La situación venezolana se pone más ríspida de lo que ya estaba debido al empecinamiento del conversador con pajaritos de no reconocer lo más elemental de la democracia cual es el voto popular. En este caso, además de la catástrofe institucional y del colosal descalabro económico que ha provocado en todo este tiempo su socialismo que siempre está de emergencia en emergencia, siguiendo las huellas de su maestro, el peligroso bufón del Orinoco, resulta que ahora pretende poner palos en la rueda para el funcionamiento de la Asamblea Nacional.
¿Es que este grandote irresponsable teme que los integrantes de la recientemente electa Asamblea permita la libertad de los presos políticos o que confirmen la mayoría calificada para reclamar el referendo revocatorio que autoriza la Constitución? ¿Hasta donde puede tolerarse tanto desvarío del gobierno en funciones que cuenta con el entusiasta apoyo verbal de la isla-cárcel cubana?
Entre otras entidades de prestigio internacional, Human Rights Foundation exige que la OEA aplique la cláusula de condena por procedimientos claramente antidemocráticos y que, por consiguiente, convoque a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para ese fin.
El despacho de la referida entidad emitido en New York continúa explicando que después de la antedicha elección parlamentaria, el presidente venezolano y quien presidía la Asamblea Nacional antes del triunfo electoral de la oposición, dispusieron muchas medidas completamente arbitrarias al efecto de bloquear los cambios en el Poder Legislativo.
En esta misma línea argumental, el presidente de Human Rights Foundation, Thor Halvorssen, declaró que “La OEA no puede seguir callada ante las maniobras ilegales realizadas por el régimen chavista para prevenir una transición democrática en Venezuela. El régimen no debería gozar de la desafortunada y similar indiferencia que la OEA mostró con las dictaduras militares que gobernaron en el continente décadas atrás” y agregó que “Previo a las elecciones, Maduro y Cabello advirtieron que el chavismo utilizaría todos los recursos a su alcance, incluso la violencia, para defender su ‘revolución’ […] Esto no fue un simple despliegue de bravuconería; ellos están cumpliendo con su amenaza”. Continuar leyendo