante de los palabrazos.
En este entremés, por la inspiración de Carrió, Sergio quedó afuera. Apartado, como el protagonista de la novela de Rabanal. Separado de cualquier intento de asociación.
Carrió le puso bolilla negra, asustó a los ex correligionarios que no le aguantan una presentación televisiva. Elisa se torna sustancial en el desarrollo de la miniserie. A los empujones e imposturas se impone como protagonista.
Resulta invalorable el servicio político que Carrió le prodigó a Mauricio. Debilitó con acusaciones a Sergio. Justamente era el adversario más molesto. Tanto para Mauricio como para Daniel.

Carrió logró alejarlo, además, a Mauricio, de “la mafia del PJ”. En algún momento habrá que reconocerle a La Demoledora los aportes destructivos de los engendros que ayudó a gestar. Como el más reciente de “Los Cinco Latinos de Unen” (cliquear).
De los cinco latinos quedaron en pie apenas dos. En principio ella misma, Estela Raval, ubicada ya en otro conjunto, apenas un trío. Y el otro latino que se salvó es Sanz. La Esperanza Blanca ayudó a La Demoledora a liberarse de los tres latinos restantes. Los que se quedaron afuera de verdad. No como Sergio, que aún tiene varias ventanas para colarse. Si las encuentra.
En primer lugar Carrió se desprendió de Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. El opositor más votado en 2011. Incluso, Binner lanzó su campaña presidencial en el verano de 2015. En Mar del Plata, admirablemente acompañado, fortalecido en los poros y en los afectos. Pero pronto debió bajarse. Desde Santa Fe, los que quieren terminar con su influencia lanzan versiones que aluden a su salud.
“Macanas, está mejor que vos”, desmiente un binnerista. Un diplomático porteño, que sin graves expectativas adhiere, en adelante, a la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Perfecta.
El segundo latino que se quedó afuera fue Julio Cobos, El Ídolo de Santa Romana, que perdió mal en la pulseada con el compadre Sanz.
Por último el desairado Solanas, El Dirigente Universitario. Por soberbia Carrió supo elevarlo a Solanas como senador, aunque juntos les fue burlonamente bien sólo entre los domingos de Lanata.
Hasta que La Demoledora lo cambió por una pizza. Lo dejó atragantado con su discurso antimacrista, para irse, con su carterita, a darse con una fugazzeta con fainá.

Final con garrochas

Las garrochas hoy colman el cielo del Artificio Autónomo de la Capital. Son tantas que casi tapan la luz del sol.
Se clava la garrocha en cualquier punto del país, con garrocheros que quieren apostar “por el cambio”. “Involucrarse y ser protagonistas en la Argentina de las soluciones”. “Para vivir mejor”.
De pronto Mauricio pasa a ser una conjunción de Konrad Adenauer con Arturo Frondizi.
Y Marquitos Peña, El Pibe de Oro, junto a Durán Barbas, El Equeco, emergen como la dupla triunfal. Ambos se compaginan a la perfección con los dibujos pacientemente imaginativos de Emilio Monzó, El Diseñador. Y con la sabia orientación profesional del ideólogo que se mantiene, provisoriamente, según nuestras fuentes, en un segundo plano. Y del que tampoco conviene hablar. Pero nadie puede dejar de reconocerle cierta inteligencia. Y una capacidad de análisis superior, a partir de dos o tres datos sueltos. Es Carlos Grosso.

“Qué grandes tipos que somos cuando nos va bien en la vida, Rocamora, ¿te fijaste?”, nos saluda el amigo macricaputista.
Cuenta que tiene que esquivar las garrochas. Pueden aplastarlo. Los garrocheros que buscan, con ansiedad, el garrochódromo, que por si fuera poco no existe.

Radicales para Macri

Lo bocharon a Massa por temor a Carrió

sobre informe de Consultora Oximoron. Redacción final Carolina Mantegari

Desde la fragilidad los radicales renacen.
Reproducen el fantástico milagro de transformarse en una fuerza territorial, Más necesaria que incontenible.
Dispondrán, con suerte incentivada, de no menos de siete gobernaciones. Alcaldías innumerables, legisladores por doquier. Para pesarlos.
Tardaron 13 años en recuperarse. Tratan de nuevo la problemática del poder. Vuelven a sentirlo cerca. Pudo percibirse en la intervención de Ernesto Sanz, la Eterna Esperanza Blanca
Vuelven de la mano culposa de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Es el Chacho Álvarez de la flamante epopeya.
En 2015 los radicales se aferran al tronco salvador de Macri. Con similar pasión electoral, en 1999 se aferraron al tronco salvador de Chacho Álvarez, El Peronista en Tránsito (se inmolaría solo).En efecto, en 1999, Fernando de la Rúa, El Radical Traicionado, se apoyó en el progresismo verbal de Álvarez para suceder al gobierno peronista de Carlos Menem. El Viejo Onur se había inclinado excesivamente hacia las transformaciones económicas que representaban al imaginario de la derecha.
Pasaría a la historia -eso- como “neoliberalismo”.
La experiencia de la Alianza concluyó en el desastre fundacional que no legitima las chicanas de la actualidad.

