La caída del Partido Justicialista bonaerense

Karina Rabolini se prepara para recorrer el país, Daniel Scioli la provincia.

Es una postal que refleja que la caída de los “barones” se ha trasladado a Aníbal Fernández, hunde a Scioli y puede reproducir el escenario de 1983, esta vez con la derrota del Partido Justicialista (PJ) a manos del macrismo.

La reacción de Scioli ha sido anunciar un futuro gabinete de garantías al gran capital. Con Miguel Bein y Mario Blejer, los hombres del FMI, al lado de Alberto Pérez y Silvina Batakis, los mariscales de la provincia inundable. Con Jorge Sapag, el hombre de las petroleras en la Patagonia, con Diego Bossio, para garantizar el repago de la deuda con fondos de los jubilados, con un Daniel Filmus para seguir acompañando las leyes menemistas en educación. Con Miguel Peirano, el hombre de la ultradevaluacionista Techint que ha producido mil despidos en lo que va del año en Campana.

La Batakis, ministra de Economía bonaerense, con la que la Gran Makro -los economistas de Axel Kicillof- busca disimular a Blejer, es bien conocida por la educación bonaerense, que le quebró la rebaja nominal de salarios con una formidable huelga general.

Scioli ha prometido también un pacto social con la burocracia sindical adicta, que va de Antonio Caló a Hugo Moyano, a través de Omar Plaini. Con el golpeado Hugo Curto, que garantizó silencio ante los 1300 retiros-despidos en Peugeot en el último año y medio. Continuar leyendo

Indulto a la flexibilidad laboral y a las cajas negras de la SIDE

Pontaquarto fracasó. A pesar de brindar hasta el último detalle del monto total, del origen, de la ruta del dinero, el destino de las coimas y las cifras asignadas a cada uno de los senadores beneficiarios y muchas otras evidencias, él y todos los responsables de las “coimas del Senado” quedaron absueltos. Pruebas y fiscales que las aportaron fueron pasados por arriba, y hasta los acusadores y testigos corren peligro de ser acusados ahora de “armar una falsa y disparatada causa” -lo que establecería una advertencia poderosa a futuro para quienes estuvieran pensando en sacar los pies del plato.

La prensa ha puesto su eje en la “impunidad”, pero ni siquiera desde este estrecho punto de vista se llega hasta el final. Omiten que la redacción de la ley Banelco salió de las oficinas de Techint. Javier Tizado, personero de Paolo Rocca, nombrado secretario de Industria por el gobierno de la Alianza, fue el redactor de una reforma laboral que legalizó los preciados convenios por empresa. La Nación llegó a publicar que “los fondos de los sobornos habrían salido de una importante empresa”.

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