El regreso argentino a la diplomacia humanitaria

La decisión de Argentina de dar asistencia humanitaria con Cascos Blancos a refugiados sirios en el Líbano es correcta y oportuna, en particular tratándose de un país que se benefició con una corriente migratoria siria y libanesa de gran importancia y significación. La situación y el número de los refugiados sirios con motivo de la guerra civil son alarmantes y se necesita apoyo de toda la comunidad internacional. En el 2016, la cifra alcanzó los cinco millones, el 25% de la población siria, lo que convierte a estos desplazamientos en uno de los mayores éxodos de la historia. Líbano ha sido de los más afectados y hoy es el país con mayor cantidad de refugiados per cápita del mundo.

Era hora de que la Argentina retomara la impronta de la diplomacia humanitaria en una región desbordada por los acontecimientos y con millones de personas desplazadas y refugiadas. La misión de Cascos Blancos, junto al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), actuará en el campo de refugiados de Bekaa y responde a las necesidades detectadas por el Líbano y el Acnur. Incluye una unidad sanitaria y, entre otras cuestiones, la presencia de expertos en agua y saneamiento. Continuar leyendo

Crisis fronteriza por deportaciones en Venezuela

La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela va adquiriendo complejas características humanitarias y un grado preocupante de tensión bilateral. De acuerdo con Naciones Unidas veinte mil colombianos debieron regresar a su país tras el cierre parcial de la frontera y el estado de excepción decretado por Caracas. La mayoría han sido deportados de manera indiscriminada y otros han abandonado Venezuela ante el temor de ser expulsados o por represalias. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado: “Las expulsiones colectivas son manifestaciones contrarias al derecho internacional”. Colombia, por su parte, analiza llevar el caso a la Corte Penal Internacional por supuestos crímenes de lesa humanidad.

Pese a la seriedad de la situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó, por un voto, la solicitud colombiana de convocar a una reunión de cancilleres para analizar los efectos humanitarios del cierre de las fronteras y las deportaciones. La lamentable actitud de la OEA responde a que once países votaron en abstención y, consecuentemente, evitaron que Colombia obtuviera los 18 votos necesarios. Vergonzosamente, la Argentina fue uno de ellos. Continuar leyendo