Igualdad para empoderar al pueblo

La puesta en marcha del Plan PROG.R.ES.AR constituye un nuevo derecho para los jóvenes entre 18 y 24 años que no trabajen, que lo hagan informalmente o que tengan un salario menor al vital y móvil y que su familia posea iguales condiciones para iniciar o completar sus estudios en cualquier nivel educativo. Asimismo, brinda asistencia para la inserción laboral a través del Ministerio de Trabajo y el cuidado de los hijos a cargo, a través del Ministerio de Desarrollo Social cuando fuere necesario. Sin dudas, esta medida ayudará a reducir el desempleo juvenil, que actualmente arroja un valor de 18,1%. Este guarismo es un desafío a mejorar ya que el desempleo total se ubica en un valor inferior (6,8%). Desgraciadamente, la medida quedó desdibujada por los grandes medios de comunicación, más preocupados por influir sobre expectativas devaluatorias  publicando “cotizaciones” del dólar ilegal que por analizar los posibles impactos redistributivos de una medida de alcance nacional.

Como la Primera Mandataria señaló en su último discurso, este plan ayudará a reducir el Índice de Gini. Este coeficiente es un número entre cero y uno donde cero se corresponde con la perfecta igualdad  y el uno con la perfecta desigualdad.  Según el Informe de Desarrollo Humano realizado por la ONU, el país que más se acerca a la situación de igualdad es Noruega (0,226) y el que más lejos se encuentra es Seychelles (0,658). En la región, la media del coeficiente es de 0,4782, los países más desiguales son Perú (0,547), Paraguay (0,543) y Colombia (0,535). Por otro lado, los más igualitarios son Venezuela (0,388), Uruguay (0,434) y Ecuador (0,458)

En la última década, la desigualdad se redujo exponencialmente. El coeficiente de Gini para el tercer trimestre de 2013 arrojó un valor de 0,381 (el más bajo de la región) y en el tercer trimestre de 2003 se ubicaba en 0,475. Esto representa una reducción de la desigualdad de casi 20%.

Este cambio, naturalmente, no se produjo por arte de magia sino por una deliberada política de estado en acciones concretas: inclusión y movilidad jubilatoria o AUH entre las principales. Actualmente, más de 3.500.000 chicos son beneficiarios de esta asignación.

A esto se suma la Asignación por Embarazo para protección social destinada a aquellas embarazadas a partir de la duodécima semana de embarazo y ya fue otorgada a más de 64.000 mujeres. Un dato a tener en cuenta es que las trabajadoras incorporadas en el Régimen Especial de Seguridad Social para Empleadas de Servicio Doméstico y que perciban un salario menor al mínimo vital y móvil ($3600), también pueden acceder a esta prestación.

Para llevar a cabo todas estas medidas fue necesaria la estatización de las AFJP en el 2008. A su vez, era necesario que el ahorro de todos los argentinos se canalizara en actividades productivas o en políticas que ayudaran a reducir la desigualdad en nuestro país.

Asimismo, según el MTEySS  en la actualidad existen más de 5.450.000 jubilados y pensionados. La Ley de Movilidad Jubilatoria se aplica automáticamente dos veces al año  y comprende a todas las prestaciones a cargo del SIPA. Es importantísimo recalcar que la aplicación del índice de movilidad podrá reducir la disminución del haber que percibe el beneficiario; ni siquiera en aquellos períodos en los que la evolución de las variables económicas fueran negativas. Esto es fundamental para no regresar a las políticas neoliberales donde la primera variable de ajuste fue siempre el sector pasivo de la población, y en consecuencia más vulnerable.  Actualmente, el haber mínimo jubilatorio es de $2477, siendo el último aumento de más del 14%. Un claro número que refleja las políticas a favor de los jubilados es el valor del haber mínimo hace 10 años: en enero de 2004 se ubicaba en 240 pesos, lo que implica un aumento de más de 932%.

Como señaló la Presidenta en una de sus últimas intervenciones públicas, y en alusión a las estampillas sobre la “década ganada”, estas medidas no son de un gobierno en particular, ni del Congreso que sancionó algunas leyes, sino de la sociedad toda. Y es realmente necesario empoderarla para que, aunque distintas fuerzas políticas ocupen el sillón presidencial y el Parlamento, se tome conciencia de que la inclusión social debe ser el horizonte hacia el cual apunte cualquier fuerza política, porque un país que se ocupa de sus niños, jóvenes y ancianos es un país con mayor bienestar en el futuro.