En 2015, el sensato Sanz, envía a Julio Cobos, Santa Romana, hacia el Nacional B.
Y rechaza a Sergio Massa, Titular de la Franja de Massa. Después de las amenas conversaciones. Y de la inspiración de aquel sabio consultor que propagaba la fórmula Massa-Sanz.

Ahora La Esperanza Blanca, distante de Massa, se prepara junto a la señora Carrió, La Demoledora. Para volver con el mascarón del neo desarrollista Macri. A los efectos de suceder a otra versión patológica del peronismo. El que inspira La Doctora, hoy oralmente inclinada hacia la izquierda.
Se destaca como una digna acompañante de Nicolás Maduro. Una reproducción más articulada. La llaman, incluso, La Madura.
Pero fue La Demoledora, según nuestras fuentes, la que impuso la tarjeta roja hacia Massa.
“Es el gran servicio que Carrió le hizo a Macri” -confirma la Garganta.
Declarar a Massa persona indeseable.
Si Massa era aceptado en la cruzada opositora, como lo reclamaba Morales, El Milagritos, y hasta Cobos, La Demoledora iba a demoler el invento con mayor celeridad que otros que ella misma gestó.

Hacia el Neo Desarrollismo

Lo gravitante es que Sanz y Carrió consolidan la actual hegemonía de Macri.
Ambos sparrings se elevan para el simulacro de combate desigual. Pero les cabe, incluso, la remota posibilidad de ganarle.
En la pedantería de las PASO Macri se va a consagrar como el gran triunfador.
Aunque de ningún modo El Niño lo va a llevar, como vicepresidente, según nuestras fuentes, a Sanz. Como lo creyó en principio Cobos, el  derrotado de Gualeguaychú, pese al empuje del inquietante Grupo Santa Romana.Téngase en cuenta que Oximoron lo presenta a Macri como un neo desarrollista.
El Niño se encuentra bastante apegado a la mítica de aquella congregación hoy bendecida.
Por lo tanto, probablemente acompañará a Macri, en el ticket presidencial, según nuestras fuentes,  Rogelio Frigerio.
Es el hijo de Octavio y el nieto de Rogelio, El Tapir.
El abuelito Frigerio fue el numen de aquella ideología superadora. Pero se extinguió sin misericordia cuando los desarrollistas fueron echados como mucamas del diario Clarín, que se jactaban de manejar. Los rajó la señora Ernestina, la “caprichosa” directora, junto al hombre fuerte que emergía en los 80, y que había traicionado al Tapir. Es Héctor Magnetto, El Tío de Pablito. Ambos hoy colaboran para catapultar a los nietos de aquellos que rajaron.
De ser viable el ticket Macri-Frigerio, Mauricio podría considerar que, al fin y al cabo, fue una suerte que Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no aceptara secundarlo. Era un privilegio que Mauricio le proporcionaba exclusivamente para que La Gaby no entorpeciera la sucesión del favorito.
Es Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Flores Sur.
La contienda se resuelve en poco más de un mes y se presenta, al cierre del informe, como la principal tachuela que irrita el zapato del Niño Cincuentón.

