Cierta ingenua actitud cívica lleva a creer a muchos que la dirigencia política espera disponer de propuestas viables para tomar las determinaciones necesarias que contribuyan a mejorar la calidad de vida de todos.
Si bien algunos casos aislados corroboran que es una excepción, la inmensa mayoría de los políticos no siguen la dinámica que la gente imagina. Ellos, por naturaleza, sólo intentan sumar votos, usando la demagogia como arma predilecta, para posicionarse de cara a la siguiente elección.
Mucha gente bien intencionada, supone que la clase política no resuelve los problemas porque nadie les acerca proyectos para llevar adelante, o porque no disponen de los conocimientos suficientes para abordar esas obviedades. Continuar leyendo