El relato y los hechos

La agenda política argentina se mueve a ritmo vertiginoso. A todos los ciudadanos se nos hace imposible seguir el tratamiento de importantes reformas que rigen aspectos fundamentales de nuestra vida cotidiana, ya sea que se desestimen por órdenes políticas o que pasen al olvido por la aparición de nuevos proyectos que deben ser tratados de manera “urgente”.

Un ejemplo de esto es la polémica reforma al Código Civil Argentino. A finales del año pasado, todo parecía indicar que recibiríamos el 2014 con un Código Civil y Comercial unificado, que luego de varias modificaciones, finalmente sería aprobado por el Honorable Congreso de la Nación. Esta situación tuvo en vilo a todos los ciudadanos y particularmente a profesionales y empresarios que no tenían en claro las nuevas reglas que regirían sus relaciones jurídicas y comerciales. Esto no debería llamarnos la atención en un país donde lamentablemente reina la imprevisibilidad y la inseguridad jurídica.

Sin embargo, mientras la mayoría de los argentinos todavía intentábamos dilucidar como sería finalmente nuestro nuevo Código Civil, nos vimos sorprendidos con un controversial proyecto de reforma al Código Penal. Este anuncio empolvó el debate sobre la unificación del Código Civil y Comercial, no sólo en la opinión pública, sino que aparentemente dejó arrinconado en algún lugar del Congreso el tan importante proyecto de reforma.

El mundo evoluciona y esto trae aparejado cambios sociales importantes, que la legislación debe acompañar y reglamentar. Es por ello que, si bien las leyes son un pilar fundamental en las sociedades civilizadas, las mismas deben adaptarse a las realidades sociales del momento. Personalmente, no estoy en contra de las reformas, pero estas deben ser abordadas responsablemente y contar con un amplio debate, sobre todo cuando modifican aspectos centrales de la sociedad, como es el caso del Código Civil.

En este sentido, estoy de acuerdo con la actualización de ciertos institutos del Código, pero no deja de sorprenderme la reciente aprobación de la ley que elimina la responsabilidad civil del Estado y sus funcionarios frente a actos que atentan contra los derechos de los ciudadanos.

Parece ser que el Gobierno Nacional tenía especial interés en reformar esta prerrogativa, ya que no solo trató de hacerlo mediante la ley recientemente aprobada, sino que previamente lo intentó con el Proyecto de Reforma del Código Civil y Comercial. Lo que más llama la atención es que la responsabilidad del Estado existía en el proyecto original de Reforma del Código, pero fue eliminada directamente por el Poder Ejecutivo. El Anteproyecto de Código Civil y Comercial, elaborado por los jueces, abogados y doctores en derecho más prestigiosos del país, contenía tres artículos sobre responsabilidad extracontractual del Estado: el 1764, 1765 y 1766. En esos artículos se defendían los derechos de las personas a ser indemnizadas económicamente cuando eran dañados por acciones realizadas por el Estado en ejercicio irregular de sus funciones (art. 1764), por acciones de sus funcionarios en ejercicio irregular de su cargo (art. 1765), o cuando el Estado sacrificaba intereses de particulares en ejercicio de sus actos lícitos (art. 1766).

Una vez que esta Reforma se entregó al Poder Ejecutivo, una de las modificaciones fue la supresión de los tres artículos, alterándolos por otros tres que expresan que “la responsabilidad del Estado se rige por las normas y principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda” (art. 1764, 1765 y 1766 nuevo). Cabe decir que todavía está pendiente de tratamiento la Reforma del Código, pero mientras tanto y sin perder tiempo, el Gobierno Nacional con el apoyo de su mayoría en el Congreso logró sancionar esta nueva normativa.

El articulado de la ley apoya la postura que quiso hacer valer el kirchnerismo en el Código, estableciendo que no se hará responsable de los daños ocasionados por las empresas que manejen servicios públicos y que las disposiciones del Código Civil no serán aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria, lo que significa que todo se accionará en el fuero administrativo. ¿Debemos sorprendernos por esta actitud del Gobierno Nacional?