La larga espera

Se sugiere, por las dudas, no preparar aún las exequias políticas de Massa.
Al cierre del informe se aguardan desplazamientos en el peronismo aletargado. El movimiento domesticado, transformado en un piadoso partidito vegetal.
Aluden –los desplazamientos- a José De la Sota, El Cuarto Hombre.
Pero por supuesto lo incluyen sobre todo a Massa. E incluso a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol.
Ocurre que La Doctora Madura mantiene explícitas intenciones de sacarlo a Scioli de la carrera.
Como si el gobernador de la provincia inviable fuera el entregado Gustavo Marangoni, El 5 de Boca.
Porque Madura tiene el propósito de imponer, en carne viva y sin anestesia, el ticket Randazzo-Kicillof. El Loco y El Gótico juntos.
“¿Y Scioli?”. Todos se preguntan por Scioli.
En el peronismo vegetal están absorbidos, en gran parte, por el enigma de la espera.
A partir de su reconocida debilidad, los radicales de Gualeguaychú consolidaron una competitiva proyección centrista.Es un centro que, gracias a la insustancialidad teórica, se hace más de derecha. Por la necesidad práctica de La Doctora. Prefiere imaginarse de izquierda.Significa sugerir que el peronismo, de una vez por todas, tendría que ponerse los pantalones largos. Para dejar de ser arrastrado por Carlos Zannini, El Cenador. En representación de Olivos. Autodenominados dueños de “la lapicera”.

“Perdimos 15 años por esperar a Reutemann. No podemos perder otros diez años por esperar a Scioli”.
Lo confirma un congresal peronista de medialuna enarbolada. Se desplazó hasta Avellaneda sólo para ayudar en la resistencia a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Un responsable contagiado, también, por la melancólica emoción de la espera.

Garrochazos de Reutemann y Posse

“DANIEL, MAURICIO Y SERGIO” REMAKE: Impacto de Macri que afecta a Scioli y a Massa

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

Mientras La Doctora prepara sus últimos 45 días de centralidad, Mauricio, El Niño Cincuentón, se corta solo.
Macri comienza a distanciarse levemente de Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol. Y de Sergio Massa, Titular de la Franja de Massa.
La tropa macricaputista suele entusiasmarse con las encuestas que encarga afuera. Menos generosas que las que se hornean adentro.
Celebran el impacto favorable de haber anexado a Carlos Reutemann, Planta Permanente. Un símbolo.
“Rinden más los productos que proceden del deporte que los que proceden del espectáculo o los negocios”, confirma la Garganta.
Fue un golpe de efecto que afectó a Sergio, que parecía tenerlo. Queda en esta historia como el marido burlado.
Para Oximoron, el Efecto Reutemann afecta, sobre todo, a Daniel.
El mensaje es contundente: Mauricio abre la tranquera para facilitar el paso de los peronistas selectivos. Escogidos. Y despeja el garrochómetro.
Habilita, de pronto, otra pista para recibir garrocheros.

Por si no bastara, los macricaputistas celebran también el estético salto en garrocha de Gustavo Posse, El Hijo del Cholo.
Es el mini-gobernador de San Isidro. Abandona con reflexiones dolientes la Franja de Massa. Era previsiblemente hostigado por el cuñado, y por la venerable suegra del titular.
“Si saltaron Reutemann y Posse, pronto podrá confirmarse el salto en garrocha de Cariglino”, confirma otra Garganta.
Sobrecargado de ambiciosos postulantes para la gobernación, difícilmente Sergio pueda contenerlo.

Sergio, el acosado

En la dilatada miniserie “Mauricio, Sergio y Daniel” (cliquear), hoy Sergio es quien aparece como el más acosado.
Es el enemigo declarado de La Doctora. Pero también es el adversario que Daniel y Mauricio prefieren pasar al cuarto. Para confrontar entre ellos y dejarlo afuera.
Como si los protagonistas de la miniserie debieran ser dos, y no tres. Sólo Daniel y Mauricio, y descartar a Sergio. Por Clarín, que no termina de asimilarlo. Por el Papa, que se obstina en no perdonarlo. Y sobre todo por el volumen oportunista de la realidad.
Las garrochas, que surcaban el cielo en dirección del Tigre, cambian repentinamente el rumbo. Se dirigen hacia el Artificio Autónomo.
Aparte de Posse y de Cariglino, de La Compañía de Jesús, algún otro mini-gobernador de la Franja mantiene, según nuestras fuentes, franelas preparatorias. Con Emilio Monzó, El Diseñador. Escalón previo para ser recibido por El Niño Cincuentón.
Las encuestas lo bajan a Sergio del primer puesto al tercero. Y los garrocheros lo perciben. Tal vez le resulte, en adelante, más placentero correr desde atrás. Sin la tensa responsabilidad de ser el favorito. Faltan tramos sustanciales. Hay que cuidar el aire porque es una carrera de resistencia, lleva dos años.

