Cuba, un tiempo que se repite

Hay quienes afirman que la historia no se repite; sin embargo, es fácil encontrar en su devenir analogías y similitudes, lo que confirma el aserto de que “hay que conocer la historia para no repetirla”. Por supuesto que los sucesos no se reproducen con exactitud, porque cada período tiene sus especificidades y sus personalidades; empero, hay elementos casi constantes que hacen evocar el pasado, así como una especie de espíritu de la época que se reedita y conserva valores fáciles de identificar en las vivencias de cada pueblo.

La historia de Cuba no es una excepción. En ella hay elementos constantes que conforman su quehacer nacional, a pesar de los nuevos escenarios y actores que se sucedan. Hay situaciones que parece que se reproyectan, como si se contemplara una película reconstruida sobre otro ambiente.

Hay una singularidad en el pueblo cubano de fácil verificación y es la capacidad que posee para involucrar en sus conflictos domésticos a países extranjeros, con independencia de la inclinación intervencionista o mediacionista que puedan tener esos Estados.

Los cubanos han sido hábiles en internacionalizar sus conflictos y el reciente restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos lleva a evocar el Tratado de París, pero también la mediación de Sumner Welles en la crisis nacional de 1933. Continuar leyendo

En memoria de los 9 mártires de la rastra de la muerte

Cuba, 22/4/61

En este aniversario número 55, más que la conmemoración de una acción militar contra una dictadura, se evoca la concreción de un compromiso de cientos de cubanos que abandonaron su país para enrolarse en una misión en la que arriesgaban la vida, con la sola ambición de derrocar un régimen contrario a las convicciones democráticas que los alentaban.

No buscaban una vida mejor, no ambicionaban mejoras económicas o el disfrute de libertades perdidas en suelo extranjero. Viajaron para prepararse militarmente, al igual que hicieron otros antes y después, que sólo abandonaron las costas cubanas para regresar a ellas combatiendo la dictadura.

De la Brigada se ha escrito mucho, se han hecho documentales y sesudos analistas de diferentes nacionalidades e ideas políticas han sacado sus conclusiones, pero esta nota sólo tiene un objetivo: destacar la valentía y el sentido del deber de los hombres que dejaron estudios, familia y trabajo para cumplir con sus obligaciones.

Arribaron a Estados Unidos por diferentes vías y momentos. Estaban dispuestos a cumplir la asignación que fuera más útil para la causa que enarbolaban y todos, más allá de antiguas militancias políticas, aceptaron el reto de unirse en la acción para ser más efectivos en el combate. Continuar leyendo

Sin novedad en el frente

Así podría escribir un cronista sobre el inmovilismo de la dictadura ante los esfuerzos del presidente Barack Obama de flexibilizar las sanciones vigentes en contra del régimen insular, en la confianza de que el Gobierno de los hermanos Castro dispondrá medidas que promuevan el establecimiento de una sociedad democrática y con respeto a los derechos ciudadanos.

Una apretada síntesis de las disposiciones del Gobierno de Estados Unidos que benefician a la dictadura va desde la excarcelación de tres espías convictos, uno de ellos por conspiración de asesinato, la eliminación de Cuba de la lista de países terroristas, la supresión de medidas que restringían el comercio y la ampliación de las relaciones económicas, el restablecimiento de relaciones diplomáticas y un viaje presidencial que el Gobierno interpreta, así lo informó el diario Granma, como una victoria de la “revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico”.

La dictadura pretende que Estados Unidos resuelva los graves problemas económicos que enfrenta sin reformas estructurales que pongan en peligro el poder que detenta y menos aún aperturas políticas que quebrarían un régimen agotado, que sólo sobrevive por la represión y la desesperanza de la población. Continuar leyendo

Washington y La Habana

La visita del presidente Barack Obama a Cuba obliga a un examen apresurado de la forma en que ambos Gobiernos han tratado sus diferencias de más de medio siglo.

Estas dos capitales representan modelos ideológicos, políticos y sociales antagónicos. Sin embargo, no significa que sus respectivos pueblos sean enemigos, como han sido sus líderes por décadas, a pesar de que desde La Habana se instrumentó una política estatal contra Estados Unidos y lo que representa.

La enemistad entre ambos Gobiernos estuvo signada por la violencia. La Casa Blanca se empeñó en destronar a la dinastía de los Castro, pero el clan de Biran, aun antes de llegar al poder, había manifestado que su verdadero enemigo sería Estados Unidos en cuanto triunfara la insurrección.

Si Washington instruyó, armó y financió operaciones militares contra la dictadura castrista, sus enemigos de Cuba apoyaron de diferentes maneras a todos los grupos antisistema que operaron en ese país, entre ellos, los Panteras Negras, los Macheteros y los Weatherman, por sólo mencionar unos pocos de una larga lista. Washington también fomentó fórmulas para contener el expansionismo castrista. Decretó un embargo como política de contención y dictó leyes con el objetivo de reducir la capacidad de acción de la dictadura insular. Continuar leyendo

Populismo made in USA

Estados Unidos es el escenario de una campaña muy singular en la que se debaten dos propuestas populistas antagónicas en origen y objetivos, abanderadas por sendos candidatos con caracteres y proyecciones que no pueden ser más diferentes.

Otro aspecto de interés es que, aunque los discursos y sus respectivas propuestas son radicalmente opuestos, ambos parecen contar con suficiente respaldo para que cada uno de sus líderes aparenten tener posibilidades de éxito, lo que demuestra que al menos un importante sector del electorado estadounidense está a favor de cambios radicales con orientaciones disparejas.

En los países latinoamericanos, predios favoritos de caudillos cargados de promesas con poca capacidad y menos disposición para cumplirlas, muy pocas veces, si es que ha ocurrido, se ha presentado más de un hacedor de sueños en una misma elección como acontece este año en el país más poderoso del mundo.

El populismo no es precisamente la expresión de una doctrina determinada. En ocasiones es una mezcla de ideas y propuestas difíciles de encasillar. Por ejemplo, Benito Mussolini trasmutó de líder socialista a dictador fascista y Fidel Castro, con un discurso nacionalista y de justicia social, impuso una autocracia sostenida sobre normas marxistas. Continuar leyendo

El plan FARC

Durante el aniversario del Plan Colombia, por medio del cual Estados Unidos facilitó al Gobierno de Bogotá recursos para combatir la insurgencia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hicieron público a través de uno de sus comandantes lo que podría interpretarse como un nuevo plan, en el que, por supuesto, las FARC resultarían beneficiadas.

Este planteamiento del comandante Pastor Alape demuestra que el grupo guerrillero que en el pasado encarnó una propuesta política antidemocrática —pero fundamentada en una ideología—, aparte de mutar a fuerza terrorista enraizada en el narcotráfico, está dispuesto a convivir con su enemigo más acérrimo si esa cohabitación está respaldada por grandes cantidades de dinero.

Durante décadas, las FARC proclamaron orgullosa y estentóreamente su hostilidad hacia Estados Unidos y los valores que esa nación representa. Sin embargo, llegaron a la conclusión de que las diferencias podían ser superadas si Washington paga la consolidación del proceso de paz, financiamiento que repercutiría favorablemente en los bolsillos de los comandantes.

Para los jerarcas de la narcoguerrilla, lo importante es el cash. Los que cayeron defendiendo los postulados que las FARC enarbolaron en el pasado no cuentan, porque las propuestas ideológicas, a pesar de estar sostenidas en los fusiles, nunca lograron arraigar en el pueblo colombiano. Continuar leyendo