El sistema jurídico resguarda los derechos de sus ciudadanos cuando obliga a reparar o indemnizar todo daño causado, ya sea por acciones lícitas o ilícitas. Cuando nosotros dañamos la propiedad de otra persona, no sólo tenemos la obligación moral de repararlo, sino que la Justicia nos obliga económicamente a rectificar el perjuicio causado. Siguiendo esta misma lógica, si bien el Estado tiene atribuciones y potestades especiales, no debe quedar impune frente a los ciudadanos por los errores que comete.

Lo llamativo es que el kirchnerismo repite incansablemente en su relato una fuerte intervención y presencia estatal que se contradice con sus hechos. Proclama un discurso protector y a la vez elimina la posibilidad de demandar civilmente al Estado y sus funcionarios, lo cual es una gran paradoja.

Esta falta de coherencia entre los dichos y los hechos nos genera una gran confusión a todos los ciudadanos, que tenemos como obligación cuestionarnos cuál es la causa que lleva al Gobierno Nacional a intentar mostrar una imagen protectora en una reforma que se aleja tanto de los derechos más importantes que tiene que defender.

La igualdad sigue siendo una deuda pendiente

Es innegable el gran avance en materia de inclusión y género que tuvo nuestro país en los últimos años. Podría decirse que por las recientes legislaciones y posiciones adoptadas por todo el arco político del país en este tema, Argentina se colocó a la vanguardia del resto del mundo en la defensa de los derechos de los colectivos minoritarios. Sin embargo, y a pesar de tener grandes ventajas políticas y jurídicas con respecto al resto de la región, a los argentinos nos cuesta mucho construir un camino de tolerancia y aceptación sincero.

Mirando los noticieros nos enteramos que la discriminación todavía es moneda corriente en nuestro día a día. La primer víctima fue Ariel Olivera, un joven de 26 años que le pegaron por ser homosexual. Lo insultaron y golpearon brutalmente hasta dejarlo inconsciente tirado en la vereda. No quisieron robarle: el objetivo era lastimarlo, simplemente por su orientación sexual. Unos días después, Nahuel Albornoz viajaba con un amigo hacia su casa cuando fue interceptado por un grupo de personas que lo golpearon salvajemente y lo tiraron en movimiento de la camioneta que lo llevaba. Como en el caso de Ariel, la discriminación se presentó de la manera mas cruda, y el resultado la frustración e impotencia que generó ser maltratado una vez más por sus elecciones, además de las gravísimas lesiones físicas que le produjeron.

Me llena de tristeza saber que esta situación se repite diariamente y que muchas personas, producto de la discriminación, son lastimadas física y verbalmente por el hecho de expresar sin tabúes su amor por otra persona. La homo-lesbo-transfobia existe, está presente y es una realidad lamentable contra la que debemos luchar.

Por eso se presentó ante el Congreso la Ley de Sanción y Prevención de Actos Discriminatorios, que es una excelente herramienta para promover la igualdad en diversidad, erradicar prejuicios y eliminar todas las formas de segregación. El proyecto tomó como base la legislación vigente, así como también leyes de algunos países de la región que ya trataron el tema. Entre sus características más importantes podemos mencionar que amplía la legitimación civil, penal y administrativa para iniciar acciones por conductas u omisiones discriminatorias, eleva las penas previstas en el Código Penal para actos discriminatorios y agrega la obligatoriedad de acompañar la condena con procesos de sensibilización, capacitación y concientización del imputado.

También contempla la promoción de políticas públicas para prevenir actos discriminatorios e invierte la carga de la prueba en favor del discriminado, lo que significa que el presunto discriminador deberá probar de ahora en más que no actuó de esa manera para ser declarado inocente. Otra característica particular de este proyecto es evitar que se juzguen los actos a criterio de quien toma la denuncia o exposición. Por ejemplo, el policía que le tomó la declaración a Ariel caratuló la paliza como “robo y lesiones”. Si se aprueba este proyecto la caratula se vinculará con un ataque homofóbico, lo cual encuadrará la situación desde una perspectiva mucho más adecuada.