Las señales seductoras de Mauricio hacia el peronismo confortan a los peronistas originarios insertados en el PRO. Algunos elaboraban cuestiones existenciales de identidad, al percibir que debían inclinarse, en exceso, ante los radicales.
Precisamente, por la garrocha de Reutemann, los radicales tienden a preocuparse. Mauricio ya puede recurrir a Planta Permanente para componer la fórmula. Y dejarlos en la banquina. Antes, incluso, de la programada reunión del 14 de marzo. Una salida que les sirvió para respirar, ganar un poco de tiempo y subirse el precio.
El fenómeno de los radicales despedazados también es llamativo y merece un informe propio.
La carencia de un liderazgo nacional paradójicamente los fortalece. Mientras se tupacamarizan, los radicales crecen. En vísperas de quedarse con porciones de poder que ni imaginaban. Gobernaciones, alcaldías, legislaturas en general. Beneficios absolutos que depara la ventaja de la fragilidad.

El Carismático y La Princesa

La conquista de la nación parece ser factible para el macricaputismo.
Pero los optimistas se ensombrecen por las aguas que caen turbias en el patio de la casa. En el plano doméstico.
Dificultades de la tortuosa sucesión en el Artificio Autónomo de la capital. Donde Mauricio supo comprometerse en demasía, al preferir a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Flores Sur. En la disputa con Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
El Niño Cincuentón quiso conformar a La Princesa con el caramelo de madera de la vicepresidencia. Pero es la segunda vez que se le retoba.
La primera fue cuando no aceptó desplazarse hacia los caminos políticos de Buenos Aires, la provincia inviable. Aún se lamentan los melancólicos revisionistas de la historia contrafáctica. Lectores fascinados por la prosa de Iván Petrella y las reflexiones poéticas de Alejandro Rozitchner. Aseguran que, si La Gaby se lanzaba en la provincia en 2013, Sergio no se lanzaba. Y la peligrosa Franja de Massa podía haberse evitado.
La puja interna entre El Carismático y La Princesa pasa a convertirse en el dilema sustancial de Mauricio. Coloca en pose de combate a Marquitos Peña, El Pibe de Oro, y ubica en la primera fila de la platea a María Eugenia Vidal, La Chica de Girondo.
Si Michetti le gana a Rodríguez Larreta, será interpretado, invariablemente, como una derrota personal de Mauricio.
La confrontación del 27 de abril marca, aparte, el límite mediático. El inicio del festival permanente de las campañas electorales que se multiplican. Dinámica que eclipsa, en definitiva, la centralidad dominante de La Doctora. A quien le queda poco más de un mes para imponer los caprichitos y las imposturas por cadena nacional. Un mes largo que La Doctora va a aprovechar abusivamente. Arranca el domingo, con el show parlamentario del 1° de marzo.

Final con Scioli

A esta altura, pese a la concatenación de maltratos, para Oximoron, Scioli es más útil para La Doctora que La Doctora para Scioli.
Pero ella no cesa de esmerilarlo. Es más una cuestión cultural que política. Le estampa en el rostro la súbita preferencia por Randazzo, El Loco. O por Domínguez, El Lindo Julián.
Cualquiera pero no Scioli, que persiste impávido, sin reaccionar ante las andanadas y los esmerilamientos (leer “El Enemigo, El Sucesor y El Esmerilado, cliquear).
La táctica del Líder de la Línea Aire y Sol ya cansa hasta a quienes aún lo valoran. Consiste en el quedantismo de aguantar y callar, mostrarse siempre en acción, y diferenciarse, apenas, con algún gesto.
En el fondo Scioli está condenado por no haberse comprado del todo ninguna de las peleas fundamentales. Ni con Clarín ni con la Justicia. Menos con Techint o la Sociedad Rural. Es consenso y no confrontación.
Para La Doctora, un Scioli candidato representa lo peor. El fracaso del cristinismo alucinante y radicalizado.

Guerra de Religión en Santa Fe

Relevamiento Federal, Santa Fe: Para frenar al PRO, socialistas y radicales necesitan que el peronismo se fortalezca.

Escribe Bernardo Maldonado-Kohen, sobre informe de Consultora Oximoron,

Especial para JorgeAsísDigital

 

Introducción. Ahora PRO quiere triunfar

El 24 de julio de 2011, después del extraño corte de luz, y gracias a los votos de Miguel Lifschitz que llegaron a última hora de Rosario, el Frente Progresista (alianza de socialistas y radicales) pudo retener la gobernación de Santa Fe.

El socialista Antonio Bonfatti emergía triunfante por los votos que le aportaba el camarada Lifschitz. El que Hermes Binner había postergado.

