El principal cambio que debería auspiciar el próximo gobierno -cualquiera sea el elegido- es lograr que aquellos que no comulguen con alguna o ninguna de sus políticas no se sientan extranjeros en su tierra. Si bien las palabras de la Presidente han sido fluctuantes en ese sentido, siempre quedó la sensación, avalada también por sus acciones, que se siente más cómoda en la confrontación que en la concordia. Es más, algunos slogans típicos lanzados por el kirchnerismo, tal como “el amor vence al odio”, siempre dejaron la sensación de no tener relación con los hechos y ser una mera burla para todos aquellos que fuimos puestos del otro lado de la grieta. Continuar leyendo