Este proyecto de ley, en conjunto con la ya sancionada y aún no reglamentada normativa contra la violencia escolar, es otro paso más para avanzar hacia un país más justo. Por primera vez en mucho tiempo, reconocemos la igualdad, la libertad y la ciudadanía como principios que dirigen nuestra vida social, y la realidad política y cultural de nuestro país nos ha puesto en la disyuntiva de elegir entre aceptar este camino de inclusión o seguir estigmatizando a quien es diferente.

Revolución de Mayo

Históricamente, el mes de mayo fue revolucionario para nuestro país. Esta semana se cumplen 204 años del surgimiento del Estado argentino y no hay mejor manera de homenajearlo que trabajando por su futuro.

Ayer hemos dado el primer paso de un largo camino que vamos a recorrer para ayudar a los jóvenes a vencer el consumo de drogas. Parecía imposible lograr este acuerdo y poder hacer realidad esta idea. Sin embargo, la voluntad y el entendimiento de dirigentes y militantes produjo numerosos encuentros desde diciembre del año pasado que culminaron en la Mesa de Juventudes Políticas.

La causa de este acuerdo juvenil interpartidario es comunicar a la gente que respecto a las drogas, las tres juventudes políticas más importantes de la Argentina (La Cámpora, UCR y PRO) han logrado llegar a un punto en común: recuperar a los jóvenes que son víctimas de unos de los flagelos sociales más grandes y reincorporarlos a la vida social.

La juventud es el motor de nuestro país, y un motor que no funciona al 100% nunca logrará llevar a su piloto al primer puesto. Si queremos llevar a la Argentina al podio, lo primero que tenemos que hacer es despojarnos de todos los prejuicios existentes con respecto al diálogo interpatidario. Pertenecer a fuerzas distintas no significa ser oponentes; así como trabajar en conjunto con otras fuerzas no significa haber cerrado pactos de poder.

Cada uno de los representantes que nos sentamos en esta mesa a dialogar mantuvimos nuestras posiciones y convicciones. Todos estamos al tanto del grave problema social que implica el alto consumo de drogas en nuestro país, y ante esta situación concreta decidimos trabajar en conjunto.

Como jóvenes no podemos mirar para otro lado y desentendernos de esta situación, porque son nuestros hermanos, primos, novios y novias los que están inmersos en estos obstáculos que les impiden desarrollarse como personas. Como argentinos tampoco podemos tolerar tener a millones de jóvenes bajo el efecto de estupefacientes que hora tras hora consumen sus neuronas dejándolos totalmente al margen del sistema social.

La realidad social nos ha llevado a comprender que, si bien nuestros intereses muchas veces son opuestos, es necesario resolver este problema en conjunto, ya que para eliminar las adicciones debemos actuar en forma conjunta, activamente y sin interrupciones.

Haber logrado lanzar esta mesa me llena de orgullo como joven y como argentino. Marca una “revolución” en la política de la útima década y me parece una excelente forma de homenajear a nuestro país en un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.

Reglamentar la ley contra el bullying

El año pasado, en el Día del Maestro, los argentinos conseguimos un avance importantísimo en la lucha contra la violencia escolar. La Cámara de Diputados del Congreso Nacional aprobó por unanimidad de votos el proyecto de Ley 26.892 para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas, reconociendo de esta manera que la violencia escolar es un problema social que se debe atender y solucionar.

Inicialmente, un primer proyecto de la ley había sido tratado y aprobado por la Cámara de Diputados en 2012. Sin embargo, desde el PRO consideramos que eran necesarias ciertas modificaciones e insistimos para que fueran tomadas en cuenta: la incorporación de un 0800 nacional para reportar casos de abuso, dando la posibilidad a que, desde el anonimato, aquellos alumnos maltratados cuenten sus traumáticas experiencias o cuál es el motivo por el que no son escuchados en sus comunidades escolares; asistencia psicológica para los involucrados; un protocolo de acción para que los docentes sepan cómo abordar estas situaciones; y el reconocimiento de que el acoso cibernético (ciberbullying) también es una forma de violencia escolar.