Por 60 mil votos de diferencia, Miguel Del Sel, el comediante improvisado como político, no se calzó la banda. Continuar leyendo

El bi-partidismo disperso

Peronismo y radicalismo. El blend peronista/radical

escribe Bernardo Maldonado-Kohen
sobre informe de Consultora Oximoron

En trazo grueso, en la Argentina persiste el bi-partidismo. Disperso, con ramificaciones y riesgos de balcanización.
Se asiste al desgaste simultáneo de dos culturas políticas. El radicalismo y el peronismo. Dos identidades de centro, que ocupan la casi totalidad del escenario.
En la práctica, la derecha clásica no registra existencia. Desde la orgiástica evaporación de la UCD, lo que quedó de aquella derecha liberal se fundió en el peronismo. O trata de integrarse en la selectiva urbanidad del PRO, que representa el espacio de centro derecha (aunque no lo asuma).

Lo que subsiste, en una sociedad impregnada del estereotipado progresismo, es una izquierda real, bullanguera y minoritaria. Se consolida en el ascendente Partido Obrero, y otros complementos menores. Es el partido que mejor explota, en la base asalariada y popular, el desgaste, sobre todo la indolencia, del peronismo vegetal. Verdad que preocupa a los pocos empresarios despiertos. Los que evocan, con cierta nostalgia, la flexibilidad negociadora del sindicalismo peronista. Para apuntarlo: merced al ascenso del trotskismo, los peronistas son indirectamente revalorados.

Fracaso, agotamiento y extinción

Sin embargo aquí el desgaste, por uso y abuso del poder, suele confundirse con extinción.
Por lo tanto predomina la fácil tentación de imaginarse innovadores. A los efectos de presentarse socialmente como expresiones de “lo nuevo”, en desmedro de “lo viejo”, que fracasó. Interpretación más inspirada en la eficacia generosa del marketing que en la profundidad del conocimiento.
Es la vertiente redituable que explota el PRO. Es el pilar de uno de los tres principales aspirantes a la presidencia. Gobierna hoy el Artificio Autónomo de la Capital, la localidad de Vicente López (en la Provincia Inviable), y un meritorio municipio cordobés.
Mauricio Macri, su titular, supo captar con inteligencia el electorado de capa media que respondía al radicalismo y a la UCD. Y erigirse, al mismo tiempo, en una suerte de esperanza blanca, una reserva moral del peronismo deteriorado. Ante el desgaste que arrastra años de monotonía en el poder, Mauricio pasó a explotar, con destacable habilidad, la moda del anti-peronismo, fundamentado y creciente, en una sociedad necesitada de encontrar culpables accesibles. Téngase en cuenta que el agotamiento se confunde no sólo con extinción. Se lo identifica, sobre todo, con el fracaso.

Pero desgasta mucho más la residencia en el desierto opositor. La carencia de poder nacional que padece el radicalismo, pese a contar con un rescatable posicionamiento en diversas provincias. Y capitales de provincia.
Por lo tanto el peronismo, por el costado pragmático, hoy se encuentra en mejor situación para sobrevivir a su propio desgaste. Puede dejar transitoriamente de lado las diferencias irreconciliables entre sus distintas tolderías, cuando sobreviene la campaña electoral y se discute el manejo concreto de los presupuestos. Para acomodarse, sin ir más lejos, detrás de Scioli.
El problema es que al peronismo se le independizó una Franja. La Franja de Massa. Con una propuesta improvisada, precipitada, Sergio Massa se las ingenió para vencer a la estructura de la sustancial provincia de Buenos Aires. 2013. En las castigadoras elecciones de medio término. Cuando se elegían legisladores y no estaban en juego los presupuestos ejecutivos. De todos modos el triunfo de la Franja marcaba una tendencia. Hoy cuesta mantenerla.

La importancia de la estructura

Los tres protagonistas de la consagrada miniserie -“Sergio, Mauricio y Daniel” - se parecen demasiado. Derivaciones, en la práctica, de la interna peronista, que arrastra y absorbe, en su dinámica, a la cultura radical.

