Mapuches: entre José de San Martín y las corporaciones petroleras

En octubre de 1816, el general San Martín convocó a un parlamento indígena a los caciques pehuenches-mapuches del sur de Mendoza. En su plan estratégico para el cruce de los Andes, el acuerdo con ellos era decisivo: además del permiso para atravesar esos territorios porque eran sus dueños, el militar que sólo cuatro años antes había llegado de Europa conocía la cordillera por mapas, mientras los indígenas la atravesaban en uno y otro sentido desde hacía siglos. Imprescindibles como baqueanos en una de las mayores hazañas de la historia militar universal —atravesar 500 kilómetros de cordillera, a veces a 4 mil metros de altura— debían proveerle caballos y ganado.

También cumplieron un papel esencial en la Guerra de Zapa: acordaron con San Martín que darían a los enemigos una información falsa acerca de los pasos por los cuales iba a cruzar y solicitarían ganado a cambio para que les creyeran. De este modo, los obligaba a dispersar fuerzas y debilitar el verdadero terreno de ataque. Luego de los rituales del caso, el Libertador les dijo: “Yo también soy indio” y les comunicó que iba a pasar a Chile con todo su ejército y cañones “para acabar con los godos que les han robado la tierra de sus padres”. El acuerdo se selló con un abrazo a cada uno de los caciques y el intercambio de regalos. San Martín recibió un poncho blanco cuyas guardas tenían un diseño que lo designaba Toki, jefe guerrero.

Al cumplirse doscientos años de ese parlamento clave para la libertad de Argentina, Chile y Perú, en la localidad de Zapala-Neuquén tres descendientes de los mapuches que apoyaron al general San Martín —Relmu Ñamku, Martín Maliqueo y Mauricio Raín, de la comunidad Winkul Newen, del Paraje Portezuelo Chico— son sometidos a un juicio vergonzoso, a un castigo ejemplar, para que nunca más ninguno de ellos pretenda oponerse a los intereses de petroleras dispuestas a robarles sus tierras, al igual que los godos y con el apoyo del Gobierno nacional y provincial. Relmu Ñamku, mujer mapuche, está injustamente acusada de intento de homicidio y pretenden condenarla a 15 años de prisión si el juicio que se ha iniciado en Zapala la declara culpable. Continuar leyendo