Creo que a esta altura del mandato de Cristina Kirchner aquél mote despectivo hacia Víctor Hugo Morales que lo trataba como relator del relato resulta bastante injusto. Desde un tiempo a esta parte, son los propios funcionarios del gobierno, incluida su presidente, quienes más se dedican a contar los problemas, las razones y las circunstancias, mucho más que a solucionarlos. No es que anteriormente evitaran echar culpas, ya que esa es una parte central del juramento kirchnerista, sino que ahora se han centrado casi con exclusividad en esto último. Hay un viejo dicho televisivo que reza que “las excusas no se televisan”, queriendo significar que cuando algo salió mal en pantalla, no importan las razones, justificaciones o pretextos para explicar lo sucedido, simplemente salió mal. Al parecer, en el gobierno desdeñan absolutamente de este dicho. Empresarios, sindicalistas, el liberalismo, los países centrales, el Consenso de Washington, la oposición, el periodismo, la Corte Suprema, la lista es infinita. Los últimos culpables son los fondos buitre, el juez Griesa, el mediador Pollak y hasta el gobierno de Barak Obama.