Lo que siguió durante 2013 fue un gran trabajo interpartidario, encabezado por las diputadas Mara Brawer (FPV), autora del proyecto, y Cornelia Schmidt-Liermann (PRO), que dio como resultado la sanción en septiembre de la actual ley contra la violencia escolar, incluyendo las modificaciones que desde el PRO habíamos sugerido.  Ahora bien, la Ley 26.892 para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas aún no ha sido reglamentada. La reglamentación es igual o más importante que la propia ley, porque define cómo se va a implementar la norma, con su consiguiente desarrollo y el impacto sobre los resultados. Lamentablemente, a los fines prácticos, la falta de reglamentación hace que la ley valga lo mismo que nada. Peor aún, significa que continúa pasando el tiempo sin que adoptemos medidas concretas para atender la problemática de la violencia escolar.

Por esta razón, el miércoles 16 de abril me reuní con el Secretario General de Presidencia de la Nación, Oscar Parrilli. El objetivo fue plantearle la urgencia de reglamentar la ley. Actualmente el principal problema al que nos enfrentamos es la falta de datos oficiales sobre violencia escolar en el país. Si bien existen algunos estudios, como por ejemplo el realizado por el Grupo CIDEP-Equipo Bullying Cero Argentina en escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires, la realidad es que más allá de los casos que han logrado cobertura mediática, la violencia escolar permanece invisible a los ojos del Estado. Recopilar información a nivel nacional es el primer y más importante paso para sustentar el posterior diseño de políticas públicas que den una respuesta acertada al problema. En este sentido, es crucial la reglamentación de la Ley 26.892, ya que a través de la creación de la línea 0800 se podrá acceder a esta información, además de brindar contención y asistencia a quienes llamen.

Otro punto importante previsto en la norma constituye la elaboración de una guía de apoyo y acción a las autoridades escolares, para que sepan cómo detectar y abordar los casos de violencia escolar. Los docentes se encuentran en una posición privilegiada para detectar situaciones de violencia en la escuela, así como para llevar adelante una primera intervención y realizar acciones preventivas. El problema es que por el momento no existen criterios unificados de respuesta. Cada docente debe proceder ante estos casos de manera particular e improvisada, a veces con pocas herramientas y conocimiento. Por esta razón, es importante elaborar el protocolo de acción, ya que la violencia escolar se caracteriza por la existencia de abuso, lo cual requiere formas de intervención específicas, y también para acompañar y dar contención a los docentes en su tarea.

Asimismo, la ley contempla la aplicación de sanciones, que deben ser reguladas por el Ministerio de Educación en acuerdo con el Consejo Federal de Educación. Las sanciones son un elemento clave para reducir la violencia escolar. Las mismas tienen un valor pedagógico, enseñando a los alumnos y alumnas que determinadas conductas no son aceptables, no deben repetirse y que deben tomar responsabilidad por sus actos. Estas disposiciones acompañan la creación en escuelas de espacios de participación para que se integren en el diálogo las autoridades escolares, los padres y los alumnos, con el objetivo de prevenir y solucionar situaciones de violencia escolar. La ley asimismo instruye la creación de equipos especializados para la prevención e intervención ante esta clase de episodios.

Tal como lo remarca el Papa Francisco en la exhortación apostólica que me obsequió el Sr. Secretario General en nuestra reunión, la política debe actuar como herramienta para los grandes cambios. La violencia escolar es un problema que afecta a la sociedad en su conjunto, y luchar para reducirla es uno de estos grandes cambios que necesita de la voluntad sincera de nuestros políticos. El pasado 11 de septiembre dimos el primer paso, con la sanción de la Ley para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas. La reglamentación es el paso siguiente y no debe dilatarse más.

La sexualidad de los jóvenes y la polémica en torno a Chau Tabú

Un estudio realizado en 2011 por la Fundación Huésped y Unicef en adolescentes de 14 a 19 años registró que la edad promedio de iniciación sexual es a los 15 años, que el 13% de las entrevistadas estuvieron alguna vez embarazadas, de las cuales el 46% tuvo su primer embarazo entre los 16 y 17 años y el 25% antes de los 15 años. Chau Tabú propone ofrecer una herramienta de consulta para que los jóvenes de nuestra ciudad puedan tomar decisiones informadas en lo que atañe a su vida sexual. Desde su lanzamiento se han registrado aproximadamente 100.000 visitas, de las cuales el 66% fueron realizadas por jóvenes de entre 18-30 años.

