Aportes normativos para una sociedad mejor

Como presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), estoy convencido de la necesidad de que el Estado use los instrumentos que la ley pone a su alcance para apoyar el desenvolvimiento de actividades que resultan de importancia clave para el conjunto de la sociedad por los productos o servicios que brindan, por el nivel de empleo genuino que generan y, en resumen, por su contribución al desarrollo con justicia social y en paz que permiten. Sin duda alguna, las PyMEs cumplen con esas condiciones y merecen, por tanto, el reconocimiento efectivo desde el sector público.

Por ese motivo, y con el apoyo del Consejo Productivo Bonaerense (COPROBA), días atrás FEBA y otras organizaciones del ámbito provincial reunieron en Lomas de Zamora a unos 600 empresarios del comercio, la industria, la producción y los servicios en presencia del gobernador Daniel Scioli, del intendente municipal lomense y diputado nacional electo, Martín Insaurralde, y del ministro de la Producción, Cristian Breitenstein, para manifestar en primer lugar su beneplácito por la firma del decreto 832/13, reglamentario de la ley provincial 14369, que regula y ordena el funcionamiento de las ferias conocidas como “saladitas”.

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El círculo virtuoso de políticas públicas, actividad y empleo

Entre 2003 y 2012 las empresas formales dedicadas a la actividad de comercio se incrementaron un 76,2% en el país. La cifra, proporcionada por la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), coloca al comercio como el tercer sector que mayor cantidad de empresas creó en ese período, sólo aventajado por la construcción y la hotelería.

Dicho valor se ubica por encima del aumento promedio observado en el total de la economía, que fue del 50% del número de empresas formales, y permite verificar la existencia de políticas públicas de alcance provincial orientadas a fomentar y fortalecer la actividad comercial en cada distrito.

Además, al observar la variación anual promedio de la creación de empresas comerciales puede notarse que, nuevamente, ésta se ubica por encima del promedio de la economía, 7% contra 5%, lo que demuestra la fuerte dinamización que tuvo la actividad en las provincias.

La provincia de Buenos Aires tuvo un papel protagónico en la mencionada recuperación de la actividad comercial, ya que explica cerca de 30 puntos de esa variación total a nivel nacional. Tan importante contribución es producto de una suba de nada menos que el 90% en el número de empresas dedicadas a la actividad en la provincia en el lapso indicado, con un aumento anual promedio del orden de los 8 puntos porcentuales.

Las cifras ponen a la vista la importancia que tiene el mayor distrito poblacional y económico  del país, y prueban  una vez más cómo con voluntad política es posible lograr la promoción del desarrollo local, y consecuentemente del nacional.

Asimismo, la distribución de dichas empresas por tamaño de establecimiento evidencia la importancia que la actividad comercial tiene para la pequeña y mediana empresa en el ámbito bonaerense. Del total de locales comerciales formales, cerca del 98% corresponde a pequeñas, medianas y micro empresas.

Esta relevancia del segmento de pequeños, medianos y micro comercios también se traslada a impactos positivos en términos de empleo. Del total de puestos de trabajo formales existentes en el comercio en la provincia de Buenos Aires, el 64% tiene origen en el mencionado segmento, lo que significa que a la par del crecimiento económico de la provincia también pueden comprobarse las consiguientes mejorías para la población de este distrito.

Desde FEBA estamos absolutamente convencidos de que ése es el buen camino para conseguir una provincia cada vez mejor en un país cada vez mejor. La conjunción de políticas públicas activas que promuevan la actividad productiva de bienes y servicios de toda índole y hombres y mujeres que encaren con decisión esa tarea desde el comercio, la industria y la producción en general redunda en claros beneficios para todos. Es el círculo virtuoso que estamos empeñados en establecer y mantener.

Inflación vs más producción, más consumo, más actividad económica

Los cantos de sirena de los economistas monetaristas y neoliberales que llevaron a la peor de las crisis a la Argentina vuelven a hacerse oír ante la contienda electoral, agazapados en ciertos nichos de la oposición a este modelo productivo con identidad nacional que se instaló en la Argentina en los últimos 10 años y que el gobernador Daniel Scioli aplicó en la Provincia de Buenos Aires, motor del desarrollo argentino.

Se escucha nuevamente que hay que reducir el circulante, que hay que enfriar la economía, que hay que hacer un fuerte ajuste, que el dólar se irá a las nubes, que hay que devaluar fuertemente, aunque no mencionen la importancia de invertir, de producir más, de sostener el poder adquisitivo, de apostar a mayor mercado interno, a mayor consumo, a mayor actividad económica, como la que se ha traslucido en el comercio para el día de la madre, con ventas que aumentaron un casi 8% respecto al año anterior y un casi 12% respecto a 2011.

En la Argentina , los dueños del poder económico concentrado han manejado el mercado como asignador de recursos, siendo los formadores de precios que maximizan ganancias y rentabilidad, sin importarle los efectos sobre la población.

De esta manera, se constituyen en uno de los grandes responsables del aumento de los precios relativos sin razón, que luego se convierten en costos que en espiral originan los siguientes aumentos, provocando una inflación de demanda, que se mediatiza con efecto multiplicador, atemoriza a la sociedad y al consumidor, sensible por historia a estos mensajes, que se torna partícipe activo con sus actitudes en el incentivo de la inflación.

Por ello, tiene alto valor cuando el gobernador Scioli expresa la necesidad de reconstruir la confianza, la certidumbre, la esperanza de los argentinos, que fortifique los espíritus y predisponga a la mente de nuestra gente, no a atesorar en dólares, que sólo sirve para resguardar valor, disminuyendo el destino de los fondos hacia el consumo y/o la inversión, de tal manera de hacer realidad aquello que dicta teoría económica, que el ahorro debe convertirse en consumo e inversión, base del crecimiento de un país y condición para pasar al desarrollo, que posibilite el pleno empleo y un bienestar socialmente compartido.

En la Provincia de Buenos Aires las entidades del comercio, la industria y los servicios hemos coincidido en un ámbito de acción común con la creación del CoProBA, Consejo Productivo de la Provincia de Buenos Aires, de tal manera de acompañar fuertemente al gobernador Scioli en la profundización de las políticas productivas en la provincia, creando instrumentos de políticas activas que apalanquen el desarrollo productivo.