Si Daniel hoy aparece como algo más fortalecido, pese al desgaste y a las carencias de gestión, es por la conservación de la estructura del Partido Justicialista Vegetal.
Del peronismo que La Doctora devalúa, y lo mantiene neutralizado, perentoriamente a su merced. Viene acompañado de la colección de sellos, de buscapinas venerables que conforman la fastuosidad del Frente para la Victoria.La progresía minoritaria que perfectamente podía haber participado de otro frente, con orientación radical. Como con aquella Alianza que en 1999 llevó a la presidencia a De la Rúa. Es carne de Frepaso, con la medialuna enarbolada, dispuesta a mojarla, en la taza del poder de turno.
Los otros dos, Sergio y Mauricio, más favorecidos por las encuestas y por los astros encarrilados, son también aspirantes centrales. “Del puerto” que atormentó en los equívocos iniciales del siglo diecinueve.
Uno es fuerte en la provincia inviable de Buenos Aires (Massa) y el otro es aparentemente imbatible en el Artificio de Buenos Aires capital (Macri).
Ambos tienen el desafío de conformar una estructura nacional. A los apurones. Y a expensas, por lo general, de la otra cultura política. La identidad radical, que conserva sus cuotas de poder en varias provincias y necesita mantenerlos. Y expandirse, de ser posible, con más legisladores, intendentes.
Es el sentido de “la batalla por los radicales” que libran.

El shopping y el blend

Con el cuento amarillo de representar “lo nuevo”, con el atributo de una imagen instalada que supera ampliamente al partido que lo sostiene, Mauricio sale de shopping por las provincias. A adquirir persuasivamente radicales en pié. O a reciclar el invento menemista de transformar en estadistas a los famosos de ocasión. Pero en la actitud del shopping se cruza con Sergio.
Con el riesgo, en el caso de Sergio, de no contener, en la nueva epopeya, a los peronistas especuladores que lo acompañaron para la epopeya inicial.
Aparte, hasta aquí, el blend peronista-radical nunca funcionó bien. Aunque la mezcla de vinos, en algún momento, la pregonara el propio Perón. El del último regreso. Cuando percibía que su triunfo personal representaba la víspera sombría del fracaso de la nación.
Puede certificar Lavagna acerca de las dificultades del blend. Es el peronista presentable, que en 2007 armó un blend con el radical Morales.
O Francisco de Narváez, que en otro blend desató el inicio de su declinación. Junto a Ricardo Alfonsín.

Tres del puerto

Daniel, Sergio y Mauricio son los tres personajes del puerto que acentúan la crisis de representación del llamado “interior”.
Los que no debieran justificarse, ni culpar a la supuesta influencia de los medios de comunicación, anclados en Buenos Aires.
Sería una manera de minimizar la proeza de Menem, desde La Rioja. O de Kirchner, desde Santa Cruz.
Los tres del puerto superan, en presencia y mediciones, a los otros exponentes valorables.
Por ejemplo a José Manuel De la Sota, o sea Córdoba. Consta que en el peronismo se le reconoce una magnitud de político superior. Una arquitectura intelectual bien desarrollada. Pero al cordobés, hasta hoy, no le alcanza para fundamentar su proyección nacional. De todos modos, De la Sota se dispone a jugar, según nuestras fuentes, su penúltimo cartucho.
O Hermes Binner, o sea Santa Fe. Un socialista mormón que se encuentra adherido al radicalismo carancheado, que estratégicamente hoy se despedaza. Y que arrastra, también, en la “tupacamarización”, a Cobos y Sanz, o sea Mendoza. Ambos deben decidir entre la situación límite de asumir la derrota, o anexarse en un blend. Con Sergio o con Mauricio, los que se resignan a la aventura del shopping de radicales, para armar en pocos meses la estructura convincente que aún les falta.

Tolderías porteñas

El macricaputismo, pendiente del lanzamiento de Gabriela Michetti para la sucesión de Mauricio.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari

Introducción
Relevamientos analíticos e informativos

Que se sepa, hasta el cierre del informe no se elevó ningún proyecto de ley destinado a modificar el calendario electoral en el Artificio Autónomo de Buenos Aires.
Como Salta, Misiones, Tierra del Fuego, Neuquén, Catamarca y Tucumán, el Artificio celebra su compulsa separada de la elección presidencial.
La especulación relativa a la conveniencia del método, para la proyección de Mauricio Macri, queda reservada a ámbitos académicos de sobremesa.
Con el primer relevamiento sobre los valores en pugna en el Artificio, Consultora Oximoron inaugura -por encargo del Portal- un recorrido informativo y analítico, a través de los territorios, desde Jujuy a Santa Cruz.
Relevamientos especiales de Oximoron para cada una de las 23 provincias, más el Artificio.
Distintas entidades personales que conforman el todo institucional que debiera entenderse como nación federal.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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1.- Riesgo Michetti

Trátase de la estrella central de la sucesión. La señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida. Tiene que decidir, acaso hoy mismo desde París, mientras asiste a celebraciones familiares, si se dispone a disputar por la jefatura de gobierno. Y lanza su campaña, por ejemplo el 12 de diciembre, para desazón de la estructura espiritual del macricaputismo, que se inclina -según la evaluación- por Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya. O si prefiere continuar con la succión dilatoria del caramelo de madera (espolvoreado con azúcar impalpable) de la vicepresidencia.
Es el ofrecimiento público de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. A los efectos de repetir, en el plano nacional, la fórmula consagratoria que les sirvió para desembarcar juntos en 2007. Aunque en dos años, en nombre del proyecto, Mauricio la convenció para que encabezara la lista de diputados.

