Cuba, un tiempo que se repite

Hay quienes afirman que la historia no se repite; sin embargo, es fácil encontrar en su devenir analogías y similitudes, lo que confirma el aserto de que “hay que conocer la historia para no repetirla”. Por supuesto que los sucesos no se reproducen con exactitud, porque cada período tiene sus especificidades y sus personalidades; empero, hay elementos casi constantes que hacen evocar el pasado, así como una especie de espíritu de la época que se reedita y conserva valores fáciles de identificar en las vivencias de cada pueblo.

La historia de Cuba no es una excepción. En ella hay elementos constantes que conforman su quehacer nacional, a pesar de los nuevos escenarios y actores que se sucedan. Hay situaciones que parece que se reproyectan, como si se contemplara una película reconstruida sobre otro ambiente.

Hay una singularidad en el pueblo cubano de fácil verificación y es la capacidad que posee para involucrar en sus conflictos domésticos a países extranjeros, con independencia de la inclinación intervencionista o mediacionista que puedan tener esos Estados.

Los cubanos han sido hábiles en internacionalizar sus conflictos y el reciente restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos lleva a evocar el Tratado de París, pero también la mediación de Sumner Welles en la crisis nacional de 1933. Continuar leyendo

Populismo made in USA

Estados Unidos es el escenario de una campaña muy singular en la que se debaten dos propuestas populistas antagónicas en origen y objetivos, abanderadas por sendos candidatos con caracteres y proyecciones que no pueden ser más diferentes.

Otro aspecto de interés es que, aunque los discursos y sus respectivas propuestas son radicalmente opuestos, ambos parecen contar con suficiente respaldo para que cada uno de sus líderes aparenten tener posibilidades de éxito, lo que demuestra que al menos un importante sector del electorado estadounidense está a favor de cambios radicales con orientaciones disparejas.

En los países latinoamericanos, predios favoritos de caudillos cargados de promesas con poca capacidad y menos disposición para cumplirlas, muy pocas veces, si es que ha ocurrido, se ha presentado más de un hacedor de sueños en una misma elección como acontece este año en el país más poderoso del mundo.

El populismo no es precisamente la expresión de una doctrina determinada. En ocasiones es una mezcla de ideas y propuestas difíciles de encasillar. Por ejemplo, Benito Mussolini trasmutó de líder socialista a dictador fascista y Fidel Castro, con un discurso nacionalista y de justicia social, impuso una autocracia sostenida sobre normas marxistas. Continuar leyendo