Desde su concepción ha sido fundamental que Chau Tabú no pierda de vista a su público: los jóvenes. El lenguaje informal, una característica definitoria de este grupo poblacional, es necesario para transmitir información de manera efectiva y adecuada al público receptor. Con este propósito la estética y el contenido del sitio se diseñaron para captar el interés de los jóvenes y garantizar el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. Más aún, y es muy importante destacar esto, a pesar de que se emplea un leguaje cotidiano, el contenido no por ello es menos riguroso en términos médico-científicos. Toda la información publicada tanto en el sitio web como en el perfil de Facebook es elaborada y avalada por profesionales especialistas. Y en este proceso, el sitio intenta alejarse del paradigma heteronormativo que monopoliza el imaginario colectivo sobre las relaciones amorosas, abordando la cuestión de la salud sexual y reproductiva desde un enfoque verdaderamente inclusivo de la diversidad sexual.

El objetivo de Chau Tabú es brindar información y herramientas a los jóvenes para que puedan vivir su sexualidad de la manera más segura y contenida posible. La meta ulterior es garantizar sus derechos sexuales y reproductivos. La falta de información, las confusiones que surgen del boca a boca y la falta de comunicación sobre temas de sexualidad que muchas veces existe entre padres e hijos atentan contra estos derechos.

Invito a todos, especialmente a los jóvenes, a ingresar a Chau Tabú. En el sitio podrán encontrar un consultorio online que ya respondió más de 1300 consultas de forma anónima, obtener información de métodos anticonceptivos y conocer los puntos donde acceder gratuitamente a pruebas de embarazo y de VIH. Además, el sitio web cuenta con secciones de información detallada sobre temas de sexualidad, historias de experiencias vividas por jóvenes, videos informativos y un test para poner a prueba los conocimientos sobre salud sexual y reproductiva. Por último, también aliento a que continúe el debate, ya que el intercambio de ideas siempre es positivo y facilita el entendimiento entre las partes.

Transformando la realidad

Gracias a la Ley de Identidad de Género alrededor de 3000 personas trans en todo el territorio argentino lograron rectificar sus datos registrales, pudiendo de esta manera acceder a un DNI con el nombre que los y las representa, tal y como lo sienten profundamente. En este sentido, es indiscutible que esta ley ha sido una de las grandes conquistas que el colectivo LGBTI supo ganar con mucho esfuerzo. Pero ¿cuanto cambió la realidad desde su implementación?

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de reunirme junto con la vicejefa de Gobierno María Eugenia Vidal con Marcela Romero (presidenta de ATTTA) y algunas activistas de la misma asociación. Dialogar con ellas y, sobre todo escucharlas, nos permitió conocer más en profundidad la situación que atraviesa la población trans femenina en nuestro país, la cual sigue siendo de extrema vulnerabilidad.

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Ser del PRO

Puedo recordar aquella tarde volviendo de mi último año de la secundaria cuando prendí la televisión y vi a Mauricio Macri junto a la entonces ministra de Desarrollo Social, Maria Eugenia Vidal inaugurar un centro de estimulación temprana. Fue ese momento en el que sentí que tenía que formar parte de un proyecto que estaba pensando a largo plazo, focalizando la política pública y atacando el problema de raíz: la desigualdad. No fue difícil poder ingresar en un partido donde quienes lo dirigen se sientan con vos a charlar cuando lo necesitás y, obviamente, si su agenda lo permite. Ser del PRO significa dejar la revancha como bandera política, ser del PRO significa entender que juntos y generando consensos se gobierna y se trabaja mejor, y esto se entiende de esta forma porque se cree y se valora que la gestión pública es para la gente que vive día a día y no para un relato que sólo repiten los obsesionados de la dialéctica política. Continuar leyendo

En las manos de los jóvenes

Entre el 11 y el 24 de septiembre estaré de recorrida por Estados Unidos. Iré a universidades, institutos y organizaciones como la OEA y la ONU y mantendré diversas reuniones con diferentes grupos que se destacan en el labor por la igualdad de derechos y la inclusión social.