La UBA de cara al pueblo: éxitos y desafíos

En 2011, luego de 7 años, la Universidad de Buenos Aires (UBA) realizó un censo de alumnos como parte de un plan para contar con información actualizada sobre la matrícula real de la universidad, los cambios en los perfiles y las trayectorias académicas de la población estudiantil. La información de este censo se actualiza a través de un Sistema de Información Permanente. Los datos que arroja este censo son una buena oportunidad para comparar el cambio en la población universitaria en estos años en los cuales hubo importantes reorientaciones en la forma de ver el proyecto de país, en tanto hasta el 2003 los gobiernos de corte neoliberal llevaron adelante políticas de desfinanciamiento de las universidades nacionales.

Empezando por los estudiantes de grado, hubo diversas facultades que cobraron importancia: Ciencias Exactas y Naturales aumentó del 18% respecto a 2004, Agronomía el 16% y Arquitectura aumentó el 8%. Por otro lado, las casas de estudio que vieron una merma en su matrícula son Ciencias Económicas (reducción del 19%) y Derecho (reducción del 24%). Otro guarismo relacionado es que el 3,1% del estudiantado tiene algún tipo de beca y que esta proporción es superior en las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales, en la cual los alumnos señalan a la beca como principal fuente de sus ingresos, Farmacia y Bioquímica y Odontología. Estas becas pueden ser otorgadas por la misma universidad o provenir de otras fuentes ajenas a ésta. Por último, el 5,5% de los alumnos declara participar en proyectos de investigación. Esta proporción es mayor en Ciencias Exactas y Naturales (20%) y Agronomía (15,5%). Estos datos son una prueba más de que, desde 2003 en adelante, hay claros incentivos para desempeñarse en actividades productivas en detrimento del sector servicios y/o financiero.

Un indicador que llama la atención es la composición de estudiantes extranjeros en la universidad. Si bien el 96% de los estudiantes censados son argentinos, de los estudiantes extranjeros el 25% proviene de Perú, el 18% de Bolivia, el 11,3% de Paraguay y el 8,8% de Chile. Estos porcentajes promueven dos conclusiones. En primer lugar, la calidad de la educación superior argentina respecto al resto del continente (no es un dato menor que el 12,9% de los estudiantes extranjeros se encuentren en la Facultad de Medicina); y en segundo lugar demuestra la política de integración regional que lleva a cabo el gobierno nacional, en el cual hay libre movilidad de recursos humanos dentro de Latinoamérica.

Un aspecto a mejorar en términos de inclusión es la alta proporción de alumnos que se desempeñan como docentes ad-honorem. Actualmente, el 6,4% del estudiantado tiene actividad docente como ayudante pero el 85,3% se desempeña sin percibir renta alguna. Estas tendencias se reproducen en todas las facultades excepto en la de Ciencias Exactas y Naturales, donde el 93% de los ayudantes perciben algún tipo de renta.

Otro desafío de acá en adelante es promover la inclusión de jóvenes cuyos padres no terminaron sus estudios superiores, ya que la proporción de los estudiantes con estos niveles (ya sea universitario o terciario) es del 49%. Si bien en estos 10 años se crearon 9 nuevas universidades que absorben gran parte de la primer generación de universitarios de una familia, es hora de que toda la comunidad académica trabaje hacia un sistema de educación superior más inclusivo. El Gobierno Nacional parece orientado a dicho objetivo, ya que la jefa de Estado señaló en uno de sus discursos que “el compromiso no es sólo político sino también moral para profundizar la distribución del ingreso y que llegar a la universidad sea una decisión personal y no solo el destino de haber nacido en un hogar con recursos”.

Durante la década del noventa, a la par de las privatizaciones de las empresas del Estado, fueron tomadas medidas orientadas a la privatización de la educación superior y ésta era vista como una mercancía sometida a las leyes de mercado. En el 2003 la educación dejó de ser un gasto para pasar a ser una inversión, destinándole un 6,5% del PBI, y por primera vez un gobierno incentiva la capacitación permanente de los docentes universitarios abonando un extra de 15% para los docentes que poseen un doctorado y un 5% para quienes tienen un título de maestría. Es necesario incorporar estos debates en los claustros estudiantiles y docentes y que se interpreten todos estos avances, a la par de los desafíos que resten por delante, como herramientas genuinas de inclusión social.

