Más y peor de lo mismo en el discurso oficial

Finalmente la Presidente de la Nación decidió hablarle al país. Lamentablemente, no fue para sincerar la realidad ni mucho menos para hacer un llamado a la unidad. Sencillamente, el objetivo fue ponerle nombre y apellido a los responsables de la muerte del Fiscal Alberto Nisman. Como siempre, aparecieron en escena “los jueces y fiscales (no enrolados en la corriente Justicia Legítima), los medios y especialmente, Clarín. Haciendo caso omiso de lo que expresamente enseña el art. 109 de la Constitución Nacional, la Presidente de la Nación parecería haber resuelto -mas allá de lo que investiga la Justicia- el enigma de la desgraciada muerte del fiscal. Lo que seguramente la inhibió de dar el pésame a sus familiares.

Negando realidades obvias, como quién fue el responsable de la elección del fiscal a cargo de la Unidad AMIA, o la falta de independencia de la Procuración General de la Nación respecto del Ejecutivo, o la militancia de los fiscales militantes, -valga la redundancia-, ensayó una supuesta deuda de la democracia para con la sociedad; en ese tren, propuso -en rigor decidió, si nos atenemos a las mayorías que maneja el oficialismo en el Congreso-, un nuevo cambio de nombre a la Secretaría de Inteligencia (SI). Continuar leyendo

El desembarco de los fiscales militantes

Allá por octubre del pasado año, en un artículo publicado en esta misma tribuna, alerté sobre el avance de los “fiscales militantes“, sobre lo que implicaba “ideologizar” y “politizar” la función judicial. La primera señal de peligro la tuvimos con el intento de reforma del Código Penal, -hoy pareciera un proyecto lejano pero no fue hace tanto-, cuando se quiso imponer la idea de que éste no debía servir para desalentar al delincuente en la comisión del delito, sino para “controlar” a los que “quieren controlar”. En ese sentido, señalé el modo en que el Secretario de Justicia de la Nación, Julián Álvarez, alentaba sin miramientos el fomento de la “conciencia social” en los jueces como parte del proceso de “democratización”,y no ocultaba su aspiración de que los jueces se ciñan no a los códigos y a las leyes, sino a una visión política. Finalizaba diciendo entonces, cual profecía que pareciera hoy estar cumpliéndose, imaginen ustedes a los fiscales al momento de decidir si llevar adelante o no una investigación, privilegiando “su visión política” por sobre la ley y el Código Penal. Continuar leyendo