Elecciones y educación

Verónica Bruk

¿Queremos hablar de educación realmente o queremos hacer una simple apariencia? Seguimos en la cultura del facilismo, donde pasás de grado o de año sin alcanzar los objetivos mínimos, aumentando a pasos agigantados la desigualdad de oportunidades para aquellos que quieren formarse.

No queremos que la escuela sea un lugar de paso, asistencialista. Queremos una escuela de aprendizaje, formador de criterios y que permita estar preparados para desenvolverse en la sociedad, una verdadera escuela democrática que permita la movilidad social ascendente y detenga el descenso permanente que se viene registrando en los últimos años, a pesar del aumento en las partidas presupuestaria.

Hay que trabajar por la verdadera transformación educativa, no seguir discutiendo como serán las nuevas escuelas secundarias con escritos que no llevan al debate de la comunidad educativa. Tenemos un buen presupuesto para la educación pero mal distribuido, más plata no es mejor calidad educativa, no hay la suficiente cantidad de escuelas por barrios y en función de la densidad de población, obligando a los chicos a tener que asistir a escuelas lejos de su casa y, en muchos casos, con realidades sociales distintas.

Hablamos de 180 días de clase pero no decimos como los queremos, no hablamos de calidad educativa, sólo de cifras que pueden variar, lo que tenemos que discutir es los contenidos, los nuevos paradigmas, actualizar los diseños curriculares, preparándolos para las nuevas tecnologías y hacer que la escuela sea formadora de interés para todos.

Debe revalorizarse la carrera docente equiparando una formación terciaria en una universitaria, reivindicando el rol del “maestro” como aquel educador que además de transmitir conceptos abstractos y contener afectivamente a los alumnos, les brinde las herramientas indispensables para solventar las exigencias que la vida le impondrá.

Los docentes estamos dispuestos a dar el debate sobre la educación que queremos para afrontar los nuevos tiempos.