El próximo 27 de octubre, los porteños, al igual que el resto del país, volverán a las urnas. En esta oportunidad, además de los trece diputados y tres senadores nacionales, tendrán que elegir legisladores de la Ciudad. En la elección para esta última categoría, los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires se encontrarán con un gran número de boletas. Son exactamente 25 las listas de legisladores, y para votar por muchas de ellas será necesario acudir al corte de boleta, esa metodología arcaica que aún sobrevive en nuestro sistema electoral.
A pesar de la proliferación de candidatos, la variedad y la calidad no abundan. Y es que las propuestas que surgen de la legislatura se limitan al aumento de impuestos, a la creación de nuevos planes gubernamentales, de nuevas y más complejas y regulaciones, además de los proyectos referidos a declaraciones y a la denominación de plazas, plazoletas, estaciones de Subte, y el mobiliario urbano en general. Para no ser injustos, estás características presentes en la Legislatura no son ajenas al resto de los poderes legislativos de la Argentina, y el mundo. Ya Mark Twain advirtió en sus tiempos que “ni la vida ni la libertad ni la propiedad de ningún hombre están a salvo cuando la legislatura está en sesión”.
El gobierno de Mauricio Macri, se presentó como una alternativa al kirchnerismo, y desde la Ciudad de Buenos Aires planifica lanzarse al plano nacional en búsqueda del sillón de Rivadavia para 2015. Aunque si la intención del Jefe de Gobierno porteño era mostrar sus diferencias con el kirchnerismo a través de su gestión, hizo poco y nada para lograrlo. Por el contrario, y más allá de los aciertos que le reconoce la opinión pública, durante la gestión del PRO en la Ciudad se evidenciaron aumentos de impuestos, aumento del gasto público, mayor endeudamiento, nuevos impuestos, engrosamiento de las regulaciones, y una expansión de la legislación paternalista, entre otras.
Por eso, desde el Partido Liberal Libertario queremos darle un sacudón a la Legislatura. Creemos que la Legislatura debe dejar de convertirse en un obstáculo para una Ciudad próspera y desarrollada. Creemos que los legisladores deben dejar de considerar a los ciudadanos como seres indefensos, sin aptitud para razonar y que únicamente están capacitados para elegir a los representantes. Creemos que la Legislatura debe dejar de convertirse en un órgano cuyo objetivo sea microplanificar la Ciudad y la vida de los porteños.
La legislatura necesita una voz dispuesta a defender a los ciudadanos de los atropellos del gobierno porteño, e idear alternativas para evitar el yugo del Estado Nacional. La legislatura necesita de un legislador que no tiemble a la hora de proponer eliminar la publicidad oficial para terminar con los abusos de cada gestión que la adapta a sus colores partidarios. La legislatura necesita alguien que no piense en crear más y más leyes, sino derogar muchas de ellas.
Una voz distinta puede marcar la diferencia.