Este fin de semana fue noticia en los medios que el trotskismo es la fuerza más votada por los estudiantes universitarios en la Universidad de Buenos Aires. Luego de elecciones en 13 facultades, el Partido Obrero y sus aliados se quedaron con el control de 6 centros de estudiantes, Farmacia, Veterinaria, Sociales, Psicología, Filosofía y Ciencias Exactas.
Pese al impacto que causó en la opinión pública y en las redes sociales, no se trata de una tendencia novedosa que además ha dejado en evidencia la escasa inserción del kirchnerismo, especialmente La Cámpora, entre los votantes jóvenes. El PO en todas sus variantes viene creciendo en varios frentes mientras que los K están en retroceso aunque nunca lograron transformarse en un fenómeno juvenil como lo fuera la Tendencia peronista en los años 70 o la Franja Morada en los 80.
También esta variante trotskista ha logrado instalarse con fuerza en los centros de estudiantes de colegios secundarios. El año pasado lograron vencer al camporismo y quitarle el control en el emblemático Colegio Nacional de Buenos Aires, cantera de una innumerable legión de dirigentes políticos de todos los tiempos. Evidentemente el atroz crimen de Mariano Ferreyra, militante del PO, en 2010 y la movida marketinera de “un milagro para Altamira” en las presidenciales de 2011 atrajeron la simpatía de muchos jóvenes entusiasmados por la política pero decepcionados con los partidos tradicionales.
Claro que la inserción del trotskismo y sus aliados no sólo debe encasillarse entre estudiantes secundarios y universitarios de clase media ya que han logrado hacer pie en las comisiones internas de muchos gremios controlados históricamente por el peronismo tradicional. Quizás el caso más emblemático sea la presencia de Claudio Della Carbonara, del Partido de los Trabajadores Socialistas, como integrante de la conducción de los polémicos Metrodelegados y líder de los trabajadores de la Línea B, además de candidato a senador porteño por el Frente de Izquierda.
Otra de las organizaciones sindicales donde más han avanzado es en el sindicato de alimentación sobre todo con la radicalización de las protestas en la empresa Kraft. Incluso el año pasado pusieron en apuros al histórico Rodolfo Daer, ex secretario general de la CGT, al intentar pelearle la conducción del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA). Javier Hermosilla, delegado de Kraft y militante del PTS, obtuvo el 36% de los votos contra el 64% del oficialismo. La Lista Bordó ganó además en Kraft, Bonafide, PepsiCo, Felfort y 11 establecimientos más que controlaban los hombres de Daer.
Este año los troskos dieron un batacazo en los comicios de SUTEBA, principal gremio docente bonaerense que controla el kirchnerista Roberto Baradel, al imponerse en 11 de las 32 seccionales en que se presentó la Lista Multicolor. Si bien el líder de los paros contra Daniel Scioli logró su reelección con el 70% de los votos, ya no controla distritos estratégicos como La Plata, Ensenada, La Matanza, Quilmes, Tigre, Berazategui, Bahía Blanca, San Martín, Escobar y Esteban Echeverría. Un voto castigo al alineamiento kirchnerista de Baradel.
Algo similar se registró en julio de este año en las elecciones de Foetra (telefónicos seccional bonaerense) donde la lista combativa logró un 37% de los votos contra la estructura del kirchnerista Osvaldo Iaradola. Y la semana pasada desafiaron en la CTERA el poder de Stella Maldonado, también alienada con los K, con una lista liderada por el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Daniel Huth, dirigente del PTS, obteniendo un 30% con triunfos en varias seccionales. El avance también se percibe en la UOM, gráficos, ferroviarios, bancarios, empleados de salud, entre los más significativos.
En este contexto no son pocos los pronósticos que anticipan para octubre una de las mejores performances electorales de la izquierda dura en elecciones legislativas. En las primarias de agosto el Frente de Izquierda (PO, PTS) logró casi un 4% a nivel nacional. Sorprendiendo el tercer puesto en Mendoza con el 7,6%, en Jujuy con 8,9%, en Salta con el 11,1%, en Neuquén 6,6% y en Río Negro 6,6%. También tiene expectativas en Capital con Altamira y en Buenos Aires con Néstor Pitrola, quien podría alcanzar en intención de voto a Francisco De Narváez.
El otro que cuenta con grandes chances de ingresar a la Cámara de Diputados es el mendocino Nicolás del Caño, trabajador administrativo de una bodega de 33 años, quien de acuerdo a los últimos sondeos está duplicando los votos obtenidos en las PASO. En una provincia tan conservadora sorprende que este candidato trotskista este obteniendo más del 14% y quitándole una banca al PJ. Seguramente la cosecha nacional será más numerosa que en octubre porque los troskos están de moda, le quitan adhesiones a los K decepcionados y es un voto bronca.