Algunas de las reuniones que mantendré en esas semanas incluyen reuniones con representantes de la National Gay and Lesbian Chamber of Commerce, la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, miembros del Departamento de Estado y la ministra Trotta en el Consulado Argentino en Nueva York, entre muchas otras.

Hoy con mucha alegría y tratando de representar a muchos jóvenes voy a estar hablando en la  Universidad de Harvard, en donde me voy a juntar con distintos especialistas sobre temas de juventud y violencia de género para poder intercambiar distintas experiencias. Luego voy a habar en la Amherst College, la Universidad de Columbia y expondré en la Bill & Melinda Gates Foundation, donde buscaremos entender como aplican los planes de bibliotecas en distintos puntos del mundo y por supuesto fijar puntos de trabajo en la agenda de inclusión.

Es una oportunidad única para no sólo conocer en profundidad otra gente y cultura sino también entender las diferentes realidades y posturas en varias temáticas, aunque focalizando en la inclusión y la igualdad de derechos para las minorías.

Creo firmemente que estos son temas igualadores. En todo el mundo debemos avanzar hacia la protección y amplitud de la defensa de la igualdad. Tengo 22 años y sé que no soy un académico pero creo entender que necesitamos de la tolerancia y el respeto para construir un mundo más justo y feliz.

Desde la Argentina y la Ciudad tenemos muchas razones para estar orgullosos y sentir que nuestras políticas en inclusión son realmente aplaudidas en todo el mundo: matrimonio igualitario, ley de identidad de género, la no discriminación en los formularios de pre donación de sangre en la Ciudad de Bueno Aires y la reciente ley que sancionó el Congreso de la Nación sobre prevención de violencia en las escuelas, en la cual con orgullo junto a la diputada Cornelia Schimdt Liermann pudimos introducir un 0800 nacional para recibir las denuncias de los chicos, logramos que se fije un manual de procedimiento en estos casos para los profesores y fijamos la asistencia psicológica, psiquiátrica y medica tanto para el acosador como para su víctima. Tenemos la autoridad más que necesaria para poder intercambiar opiniones y demostrar lo hecho.

Pero el trabajo diario por la diversidad, inclusión y el respeto construye la verdadera igualdad de oportunidades. Necesitamos los avances estructurales pero el verdadero consenso social y la unión y aceptación de nuestras diferencias se logra con los pequeños avances también.

En la Ciudad de Buenos Aires hay varios ejemplos que acompañan esta visión. Desde la implementación de políticas específicas hasta el fomento de actividades y disposiciones que benefician la pluralidad y la inclusión.

En un mundo cada vez más unido, necesitamos comunicar nuestras experiencias y nuestras distintas opiniones para poder crear un consenso que nos permita afianzar el presente y consolidar un futuro en común.

Espero que la vuelta me encuentre una persona mejor preparada y más receptiva a los otros. Para así poder seguir ayudando día a día, desde mi lugar, en la construcción de un país integrado, inclusivo y más igualitario. Sé que se puede.

Estoy feliz de ser un joven argentino. Somos un ejemplo en el mundo. Tenemos que seguir sumando cada vez más voluntades que quieran cambiar el mundo.

Cristina: hagamos algo por Rusia

Pocos meses atrás se aprobó una ley en Rusia que pena con multas que llegan hasta los 30.000 dólares a aquellas personas u organizaciones que promuevan de alguna manera “formas no tradicionales de relaciones” hacia los menores. Esas formas no tradicionales fueron definidas como aquellas que “no pueden producir descendientes”.

Esto significa en los hechos una persecución inaceptable hacia un grupo de personas en uno de los países más grandes del mundo. Recordemos que Rusia, desde los tiempos de la Unión Soviética, tiene una larga historia de discriminación y acoso desde el Estado. La homosexualidad fue un crimen penado hasta 1993 y en muchas ocasiones se utilizó como excusa para someter a disidentes políticos.

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El amor vence al odio: Jorge Giles, Parrilli y la furia kirchnerista

Todos los días me levanto temprano y para llegar al centro a la oficina paso un buen tiempo viajando en el transporte público. Como la gran mayoría de los porteños. Como todos, hay días que arranco con pilas y otros en los que me cuesta más. Pero aprendí a siempre tratar de encarar el trabajo con ganas. Porque si la gente te ve proactiva y feliz con lo que hacés lo que devuelvan va a ser siempre positivo.

