En Cuba no hay que ayunar

Tania Quintero

 

Carta abierta a Martha Beatriz Roque Cabello:

 

Querida Martha, eres economista y lo sabes mejor que yo: en un país con libreta de racionamiento desde 1962, y en el cual una minoría es la que cada día puede desayunar, almorzar y comer como dios manda, esos ayunos y huelgas de hambre que últimamente se han puesto de moda en Cuba entre presos políticos y opositores, no tienen justificación. Sí, algunos logran llamar la atención en el exterior -en la isla muy pocos se enteran- pero, ¿vale la pena ese tipo de ‘publicidad’ a costa del deterioro de vuestro organismo?

Luego de ser noticia unos días o unas semanas, junto con los nombres de los ayunantes y huelguistas de hambre van pasando al olvido sus reclamos, a no ser que se produzca un fallecimiento. Entonces el suceso acapara titulares: en el siglo 21, los medios de comunicación, desgraciadamente, se alimentan de muertes, heridos, hechos sangrientos, catástrofes, imágenes de guerra y violencia. Mientras más, mejor.

Martha, para poder vivir y resistir en un régimen totalitario y represivo como el cubano, hay que tratar de alimentarse, de cuidarse, de estar sano física y mentalmente.

Te conozco desde 1996. El lunes 17 de marzo de 2003 fue la última vez que conversamos. Fue en medio de otro ayuno, esa vez organizado por la Asamblea para Promover la Sociedad Civil y la motivación era reclamar la excarcelación de Oscar Elías Biscet. Ese día también por última vez vi a un joven negro llamado Orlando Zapata Tamayo. Un mes después, el 16 de mayo, cumplías 58 años y lo ‘celebraste’ en la cárcel.

Hoy, a tus 67 años y con una serie de padecimientos, sobrevivir a base de agua es un verdadero suicidio. ¿Vale la pena, Martha, degradar la salud a esos extremos para pedir la puesta en libertad de un preso político que no es pariente tuyo? Hace unos meses, tuvo cierta repercusión el caso de Ernesto Borges. Al ser católico, se resolvió tras la mediación del cardenal Jaime Ortega, quien inclusive llegó a hablar con él en la prisión.

Ya que la iglesia católica cubana debutó como mediadora entre Raúl Castro, los presos políticos, España y las Damas de Blanco, a raíz de la muerte de Orlando Zapata, no sería mala idea que la iglesia no esperara a que se produjeran desenlaces fatales y siga mediando entre el régimen y la oposición.

Ahora mismo, era para que el cardenal Jaime Ortega ya se hubiera llegado hasta tu casa y hubiera hablado contigo. Ortega sabe bien que desde niña has sido una católica fiel. Es una lástima, Martha, que no tenga una cámara digital, para tomarle una foto al pequeño librito, impreso en España en 1949, que usaste para tu primera comunión y le regalaste a mi nieta Yania cuando ella tenía 6 años -ahora tiene 18. Como sabes, no soy creyente y no estoy bautizada. Pese a mi agnoticismo, durante muchos domingos te acompañé a la misa de las 5 en la iglesia de San Juan del Bosco, en Santa Catalina. Después de las diferencias que tuviste con el cura de esa parroquia, decidiste asistir a las misas dominicales de los Padres Pasionistas, mucho más lejos de tu casa y muy cercana a mi domicilio en la Víbora.

No sé quiénes en estos momentos son las personas de confianza que tienes a tu alrededor, pero considero que no te aprecian ni valoran lo suficiente: no solo no han logrado quitarte de la cabeza ese ayuno que puede acabar con tu vida, si no han dejado que te conviertan en figurante de un circo. ¿Por qué en tu pequeño apartamento en la barriada habanera de Santos Suárez han permitido la presencia de personas que están aprovechándose de tu estado para deteriorar tu imagen? ¿Por qué han permitido que te fotografíaran así en tu cama? Cuando en 2009 una web publicó un teque con una foto que me pareció una burla y un desprecio hacia ti y hacia mi primo Vladimiro, en mi blog publiqué un post titulado ¿Por qué en esa foto Martha Beatriz y Vladimiro Roca aparecen así, desmadejados?

En un correo que hace tres días envié a varios amigos, entre otras cosas, escribí:

Lo de Martha Beatriz me tiene mal, no le encuentro sentido a esa huelga de hambre, a su edad y con su salud. Su muerte no va a cambiar nada. No debe darle ese gusto al régimen y a personajes con los cuales ella no corta el bacalao. Estoy contra todas las huelgas de hambre en un país donde lo que hay que hacer es lo contrario: alimentarse. Si Iván escribe algo se subirá al blog Desde La Habana. Yo no escribiré nada, leeré las notas hipócritas y melodramáticas de quienes no la conocieron (allá hay disidentes que hablan bastante mal de ella, lo menos que dicen que es mandona como una ‘maestrica de escuela’). Por mis 70, en octubre, noviembre y diciembre, en mi blog, reproduciré posts dedicados a mujeres, casi todos mios, entre ellos Martha Beatriz off the record, publicado en Cubanet en el 2000. En otro post saldrá la foto que ella me tomó en su casa el dia de mi 58 cumpleaños.

Dije que no iba a escribir sobre ti y estoy escribiendo. Hizo ya nueve años de la última vez que hablamos, pero no hace un mes del último email que me enviaste. Pese al tiempo y la distancia, sigues siendo mi amiga y tú lo sabes. Quiero recordarte con ese vigor y claridad de cuando fuiste uno de los miembros más destacados del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, junto a Vladimiro Roca Antúnez, René Gómez Manzano yFélix Bonne Carcassés.

O al lado de Manuel Sánchez Herrero y Arnaldo Ramos Lauzurique en el Instituto de Economistas Independientes. O como una de las organizadoras de aquel memorable encuentro el 20 de mayo de 2005 (creo que no sabes que ese día en el Luzerner Zeitung salió una entrevista que me hizo Geri Krebs). O por haber estado al frente de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, organización volcada hacia la gente y su comunidad, y que la represión y los chivatos infiltrados por la Seguridad del Estado contribuyeron a su deceso.

Es un método viejo, bien aprendido de la KGB y la Stasi. Pero mientras exista, no cuajará ninguna acción democrática y popular. A no ser claro, que esas ‘acciones’ sean propuestas y realizadas por algunos de los muchos ‘topos’ que tratan de serrucharle el piso a los verdaderos opositores cubanos, y de los cuales ni tu misma has podido librarte.

Martha, tienes un carácter bastante fuerte y difícil. Pero los verdaderos amigos no son quienes sin rechistar te siguen, ni los que te alaban y superficialmente escriben de ti. Sino aquéllos que discuten contigo y tratan de convencerte de tus errores. Adoras a tu familia, pero no sueles tenerla en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Enviaré este texto a nuestro amigo común Arnaldo Ramos y a los periodistas independientes con los cuales estoy en contacto en Cuba. Es un intento porque desistas de esa innecesaria inmolación. También, si es posible, hazle llegar mi mensaje a Antúnez, todavía más fuerte que tú. Dos opositores de sus calibres no deben hacerle ese regalo al régimen: entregarles gratuitamente sus vidas.

Desde Lucerna, te envío mi más sincero abrazo,

 

Tania Quintero Antúnez

18 de septiembre de 2012