Un éxito de las políticas públicas sostenidas en el tiempo

Roberto García Moritán

La Argentina ha concluido exitosamente la construcción del satélite geoestacionario ARSAT 1, enteramente con componentes de tecnología nacional incluyendo los ensayos técnicos respectivos, representando un hito de envergadura científica. El lanzamiento del satélite se encuentra programado para octubre desde la base de lanzamiento de la Guyana francesa. El ARSAT 1, diseñado y producido íntegramente por INVAP, ofrecerá un amplio rango de servicios de comunicaciones, transmisión de datos, telefonía y televisión principalmente al Cono Sur, incluyendo con cobertura para las Islas Malvinas y la Antártida.

El ARSAT 1 es parte integral del Sistema Satelital Geoestacionario argentino y será completado con el ARSAT 2 y 3 para mejor proyectar la capacidad digital y un acceso creciente a las tecnologías de la información y las comunicaciones. La experiencia argentina en materia satelital es cada día más significativa y la ubica entre la docena de países a escala global de mayores desarrollos en la materia. Esa trayectoria, que incluye a todas las disciplinas técnicas y programáticas que se requieren para llevar a cabo los proyectos de observación terrestre de alto nivel de complejidad, fue iniciada en la década de los sesenta bajo la conducción de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) con la especialidad en imágenes satelitales y una serie de experimentos que permitieron poner en órbita el LUSAT 1, el Víctor 1 y el Nahuel.

Tanto la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (sucesora de la CNIE) como la empresa INVAP, han logrado una considerable capacidad técnica para el desarrollo y fabricación de satélites, como sus cargas útiles, de baja órbita como geoestacionaria. Esa especialización ha permitido el diseño y operación de una amplia gama de satélites en el espacio como es el caso de la serie SAC A, B y C (en cooperación con la NASA), SAC D, Aquarius, SAOCOM, SABIA-MAR (en cooperación con Brasil para información hídrica y agricultura), Cosmos-Skymed 1 (en cooperación con Italia para la gestión de emergencias ambientales) y, ahora, la línea de satélites ARSAT.

Como ex integrante del Directorio de INVAP y ex Vicepresidente de la CONAE, siento particular orgullo por el conjunto de técnicos argentinos que han dedicado décadas para que la Argentina cuente con una amplia y relevante capacidad tecnológica operativa. Es, asimismo, una demostración del éxito de políticas públicas cuando son encaradas con continuidad y perseverancia. Ese esfuerzo ha sido, a la vez, de carácter multidisciplinario y ha contado desde 1983 con la implementación de una política exterior activa consecuente a los objetivos perseguidos.

El programa satelital argentino ha sido desarrollado conforme a los fines, lineamientos y salvaguardias de los instrumentos internacionales en la materia. El Plan Nacional Espacial también se encuentra abierto a la cooperación internacional para que la comunidad internacional, en particular América Latina, se pueda beneficiar de sus múltiples aplicaciones prácticas como científicas.