Pero ahora trasciende que a Mauricio le cuesta cada día más persuadirla a Gabriela. O que acceda, al menos, a sus sugerencias, que antes se interpretaban como órdenes.
La Princesa descuenta que el macri-caputismo espiritual prefiere a su laborioso adversario interno. Rodríguez Larreta garantiza la continuidad del funcionamiento, la integridad de los quioscos.
Notables exponentes de la nueva política que destierra la vieja, nuestros macricaputistas siguen los lineamientos filosóficos que baja el pensador don Jaime Durán Barba, El Equeco. Atienden los dictados de los equipos de comunicación directa que responden a Marquitos Peña, El Pibe de Oro. Y se ajustan a la centralidad de la caja que orienta el menos conocido Edgardo Censón, estampillado como larretista pero con juego de piernas propio. Y se preocupan, todos juntos, con asombrosa unanimidad, al contemplar la inquietante fotografía de Gabriela en Recoleta, abrazada a la señora Elisa Carrió, La Demoledora, que se muestra transitoriamente mansa y amigable con el PRO, rigurosamente seducida por Mauricio.
“Pero después de hacer m…a UNEN, Carrió va a comenzar a derrumbar el PRO”, confirma la Garganta.
En el macricaputismo profundo se trata el riesgo Gabriela. Sobre todo cuando trasciende que entre sus colaboradores se discuten las tesis del estudio publicado por la pensadora Gabriela Massuh (“El robo de Buenos Aires”, Sudamericana).

2.- Caranchear radicales

“No te digo que Horacio le gana a Gabriela sin despeinarse porque es pelado”, confirma la Garganta irónica. “Pero si el aparato amarillo se mueve le gana sin problemas”.

De todos modos, lo mejor es hacerla vice-presidenciable. Crecer en soledad a través del bello cuento de la nueva política y de la tercera vía. Una estrategia que -para Oximoron- le garantiza al PRO el tercer puesto cómodo.
En cambio, si prospera el “constante carancheo a los radicales”, línea que encara Emilio Monzó, El Diseñador Acotado, y se avanza acaso en el espejismo de la fórmula de Macri con Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, la senadora Michetti se arriesgaría a quedarse sin la jefatura ni la vice. Anclada en el aburrimiento ostensible del senado. Aunque acompañada, en el venerable aburrimiento, por el peronista originario Diego Santilli, hoy Alejandro Lerner. Por el tema de Lerner que alude a la ceremonia civil de “Volver a empezar”.
En cambio Cristian Ritondo, El Potro, el otro peronista originario, resiste en PRO la onda impuesta del antiperonismo, y se lanzó también para la jefatura. Aunque es bastante permeable y podría aceptar, si le insisten un poco, colar de dos. Y acompañar a Gabriela si se larga (y lo acepta). Y si le insisten un poco más El Potro podrá acompañarlo también a Rodríguez Larreta, “el que va a ganar sin despeinarse”.
Sea con Gabriela u Horacio, en el macricaputismo reconocen, como máximo adversario potencial, a Martín Lousteau, El Personaje de Wilde que emerge como candidato poli-funcional pero sin partido. Aunque Lousteau hoy sea la joya que representa a lo poco que queda firme de UNEN. Junto a Cortinas, un audaz del socialismo mormón.
Cuando se trata la actualidad del radicalismo carancheado, brota cierto arrebato de nostalgia. Es carancheado por los macricaputistas, a través de Monzó, y por Sergio Massa en persona, el titular de la Franja de Massa, Renovador de la Permanencia. Sin intermediarios. Una temática ya abordada en “La batalla por los radicales”.