Agrandar el Estado para que crezca la nación

El título de este artículo es una leve adaptación a la tristemente célebre frase “Achicar el Estado es agrandar la nación” del ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz durante la última dictadura cívico militar. Una de sus primeras medidas fue el congelamiento de salarios, lo que provocó que el ingreso de los trabajadores cayera un 40% entere 1976 y 1980. Asimismo, se sacaron los controles de precios, se redujeron las retenciones a las exportaciones y se inauguró una de las etapas más negras de la historia argentina a través del endeudamiento con organismos internacionales. Con estas medidas, se puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a las empresas junto con un proceso de acelerada (y deliberada) desindustrialización.

Si bien las consecuencias de estas medidas (y su profundización en la década del noventa) fueron nefastas para los sectores populares de la sociedad, en diversos sectores de poder se insiste en retomar esta filosofía neoliberal en detrimento de las políticas keynesianas de estímulo a la demanda que toma el gobierno nacional.

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Década ganada versus modelo agotado: de la teoría a la práctica

Ayer se recordó y festejó masivamente los diez años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, y a pocos meses de las elecciones legislativas, se encuentra más vigente que nunca el debate sobre si el modelo está o no agotado. El gobierno y sus simpatizantes hablan de una década ganada y argumentan que hay que profundizarlo, mientras que la oposición sostiene que el modelo económico ha cumplido un ciclo.

¿Ante qué escenario estamos?

Antes de realizar un análisis de los números, es necesario hablar del marco teórico del que se nutre cada referente, ya sea de la oposición o del oficialismo. Muchos de los economistas de la oposición, provienen de escuelas ortodoxas que destacan ciertos principios con poco sustento empírico. Una de las más conocidas de ellas es: la emisión monetaria genera inflación, y recurrentemente suelen usar la clásica receta de la devaluación cuando las cosas no marchan como ellos esperan. Los referentes de estas escuelas son, entre otros, Milton Friedman y Friederich Hayek. En un país como la Argentina, sin embargo, la mayoría de estas políticas son destructoras de la capacidad productiva.

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Una nueva zoncera: falta inversión en infraestuctura

Si bien el Manual de zonceras argentinas fue escrito en 1968 por Arturo Jauretche, en estos últimos 10 años salieron nuevas “zonceras”. Una de ellas es que no se invierte lo suficiente en infraestructura.

Como es sabido en el ámbito académico, usar solamente los datos más “duros” (tasas de crecimiento del PIB y de la inversión) para analizar el crecimiento de un país en los últimos años es una metodología correcta, aunque muchas veces puede resultar incompleta y llevar a conclusiones erróneas. Por lo tanto, es necesario agregar otros indicadores de desarrollo para que el análisis sea más profundo.

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Nosotros, ella, vos y yo: sobre la solicitada de De Narváez

El miércoles pasado, luego de cuatro días “más tranquilos que de costumbre” en términos de noticias, la opinión pública se desayunó con la solicitada del diputado Francisco de Narvaez titulada “Ella o Vos”. Ya, desde su título, la solicitada se expresa como si la Presidenta no fuera parte de un gobierno elegido democráticamente que representa a todos los argentinos. Esta solicitada contiene varios enunciados sobre distintos temas de la actualidad nacional, que considerados con detenimiento, son fácilmente refutables.

Cuando se refiere al país de “ella”, habla de una Argentina presuntamente sometida a los caprichos de la Presidenta “que pretende reformar la Constitución y que gobierna según el humor con el que se despertó a la mañana”. Claramente, la Presidenta no gobierna según su humor, ya que desde 2003 en adelante se sigue una misma política en diversos aspectos sociales, políticos, económicos, que marcan un denominador común vinculado a la defensa de los intereses nacionales por sobre las ambiciones corporativas, siempre priorizando a los más humildes. Resulta a esta altura redundante señalar que sobre la modificación de la Constitución Nacional, la primera mandataria nunca se refirió al respecto.

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