Santa Fe: una campaña corrida hacia la derecha

Octavio Crivaro

La campaña de Binner a favor de un supuesto “país normal” sería risueña si no tuviera ribetes dramáticos: toda la estructura policial santafesina está infectada por los negocios del narcotráfico y la trata de personas. El brutal atentado con catorce balazos contra el mismísimo gobernador Antonio Bonfatti confirma hasta qué punto los grupos de narcos armados y con gran logística gozan de impunidad y libertad de acción.

Además, en el supuesto “país normal” de Binner también hay grandes ganadores y grandes perdedores. Los gigantes como Cargill no pagan Ingresos Brutos, mientras el 75% de los trabajadores del Gran Rosario sufre el desempleo, subempleo o sobreempleo. Ganancias exorbitantes e hiperexplotación van de la mano: Binner es un títere de los empresarios.

Por si quedaran dudas de su derechismo, luego de responsabilizar a los inmigrantes por la pobreza, su excandidata a vicepresidenta, Norma Morandini, realizó un acto por la defensa de los derechos humanos en Venezuela con los referentes de la derecha que apoya al “escuálido” Capriles. Binner ya había elogiado a la derecha pro yanqui del país caribeño, pero no había llegado al colmo de reivindicar los derechos humanos con sectores golpistas. Ahora sí.

De la derecha a boxes y de boxes a la derecha

A Lole Reutemann suelen llamarlo un “tiempista” de la política, lo que es un eufemismo para no mencionar la cobardía que lo empuja a aparecer solamente en condiciones favorables. Así, luego de un largo enclaustramiento, sale a la luz porque brilla en el firmamento peronista la nueva estrella, Sergio Massa. Juntos, de hecho, corrieron a arrodillarse ante los altares de soja de la Mesa de Enlace. Lole, que fue íntimo amigo de Menem, sigue siendo uno de los “grandes electores” para traccionar votos de los sectores más conservadores del peronismo. El massismo santafesino, encabezado por Raúl Carignano, propone como gran medida llenar de cámaras de seguridad y fortalecer a la policía narco. Todo dicho…

El Kambalache

La aparición del ex Fórmula 1 sirvió, sin embargo, para que Obeid intente sacar un as de su manga derecha. Sostuvo que era auspicioso que Lole se meta en la campaña y que sería bueno que ayude al peronismo a recolectar votos. Sabe de lo que habla: fue reutemista, luego se hizo K, luego se fue nuevamente a la chacra reutemista, y más luego volvió a ser K. Un hombre de principios. Debajo de este mascarón de proa menemista, que simboliza el giro a derecha K, completan la lista la hija de desaparecidos Josefina González y el ex detenido desaparecido (y vicerrector de la UNR junto a la UCR) Eduardo Seminara. Estos sectores, lamentablemente, juegan el rol de decorar con guirnaldas progresistas una lista que se propone recuperar (sin frutos) votos que se fueron por derecha a Del Sel y el PRO.

El progresismo K camufla un kirchnerismo “reutemizado”. Frente a una campaña derechizada de los grandes partidos tradicionales, el FIT levanta las demandas de los trabajadores, la juventud y las mujeres, reivindicando la lucha por terminar con la precarización laboral, por el aborto seguro, libre y gratuito y para enfrentar los ataques y el ajuste que preparan los empresarios y los gobiernos.