Un debate que atrasa

En las últimas semanas hemos asistido a una especie de “ley de la selva”, donde todo vale. Donde el “horror” se apodera de nuestras calles. Instalándose, por parte de algunos, una discusión entre linchamientos sí o linchamientos no. Claramente no puede haber medias tintas en esto, los linchamientos, lisa y llanamente, son el horror. Debemos ser muy cuidadosos y serios al momento de analizar esta realidad. Y un pueblo que vivió el horror como el nuestro, no puede siquiera analizar si esto es, o no, un acto de barbarie. Quienes buscan justificar esta realidad, lo hacen desde el pensamiento especulativo y demagógico, buscando satisfacer los oídos de muchos. Pero yo no lo haré. Condené, condeno y condenaré todo acto de barbarie, y este es uno.

De la misma manera que me opongo rotundamente a que la justicia se transforme en la playa de estacionamiento, por un par de horas, de aquellos que deciden delinquir sin importarle el daño a causar, cuando en estos últimos diez años de crecimiento económico con inclusión social, con acceso a la educación y a la salud pública, con la instauración de diferentes programas sociales, como por ejemplo la Asignación Universal por Hijo, marcan claramente una Argentina en la que delinquir se transforma en una opción y no en una consecuencia lógica de una sociedad excluyente.

El punto clave en este debate de hoy es la necesidad de contar un Poder Judicial más democrático, entendiéndose por ello la implementación de juicios por jurados para los delitos violentos, las audiencias de excarcelación y libertad condicional, oralizar completamente los procesos judiciales para que los conflictos que los ciudadanos no puedan resolver en sus ámbitos particulares, tengan una resolución rápida y eficaz; como así también en la elección de los representantes del ministerio público fiscal por voto directo en cada distrito.

Por otro lado, las puertas giratorias son un hecho cabal, no una ficción construida por los medios de comunicación. La respuesta al hartazgo social a esta lamentable situación no puede ser el linchamiento. El delincuente al que salvó el actor Gerardo Romano de que la “golpiza” en plena vía pública, estuvo detenido algunas horas. En este caso particular, y en muchos casos en general, los jueces en lugar de ser los responsables del ordenamiento jurídico y del cumplimiento de las leyes y normas vigentes, son meros espectadores de la realidad cotidiana.

No existe paz social sin el claro compromiso de la Justicia en su conjunto de resolver esta problemática, haciéndose responsable de la tarea que debe llevar adelante. ¿Acaso no será este el momento de cambiar? ¿No será que hay que llegar al horror para que comiencen a asomar las soluciones de fondo? ¿No habrá llegado el día en que los jueces dejen de ser libres pensadores para pasar a ser servidores del pueblo?

¿No habrá llegado la hora de discutir una profunda reforma que nos lleve a la verdadera democratización de la justicia? Como dirigentes políticos debemos dar una respuesta contundente. Los linchamientos no pueden ser la respuesta para combatir a los delincuentes. La construcción de un Poder Judicial más democrático, debe ser el camino inicial. La sociedad nos mostró claramente hasta dónde puede llegar. Llegó el momento de que aquellos que creemos en la política como instrumento de transformación miremos cara a cara a la gente, y pongamos, entre todos, manos a la obra.

Vacaciones de invierno: prevenir para descansar

Cuando llegamos al mes de julio, bastante agotados luego de medio año de trabajo, y esperando ansiosos la llegada de las vacaciones de invierno para disfrutarlas con nuestros hijos o amigos, tenemos que realizar un último y valioso esfuerzo.

Consiste en tomar algunos recaudos y prevenciones para que nuestros quince días de descanso no traigan malas noticias y podamos prevenir cualquier mal trago. Es por eso que quiero compartir algunos consejos sobre seguridad en invierno, para pasar unas vacaciones tranquilas y con mucha alegría. Para ayudar a que esto suceda, hay una serie de recomendaciones que debemos tomar nota:

  • La casa tiene que estar como si estuviéramos nosotros en ella. Por ejemplo: evitar la acumulación de correspondencia o periódicos que son una clara muestra de que no hay nadie habitando la casa. Lo ideal es avisar a un vecino de confianza que estará ausente por unos días.
  • Regar el jardín y mantener el césped corto y sobre todo en esta temporada del año, no dejar que se acumulen las hojas de los árboles y las ramas de la poda.
  • Si hay un casero, en el caso de que un extraño toque timbre y pregunte por los dueños, que esta persona se encargue de destacar que “van a volver más tarde”.
  • Lo mismo para los llamados telefónicos. Respuestas ambiguas, no contar ningún dato concreto.
  • Si posee una alarma instalada, haga chequear y revisar su funcionamiento previo a la partida.
  • Evitar comentar los planes y las fechas de vacaciones en lugares cotidianos tales como la peluquería, panadería, o el supermercado. Aquí se puede filtrar información en la que cualquier desconocido puede estar tomando nota.
  • En el caso de las redes sociales (Facebook, Twitter), evitemos que nuestros hijos suban las fotos del lugar donde estamos vacacionando. Acá estamos trasmitiendo en vivo y en  tiempo real que en nuestra casa “no hay nadie y pueden venir cuando quieran”.
  • A la hora de cargar el equipaje, hay que tratar de no exhibirlo públicamente. Si no se tiene cochera ni rejas, hay que hacerlo con mucha prudencia y en hora de poco tránsito vehicular y peatonal.
  • No dejar luces prendidas dentro de la casa o el departamento. La luz termina  perjudicando la situación porque se ve claramente que no hay movimiento dentro de la habitación que se trasluce por la ventana.
  • Desconectar o anular el timbre.
  • Dejar las ventanas y las cortinas como si hubiese alguien en la casa. Si quedan herméticas estamos evidenciando que no hay nadie.

Para finalizar, vale destacar que si alquilamos una casa o un departamento ya sea en la costa, en la Patagonia o en el norte de nuestro país, es esencial disfrutar de las vacaciones, pero no podemos relajarnos totalmente como si la inseguridad no formara parte de nuestros problemas cotidianos. La atención y la precaución pueden prevenir una mala noticia en horas de descanso. Y un consejo fundamental es evitar el uso de efectivo. Utilizar las tarjetas de débito o de crédito, y llevarlas en un lugar diferenciado, en lugar de la cartera o la billetera.

Estos consejos útiles y prácticos tienen como objetivo aumentar la seguridad de las personas en la vida cotidiana, especialmente en vacaciones, donde nuestra atención puede verse adormecida.