El gobierno quiere federalizar sus problemas irresueltos

Hemos observado con preocupación cómo en reiteradas ocasiones funcionarios de todo tipo y jerarquía que representan al Gobierno Nacional descargan su artillería contra el Gobierno santafesino y los hechos de inseguridad que se han producido en esa provincia. Resulta bochornosa la actitud del oficialismo nacional de federalizar los grandes problemas irresueltos en lugar de hacerse cargo de la parte que les toca y sentarse a tratar los temas y buscarles una solución.

La inseguridad es un tema complejo y como tal requiere de soluciones abarcativas y también complejas que aborden a la problemática desde todas sus aristas. No se puede resolver una situación como la presente si no se empieza por solucionar los altos niveles de vulnerabilidad y exclusión social que atraviesa el país, con índices de pobreza que superan el 20% o de indigencia que rondan el 8%. Tampoco si se omite la existencia de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan y que no cuentan con una política sólida que busque dar respuesta a la problemática por la que atraviesan. Por supuesto que a esas medidas de fondo también hay que sumar programas que actúen desde la prevención y disuasión, lo cual explica la política encarada por el gobierno de Santa Fe que ha tendido, por un lado, a incrementar la presencia policial y modernizar las herramientas con las que cuentan estas fuerzas, que se observa en la inversión en móviles policiales, cámaras de vigilancia, chalecos antibalas, etc.; y en segunda instancia, a profesionalizar la función de los efectivos mediante la instrucción que se les da, y que en lugar de ser de cuatro meses como era anteriormente, ha pasado a ser de 2 años.

Mención aparte merece la actitud que el propio Gobierno Nacional ha adoptado en relación al narcotráfico y su incidencia en la problemática de seguridad de Santa Fe, que se observa tanto en las provocaciones que han hecho desde La Cámpora en la Cámara de Diputados, como en la irresponsabilidad de vaciar de Gendarmería a la provincia para trasladarla a otras jurisdicciones, lo cual constituye una contradicción en sí mismo ya que demuestra que la inseguridad está también presente fuera de la provincia. Otro punto a tener en cuenta es la ignorancia que demuestran al circunscribir el problema a la provincia gobernada por el socialismo omitiendo que se trata de un territorio mediterráneo al que la droga llega una vez que atravesó fronteras y rutas nacionales que deben ser monitoreadas por fuerzas gestionadas a nivel nacional como ser Prefectura y Gendarmería. En síntesis, el oficialismo termina equivocando la estrategia y acotando a Rosario y a Santa Fe un problema de características transnacionales como es el narcotráfico y que debiera ser encarado a nivel nacional, aunando esfuerzos de todos los actores políticos. Es necesario seguir el ejemplo del gobernador Bonfatti, quien convocó en reiteradas ocasiones a la oposición santafesina para abordar la problemática aun cuando hasta el día de la fecha lo único que recibió por parte del PJ son desplantes.