3.- Titanes de la Franja de Massa

Massa mantiene, en el Artificio Autónomo, sus propios representantes. Son dos titanes. Peronistas culturales expertos en juramentos que ya adquirieron sendos trajes azules. Titanes que cargan con varias juramentaciones encima, y buscan lícitamente renovarse con los renovadores.
Alberto Fernández, El Poeta Impopular, y Alberto Iribarne, El Embajador que No Fue.
El tercer héroe massista del distrito, según nuestras fuentes, es Diego Kravetz, El Lúdico, por su conocimiento sobre ruleteros y ruletas.
Kravetz compite con Alberto por las palmadas paternales en la espalda, y por la cantidad de mensajitos de texto, que reciben de Sergio.
Es Sergio, según nuestras fuentes, el presidenciable que más se divierte con los juegos previos.
El Lúdico y El Poeta Impopular compiten por avalar la promisoria candidatura del ascendente Guillermo Nielsen, El Polista.
Trátase de un economista lúcido, un polista sexagenario pero entero que supo ser el instrumento sustancial para las negociaciones del ministro Lavagna. Fue embajador de La Doctora en Alemania y tuvo algún stage en el sciolismo.
Al menos hasta el cierre del informe, Nielsen no se postula para jefe de gobierno. Opta por el consuelo viable de la diputación nacional.
Trasciende, aparte, que Nielsen sigue en tandem la estrategia que marca Alberto Baduán, El Jacobito. Es el habitante de otra toldería porteña de una sola carpa, bastante próxima a la toldería sin votos del albertismo. Y se incorpora también a la Franja de Massa.
“Nada de ir por la jefatura, es el momento de cazar una banca y estar adentro cuatro años”, confirma la Garganta que observa las tolderías.

4.- Asignatura pendiente de Daniel

Se habló de Mauricio y de Sergio. Falta tratar la toldería de Daniel. El tercer protagonista de la miniserie que anticipa el final -para Oximoron- de bandera verde.
Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, mantiene una asignatura pendiente con el Artificio Autónomo. Desde 2003, cuando sorprendió a los peronistas porteños que lo bancaban como propio, para irse como vicepresidente de Kirchner, El Furia. Hizo negocio. Hoy está transformado en El Milagro-Scioli, y se encuentra bien aspectado para la presidencia. Por su flamante relación con La Doctora, ya resignada, que le envió de regalo a Kicillof, El Gótico, con un casquito, y a los buscapinas de La Cámpora.
Daniel impulsa, para el Artificio, la candidatura de Gustavo Marangoni, El 5 de Boca. Trátase de uno de los escasos sujetos del universo que se encuentra capacitado para captar la misteriosa ideología subyacente del aire y del sol. Marangoni orienta al ateneo “Coppertone para Todos” y representa, al menos, una alternativa visual nada desdeñable si se lo compara con Daniel Filmus, El Psicobolche I, un perdedor serial que está siempre listo para ponerle el rostro valientemente a otra derrota.
Sin embargo, si Daniel no logra instalarlo con fuerza al 5 de Boca, mantiene en el banco de suplentes, por las dudas, a Jorge Telerman, El Peladito de Badía, ex alcalde. Es otro migrante del peronismo cultural que repite, con Scioli, la vocería que supo cultivar anteriormente con el extinto Cafiero y con Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Es de esperar que esta tercera vez sea la vencida. Que Telerman tenga, con Scioli, mejor suerte que con Cafiero y Duhalde, dos segundos.

La toldería anaranjada del airesolismo tiene que conciliar posiciones con el Peronismo de Consorcio que enaltece a Santamaría con sus eficientes “encargados de edificios”. Santa María tampoco tiene votos pero cuenta, por lo menos, con un buen salón de actos y una presentable universidad. Aparte de ponerse en el bolso al Peronismo de Consorcio, Daniel tiene también que ofrecer generosamente los lugares que se apropie La Doctora para los buscapinas de Unidos y Organizados y sobre todo de La Cámpora, que amenazan con preparar el lanzamiento de Cabandié, El Correctivo, y sumarlo al de Jorge Taiana, El Canciller Inadvertido.
El informe sobre las tolderías porteñas concluye necesariamente con una alusión a la carpa de De la Sota, El Cordobés Profesional, que juega también en la liga grande pero no aparece hasta ahora en la pantalla. Pero mantiene una carpa divertida que contiene las ocurrencias circulares de Julio Bárbaro, El Reciclado Invariable.
Bárbaro brinda cotidianas lecciones de peronismo cultural a través de las emisiones televisivas del cable. Según la evaluación, aún suele cautivar a las damas de cincuenta años para arriba, buenas señoras que deciden abrirse hacia lo nacional y popular, a los efectos de incorporar ciertas experiencias estremecedoras, vibrantes.