Nota escrita en colaboración con Lic. Leandro Fisanotti
Con algunas semanas transcurridos desde las elecciones primarias, los resultados y las proyecciones dan lugar al análisis de diferentes valores. No obstante, ni el 38% oficialista, el 62% opositor o el 62% peronista son los guarismos que más peso tendrán en lo que resta para que las mayorías se expidan sobre el recambio presidencial. De aquí a octubre, el devenir de la economía será uno de los factores de mayor peso y el valor del dólar tal vez el guarismo de mayor relevancia. La estrategia oficial pasa por mantener el tipo de cambio anclado, pero un contexto adverso convierte el escenario en una batalla contra el tiempo que obliga a cerrar paulatinamente el grifo de dólares.
A pesar de que el último lustro estuvo caracterizado por la abundancia de dólares baratos en el mundo, nuestro país se mantuvo al margen de la bonanza de tasas de interés cercanas a cero. Por el contrario, el resultado de un prolongado período de aplicación de políticas inconsistentes -en las que predominó la monetización de un déficit fiscal que podría alcanzar los 8 puntos del producto para 2015- llevó a una salida de divisas que condujo a la implantación de restricciones cambiarias. Los controles no solamente cercenan las libertades de los ahorristas (imponen limitaciones al atesoramiento y reducen la protección frente al impuesto inflacionario), sino que ahogaron vastos sectores productivos. Continuar leyendo