Pero hay un momento todos los días que realmente me deprime: cuando me siento a leer el diario gratuito El Argentino que reparten en el subte, llego a su última página y me encuentro con la columna de Jorge Giles.

Leer sus reflexiones significa decepcionarme un poco cada día. Pero no puedo dejar de hacerlo. Quiero entender, y muchas veces no puedo, cómo alguien puede escribir así sin al menos un poco de ironía… o culpa. No puedo creer que él sienta todo lo que escribe. El odio visceral que demuestra en sus palabras y la increíble distancia entre la realidad y lo que él ve bajo su prisma militante me genera fastidio pero también fascinación. ¿Cómo se puede llegar tan bajo?

Giles es actualmente un periodista que escribe en medios oficialistas. Fue diputado frepasista, director del Instituto Nacional de la Administración Pública e incluso antes de sumarse al kirchnerismo perteneció al ARI de Elisa Carrió. Es hoy un ejemplo claro del “periodismo militante”.

Me imagino que escribir todos los días le debe resultar un ejercicio sumamente difícil. O vive en un mundo paralelo, ese en donde con 6 pesos al día uno se alimenta, tan sólo 6 de cada 100 argentinos son pobres y se festeja el triunfo en la Antártida, o no puede evitar reírse de la interminable lista de mentiras que publica. O simplemente su fervor partidario lo lleva a construir un relato poco coherente y rimbombante en donde el país vive una épica entre los salvadores y los enviados del diablo en la tierra. Cualquier cosa con tal de servir a una causa que, ya quedo claro, no tiene norte.

Es claro que la importancia de las columnas de Jorge es ínfima. La gente ojea el diario en el subte y no repara en sus observaciones. Pero es un síntoma de el país en el que vivimos el mero hecho de que exista tal espacio. Jorge insulta, miente, aporta datos falsos respaldados en la vergüenza que es el Indec.

Días antes de las PASO Jorge llamó a votar por el Gobierno Nacional al dividir en dos las razones detrás del voto: aquellos que votan “a favor de la vida” y los que son “cómplices de la dictadura”. De un lado la verdad, el amor y el que “está con Víctor Hugo Morales” y del otro lado la mentira, el pasado y la violencia. ¿Giles piensa que tiene el derecho de clasificar a los argentinos entre traidores y los poseedores del amor? ¿Cree realmente en lo que dice?

La gente está en otra. Giles no le habla a nadie, como la gran mayoría de los medios mantenidos por el gobierno.

Lo increíble, es que la misma lógica y el mismo léxico que utiliza Giles desde sus columnas se vea replicado en el Gobierno Nacional.

Como cuando la Presidenta ningunea el resultado de las elecciones y maltrata a los ciudadanos que no votaron como ella quería y los insulta en público. O cuando nos encontramos con un documento firmado por el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, en el que se utilizan términos como “sicario mediático” respondiendo a un informe periodístico. Con el que se puede estar de acuerdo o no. Pero la respuesta del oficialismo, responder desde Twitter a las 11 de la noche y denunciar un intento de “golpe institucional a la democracia”, nos habla de lo lejos que se encuentran de la realidad y las necesidades de la gente.

Mi intención no es poner en un rincón a Giles y acusarlo. No es importante eso. Lo que sí es importante es darnos cuenta lo perjudicial que es para todos la escalada de agresiones que encaró este gobierno. A Jorge le diría que el amor vence al odio, que no importa cuánto agredan, cuánto maltraten, cuánto dividan a la sociedad, etc. El camino está por otro lado.

Mucho se dice sobre la juventud en la política hoy en día. Pero no tenemos que repetir los errores de los que vinieron antes que nosotros. Juventud ni siquiera es una cuestión meramente de edad. La juventud está en arriesgarse, discutir con honestidad, pelear por lo que queremos, por el otro, por un futuro que nos incluya y por un país que esté listo para las transformaciones que vamos a llevar a cabo.