Como es de público conocimiento, se produjeron siete nuevos actos simultáneos de cobardía asesina en territorio francés. Horror, espanto y vergüenza son los adjetivos para el caso. El idioma queda corto para calificar a las bazofias humanas responsables de tamaña maldad. Puede aceptarse la calificación de insania y locura como una metáfora inocente, pero no en sentido literal, del mismo modo que no puede hacerse con asesinos seriales como Adolf Hitler, puesto que, entre otras cosas, esos calificativos implican la inimputabilidad.
Hubo un video de ISIS (respondiendo a las siglas en inglés de estos facinerosos) donde un sujeto rodeado por encapuchados se atribuye los hechos espeluznantes de marras al efecto de poner de manifiesto que fueron perpetrados con cálculo en detalle, anticipación y alevosía. Esta banda es en cierto sentido un desprendimiento de Al Qaeda, ya que su líder, Abu Bakr al Baghdadi, fue el jefe de esta última organización en Irak. Aunque, según información belga, quien comandó esta catástrofe fue Abdelhamid Abaaoud desde Siria. Los asesinos-suicidas tenían pasaportes egipcios, franceses y sirio, en este último caso había entrado al país como refugiado.
Según aparece, se trató de tres comandos que perpetraron estos asaltos en siete lugares distintos y dejaron 129 muertos y 352 heridos, muchos de ellos de gravedad. Hasta el momento de escribir estas líneas se han llevado a cabo 170 operativos por parte de la policía local.
Las primeras condolencias y condenas del extranjero fueron de los Gobiernos de España, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Uruguay, Colombia y Chile. En Francia hubo numerosos homenajes, especialmente en la Plaza de la República y en universidades y centros varios con plegarias, velas y flores, junto con otras manifestaciones de dolor y duelo. En ese país se decretó el “estado de emergencia”, lo cual no ocurría desde la guerra con Argelia.
Fue muy emotivo el traslado de un piano a las puertas del teatro donde ocurrió una de las masacres, oportunidad en la que se ejecutó la conocida Imagine de John Lennon, canción que, más en este contexto, arrancó lágrimas hasta al más insensible. Continuar leyendo