Tienen que darle un duro castigo

Roberto Ribas

El fin de semana pasado ocurrió un hecho en Pilar que merece algunas reflexiones y, en alguna manera, informar al lector de El Diario circunstancias que deben ser tenidas en cuenta. Me refiero, claro está, a la muerte del ciclista-vigilador del Club Mapuche, el pasado fin de semana.

Muchos parecen estar en desacuerdo con la libertad del conductor y claman por un duro castigo. Anticipo que me enrolo en esa idea.

El Código Penal Argentino distingue entre el homicidio doloso (Art. 79 y concordantes del C.P.) y el homicidio culposo (art. 84 del mismo código).

Obviamente es mucho más grave y como consecuencia de ello tiene mayor pena quien mata queriendo matar, o sea con el dolo que exige el código. En cambio, la ley es menos grave con quien no quiso matar sino que imprudente, negligente, causa una muerte no querida.

Pero cuidado, no siempre las cosas son blanco o negro, hay zonas grises.

Cualquiera de nosotros puede ser víctima o autor de un delito de tránsito, pero a nuestro juicio, no todos los delitos de tránsito merecen clasificarse como culposos. Existe el denominado dolo eventual o culpa con representación. Quien conduce a 160 km/h por la calle Rivadavia en nuestro pueblo de Pilar y atropella y mata a una persona, se representa que ello ocurriría, entonces esa persona ya invade una figura dolosa que se entiende como dolo eventual o culpa con representación.

Quien se sube en estado de ebriedad a un auto sabe sobradamente que eso no se puede hacer y sabe sobradamente que no tiene las condiciones para guiar un rodado. Esto es, quien es imprudente, negligente a gran velocidad o borracho, ya no es simplemente el autor de un delito sin ninguna intención, ya aborda esa culpa con representación, sabe que puede causar una muerte.

No dudo que quien conduce un rodado en estado de ebriedad importante como el triste caso que nos convoca, si bien no quiso matar, se imaginó que esto podía ocurrir como lamentablemente ocurrió.

Estamos convencidos, conociendo la capacidad jurídica y personal de la fiscalía interviniente, que volverá sobre sus pasos y seguramente se tendrá una conducta más severa con quien ocasionó este irreparable hecho.