Separados por mucho más que una cordillera

Yamil Santoro

Argentina y Chile son dos países cuyos himnos hablan de libertad, pero cuyas políticas económicas y regulatorias entonan notas distintas y generan una brecha más importante que la Cordillera. Al observar el Índice de Libertad Económica (ILE) generado por la Fundación Heritage para el año 2015 se hace evidente que Chile se diferencia fuertemente de Argentina, siendo el primero un país mayormente libre y el segundo un país con represión económica.

Al analizar los casos en particular, se puede observar que Chile se encuentra cerca de las economías más libres del mundo obteniendo un puntaje de 78,5, en una escala de 1 a 100 puntos. Esto lo posiciona como la séptima economía más libre del mundo y liderando la región sudamericana siendo seguida por Colombia (71,7), Santa Lucía (70,2), Las Bahamas (68,7) y Uruguay (68,6).

Compared-Score-Over-Time-Argentina-Chile-Heritage-Foundation

Argentina por su parte también es uno de los que lideran el ranking pero arrancando desde el final de tabla, es decir, se trata de una de las economías menos libres. Sólo es superada negativamente en la región por Cuba (29,6) y Venezuela (34,3). Ostentando así el puesto 169 del ranking mundial sobre libertad económica.

A nivel global el ranking está encabezado por Hong Kong (89,6), Singapur (89,4) y Nueva Zelanda (82,1). Por su parte los países peor puntuados son Corea del Norte (1,3) , Cuba (29,6) y Venezuela (34,3). En definitiva Argentina es sólo superada a nivel regional por dos de los tres países peor puntuados del mundo.

El índice se calcula analizando cuatro pilares fundamentales: la preeminencia de la ley (Rule of Law), que engloba a la efectividad de los derechos de propiedad y a la libertad frente a la corrupción; el gobierno limitado, que se establece a partir de la libertad fiscal y el peso del gasto público; la eficiencia regulatoria, que se establece a partir de la libertad empresarial, la libertad laboral y la libertad monetaria; y la apertura de los mercados establecida a partir de la libertad de comerciar, invertir y participar en el mercado financiero. Dentro de cada una de las categorías precedentes se calcula el estado de cada una de las libertades relacionadas y graduadas en una escala del 1 al 100. El puntaje de un país surge del promedio entre los puntajes acerca de las libertades por categoría.

¿Es relevante la libertad económica?

El puntaje obtenido en torno a la libertad permite estimar qué tan bien van a vivir las personas dentro de un país. Si bien existe controversia dentro de la Academia acerca del impacto que tiene la libertad económica sobre el bienestar concreto dentro de los países, existe una relación positiva entre libertad económica y PBI per cápita, en la cual a mayor libertad económica, mayor ingreso per cápita. Además, los grupos de países libres y mayormente libres son los grupos de países con mayor PBI per cápita del mundo.

Correlación-Libertad-Económica-y-PBI-per-cápita

El PBI per cápita no alcanza por sí solo para determinar la calidad de vida de las personas que habitan dentro de un país determinado. Sin embargo, existe una correlación positiva (R2=0,92) entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el PBI per cápita. La relación es clara: a mayor ingreso general, mayor calidad de vida de los habitantes. Aquí surge un primer interrogante, la brecha de 34,5 puntos entre Chile y Argentina, ¿qué representa en términos de desarrollo humano? ¿Cuánta calidad de vida gana Chile -o pierde Argentina- por una brecha semejante?

En el debate acerca de si un Estado debe guiar sus esfuerzos en igualar a sus ciudadanos forzosamente o generar oportunidades para facilitar la creación de riqueza la evidencia empírica demuestra que es negocio para toda la sociedad apostar al crecimiento económico antes que a la redistribución como política central de un Estado.

Un país puede renunciar a las libertades económicas; las consecuencias podrán observarse en pérdida de libertades políticas o en una caída a mediano plazo del Índice de Desarrollo Humano.

Aquí es necesario llamar la atención del lector. Por las políticas adoptadas por el gobierno argentino, se ha ido en contra de la libertad económica, el país se ha estado descapitalizando, y eso ha llevado a que la economía argentina haya descendido del tercer al cuarto puesto de la región. Tal vez sea momento preguntarse si la ruta que se ha tomado, es la mejor para llegar a buen puerto. La Argentina tiene una gran oportunidad de crecimiento sustentable, pero para eso necesita eliminar diversas trabas a la libertad económica, para fomentarla y ayudarla a que esta florezca.

Por su parte, Chile hoy enfrenta el desafío de Michelle Bachelet quien ha prometido en su plataforma reeleccionista avanzar en reformas profundas que pueden atacar los cimientos del desarrollo y crecimiento chileno durante las últimas décadas. Si bien el país viene perdiendo puntos en cuanto a la libertad económica sigue siendo un caso destacable dentro de Latinoamérica.

Un gobierno que desea ser guionista, actor y director, y tener un rol protagónico, si no crea los incentivos necesarios y deja a la actividad económica ser en libertad, ¿no termina sofocando la economía?

 

(Nota escrita con la colaboración de Marcos Elía y Alejandro Saez)