Se afirma con razón, que el diseño de un presupuesto -municipal, provincial o nacional- es la expresión más clara de la orientación político-ideológica del gobierno que lo presenta. Es sabido que los presupuestos pueden dibujarse y que existen discursos, consignas, propagandas, relatos y panfletos; pero a la hora de la hora la distribución de los fondos públicos es la clave para caracterizar la verdadera concepción del mundo de una gestión. El tema de la muy difundida relación inicial entre Elisa Carrió y Mauricio Macri ha sido simbólico: el Hospital de Niños Dr. Juan Garrahan. Siguiendo sus proclamadas inspiraciones sociales, ya en el Presupuesto 2014 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno disminuyó los fondos destinados a Salud, Educación y Vivienda en proporciones que rondaban entre el 3% y el 5%, mientras se incrementaban en un 40% los destinados a publicidad oficial y en otro 40% los subsidios a las privatizadas, en especial la empresa de subterráneos, que además aumentó el precio de los pasajes. Considerando que la inflación del 2014 ronda el 40%, es fácil evaluar a quién se beneficia y a quién se perjudica: la publicidad y las privatizadas quedaron cubiertas; pero en términos reales las áreas sociales fueron afectadas por una caída de sus recursos de un 43% o un 45%, por inflación más disminución de presupuesto. Continuar leyendo
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Respuesta a Carta Abierta
En su artículo “El odio y la visión canalla del mundo”, Ricardo Forster utiliza el concepto de Nicolás Casullo “progresismo reaccionario”, también incorporado en la extensa carta abierta Nº14 de Carta Abierta: un típico oxímoron de Casullo, que solía divertirse con el absurdo. En retórica, el oxímoron supone unir en una expresión dos conceptos contradictorios -como monja cabaretera- y, en este caso, hace referencia a alianzas de sectores progresistas con fuerzas reaccionarias que “se preparan para convertirse en parte de la restauración conservadora pero, eso sí, en nombre de los ideales progresistas. No otra cosa es la que constituye el núcleo decisivo de la alianza entre Pino Solanas y Elisa Carrió y que alimenta a UNEN.” Siguiendo las premisas de Ernesto Laclau, Forster y Carta Abierta consideran al kirchnerismo como el BIEN por excelencia; quienes se oponen son de derecha y están impregnados de odio, con una visión canalla del mundo.
Si Forster y Carta Abierta pertenecen al progresismo kirchnerista, vale preguntarse sobre sus propias alianzas: destacados Barones del Conurbano como Raúl Othacehé, Hugo Curto, Alberto Descalzo o Alejandro Granados, ahora ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Estos aliados conforman la base del poder territorial del kirchnerismo y son conocidos por la habilitación mafiosa de desarmaderos, dealers de droga y prostíbulos, sin descartar la trata de personas. Entre los gobernadores sobresalen Gildo Insfrán de Formosa o José Alperovich de Tucumán; todos ellos protagonistas de la hegemonía neoliberal: con la cultura del “yo no fui”, olvidan que Carlos Menem es un aliado del kirchnerismo en el Senado y en los noventa tuvo como aliados a muchos que promueven el actual modelo, incluyendo a sus máximos referentes.