Crisis fronteriza por deportaciones en Venezuela

La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela va adquiriendo complejas características humanitarias y un grado preocupante de tensión bilateral. De acuerdo con Naciones Unidas veinte mil colombianos debieron regresar a su país tras el cierre parcial de la frontera y el estado de excepción decretado por Caracas. La mayoría han sido deportados de manera indiscriminada y otros han abandonado Venezuela ante el temor de ser expulsados o por represalias. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado: “Las expulsiones colectivas son manifestaciones contrarias al derecho internacional”. Colombia, por su parte, analiza llevar el caso a la Corte Penal Internacional por supuestos crímenes de lesa humanidad.

Pese a la seriedad de la situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó, por un voto, la solicitud colombiana de convocar a una reunión de cancilleres para analizar los efectos humanitarios del cierre de las fronteras y las deportaciones. La lamentable actitud de la OEA responde a que once países votaron en abstención y, consecuentemente, evitaron que Colombia obtuviera los 18 votos necesarios. Vergonzosamente, la Argentina fue uno de ellos. Continuar leyendo

Por elecciones libres y transparentes en el país del petróleo

Las perspectivas políticas y económicas de Venezuela son cada día más comprometidas. El cuadro humanitario es alarmante y la tensión social crece en intensidad por la severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos. El PBI descendería un 5,4 % y la inflación podría superar el 100 %. El Gobierno muestra, sin ningún disimulo, una mayor vocación autoritaria que democrática para resolver los variados y dramáticos desafíos de la crisis. Han proliferado las violaciones a los derechos humanos y las libertades civiles, se acentúa la persecución y el encarcelamiento de opositores y crecen las limitaciones a la libertad de prensa. El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha puesto también de relieve la falta de independencia y autonomía del Poder Judicial. Solo el 34 % de los jueces son titulares.

En este contexto, las elecciones legislativas convocadas para fin de año no parecen contar, por el momento, con las garantías democráticas mínimas para asegurar comicios transparentes. También en lo que hace a la libre participación de las principales fuerzas políticas en campañas electorales, en particular por cuanto por primera vez en 16 años los 19 partidos de la oposición, agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática, tienen la posibilidad de ganar las elecciones parlamentarias. Sin embargo, es difícil ser optimista en un país donde se han afectado todos los elementos esenciales de la democracia representativa, como los parámetros de salvaguardia de la democracia previstos en la Carta Democrática Interamericana. Continuar leyendo