Es inmoral el pago de la deuda con el Club de París

Bajo la repetida fórmula que sostiene que “Argentina debe honrar sus compromisos internacionales” las noticias del acuerdo alcanzado con el Club de París por casi 10 mil millones de dólares fueron recibidas con beneplácito tanto por integrantes del oficialismo como de la oposición. Quizás se trate del tema que mayor consenso haya generado entre personas de distintos perfiles ideológicos. El endeudamiento es uno de los recursos básicos a los que apelan los gobiernos para aumentar el gasto público, y entre fanáticos de aumentar el gasto—poco o mucho dependiendo de quién estemos hablando—privarse de semejante fuente de financiamiento es un pecado en la religión secular cuyo primer mandamiento es: expandirás el tamaño de Estado.

La posibilidad de endeudarse tiene una atracción especial para el político. Se trata de un mecanismo cuyas consecuencias recaen en el futuro. A diferencia de lo que sucede cuando se recurre a la emisión monetaria o al aumento de impuestos, donde los efectos de las medidas son inmediatos o su impacto se percibe en el corto plazo, en el caso del endeudamiento los beneficios se obtienen al momento de recibir el préstamo y los costos se posponen para otros períodos.

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