Cumbre del Mercosur: resultados desilusionantes

Roberto García Moritán

La reciente Cumbre del Mercosur, tras una larga serie de postergaciones, deja un balance que merece cuidadosa reflexión. De los extensos y variados comunicados de la reunión, la agenda política parece haber opacado los propósitos comerciales a punto que dio la impresión que los objetivos del Tratado de Asunción, documento básico del proceso de integración, se encontrarían lacrados en un cajón. No hubo ningún acuerdo relevante de orden económico.

El Comunicado Conjunto del Consejo Mercado Común es básicamente una lista de buenos propósitos comerciales donde cada país incluyó, como en un catálogo, los puntos que más le interesan. Sin embargo, se eludieron los temas centrales para revitalizar de manera efectiva la integración subregional.

A más de 25 años del objetivo de crear un Mercado Común, los resultados son todavía desilusionantes. La escasa relevancia de la reunión de Caracas, que pareció un espejo de Unasur, fue puesto en evidencia por el Presidente del Uruguay, José Mujica, al sugerir como alternativa a futuras reuniones el uso del teléfono.

Es preocupante que el Mercosur haya perdido impronta y vitalidad cuando la situación económica y financiera de los Estados Miembros, como las perspectivas que plantea la globalización, debería haber aconsejado una estrategia diplomática con un impulso marcadamente diferente. La aceleración para la conclusión de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y los países de la Alianza del Pacífico, como propuso Brasil, pudo haber sido una iniciativa estimulante. Lamentablemente Argentina y Venezuela no mostraron mayor interés en acelerar plazos, presumiblemente por motivos más ideológicos que comerciales.

El Mercosur debería recuperar con urgencia los objetivos originales. El Tratado de Asunción debe volver a ser el centro de  nueva vitalidad. Esto implica, entre otros, mayores esfuerzos en materia arancelaria común y mejor disposición para la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos. También un enfoque más amplio respecto a terceros países. Es de esperar que la nueva oferta del Mercosur para alcanzar un TLC con la Unión Europea logre superar más de 15 años de negociaciones. Sería un paso importante en el fortalecimiento del Mercosur a escala global.

Es hora también que el Mercosur deje de ser una tribuna regional para obtener apoyos externos a urgencias nacionales o ser utilizado como plataforma para objetivos electorales. Existen otros órganos o ámbitos para esos propósitos. Es de esperar que en el futuro, por el bien de la integración regional, nos demos cuenta.