Tensar la cuerda

Algunos de los que la conocen aseguran que Cristina Kirchner nunca va a patear el tablero. Incluso en ciertas declaraciones públicas donde arremete contra posiciones extremas de la izquierda política, en sus expresiones de fe capitalista o en su reconocimiento al necesario fin de lucro empresario, ciertamente daría la sensación de ser una presidente que pretende actuar dentro del sistema democrático liberal. Tal vez este sea el motivo por el cual los mercados le han dado al kirchnerismo más votos de confianza de lo habitual para un gobierno que en los hechos siempre ha buscado entorpecer el libre juego del mercado. Sin embargo, en todos estos años, la mayoría de los medianos y grandes empresarios han optado por hacer la vista gorda – ya sea por temor al castigo o para sacar provecho del maná estatal- al daño permanente y por goteo que el kirchnerismo causó en el sistema político y económico del país y que se ha acelerado en los últimos años.

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Una trocha muy angosta

Creo que a esta altura del mandato de Cristina Kirchner aquél mote despectivo hacia Víctor Hugo Morales que lo trataba como relator del relato resulta bastante injusto. Desde un tiempo a esta parte, son los propios funcionarios del gobierno, incluida su presidente, quienes más se dedican a contar los problemas, las razones y las circunstancias, mucho más que a solucionarlos. No es que anteriormente evitaran echar culpas, ya que esa es una parte central del juramento kirchnerista, sino que ahora se han centrado casi con exclusividad en esto último. Hay un viejo dicho televisivo que reza que “las excusas no se televisan”, queriendo significar que cuando algo salió mal en pantalla, no importan las razones, justificaciones o pretextos para explicar lo sucedido, simplemente salió mal. Al parecer, en el gobierno desdeñan absolutamente de este dicho. Empresarios, sindicalistas, el liberalismo, los países centrales, el Consenso de Washington, la oposición, el periodismo, la Corte Suprema, la lista es infinita. Los últimos culpables son los fondos buitre, el juez Griesa, el mediador Pollak y hasta el gobierno de Barak Obama.

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