El momento de la economía naranja

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las naciones de la región tienen una oportunidad infinita si se potencia el ecosistema creativo que da como fruto la economía cultural, las industrias creativas y todas las áreas de soporte para la creatividad. ¿Qué son las industrias de contenidos creativos? Si tomamos la definición de la Cepal, son las industrias editoriales, el cine, la televisión, la radio, la discográfica, pero también los contenidos para celulares, la producción audiovisual independiente, los contenidos para web, los juegos electrónicos y todo el inmenso conjunto de contenidos que se produce para la convergencia digital. Si seguimos la definición que brinda la Unesco, las industrias de contenidos creativos incluyen, además, toda la producción artística y cultural, la arquitectura y la publicidad. A esto se denomina la economía naranja.

Si esta economía fuera un país, se afirma, sería la cuarta potencia económica del mundo: 20 % más grande que Alemania. Ocuparía el noveno lugar entre los diez mayores exportadores, duplicando el valor de las exportaciones de petróleo de Arabia Saudita. Representaría la cuarta fuerza laboral del mundo, con más de 144 millones de trabajadores. Es decir, casi lo mismo que los empleos totales de los Estados Unidos, incluyendo la industria del cine.

Como vemos, la economía naranja representa un campo fértil de una riqueza enorme, en el que se cosechan los talentos y el producido de la herencia cultural de nuestra región. Continuar leyendo

El teatro de la política

“La analogía es generalmente incorrecta como argumentación, pero es frecuentemente fecunda como fuente de inspiración”, dice Hull en Historia y filosofía de la ciencia, y también dice que vale la pena prestarles atención.

Existen conceptos del teatro que pueden ayudar a ciudadanos y periodistas a descifrar lo que sostiene el Abate Dinouart: “El silencio político es el de un hombre prudente que se reserva y se comporta con circunspección, que jamás se abre del todo, que no dice todo lo que piensa, que no siempre explica su conducta y sus designios; que, sin traicionar los derechos de la verdad, no siempre responde claramente, para no dejarse descubrir”.

En el teatro clásico el actor hace un aparte o soliloquio, enfrentándose al auditorio y explicando con palabras los motivos de su acción. Son memorables en este sentido las obras de Shakespeare.

En otro estilo teatral, a partir de Chejóv —algunos dicen que desde “El Monje Negro”— las intenciones se hacen más esquivas, más implícitas, quedan a merced de la interpretación del espectador. Otros marcan el punto de inflexión en la llamada Gran Reformarealizada por Stanislavski y Dullin hasta Meyerhold y Artaud.

Por el lado de la política, vemos cada vez más un traslado a la puesta en escena de las políticas públicas donde la explicación queda subsumida a la demostración. Los políticos hablan cada vez más con lugares y fotos. Entonces, ¿cómo podemos descifrar más densamente los mensajes políticos?

Para Stanislavski, la vida de un personaje es una secuencia ininterrumpida de objetos y círculos de atención en el plano de la realidad imaginaria, en el plano de los recuerdos del pasado o en el plano de los sueños del futuro. Sería una tarea interesante analizar las secuencias de cada “personaje” político, dónde ponen su atención, los temas obvios que no están o las ausencias que brillan.

Los periodistas, para tener esta actitud activa que reclama Julio Orione en su libro Introducción al periodismo, deben despojar del maquillaje, de los vestuarios especiales, de la escenografía, de la iluminación, analizando la relación con la ciudadanía, no desde un análisis de contenidos exhaustivo de los discursos, sino desde los temas, los lugares y las personas que rodean a nuestros actores políticos, haciendo un paralelismo con el llamado teatro pobre de Grotowski.

En algunas entrevistas políticas que he leído, el entrevistador, habiendo agotado el tiempo, culmina sugiriendo con hastío que no pudo generar ningún titular, ni pudo penetrar la coraza que esconden las palabras. En nuestra época de convergencia digital, los discursos tienden a ser más sintéticos y más significativos los lugares y las compañías. Por eso, los conceptos del teatro pobre nos proporcionan herramientas para analizar lo ilocucional de la comunicación política y nos permiten escaparnos de las sigilosas trampas diseñadas por las carambolas de sentido.

Ninguna imagen es inocente, ningún lugar es azaroso en el escenario político; siguiendo un axioma del constructivismo, todo comunica. Al final del día, como afirma sobre los políticos un famoso periodista en el libro Las guerras de Obama, “…lo que digan o hagan, siempre llega a oídos de otros”.

Para concluir con otra relación, Stanislavski sostiene que el arte dramático se basa en la acción. Los ciudadanos tenemos que analizar más las acciones, en qué lugar del escenario se ubican los personajes y con quién, no prestando tanta atención a lo que se dice, sino a lo que se hace. Como decía Goethe: “No basta saber, se debe también aplicar; no es suficiente querer, se debe también hacer”.

La democracia se potencia desde los concejos deliberantes

Luego de la promulgación de la ley 14.515 que modificó la Ley Orgánica de las Municipalidades, las recientes elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires son un avance más en materia ampliación de derechos políticos que, sumando a las acciones de formación parlamentaria que lleva adelante la Subsecretaría para la Modernización del Estado de la Secretaría General, a través del Instituto Provincial de la Administración Pública (IPAP), potencian esta democracia que cumple 30 años.

Es que dicha norma, de acuerdo con el aumento de población registrado en el censo 2010, incrementó la cantidad de concejales electos en 51 de los 135 municipios. De manera que habrá un recambio de 1097 bancas locales, registrando un incremento de 64 puestos que se elevará a 128 en las elecciones de 2015. Una significativa y necesaria actualización que impacta en la representación política y en el desarrollo local.

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